Planes de un hermano
Los dioses debían ser seres perfectos. Sin odio. Sin avaricia. Privados del sentimiento oscuro y denigrante de la lujuria. Debían ser piadosos, pacíficos, sin un defecto en su carácter. Un dios no debía sentir la envidia, el egoísmo. Dios perdonaba. Dios no manchaba sus manos de sangre inocente. Un dios debía ser superior a los sentimientos mundanos, a la crueldad del mundo mortal y no podría beneficiarse del oscuro tiempo de los humanos.
Al menos, Poseidón era de los que mantenían ese pensamiento. El Zeus del Océano, Tirano del Mar, el Dios de Dioses, un ser perfecto en toda su forma, sin fallo alguno No sentía oscuridad. No tenía lujuria. No tenía envidia. No odiaba. No sentía la ira. No sentía el egoísmo. Todo eso estaba a un lado para él, quien había tomado el papel de dios del mar, un ser cambiante como la misma marea. Las aguas se abrían a su paso y estaba por encima de cualquier mortal con piel de dios.
Despreciaba a sus hermanos. Pocos dioses estaban a su par o al menos él los consideraba unos iguales. Entre esos iguales, podían destacarse Amaterasu y Susano 'O del panteón japones. Thor del nórdico. Shiva del hindú. Ra del egipcio. Eran contados con los dedos de una mano y le sobraban aún los de la otra para contar. Sin embargo, los dioses que despreciaba eran contados con todos los dedos, incluyendo los de los pies, y le faltarían dedos.
Como dios, miembro del top diez de seres más poderosos y un rey dentro de su panteón, Poseidón no podía dejarse llevar por las emociones negativas, encontrando que alguna vez lo había hecho, como cuando su amigo fue exiliado de su tierra.
En aquel tiempo, la sangre bañó su tridente y se vio prohibido al entrar nuevamente a Japón por la masacre de yōkai, onmyōji que intentaron detenerlo e incluso deidades menores que lo frenaron. Si el mismo dios de la tormenta del Shintō no lo hubiera frenado, el mismo panteón japones estaría mucho peor de lo que estaba ahora.
El simple recuerdo...me desagrada.
Poseidón hizo una mueca molesta, asqueada, mientras llevaba un poco de carne a su boca, masticando, notando aquel sabor como si fuera una esponja. No había manjares para él. No podía ni disfrutar de la comida, pero debía comer. Todo era molesto para él. Odiaba lo que comprendía demasiado bien.
Odiaba a los dioses, a sus hermanos.
El panteón griego era muy bien conocido por todos debido a su historia, la lujuria de los dioses y sus momentos más crueles. Zeus denigró a los mismos dioses por su falta de amor a su esposa. Ares era un idiota que se follaba a la mujer de su hermano, al cual despreciaba. Artemisa había sido engañada por Orión. Atenea no podía ser más lamebotas de su padre. Cada dios griego tenía su historia, empañada por el incesto, por la sangre o alguna desgracia.
Poseidón conocía cada detalle, cada historia, cada baño de sangre desde Urano y Cronos. Todo estaba en su mente. Y no podía estar más asqueado. Pocas veces pisaba el Olimpo y simplemente permanecía un minuto cuando lo hacía, escuchando a Zeus reír de algo junto a sus hijos, sobre todo Apolo, quien parecía haber obtenido el lívido de su padre.
Todos seres imperfectos, mortales en un cuerpo divino. Que asco.
Poseidón dejó a un lado el tenedor. A pesar de no gustarle la comida, la había preparado su esposa. Y él amaba a su esposa. No podía denegarle nada. Anfitrita era su todo ahora, y no la dañaría. A menos que realmente lo mereciera.
Rash
Cruink
Poseidón movió sus ojos, solo brevemente, observando las puertas abrirse. Pero no miró al intruso. No lo necesitaba. Tampoco era merecedor de que lo mirara. ¿A cuantos había mirado a los ojos? Recordaba solamente a dos o tres personas, sin contar a su consorte. Y la persona que caminaba hacia él, alto, burlesco y lleno de malicia, no estaba dentro de esas personas.
Aquel hombre, era el dios de la conquista, Adamas, el segundo en la línea tras Hades, portando la Guadaña de la Desesperación, con la que sembró caos y sangre por el mundo.
