El Cazador

El dicho Cortar la tensión, como un cuchillo caliente la mantequilla, podía aplicarse a la situación dentro del club de lo oculto. Todos mantenían el silencio, sintiendo la pesada sensación que Uzumaki Naruto estaba enviando, sobre todo hacia Xenovia Quarta, quien parecía mostrar un poco de sobre esfuerzo por mantenerse en pie. Cualquiera que la viera, notaría las ligeras gotas de sudor escurriendo por su rostro, las manos temblando ligeramente y como sus piernas parecían flaquear, queriendo doblarse y dejar a su dueña caer al suelo.

Irina no se encontraba mejor. A unos pasos de su compañera, la castaña estaba sudando ligeramente, sintiendo su corazón palpitar, como si estuviera justo frente a un depredador, un lobo hambriento que mostraba los colmillos frente a su presa, o incluso un león. Por dos o tres segundos, la chica juró ver una enorme figura oscura con nueve colas ondeantes que le recordaron al Kyūbi, el cuento mitológico de Japón sobre el Zorro Demonio de las Nueve colas. Pero eso sería una falacia, una imaginación de su mente presionada por el miedo, ¿cierto?

Ambas exorcistas jadearon, recomponiéndose lentamente gracias a sus entrenamientos, su preparación para la lucha. No podían sucumbir ante un demonio, solo por su presencia.

Clank

Xenovia mostró Exalibur Destruction, mientras la forma de Excalibur Mimic estaba en la mano de su compañera, Irina. La castaña no estaba molesta por presentar su espada. Igualaba en postura a su compañera, algo más flexible en comparación a la propia Xenovia, quien parecía dispuesta a moverse contra Naruto y destrozar a Asia, quien se estaba encogiendo detrás del rubio ojiazul.

Naruto deslizó los dedos de la mano derecha sobre la empuñadura de su Nichirin, dispuesto a desenvainarla. Al contrario que las dos exorcistas, el cazador se mantenía calmado, examinando a las chicas con sus dos orbes de zafio, dispuesto a corresponder cualquier movimiento dado por ambas y contrarrestarlo de un movimiento más fuerte. Podía ver por la postura de ambas, que realmente sabían luchar.

Y parecían desearlo. Al menos Xenovia, quien no estaba dudando tanto como Irina. Naruto sonrió ligeramente, tirando del mango de su katana, mostrando el filo negro como el carbón. Por lo que había podido ver en sus recuerdos, solo unos pocos habían llegado a llevar una Nichirin de hoja negra, y fueron aquellos que...

Pam

Naruto parpadeó, algo aturdido. Xenovia relajó su postura. Irina soltó el aire que estaba conteniendo, sin saberlo. Rias había golpeado la mesa con sus manos, levantándose en el proceso, arrastrando hacia atrás la silla y enfocando su atención en las dos chicas de la iglesia.

—Por favor. ¿Podéis deteneros?—Rias murmuró, no como una exigencia, sino más bien como un hecho. No quería que la iglesia fuera tras sus cabezas, no cuando Kokabiel parecía estar armando una guerra, moviendo sus tropas. ¡No estaba para eso! La pelirroja suspiró, moviendo los ojos hacia Naruto—. ¿Por favor?

Rash

Clink

Sin hacerse de rogar, Naruto envainó la espada, recuperando una pose relajada; pero no apartó los ojos de ambas exorcistas, quienes parecían haber visto a un verdadero demonio, o algo similar. Al menos, eso pensó el Uzumaki.

Xenovia mantuvo con firmeza las manos sobre el mango de su espada, al mismo tempo que Irina parecía relajar las suyas. No parecía incitar un verdadero enfrentamiento, lo que Rias agradecía. Un reguero de sangre entre el Cielo y el Inframundo, no sería lo más adecuado ahora, con los caídos en un movimiento agresivo, y menos cuando Naruto, miembro de un grupo desconocido, parecía estar enterado de los movimientos de cada bando.

Era molesto, pero necesario.

―Gracias. A los tres―Gremory susurró, relajándose. Pero el dolor de cabeza no se iría, desgraciadamente. Tenía ahora dos exorcistas que eran un polvorín. Una provocación, y la sangre correría. Tener a Naruto de su lado, solo empeoraba las cosas―. Podéis marcharos. La audiencia ha terminado...

Xenovia guardó su Excalibur, seguida de Irina. Ambas muchachas observaron a Naruto por varios segundos, pareciendo que eran horas, y pasaron sus ojos hacia Asia, quien se encogió detrás del cazador. Naruto no se apartó y parecía un muro entre los dos lados. Y remover un muro como lo era el Uzumaki...no era tarea fácil...para nadie.

―No olvides lo que hemos hablado...Gremory―siseando, Xenovia declaró, posando su vista en la heredera de Gremory por unos segundos, obteniendo un cabeceo de ella. Giró sobre sus talones y pareció dispuesta a escabullirse, seguida de la silenciosa chica castaña para abandonar el lugar que odiaban.

No iba a ser fácil.

