C1. Muerte
Dos potentes chakras arrasaron por el bosque asustando a un peliblanco, que corría desesperado, esperando no llegar demasiado tarde a la pelea que mantenían sus dos alumnos. Cuando los chakras desaparecieron, el cielo se colmó de nubes y la lluvia comenzó a caer con fuerza. Aun así, el jounin y su invocación seguían sin parar ni un solo segundo. Nada más llegar a la cascada, vio el cuerpo moribundo del rubio, con su mirada vacía mirando al cielo y un hilo de sangre cayendo por la comisura de su boca. Un enorme agujero perforaba el pecho del menor.
Había llegado tarde. Caminó hasta su alumno y cayó de rodillas con lágrimas bajando por su mejilla. Cerró sus ojos con cuidado, lo cargó delicadamente y lo miró recordando el momento en el que él mató a su compañera. ¿Cómo había dejado que su alumno se hundiera tanto en el camino de la venganza?
—Kakashi, yo...
—Volvamos, Pakkun—lo interrumpió el mayor sin querer escuchar una disculpa.
El perro asintió de acuerdo y corrieron en dirección a la aldea. Tsunade, Jiraiya y Sakura los esperaban. Los demás gennin que habían ido en busca de Naruto ya habían llegado. Unos más heridos que otros, pero al fin y al cabo, vivos. Pero al ver llegar a Kakashi con la cabeza gacha y a un Naruto inconsciente, se preocuparon, más cuando no sintieron ninguna pizca de chakra en él.
—¿K-Kakashi-sensei...?—preguntó Sakura asustada.
El peliblanco levantó la mirada, mostrando sus lágrimas y la desvió intentando evitar que cayeran más. Tsunade corrió hasta ellos seguida de Jiraiya para curarlo de emergencia, pero Kakashi negó, dándoles a entender que el rubio ya no estaba en este mundo. Tsunade cayó entonces de rodillas, sollozando. Jiraiya también lloró, posando su mano en el hombro de su compañera. Aquel día, la tristeza inundaría Konoha.
Al día siguiente, fue el funeral de Naruto. Sólo sus seres más queridos acudieron al entierro, ya que la mayor parte de Konoha lo odiaba por ser el Jinchuriki del Kyubi. Después de aquello, ninguno volvió a ser el mismo. Los siete novatos que faltaban, junto con el equipo Gai, habían prometido no rendirse nunca y no retrocederían ante sus palabras. Aquel era el nuevo camino ninja de todos ellos.
Tsunade había guardado el collar del Primer Hokage en lo más profundo del sótano de la Torre Hokage. Había dejado el sake y el juego, y decidió tomarse en serio el puesto en honor a Naruto. Él como Dan y Nawaki habían querido ser Hokage y ella haría todo lo posible para hacer honor a los tres.
Jiraiya había vuelto a sus andadas, viajando por el mundo como hacía antes de conocer a Naruto y buscando alguna pista del paredero del Uchiha y nueva información sobre Akatsuki. Por Naruto, iba a avisar a todos los Kages de que sus Jinchuriki estaban en peligro y que los cuidaran, para que no sucediera una catástrofe.
Sakura había pedido a Tsunade que la entrenara. Desde que supo que Sasuke había matado a Naruto, su amor se había convertido en odio. Tanto, que se esforzaba en cuerpo y alma para ser más fuerte que nunca. Sabía que no podía ir por el camino de la venganza o sino acabaría como él. Por lo que entrenaría, viviría su vida y, cuando encontrara al Uchiha, lo mataría. Decidió que fuera el destino quien se encargara de provocar su encuentro.
