Capítulo 4
Era la primera vez que veía gente más allá de los genomorfos o los chicos que lo habían rescatado de las instalaciones de CANDMUS. Aunque realmente él solo había escapado de los laboratorios y podría haberse ido completamente ileso. Era un clon de Superman, ¿no? No necesitaba protección ni ayuda para lidiar con los peligros que lo rodeaban. Había sido creado para ocupar un día el puesto del Hombre de Acero y cargar con el peso del mundo sobre sus hombros. Ver aquella gente caminando por la calle, mirando sus teléfonos, escuchando música con los auriculares...no era la gran cosa. Estaba asombrado por el número de personas, lo diferente que eran. Si, había sido educado en la cámara que lo había mantenido dormido y fue adiestrado por los genomorfos. Pero jamás había visto tantas personas en un mismo espacio como lo ahora estaba haciendo, observando a adolescentes de su edad física cogiendo prendas, probándose esas prendas y observando sus figuras en los espejos de cuerpo completo que había en los vestidores.
Durante un tiempo él había mirado indiscriminadamente como una chica, no mucho mayor que él, se había estado cambiando. Vio su cuerpo desnudo y curvilíneo hasta que Dinah lo había regañado por ello tomándolo del brazo. No comprendía que había hecho mal. Solo era un cuerpo desnudo y no había demasiada diferencia a lo que él tenía. Eran como dos caras de una misma moneda, como los animales.
Siguiendo lo que los genomorfos le habían enseñado mientras estuvo en hibernación, los humanos eran animales omnívoros demasiado inteligentes y complejos para el planeta. Ellos habían sido los causantes de las guerras, devastaciones forestales y de la hambruna en las zonas del tercer mundo. ¿Por qué la naturaleza dejó que los humanos mandaran sobre el planeta? Solamente parecían llevarlo hacia su misma destrucción con su ignorancia y enfrentamientos sin sentido que tenían entre sí, guiándose por ideologías que terminaban creando un cisma en su sociedad. Desde ese punto, él entendió que no era un humano. Era un Kryptoniano con sangre humana creado por CADMUS para algún día sustituir a Superman si llegaba el caso, como Superboy. O incluso él estaba para sustituir a Superboy. No estaba completamente seguro, pero parecía que él estaba siendo un reemplazo del reemplazo para el Hombre de Acero. Sin nadie que se lo confirmara, él realmente no podía estar seguro, pero era el camino más acertado que su mente había encontrado.
Tras el incidente en la tienda de ropa, Dinah Lance alias Canario Negro lo había arrastrado a la zona masculina de la misma tienda haciéndole probarse ropa para él como Robin y Wally habían hecho con Conner unos días antes. Él solamente aceptó sin más, no comprendiendo el porque era tan importante la ropa. ¿Eso lo salvaría la vida en algún combate? Simplemente eran telas que usaba para cubrir su desnudez; una desnudez que a él mismo no le importaba demasiado mostrar. Solo era un cuerpo más en un mundo lleno de cuerpos como el suyo. Bueno no exactamente como el suyo, pero muy parecidos salvo por el hecho de que las balas o golpes normales no le harían nada. Incluso la Kryptonita estaba fuera de las cosas que lo dañaban si Kurama estaba por la labor de ayudarlo con su propia energía. Prácticamente era el Kryptoniano perfecto, sin fallos que él supiera.
Cuando finalmente pudo escapar de la tienda y las miradas extrañas de las clientas de la zona, él había cambiado por completo su vestimenta. Dejó atrás la ropa prestada que Wally le había llevado. Una camiseta negra de mangas cortas estaba cubriendo su torso junto a unos vaqueros desgastados sus piernas. Deportivas negras y rojas estaban tapando sus pies. Sobre su camiseta, una sudadera con capucha lo estaba cubriendo, permitiéndole meter las manos dentro del bolsillo mismo. Naruto suspiró sintiendo como las bolsas tiraban de su brazo hacia abajo. No representaba un problema para él, quien podía detener un tren con sus propias manos sin realmente despeinarse.
Ser un humano es complicado; reconoció lentamente, mirando a los transeúntes que no lo observaban. Todos estaban centrados en sus móviles, observando las pantallas de aquellos aparatos que parecían absorber sus vidas por completo, como si les estuvieran quitando el alma. Simples títeres a las manos de aquella tecnología.
Dejó escapar un suspiro de sus labios. No valía demasiado la pena perder el tiempo intentando comprender las acciones de un humano. Eran erráticas, muy complicadas de comprensión para él.