O eso decían. Adamas era el dios al que acudían cuando alguien quería tomar algo que no era suyo. El dios de la conquista, se suponía que ayudaba a conquistar, como su nombre indicaba.
―¡Hermano!―Adamas rugió, tomando asiento en el otro extremo de la mesa, cruzando la pierna derecha sobre la izquierda, dando una sonrisa ladina hacia Poseidón.
El dios del mar griego mantuvo su rostro en calma. Apoyó la mejilla derecha en su puño, mirando hacia la mesa, como si fuera mil veces más interesante que la presencia de su hermano mayor o cualquier cosa que fuera a decir.
Es tan molesto, una aberración.
―...
Adamas apretó los labios. Poseidón jamás lo había mirado, ¡jamás! Él era el mayor tras Hades, el segundo en la línea y estaba siendo relevado de su estatus. Poseidón ni lo miraba, pasando de su existencia y Zeus fue coronado rey del Olimpo, pasando por encima de él. ¿Por qué lo denigraban?
―¡Parece que ya es tiempo!
Poseidón observó como las manos de su hermano azotaban la mesa, generando un sonido molesto. Ni así miró a Adamas. El golpe era mucho más interesante.
―...
―Ya conseguí el apoyo de 49 dioses―explicó el dios de la conquista, sonriendo ligeramente―. ¡Y no es todo! Algunos de los trece olímpicos me han dado su apoyo cuando todo comience, incluyendo a Hermes. Poseidón, ¿por qué no te unes a ayudarnos? Contigo seguro lo lograremos. Tomaremos la cabeza de Zeus―Adamas golpeó de nuevo la mesa, mostrándose satisfecho consigo mismo. Incluso algunos dioses del Shintō se habían unido a él. Después de tomar a Zeus, alinearse con Indra en su revuelta era mucho más factible, obligando a los griegos a seguirle.
Poseidón mantuvo su rostro, aburrido, sin sentimientos. ¿Aquel ser era un dios? Sentía su envidia. Su ira. Su ego. Su ambición. Estaba completamente lleno de oscuridad, de sentimientos negativos.
―No debería haber un hermano menor que se sienta superior a otros. Es lo que creo―Adamas habló de nuevo, mirando a Poseidón con una mueca oscura, desagradable a ojos del dios del mar―. Entonces Poseidón, ¿me ayudaras?
―...
Poseidón apartó la mano de su rostro. Miró aburrido a Adamas, jamás mirando su rostro, solo colocando su presencia delante de él. Jamás miraría a ese ser a los ojos.
―¿Qué dices, Poseidón?
El silencio duró solamente unos escasos diez segundos; pero para Adamas, dios de la conquista, fueron unos eternos diez segundos, pareciendo horas eternas.
―Esto es patético. Y dices ser mi hermano―Poseidón habló, calmado, frío, dejando que su voz se oyera como el profundo y oscuro mar, anegando los oídos de Adamas.
Él...bastardo.
―Estoy un poco lejos, Poseidón―gruñó el dios, tomando la mesa con sus manos, el borde―. ¿Qué acabas...de decir?
Pam
Crack
―...
Poseidón observó todo desde su asiento, mirando a su hermano mayor, viendo como se acercaba a él, lentamente, mostrando disgusto.
―Tal vez si me acerco...pueda escuchar otra cosa. Repítelo una vez más y dilo claramente.
―...
Silencio. Esa fue la respuesta dada por Poseidón.
―Zeus es Zeus. Sin embargo, tú también...no pienses para nada en ese idiota, hermano tonto―Adamas declaró, mirando a su hermano. Vio como jamás Poseidón lo miró a los ojos―. ¡Mírame a los ojos! Soy tu hermano, tienes que respetarme.
Rush
Poseidón se puso en pie, desplazando la silla hacia atrás. No se molestó. Mostró su tridente, obteniendo un rostro sorprendido del lado de su hermano. ¿Lo estaba amenazando? Adamas apretó ligeramente los labios.
―...―Poseidón meneó el Tridente, sosteniéndolo con su mano derecha, mostrándolo a su hermano mayor―. Dios es humilde. Dios no conspira. Dios no confía... Eso es un dios. Es una existencia perfecta desde el principio...pero...tu estas infringiendo todo eso.
Adamas apretó los puños. Había convocado su guadaña al ver el tridente de su hermano. Había confiado en traerlo al lado de Indra, a su lado, al lado del poder...pero Poseidón era terco, cabezota, frío y tóxico.