Por último, Kakashi se la pasaba encerrado en su apartamento, culpándose a sí mismo por lo ocurrido. Se había prometido a sí mismo cuidar al hijo de su sensei y protegerlo con su vida si hacía falta, pero había vuelto a fallar. Su vida era un completo fracaso. Sin embargo, las lágrimas ya se habían acabado. Más de una vez había tenido pensamientos de suicidio, pero sabía que si lo hacía, Sakura saldría perjudicada. Bastante dolor había tenido ya como para perder a alguien más. Por ello, pidió a Tsunade que volviera a meterlo en ANBU, con la misión de encontrar a Sasuke Uchiha, ninja renegado de la Aldea de la Hoja, y capturarlo. En el peor de los casos, matarlo.
Mientras tanto, Sasuke entrenaba con Orochimaru. Para su desgracia, no estaba enterado de la muerte de Naruto. Él se había ido, dejando a su compañero muy malherido, pero sabía que el Kyubi lo curaría rápidamente, como había hecho en ocasiones anteriores. Pero aquel día no sabía de lo que iba a enterarse.
—Buenos días, Sasuke-kun—lo saludó Kabuto, con una sonrisa malvada.
El Uchiha no dijo nada, solo miró a los lados buscando a Orochimaru. Quería empezar a entrenar de una buena vez, sin perder el tiempo. Dio media vuelta y se dirigió a la salida, pero escuchó a Kabuto reírse.
—¿Quieres que te cuente las buenas nuevas?—le preguntó el peligris, deteniéndolo.
—No me interesa.
—Oh, pensaba que la información sobre ti y sobre la Aldea de Konoha te interesaba. Está bien, puedes irte si quieres.
—¿Sobre mí?—preguntó Sasuke sin mirar hacia atrás.
—Así que si te interesa...
—Suéltalo—le reprochó el pelinegro, observándolo de reojo utilizando su Sharingan.
—Bien, bien—sonrió con las manos en alto en son de paz—. Te han considerado ninja renegado de Konoha. Ahora estás en el libro Bingo.
—Eso me da igual, que hagan lo que quieran.
—¿No quieres saber el motivo? Es más, no es sólo porque hayas huído de la aldea con Orochimaru.
—¿A qué te refieres?—preguntó.
Kabuto sonrió y tomó de su té de mañana bajo la atenta mirada de Sasuke. El Uchiha, con notable molestia, volvió a las andadas, dispuesto a seguir buscando al Sannin, cuando las palabras del peligris lo hicieron detenerse de nuevo.
—Naruto Uzumaki ha muerto.
Los ojos de Sasuke se abrieron de par en par, sintiendo que su corazón se detenía por unos momentos. ¿Muerto? ¿Naruto? Eso era imposible, el rubio no podía morir. Él lo dejó vivo... Seguro que era una maldita broma del ayudante de Orochimaru. Sí, seguro que era eso.
—¿Qué has... dicho?—preguntó con los puños apretados.
—El día en el que luchaste con él, lo mataste. Al día siguiente fue su entierro. Qué pena que sólo los novatos y los sensei, además de la Hokage fueran al funeral. Ningún civil, ningún otro shinobi, se dignó a ir... En serio, me da mucha pena. Nadie lo quería... Si quiera su compañero, al que consideraba un hermano...
Segundos después, sintió a Sasuke en frente suyo, agarrando su cuello con fuerza, con sus Sharingan activados, notablemente irritado.
—¡Cállate! ¡Eso es mentira! ¡Él seguía vivo! ¿Qué pretendes con esta bromita, Kabuto?
A pesar de sentir un gran dolor en el cuello, el peligris rió confundiendo al Uchiha de sobremanera.
—¿Ah, sí? Compruébalo entonces, nos han traído un nuevo libro bingo esta mañana. Ahí pone lo que hiciste.
Sasuke metió en un genjutsu a Kabuto, dejándolo inconsciente y se dirigió al libro con miedo. Lo abrió, buscando su nombre. Normalmente, estaban organizados por su apellido. Al encontrar a su hermano a su lado, tensó la mandíbula, pero pasó de ello concentrándose en su ficha: Sasuke Uchiha. 13 años. Criminal, rango C. Gennin. Aldea de la Hoja. Motivos de su exilio: Huida de la Aldea y asesinato de un compañero de equipo. Sasuke sintió arder sus ojos. Las lágrimas ya mojaban sus mejillas. Él no quería matarlo... ¿Cómo había pasado? No estaba tan grave cuando lo dejó...