―¡Te reto a un duelo!―exigió Yūto, despegado de la pared. El diablo estaba entre las exorcistas y la puerta, parado, mostrando una mirada molesta que captó el interés de Naruto. El aura del muchacho había cambiado, mandando ligeros trazos de desesperación tapados por odio y rabia―. Quiero destruir las Excalibur en vuestras manos.

Ya veo.

―¿Uh? ¿Tú? ¿Un demonio me está exigiendo? Eso es divertido―Xenovia declaró, sonriendo ante la idea de un enfrentamiento. Y si el otro insolente se metía, mejor para ella. Podría eliminar dos demonios sin miedo a represalias―. Bien, si lo deseas. Inténtalo.

Yūto frunció el ceño, claramente molesto. Todos podían verlo. Naruto sentía su molestia. A veces, incluso, odiaba sus sentidos agudizados por el tiempo.

―Xenovia. No deberíamos...

―Irina. Solamente son demonios. Si ellos desean ser arrebatados de la vida por Excalibur, es nuestro deber hacerlo. Somos exorcistas―ella expresó, con calma, manteniendo ojos duros sobre Yūto.

Pero Naruto podía leer a la chica. Estaba ansiosa por una batalla. Probablemente más por exterminar a todos los diablos en la ciudad y luego a Kokabiel. ¿Hasta donde llegaba su fe para arriesgar inútilmente la vida sin pensar?

―¡Si Yuuto pelea, me uno a él!―Issei expresó su molestia, queriendo enfrentar a la chica que casi lastimaba a Asia.

―Hentai. Si el [Caballero] pelea, me veré obligado a apoyarlo―Naruto declaró, mostrando su katana―. Lo tuyo es lucha mano a mano, no con espada. Solo serías peso muerto, niño.

―¡Qué no me llames niño! ¡Tenemos la misma edad!―molesto, el Sekiryūtei señaló al Uzumaki, mostrando la Boosted Gear, atrayendo el interés de ambas muchachas.

―Hmm.

Rias suspiró, observando toda la discusión, nuevamente. Akeno rio ligeramente, tapando la boca con su mano siendo lo más sutil que ella realmente podía, no queriendo molestar demasiado a su amiga.

―Bien. Podréis realizar un duelo a dos. Issei―se volvió hacia su pieza, obligando al muchacho a mirarlo―. No estas participando en esto. Naruto y Yūto son suficientemente competentes para esto.

―¡¿Pero porque?!

―A veces, dragón―Naruto habló con calma, tomando el mango de su katana. Los labios del Uzumaki se habían apretado, volviendo su rostro algo agrio―; hay cuentas que arreglar.

No tardaron demasiado. Cinco minutos y los competidores del combate estaban en un claro, rodeados por el séquito Gremory y Sitri, quienes aceptaron poder mirar la pelea.

Naruto mantenía una pose relajada. No había dejado a un lado su uniforme escolar. Ni siquiera veía peligro en luchar contra una exorcista.

Frush

Irina y Xenovia removieron sus capar, mostrando a sus adversarios y el público, el uniforme de cuerpo entero que las cubría, negro, casi pareciendo un traje de sadomasoquismo. Algo que hizo que Naruto sintiera su ceja crispar, temblando ante la imagen.

¿Realmente? El cielo da asco.

Tomó la empuñadura de su Nichirin, oyendo los quejidos de Issei, quien probablemente estaba disfrutando de las vistas. Pero él no. Estaba furioso. Las llamas de la venganza crecían en él...

Tal vez no sea la cabeza de Michael, Rapheal, Metraton o Gabriel, mi querida; pero puede ser un paso para tomar sus cabezas, se dijo Naruto, pensando en su esposa, en la mujer e hijos...que la iglesia le había arrebatado...que los templarios violaron.

Sus ojos se crisparon. Sus músculos se tensaron. No podía matar a dos niñas fuera de ese tiempo. Pero no las dejaría moverse sobre él. No cuando eran de la iglesia.

Rash

Mostró la hoja negra de su katana a su adversario, la exorcista Shidō Irina, portadora de Excalibur Mimic. ¿Cuánto duraría ante él? No estaba de humor para el juego. Desde que sintió a las exorcistas, las quiso descuartizar.

Son inocentes. Ellas no tuvieron que ver en ello.

Naruto respiró hondo, tomando una buena bocanada de aire, llenando sus pulmones con todo el oxígeno que podía, sintiendo su torso crecer, su pecho hincharse y no poder tomar nada más-

Fuus

Lo soltó a los diez segundos exactos, encontrando su mente despejada, su cuerpo relajado y centrado en la muchacha de coletas castañas, quien parecía sonreírle ligeramente, alegre.

Se permitió devolverle la sonrisa.

―Lamento todo esto, demonio-san.

―Ja. ¿Realmente? Ella parece disfrutarlo―señaló el Uzumaki, apuntando con su pulgar a Xenovia. Tanto ella como Yūto parecían dispuestos a arrancarse el corazón, el uno al otro―. Y no soy un demonio, querida. Soy un Cazador de Demonios.

Antes de poder reaccionar, Irina evadió un swing del lado de Naruto, encontrando al muchacho sobre ella, habiéndose movido en solo un parpadeo, lo que realmente la sorprendió, no esperando esa velocidad en nadie.