―¡Maldito! ¡¿Vas a traicionarme?! ¡¿A tu hermano?!
―Hmm~ Hmm~ Hmm~―silbó Poseidón, tranquilo, dejando una postura relajada delante de su hermano, sin mirarlo.
―¡No me subestimes!
Zoom
Hace mucho tiempo...¡desde tu nacimiento! Nunca, hasta ahora. Ni una sola vez...¡ME HAS VISTO A LOS OJOS!
―¡MIRAME!
Poseidón miró a su hermano, a los ojos como el había pedido que lo hiciera, sin temor, neutro, sin sentimiento. Solo una vez en toda su vida, Adamas había visto los ojos de su hermano Poseidón.
Slash
Olor a sangre ocupó la habitación. Poseidón no retrocedió y Adamas no pareció moverse.
―¡Cof!
Rash
No había temor.
Tomando el mango de su tridente con firmeza Poseidón lo meció en un arco de media luna, estrellando el inerte cuerpo de su hermano contra la pared, formando grietas, dejando una mancha oscura, líquida, de sangre de dios.
―Trece dioses―Poseidón dio la espalda al cuerpo de su hermano, del anterior dios de la conquista, comenzando a caminar―. Al parecer hay personas mezcladas que no son dioses. Huh...Hermes...
Me...descubrió.
Poseidón detuvo sus pasos
―A sus órdenes...
Un dios había dejado de existir. Otro dios tomó su poder. Se suponía que los dioses reencarnaban, volviendo a la vida. Adamas jamás volvería a ser un dios.
Lugar desconocido
Los dioses no deberían luchar entre ellos. Debían disfrutar de sus inmortales vidas, dejando a un lado cualquier sentimiento oscuro en sus corazones, no dejándose guiar por aquello que hacía insufribles y detestables a los humanos. Las guerras de los dioses, eran sangrientas y devastaban el mundo entero. Podría destruir a los humanos e, incluso, a los mismos dioses.
Pero después de todo, los mimos dioses siempre mostraron un lado más oscuro cuando realmente debían ser perfectos, mantener una imagen fuera de impurezas.
Aquello que representaba Poseidón, era el ideal de un dios. No mataría por capricho. No destruiría a los humanos por un deseo egoísta. No se dejaría llevar por sentimientos negativos. Siempre mantendría un papel ideal delante de los demás y no dejaría la fachada del dios perfecto. Poseidón era un dios entre dioses, y muchos lo sabían, tanto dentro como fuera del panteón griego. Era más temido que respetado.
Pam
Y eso era lo que Indra odiaba. No quería planes arruinados. Había tomado a Adamas en su ejército, esperando el apoyo de los griegos en su guerra con Shiva, obteniendo el fracaso completo solamente por la culpa de un dios de cuarta, un simple pececillo en el mar. Él estaba por encima de aquel dios griego y, sin embargo, osaba abofetearlo al rostro. No podía permitirlo. ¡Era el rey de los dioses!
―Lord Indra.
El hindú volvió en sí.
El dios miró hacia Sekhmet, obteniendo los ojos esmeralda de la diosa egipcia, recordando la reunión con sus aliados. Movió la cabeza, viendo a Horus a un lado de la mujer, a Loki apoyado en su trono de hielo, a Ebisu del Shintō completamente en silencio, acompañado de uno de sus shinki, vestido en un buen traje. Aquellos eran sus principales seguidores y aliados. Ares estaba ocupado con afrodita y Adamas había muerto. No esperaba demasiado más de los griegos.
Crounk
―Lamento mi tardanza, Indra-sama―declaró una burlesca voz. Indra movió sus ojos, viendo la figura de cabello oscuro caminando hacia la mesa, llevando una armadura samurái completamente roja carmesí, con el símbolo Uzumaki en ella―. Tuve que lidiar...con mis seguidores.
El joven se sentó a un lado de Loki.
―Uzumaki...Menma, Undécimo Rey, portador de la Marca del Sol de Amaterasu―Indra habló, sonriendo al ver el rostro molesto del muchacho de ojos verdes―. Es verdad... Amaterasu no te dio la marca aun, ¿cierto? ¿Descubrió tus planes, niño?