Uzumaki Naruto, antes conocido como S-9, parpadeó unas cinco veces antes de girar la cabeza cuando una mano se posó sobre su hombro. Dina Lance lo estaba mirando con sus ojos azules, más claros que los suyos. Mantenía un rostro sereno, comprensivo, como el de una madre hacia su hijo o el de una hermana mayor. Ella sabía de los cambios que Naruto debía tomar. Escapar de CADMUS y formar equipo junto a extraños como lo eran los ayudantes, debía ser complicado para alguien que había crecido junto, congelado en el tiempo y mantenido al margen de todo, siempre siendo instruido como un arma más.
Vio a Naruto como una carcasa completamente vacía. Tenía conocimiento de todo el mundo. Había visto todo lo que CADMUS le había mostrado. Pero no había vivido su vida. No forjó su propio camino, su propio carácter. Ahora mismo Naruto era un niño en el cuerpo de un adolescente, alguien casi adulto.
—Vamos. Ya hemos terminado aquí—ella dijo con calma. Podía ver la ligera confusión en el mar azul que el chico tenía por ojos. No parecía entender la mayoría de las cosas simples y parecía necesitar ser guiado por un tiempo. Al contrario que Conner, Naruto había sido educado para ser Superman, para sustituirlo desde un inicio. Mientras que Superboy era llevado ligeramente hacia esa idea, el segundo clon del Hombre de Acero había sido llevado directamente a ser Superman—. ¿Quieres comer algo?
Ambos terminaron en un sencillo puesto de ramen. Dinah había probado aquella comida con Oliver cuando lo acompañó un tiempo por Asia, haciendo misiones ligeras para la Liga y detener a la Colmena y otras pequeñas agrupaciones terroristas. La heroína pidió un ramen vegetal mientras miraba al muchacho arrugar la frente. Parecía indeciso y confuso por tomar algo.
—Sugiero el miso ramen.
Una encantadora camarera señaló lo indicado en la carta. Naruto parpadeó ante el gesto de la extraña, leyendo los labios de su acompañante en aquel local.
—G-gracias.
Y entregó la carta en sus manos a la joven camarera. Esta dio una ligera reverencia y se retiró a por el pedido de ambos rubios. Naruto siguió los movimientos de la mesera y luego centró su mirada en Dinah.
—Así que...¿por qué no te has unido a la primera misión del equipo?—la mujer preguntó mientras quitaba unos mechones de su cabello que estaban cayendo sobre su ojo. Examinó al muchacho. Cuerpo duro, tonificado. Sin siquiera entrenar ni una sola vez, Uzumaki Naruto estaba mucho más tonificado que cualquier otro héroe. Brazos fuertes. Torso tonificado.
—No lo vi necesario—respondió el muchacho. Mostraba aburrimiento. Quedar para comer. Tomar algo. Aquellas cosas tan triviales no entraban en su mente. ¿No había una sociedad basada en los superhéroes? Simplemente no comprendía aquello. No había muchas personas con poderes por lo que veía.
—¿Qué piensas sobre los demás?—Dinah intentó indagar, moviendo los ojos por el Uzumaki, escaneando su rostro, viendo sus facciones, las contracciones de os músculos de su rostro—. Con el que pareces llevarte mejor es Wally.
—Es divertido.
—Casi parece como si fuera a ser tu pareja—ella declaró dando una leve risita ante eso. Naruto enarcó una de sus cejas sin llegar a comprender las palabras de la mujer.
—No entiendo eso.
Dinah entonces dejó escapar una segunda risa, esta menos ligera, más energética. Era demasiado divertido tomar el pelo a un muchacho que apenas entendía sobre el mundo.
—Eres demasiado inocente, Naruto—declaró con voz suave. La mesara depositó dos cuencos humeantes de ramen, uno frente a la mujer y otro frente al joven. Naruto arrugó la nariz captando el olor del miso ramen recomendado—. Puedes usar esto si deseas.
Naruto miró hacia Dinah y observó cómo esta le tendía dos palos pequeños. Tomó lo que la mujer le estaba tendiendo y los observó con ligera duda. Sabiendo lo que estaba pensando, Dinah tomó los palillos y y comenzó a tomar de su ramen vegetal moviendo los palillos y sacando los fideos.
El Uzumaki miró como la heroína tomaba su comida. Miró su propia mano y los palillos que tenía. Ajustó aquel utensilio e intentó tomar los fideos con los palillos.
Realmente era un novato.