Dejó el libro en su sitio y se sintió en la obligación de volver. Quería desmentir aquella noticia, deseaba decirles que él no había sido, que sólo lo había dejado inconsciente. Salió corriendo de la guarida, en dirección a Konoha. Comenzó a saltar de rama en rama, desesperado, esperando que lo escucharan, aunque lo dudaba.
A mitad de camino, sintió que la marca de maldición le daba problemas, pero le dio igual y siguió su camino. Hubo un momento en el que no podía más. Cayó al suelo de rodillas y apretó su marca, adolorido. Sus lágrimas comenzaron a salir, sintiendo que ya no valía para nada. Naruto estaba muerto y ya no volvería. Lloró como un niño pequeño, recordando el día de la masacre, como si le hubieran arrebatado a un hermano. No, él lo había matado. Eso era lo que más le dolía.
Entonces, dos ANBU de Konoha aparecieron delante suyo, lanzando dos kunai que no se molestó en esquivar. Uno dio en su brazo y otro en su costado. Esto confundió a los ANBU, que se acercaron.
—Sasuke Uchiha, quedas detenido por la muerte de Naruto Uzumaki. Entrégate.
Sasuke levantó la mirada, reconociendo la voz del ANBU. ¿Por qué Kakashi estaba en ANBU? ¿Y Sakura?
—¿Ka-kashi?—preguntó, haciendo que el ANBU quitara su máscara, revelando su identidad. El peliplateado lo miraba furioso, con su Sharingan al descubierto. Sollozó y bajó la mirada de nuevo, mientras levantaba los brazos para que lo esposaran.
—¿Por qué no te defiendes, Sasuke?
—Lo siento... Yo no quería matarlo... Cuando me fui me aseguré de que seguía vivo, lo juro... No quería seguir las indicaciones de Itachi... Naruto era como mi hermano... No quería que muriera... Me acabo de enterar... y sé que no soluciono nada pidiendo perdón... ¡Él ya no volverá! ¡Por mi culpa! ¡Matadme de una vez! Sé que soy un ninja renegado... por favor... matadme...
Kakashi se sorprendió por ello. Había dejado de lado su gran orgullo y quería morir. Sasuke gritó cuando sintió un nuevo pinchazo en la marca y Kakashi y la ANBU Neko lo llevaron de nuevo a la Aldea. Al llegar, lo llevaron por la aldea en dirección a la Torre Hokage bajo la mirada de los aldeanos. Cuando Sakura lo vio, su odio se incrementó y corrió hacia él, pero Kakashi la paró, no queriendo un alboroto.
—¡Mataste a Naruto! ¡No te lo perdonaré en la vida, malnacido!
—Sakura, para—le ordenó Kakashi, pero ella miraba al Uchiha con odio y con los ojos llorosos.
—¡No voy a parar! ¡Quiero que todo el mundo sepa lo que hizo! ¡Naruto te consideraba su mejor amigo! ¡Su hermano! ¡La familia que nunca tuvo! ¡No te lo perdonaré nunca!
Yugao se llevó a Sasuke mientras Kakashi trataba con Sakura. Cuando ya estuvieron lejos, Sakura comenzó a llorar y Kakashi la abrazó con fuerza. Luego, la dejó y siguió a Yugao y al prisionero hasta la Torre Hokage. Aquello iba a ser difícil.
****
Buenaas, aquí vengo con otra nueva historia, de la que se me ocurrió la idea. Espero que os guste y que sea buena recibida. Sé que tengo otros proyectos en mente que les comenté en el blog, pero quería publicar esta que acabo de empezar ahora mismo.
Subiré este y el capítulo 2 a la vez, para que lo sepáis.
Eso es todo. Aquí se despide Luthien. Ciao!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top