La Mariposa

El Cuerpo de Exterminio de Demonios. Aquellos que cazaban a los seres oscuros del mundo sobrenatural, protegiendo a los humanos de los horrores que se escondían del mundo, impidiendo que seres como Muzan pudieran hacer lo que quisieran con los pobres incautos, aquellos que firmaban un pacto sin realmente saber lo que habían hecho, entregando su alma a seres que lo único que querían era la desesperación de los humanos, su destrucción y su sangre. Muzan había creado a los demonios, los seres más perversos, oscuros del mundo entero. Un diablo a su lado sería simplemente un niño de prescolar con las mejillas sonrojadas por el frío, con los mocos cayendo por su nariz. Los demonios no temían a nadie, ni siquiera a los dioses, a los arcángeles o a los mismos primordiales del universo entero. Estaban hechos para la destrucción, para tomar aquello para lo que fueron creados: la sangre de los humanos, sus cuerpos. El Cuerpo de Exterminio de Demonios, fue creado hacía algo más de mil años para paliar la destrucción causada por los demonios, para detener los ríos de sangre que corrían por la tierra, bañando cada hectárea de esta.

No eran especiales. Cada cazador de demonios, había sido entrenado en una respiración proveniente de la Respiración Solar, aquella que la misma Amaterasu dio a los humanos, así como Prometeo dio el fuego a los suyos en el panteón griego. O bien, el cazador lograba crear su propio estilo, como habían hecho aquellos que tomaron como base la respiración original, desencadenando en las nueve respiraciones que llevaban actualmente los Pilares de los cazadores, aquellos que habían eliminado a un buen número de demonios o que habían asesinado a algún miembro de las Doce Lunas Demoníacas.

Tomioka Giyū fue un claro ejemplo de lo que un Pilar podía lograr, sacando de su muerte a su posible sucesor, Kamado Tanjirō, aquel muchacho de pendientes de cartas hanafuda que había quedado atrapado en una pelea con Rui, la Luna Inferior Cinco, quien, usando su poder de demonio, semejante a las de una araña, creando hilos, casi lo había derrotado. El mismo Tanjirō creyó eliminarlo, pero Rui era listo. Sobrevivió a la decapitación y decidió matar al joven cazador lo más pronto posible, tomando a su hermana Nezuko para sí mismo, algo que el Kamado no quería. Giyū apareció, desbaratando los planes de Rui, eliminándolo con dos movimientos de espada, impidiendo que la misma Quinta Luna Inferior lo matara a él o a los Kamado. No podían dejarlo vivo, después de todo. Los cazadores debían eliminar a los demonios, de un modo u otro.

Pero, a pesar del poder de los mismos cazadores, de los Pilares, la crisis había golpeado el mundo sobrenatural con la liberación de Muzan en el mundo y la vuelta de las Doce Lunas Demoníacas. Los más afectados fueron los cazadores, quienes casi habían perdido un tercio total de sus efectivos y se vieron en la obligación de las reclutaciones forzosas y los entrenamientos intensivos, incluso para los Pilares, quienes debían mantenerse firmes frente a lo que acontecía.

Por ello, viendo la crisis y antes de tiempo, Ubuyashiki Kagaya había convocado a los Pilares a una nueva reunión para prever los posibles escenarios, viendo como una guerra estaba a las puertas y que ellos tendrían que actuar, nuevamente, deteniendo a Muzan a costa de sus propias vidas.

―¡Tanriro, pelea conmigo!

Kamado Tanjirō, cazador de demonios ligeramente novato con un año de servicio, era un joven de cabello negro rojizo, con ojos rojos y una marca en su frente. Llevaba un haori a cuadros negros y verdes, con pendientes de cartas hanafuda en representación a su estilo de respiración. Aunque el joven Tanjirō fue entrenado por el ex Pilar del Agua Urokodaki, el muchacho realmente era uno de los pocos herederos de la sagrada Danza del Dios del Fuego, el poderoso estilo que provenía o era el mismo que la Respiración Solar.

―¿Umanoguedo?―el chico respondió, mostrando sus mofletes inflados hacia su compañero, con algún grano de arroz sobre su barbilla, indicando que estaba en su hora de almuerzo.

Su compañero, aquel que quería una práctica de espada, era Hashibira Inosuke, un peleador de espada doble que siempre ocultaba su rostro con una máscara de jabalí, llevando el torso desnudo y con un hakama negro y una falda hecha de piel de jabalí, dejando a un lado del gakuran de los cazadores.

―¡¿Ah?! ¡HABLA CON LA BOCA VACÍA, COMPLETO IDIOTA!

Inosuke no era callado. No era calmado. Mientras que todos los demás cazadores se movían entre la calma y el ego, Inosuke parecía haber optado por un modo demasiado temperamental, lanzado, lo que le había llevado a recibir graves heridas en su pelea con uno de los compañeros de Rui, la Quinta Luna Inferior, que lo dejaron levemente en cama por unos días, casi dos semanas realmente. Pero como había sido criado en el bosque, Inosuke parecía realmente hecho para el combate, la supervivencia y dejarse llevar en la pelea.

