C14. Konoha

En una cueva, tras las aguas de la catarata del Valle del Fin, una pelirrosa atendía al Uzumaki con rapidez. Hacía unos minutos que había llegado, percatándose de que nadie la seguía, y había preparado todo. Tumbó a Naruto en el suelo y, segura de sí misma, inyectó un líquido en su cuello, esperando a que despertara.

Fue contando los minutos, pero ya habían pasado diez de ellos y el pelinegro no despertaba. Sakura estaba cada vez más ansiosa. Si el antídoto no funcionaba... Naruto estaría muerto. Quizás había esperado mucho para inyectarlo, quizás el antídoto estaba mal hecho... Varias situaciones pasaron por su cabeza al pensar que Naruto moriría.

Segundos después, alguien llegó a la cueva, asustando a la pelirrosa. Al girarse y mirar quién era, suspiró de alivio.

—Itachi-san...

—¿Está...?

—No lo sé—respondió ella en una mueca desesperada—. Le he inyectado el antídoto... pero no despierta y... y no sé qué hacer...

Itachi, algo afectado, observó el cuerpo de Naruto inconsciente en el suelo. Activó su Sharingan y se fijó en su chakra. Tampoco era de mucha ayuda, puesto que su Mangekyo había empeorado su vista al punto de ver todo borroso. No sabía si seguía vivo o no.

—Usa tu ninjutsu médico, Sakura. Acelera el proceso.

La propuesta de Itachi no era nada descabellada, pero no sabía si surgiría efecto, al menos no después de tanto tiempo. Sin esperar un segundo más, colocó sus manos en la frente y torso de Naruto y comenzó a utilizar su ninjutsu médico, buscando el antídoto y expandiéndolo por su cuerpo.

Segundos después, Naruto despertó con brusquedad, incorporando su cuerpo hasta quedar sentado. La respiración entrecortada del pelinegro se escuchaba por todo el lugar. Colocó una mano en su pecho, deseando escuchar los latidos de su corazón de nuevo, y tragó saliva con fuerza.

—¡Por lo que más quieras, Sakura! ¡No vuelvas a convencerme para hacer esto, dattebayo! ¡Pensé que me moría!

—A punto has estado—comentó Itachi caminando hasta la cascada, preparado por si viniera alguien.

—¿¡Nani!?—gritó asustado.

—¡Calla, Naruto! Siento que hayas tenido que pasar por esto, pero si no lo hacía, Danzo se habría encargado de ti de una forma no muy agradable. Ahora se ha formado una Guerra Civil en Konoha, entre los que están del lado de Tsunade-sama y los que están de parte de Danzo.

—Malditas momias sin escrúpulos—maldijo Naruto con el puño apretado—. Se van a enterar de quién es Naruto Uzumaki.

Minutos después, que el Uzumaki se había tomado para descansar y verificar que todo estaba bien, llegaron varias personas al Valle del Fin, pero no entraban en la cueva. Itachi se puso en posición de pelea, mientras Sakura ayudaba a Naruto a levantarse. Un kunai traspasó el agua de la cascada, pero Itachi lo esquivó activando su Sharingan.

—Es Orochimaru y tres personas más... ¿Qué hace aquí?—murmuró Itachi, que después de hacerles una señal a Naruto y a Sakura de que permanecieran allí sin hacer ruido, salió de la cascada de un salto.

Los minutos pasaban y ninguno de los dos escuchaba nada. No parecía haber signos de pelea, por lo que estaban algo confusos y curiosos.

—¡Sakura! ¡Podéis salir!—gritó la voz de Itachi.

La pelirrosa y el Uzumaki salieron de la cascada con precaución y miraron a aquel grupo de shinobis. Itachi hablaba con Orochimaru. Sabían que era él ya que recordaban el ataque del Sonido a la Hoja y cómo aquel Sannin había matado al Sandaime Hokage. Otro de los ninjas que lo acompañaban era Kabuto, pero los otros dos no sabían quiénes eran.

—¿Qué quieren aquí?—preguntó Naruto desconfiado.

—Venimos a ayudar, Naruto-kun—habló Kabuto con una sonrisa, pero el ojiazul no se lo tragó.

—Eres estúpido si crees que queremos vuestra ayuda—contestó con furia.

—Naruto—lo llamó Itachi, sin dejar de mirar al sannin—. Tienen información sobre Akatsuki, al parecer. No me sorprende nada, pero no me fío de que nos diga la verdadera información ni tampoco de que quiera ayudarnos. Siempre vela por el mejor postor, ¿verdad, Orochimaru?

—No lo voy a negar. Pero Akatsuki me busca para matarme, así que dudo mucho que quiera ayudarles en su propósito. Atacarán Konoha en busca de Naruto Uzumaki como Jinchuriki del Kyubi. No quieren que muera antes de tiempo, porque eso destruiría sus planes.

—Pero en Konoha, todos creen que Naruto ha muerto—habló Sakura con miedo.

—¿Sí? Bueno, eso a ellos les da igual. Lo buscarán por todas partes hasta verificar que lo ha hecho. Madara es muy ambicioso en su plan Tsuki no me.

*****

Konoha

La aldea seguía en guerra, cadáveres de algunos ninjas yacían en el suelo entorpeciendo los pasos de los otros. Un ejército que apoyaba a Danzo Shimura, más especializado en las artes ninja, algunos clanes prestigiosos que obtenían privilegios por su parte. Otros, quizás la mayoría pero con menos nivel, seguían a Tsunade Senju. Hokage de Konoha y que vela por el bien de la aldea.

Las guerras civiles eran difíciles, puesto que amigos y compañeros luchaban en contra por sus creencias, por sus ideas políticas. Kakashi había derrotado ya a unos cuantos, aunque en vez de matarlos los había dejado inconscientes y metido en un genjutsu. Miró a su alrededor, observando la situación. Una situación que no le gustaba nada. Su alumno estaba muerto, o al menos eso es lo que le había hecho creer Sakura a todos. No estaba seguro.

De lo que sí estaba seguro es de la figura que se elevaba en el cielo mirándolos a todos fijamente. Lo que más lo sorprendió fue ver su capa negra con nubes rojas. Un animal enorme pasó volando por su lado, directo hacia la aldea. Un pequeño terremoto lo hizo girarse, encontrándose con otro animal enorme. Lo más raro, es que ambos tenían... el Rinnegan en sus ojos.

Veía a los civiles correr aterrorizados, por lo que se dispuso a ayudarlos. Así había sido durante al menos media hora. Había reunido a un grupo de civiles y los había guiado hasta las guaridas en el Monte Hokage, pero al girarse para volver. Una bola negra había chocado contra el suelo y una estruendosa explosión lo hizo taparse con su brazo en un intento en vano de que el viento no se lo llevara y chocara contra la pared.

Al abrir de nuevo los ojos, éstos no cabían en sí. La aldea de Konoha había desaparecido.



******

Buenaas, lo siento por tardarme tanto en publicar un capítulo. He estado de viaje, estudiando para los exámenes y prácticamente no he tenido tiempo para escribir.

Aun así, espero que sigáis leyendo esta historia y que os esté gustando. La verdad, es que no está yendo como yo pensaba, pero bueno, seguiré con la trama a ver si va bien.

A partir de ahora iré publicando los sábados, pondré esa fecha fija para la publicación. O en el caso de que se me pase, los domingos.

Eso es todo. Aquí se despide Luthien. Ciao!


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top