Qué...rápido.

Irina afianzó la sujeción sobre su espada, dispuesta a contraatacar. Pero no esperó encontrarse con la rodilla del Uzumaki sobre su rostro, directa a golpearla.

Pam

Se vio obligada a retroceder, sintiendo la sangre escurrir por la parte superior de su labio, goteando por su mentón. Estaba siendo sorprendida, superada y, ligeramente, molestada por ello.

―No un demonio, ¿eh?―Irina limpió la sangre con su mano, viendo la roja brillante―. ¿Qué haces entonces con los demonios?

―Jamás estaría con los demonios―él expresó, tomando el mango de su katana con fuerza―; pero ellos son diablos.

―¿Cuál es la diferencia?

Naruto sonrió, lanzándose hacia Irina, quien lo imitó al verlo moverse contra ella.

Clank

Ambas katanas chocaron, soltando chispas. La de Naruto estaba levemente envuelta por agua, haciendo presión, siendo la representación de su respiración.

―Unos son monstruos...los otros, tienen forma humana.

Slash

Naruto se agachó, dejando pasar la Excalibur Mimic de Irina sobre él cuando la muchacha giró sobre su talón. Tomó con firmeza su espada, observando el movimiento.

Respiración del Agua, recitó mentalmente. Agua comenzó a moverse sobre su hoja mientras pasaba por debajo, esperando golpearla. ¡Doceava Postura: Contracorriente!

Naruto meció la katana hacia arriba, mientras Irina movió la suya como una barrera contra la Nichirin que parecía cortar una cascada, avanzando por golpearla con fuerza y barrerla del lugar. Realmente lo haría. Al menos, si aquello que llevaba no fuera un fragmento de Excalibur.

Clonk

Wiiis

Naruto se mantuvo, empujando su katana contra la de su adversaria, encontrando que la muchacha se mantenía firme, usando la Excalibur como defensa ante su hoja. La exorcista había detenido el movimiento de la Respiración del Agua, sin sufrir demasiadas lesiones más allá de unos rasguños que parecían una caricia, a ojos de Naruto, lo que lo molestó.

Esta no es mi espada, después de todo.

Con esa sentencia, Irina movió su Excalibur Mimic y desvió al Uzumaki hacia un lado, quién había esperado deshacerse de su enemiga con solamente un movimiento.

Y estaba molesto. Sus ojos lo expresaban. La forma de mantener la Nichirin, era un indicativo de su molestia real. Si tuviera su espada, aquella que lo colocaba como un rey de reyes, un dios entre los hombres, no se vería tan limitado, Kokabiel no habría escapado.

Solo tengo un cuarto, tal vez menos, de mi poder real. Si le sumamos que no he entrenado hasta hace un mes, estoy en muy mala forma. Además, no tengo mi espada, se lamentó el cazador, suavizando las facciones.

Zoom

Clink

Naruto movió su Nichirin, bloqueando la Excalibur Mimic de Irina, sintiendo en su cuerpo la fuerza sobrehumana que estaba intentando aplicar la exorcista en el movimiento.

Ella realmente lo toma en serio.

Afianzó los pies sobre el suelo, sintiendo como este comenzaba a hundirse lentamente.

Bueno. Esto es diversión.

―¡Respiración del Agua!―tomó aire, apretando los dientes. Movió la otra mano, tomando la empuñadura de su espada―. ¡Segunda Postura: Rueda de Agua!

En un giro total de 360 grados, Naruto se deshizo de Shidō Irina en un solo movimiento, empujando a la muchacha y cortando levemente su abdomen, mandándola contra el suelo, sorprendiendo a la misma y alterando a Xenovia, quien se había desecho de Yūto y parecía preocupada por su compañera.

Naruto tocó el suelo, tanto con sus pies, como con la punta de la katana, mirando directamente a la figura derribada de Irina. La chica podía seguir luchando. Él lo sabía. Pero debía quitarle las esperanzas...o realmente le costaría controlarse...demasiado.

―Oh, bueno. Eso ha sido un buen movimiento, pequeño mocoso―dijo una voz, gruesa, divertida, atrayendo los ojos de todos en aquel lugar, incluyendo a la propia Irina, a pesar de la herida.

Naruto se movió, intentando reaccionar. Pero estaba siendo lento. Demasiado lento.

Floosh

Rash

Cough

Naruto abrió los ojos completamente. Bajó la mirada. Una espada estaba atravesando su pecho, mientras una mano lo sujetaba del hombro. Alzó la vista.

¿Qué...?

Un hombre con alas y cabeza de halcón, mostrando unos ojos mezquinos, ligeramente dorados y divertidos, burlescos sobre Naruto.

―No me mires así, Uzumaki―sentenció el hombremitad halcón...mitad humano. Con un movimiento retiró la espada, dejando laherida abierta sobre el muchacho, sin apartar la mano del hombro de Naruto,manteniendo al rubio cerca―. Después de todo, eres un Cazador de Demonios, ¿no?Esto será divertido...para mí.

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