Al menos, eso es lo que diría Giyū si le preguntaban sobre el novato que lo había estado idolatrando por semanas, tras haberlo rescatado de una muerte segura, lanzando estrellas de los ojos y murmurando cosas sobre ser como él.

Espeluznante, ¿no?

Glup

―Pregunté, si Zenitsu no podía practicar contigo―Tanjirō respondió, ignorando completamente el grito del chico y como parecía echar humo por las fosas nasales, como un verdadero jabalí cabreado.

Agatsuma Zen'itsu, el último aprendiz del ex Pilar del Rayo, un joven realmente miedica que siempre pensaría en la muerte. Solo era capaz de realizar la primera postura de su respiración. Era un joven de cabello amarillo, con toques oscuros, rojizos en las puntas, de ojos marrón suave, casi dorado, siempre inclinados hacia abajo y dando un aspecto de terror. Llevaba siempre el gakuran de los cazadores y sobre él, un haori de degradado de amarillo y naranja, con triángulos blancos sobre él.

―¡Bah! ¡Esa piña no vale mi tiempo!―refunfuñó el chico bestia, cruzando los brazos sobre su torso, mostrándose realmente indignado. Y no era para menos. Mientras que Tanjirō podía considerar a Zen'itsu como un buen compañero, Inosuke lo veía como un quejica, siempre llorando y rezando por la muerte, lo que el mismo Tanjirō veía sin importancia.

Ambos jóvenes cazadores, tanto Tanjirō como Inosuke, estaban dentro de la Finca Mariposa, la propiedad de Shinobu, la Pilar del Insecto, recuperándose unas nuevas heridas por otro demonio poderoso que había aparecido, esta vez cerca de Kuoh, una ciudad japonesa.

Rash

Inosuke movió la cabeza, frunciendo un poco su ceño, cuando un intruso entró a la sala. Lo examinó, de arriba abajo, viendo el gakuran de los cazadores, completamente negro, un haori rojo con llamas negras y unos pendientes de cartas hanafuda, exactamente como los de su compañero.

―¡Eh, Tanrero! ¡Ese lleva los mismos pendientes!

―Es Tanjirō, Inosuke―masculló el pelirrojo, moviendo la cabeza, encontrándose con dos orbes azules, calmados, observándolos lentamente, como si no tuviera prisa. El Kamado vio entonces los pendientes, exactamente como los suyos―. ¿Uh? Es verdad.

Uzumaki Naruto se mantuvo cerca de la puerta, mirando al muchacho de los pendientes. Eran exactamente como los suyos. ¿Sería de algún descendiente de aquel sujeto? El Uzumaki negó con la cabeza, prestando atención a los nuevos pasos que oía. Inosuke y Tanjirō se mantuvieron en calma, mirando simplemente porque parecía que el encuentro se iba a hacer en su sala.

―Oh, Naruto-kun. Es bueno volverte a ver entre nosotros―la chica dijo.

Esta joven chica, no era otra que Kochō Shinobu, la Pilar del Insecto, una experta en veneno para la eliminación de los demonios. Tenía el pelo negro con mechones violetas, como sus ojos. Era de baja estatura, con la piel clara y llevando el uniforme de cazador, el gakuran, con un haori pareciendo las alas de una mariposa.

―Las noticias vuelan...Shinobu.

Ambos se mantuvieron en silencio por segundos, ante la atenta mirada de Inosuke y Tanjirō, quien no sabía si terminar o no sus bolas de arroz del almuerzo. Los dos cazadores jóvenes, podían notar la leve tensión entre la Pilar y el otro cazador.

Entonces, ante la atenta mirada de ambos jóvenes cazadores, aquel rubio que ellos no conocían dio una ligera sonrisa, deshaciendo completamente el ambiente tenso en la sala. La misma Shinobu dio su sonrisa, encantando a ojos de Inosuke.

―¿Vas a besarme, Naruto-kun?

―Hmp. No es algo dentro de mis planes, estando con Mitsuri―el Uzumaki declaró, sonriendo, enarcando una de sus cejas. Pocos sabían, sobre todo los nuevos, que Kochō Shinobu fue novia del rubio cazador portador del sol mismo. En aquella época, declarar el amor abiertamente, era colocar una diana sobre la espalda de tu pareja.

―No soy realmente celosa. Podemos repetir...aquello.

Naruto soltó un bufido. El joven cazado mantenía la mano sobre su Nichirin, apretando con fuerza el mango, dejando que la hoja cayera hacia abajo. Ni siquiera allí dentro, Naruto bajaría completamente la guardia. Los demonios de Muzan podrían dar con aquel lugar y destruirlos por completo. Y no podían permitirse eso, no ahora. Todo pendía de un hilo y los cazadores eran el cortafuegos entre los demonios y los humanos.