―¡Ja! No me compares con Adamas, Indra. No soy un idiota que fue directo y sin respaldo a por ese diosecillo―expresó el Uzumaki, colocando su katana sobre la mesa, mostrando su empuñadura negra, con la tsuba dorada, formando un remolino. El joven rey no aparentaba más de unos dieciocho años, con aquella sonrisa ligeramente arrogante que Indra encontraba divertida.
Había obtenido el apoyo de la Guardia del Sol para su lucha con Shiva, lo que indicaba el apoyo de Amaterasu hacia su lado, lo que crearía más roces con el Shintō y su hermano sería obligado a enfrentar dos bandos.
Si Naruto estuviera al mando aun...esto sería imposible, se dijo Indra, acariciando imperceptiblemente la cicatriz en su costado, ocasionada por el Décimo Rey, recordando cuando lo intentó llevar a su lado. ¿Aquel mocoso realmente era humano?
Pero de un modo u otro, Indra lo respetaba. Uzumaki Naruto era honor. Era un guerrero. Era el camino del bushidō encarnado. Era el fuego del solo tomando forma humana.
Su hermano estaba lejos de todo ello...no, era su hermanastro. Indra no tendería más a olvidarlo. Sería un insulto a su rival y no podría faltarle el respeto a un dios entre los hombres.
Un exiliado injustamente.
Ese accionar de Menma, de los dioses de la Primera Generación y del clan Uzumaki junto a yōkai corrompidos, no fue de su agrado. Vio como el Décimo luchaba por su pueblo, y ellos lo giraron todo para eliminarlo del camino, como si la vida fuera mucho más fácil sin él...sin el verdadero rey de los Uzumaki.
Pero no podía hacer nada. Él estaba en su guerra, enfrentando a Shiva próximamente y no quería distracciones frente a sus enemigos. Sería molesto reencarnarse.
―¿Bien, comenzamos?―Loki preguntó, dando una oscura sonrisa.
Parecía que en todas las familias...había una oveja negra.
*Buenas, otro capítulo más, esta vez...metiendo Shūmatsu no Valkyrie. Me terminé el manga o lo que puede leer hasta el momento, y me dio la idea de meter algunos dioses de allí, como Thor, Poseidon y hacerlos más...¿geniales? Espero no os moleste, pero me parecía perfecto añadir un poco de ese manga.
Ahora, voy con algo importante: Top 10 de los seres más fuertes de DxD, o al menos los que estan reconocidos por las facciones, dejando a seres más poderosos fuera. No conozco cual es el oficial de Dxd, por lo que si hay error o no os gusta como lo dispongo, comentadlo y tomaré decisiones.
Me he basado en los mangas de Shūmatsu no Valkyrie, en la historia de los dioses y un poco de los que creo más poderosos.
1) Ophis: esa loli es alguien a temer, ¿vale? ni yo la remuevo de ahí.
2) Brahmá y sus partes, Deva y Devi: dios de la creación hindú que creó todo aquello que conoce el ser humano.
3) Indra y Shivá: uno por ser el rey de los dioses, del cielo, el rey de los semidioses y el otro por ser dios de la destrucción, aquel que destruiría todo con un chasquido de los dedos (el que entendió entendió).
4)Amón "El Oculto": según lo encontrado, amón era el dios de la encarnación de lo oculto y del poder del creador, lo que vendría siendo el poder de crear.
5)Odin: el dios padre de todos en nórdico, el dios de la guerra, la muerte, la magia y muchas otras cosas. Principal dios nórdico. Será representado como el Odin de Shūmatsu no Valkyrie, el cual da miedo y me parece interesante.
6)Zeus, Hades y Poseidón: el triunvirato griego de dioses.
7) Thor: el legendario pelirrojo de Asgard, con su inmenso martillo y su aburrimiento general, siendo representado como el Thor de Shūmatsu no Valkyrie
8)Hércules: representado como el de Shūmatsu no Valkyrie. Ese tipo te da un zape y adiós, colega.
9)Sung Wukong: el mítico rey mono. Detuvo el ataque de Cao Cao con un dedo, imitando a Goku al detener a Trunks en Z con su dedo.
10) Sirzechs Lucifer y Ajuka Beelzebub: dos de los reyes del Inframundo, ambos considerados como Super Demonios, dos clase suprema en la cima.
Espero no os moleste este listado de poder. Es lo que yo creo que debería ser. Si veis algo desacorde, comentadmelo, pero siempre justificando, no solo porque no os guste tal dios.
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