Frunció el ceño sintiendo como el caldo salpicaba su mano cuando el trozo de hueco cayó dentro del mismo caldo. Suspiró tragándose la frustración que sentía. Las cosas más simples como aquello de los palillos o los sentimientos no estaban dentro de los conceptos que él manejaba. Le eran superiores.
—De nuevo. ¿Por qué no quisiste unirte a los demás en la misión? Incluso Megan lo hizo—Dinah volvió a lanzar aquella pregunta, tomando algo más de fideos después y observando el rostro de su alumno, examinándolo con sumo cuidado. No quería terminar siendo lastimada o lastimarlo a él, si es que podía. Sería una verdadera molestia lidiar con un clon del super hombre enfadado.
—Hmm—Naruto degustó el sabor del miso ramen y se dio así mismo una palmada en la espalda cuando logró usar bien los palillos—. No me gusta Megan.
—Tampoco a los demás en un inicio.
Naruto frunció el ceño. Tenía los palillos justo sobre sus labios, tomando los fideos que habían tomado y ahora estaban en su boca. Megan, la heroína y sobrina del Detective Marciano, había intentado entrar en su mente, tomar la privacidad que tanto le había costado crear. Incluso con Kurama en su mente, Megan estaba siendo mucho más invasiva que aquella oscura voz.
[Yo no soy invasivo]
Bufó entre dientes, moviendo los palillos para tomar algo de ternera. Parecía que la camarera había dejado un poco extra de carne. O al menos eso era lo que Dinah vio a primera vista. Parecía que el muchacho atraía la atención del lado femenino. Incluso algunos hombres parecían mirar al muchacho más que a ella, y eso era un dolor a su orgullo como mujer. Pero desde luego, el cuerpo de Uzumaki Naruto verdaderamente atraía la atención.
—Es intrusiva.
—Megan se ha educado con las costumbres de los marcianos verdes, en Marte. Todo es distinto para ellos y no pueden entender mucho nuestros conceptos.
—El débil concepto humano—masculló el rubio con calma. Había terminado los fideos. Dejó a un lado los palillos mojados con el caldo y tomó el bol con la mano izquierda. Comenzó a beberse el resto del contenido del cuenco dejándolo vació. Aquel miso ramen estaba completamente delicioso.
—Cierto. No eres completamente humano. Kryptoniano. Pero como Clark y Conner, no conoces las costumbres de Krypton—Dinah declaró con voz pausada. Ella terminó también su propio bol con ramen vegetal. Dejó los palillos sobre el bol—. Pero de un modo u otro, realmente pareces humano. Megan en cambio tiene que transformar su aspecto para poder mimetizarse como una de nosotros. Para ti es más sencillo. Tu cuerpo es como el de un humano. Descartando que pareces echo de acero, de tu fuerza superior y lo extremadamente firme que pareces en comparación con otros humanos, eres prácticamente igual a alguien normal. No hay nada distinto a menos que intente golpearte o uses tu fuerza superior.
Dio un ligero cabeceó rumiando las palabras que Dinah Lance había dejado llegar a sus oídos. Se sentía distinto a los humanos normales. Sería un humano exteriormente, pero interiormente no estaba demasiado seguro de tener todo como una persona, como Dinah misma.
—Entiendo.
—¿Serás algo más amable con Megan y los demás, Naruto? Es posible que ellos salven tu vida más pronto que tarde—Dinah declaró, pensando en cómo Megan había lidiado con el robot que fue la prueba del Equipo, como Batman los había denominado tras formarlos.
—Bueno.
Aquello era una respuesta vaga que no llenaría la pregunta de la mujer. Dinah lo sabía. Naruto no daría nada al cien por cien a menos que finalmente se abriera a los demás. ¿Pero como hacer que alguien creado para ser un arma se abriera a los demás? Solo dedicación y tiempo darían finalmente con la solución. Debía aceptar ese bueno de su parte y verlo como un paso hacia delante. Era cierto que Megan no empezó con buen pie y casi fue echada a un lado por el resto de miembros del Equipo. Ella lo vio en las grabaciones y las entrevistas que tuvo con los chicos. Pero el Equipo había avanzado ligeramente hacia delante después de la primera prueba y todos ahora mostraban algo de compañerismo. Solo faltaba que Naruto finalmente se abriera un poco más y confiera en sus compañeros y maestros.
Pero, de todos modos, aquello era un paso hacia el futuro. Dinah depositó el dinero sobre la mesa y miró al chico. No sabía si realmente había hecho una mella en la dura armadura de aquel joven con aquella salida, o solamente fue un fracaso más.
Solamente el tiempo le daría la respuesta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top