―Bueno. Se puede intentar―asintió el zorruno Uzumaki, dando una sonrisa de zorro completa. Shinobu devolvió la sonrisa, algo suave. Fue entonces que la Pilar del Insecto, captó por el rabillo del ojo a dos de los novatos más cotizados dentro de los cazadores en este momento―. Oh, Naruto-kun. Déjame presentarte a Kamado Tanjirō y Hashibira Inosuke. Son dos de los novatos que lucharon contra la Quinta Luna Inferior y su grupo. El mismo Kamado estuvo luchando junto a su hermana contra ese tipo araña.

Naruto movió la cabeza, centrándose en Tanjirō y el tipo con la cabeza de jabalí. Por un momento, el Uzumaki creyó realmente que el tipo tenía cabeza de jabalí, que era algún tipo de yōkai convertido en cazador. Pero, tras un simple examen ocular, notó los característicos rasgos de un humano completo, además de un aura humana dentro de aquel cuerpo.

Los orbes azules de Naruto, se movieron hacia los pendientes del joven Kamado, ensanchando por un segundo los párpados, sorprendido de que él y aquel chico llevaran los mismos pendientes.

¿Realmente? Yorīchi.

Al ver aquellos pendientes, enseguida Naruto dedujo la descendencia del cazador. No estaba completamente seguro, pero aquel cabello, aquellos ojos y los pendientes, le daban una clara idea de quienes habían sido los antepasados del chico.

―Un placer. Soy Uzumaki Naruto―habló, dando su presentación en conjunto con una reverencia hacia los dos chicos, mostrándose algo respetuoso. Después de todos, ellos dos eran humanos, cazadores.

―¡Lucha conmigo, Nabruto!

Zam

Inosuke, impulsado por el aura del Uzumaki, se lanzó sobre el rubio, tomando sus dos Nichirin dentadas, lo que le pareció gracioso a Naruto. Parecía estar intentando imitar a dos colmillos de jabalí, por lo que él podía ver.

Zap

Wis

Pam

Sin ni siquiera desenfundar su Nichirin, Naruto atrapó de la muñeca derecha al chico jabalí, haciendo una llave de giro sobre su cuerpo, estampando al cazador contra el suelo sin demasiado esfuerzo. Había usado la velocidad y peso de Inosuke en su contra, recreando la llave para golpearlo contra el suelo.

―¿Podrías calmarte? Te lastimaré―Naruto señalo, haciendo un poco de presión sobre el brazo del muchacho, intentando que soltara la Nichirin.

Grande fue su sorpresa, cuando Inosuke giró sobre el suelo, dislocándose el brazo, y le lanzó un tajo, obligándolo a cubrirse con su propia espada aun envainada, siendo separado al chico jabalí.

¡¿Qué mierda?! ¡Se ha dislocado el brazo, el hijo de....!

―¡HAHAHAHAH!―por las fosas nasales de aquella máscara de jabalí, salieron dos pequeñas nubes de vapor, indicando que Inosuke estaba dispuesto a pelear.

Rash

Pero la llegada de Giyū detuvo los movimientos del muchacho medio animal, quien se quedó mirando con admiración al Pilar del Agua. Giyū miró por un segundo tanto a Inosuke como a Tanjirō y se giró para enfrentar a su viejo amigo.

―Has venido.

―Hmp. Por supuesto. Estamos en un momento realmente crítico. No voy a abandonaros―Naruto declaró, mirando al Pilar del Agua. Ambos se observaron, quedándose frente a frente, sin pestañear.

―Si vais a besaros, ¿podéis hacerlo ahora? Sois tan monos~―Shinobu declaró, apareciendo sobre el hombro del Uzumaki, dando una pequeñísima sonrisa hacia el Pilar del Agua, no pudiendo ser vista por el rubio ojiazul.

―¡¿Qué mierda?! ¡Shinobu!―Naruto rugió, intentando atrapar a la Pilar del Insecto, quien se escurrió del agarre del rubio, quedando a diez metros de ambos chicos.

―Por favor. Basta.

Kochō Shinobu solamente dio una sonrisa, con las manos detrás de su espalda, observando a los dos chicos directamente. Tanjirō e Inosuke se mantuvieron en silencio, con el chico bestia completamente calmado.

Aquella era la Pilar del Insecto, laMariposa.


*Durante el fin de semana, probablemente no publique nada, dado que esto preparando un One Shot especial para los 6k seguidores y que publicaré con ello. Es un one shot especial de uno de mis fic más queridos y será como una película anime (un solo capítulo probablemente de 10.000 palabras mas o menos) y quiero trabajar en él todo el fin de semana. Espero que os haya gustado el capítulo, un saludo!              

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