p a r t e d i e c i o c h o
Narra Peter:
Ahí estaba ella, viva, mirándome con cara de alegría.
—______, estás viva —corrí a abrazarla y ella me correspondió.
—Te he echado tanto de menos —sus lágrimas mojaban mi hombro, pero me daba completamente igual, por fin la tenía a mi lado.
—No te vuelvas a ir nunca, por favor, no lo hagas —gotas saladas caían de mis ojos también, no podía reprimirlas.
Me separé de ella e hice lo que llevaba esperando tanto tiempo, la besé. Un beso lleno de pasión, amor y nostalgia. El beso perfecto.
—Te quiero.
—Te quiero más.
Nos encontrábamos en el barco, tres días después de que _____ despertase, directos a Cair Paravel. Directos a casa, por fin.
_____ había recuperado el tiempo perdido con todos. La tripulación se alegro de la vuelta de la futura reina de Narnia, ya que en cuanto llegasemos iba a pedirla matrimonio.
Estaba bastante nervioso, pues no sabía si me iba a decir que sí. Susan y Lucy estaban convencidas de que me diría un enorme sí pero yo seguía con mi inseguridad.
—¿En qué piensas? —preguntó la pequeña de los Groover posicionándose a mi lado.
—En ti, en mí, en todo... —le di una pequeña sonrisa y ella agarró mi mano inesperadamente.
—Te quiero, Peter. Siento haberte hecho sufrir tanto, siento todo el daño que te he hecho... —pequeñas gotas salían de sus ojos, las cuales seque inmediatamente.
—No llores, no tienes que disculparte por nada, yo también te he hecho daño y es algo que tenemos que olvidar —me dio una sonrisa que hizo que yo reaccionase igual.
—¿Empezaremos una nueva vida, los dos juntos? —preguntó ella, mirando al horizonte.
—Sólo si tú quieres, _____ —contesté apoyándome lateralmente en la barandilla y mirándola.
—Claro, por eso te lo he preguntado, tonto —se rió y mi carcajada siguió a la suya—. ¡Mira, Peter!
______ señaló el horizonte, donde se encontraba Cair Paravel, nuestra casa, nuestro hogar... Narnia.
Al llegar al puerto, todos bajamos emocionados por volver a pisar nuestra tierra, nuestros dominios.
Los narnianos aplaudían nuestra llegada y nos vitoreaban, alegres de que sus reyes hubiesen vuelto.
Una vez estuvimos en Cair Paravel, me fije en que _____ y Jason no vinieron con nosotros, habían vuelto a su casa al borde del bosque.
............
Ahora mismo me encontraba practicando delante del espejo mi declaración a _____.
—_____, sabes que te quiero y que eres lo mejor —dije en alto—. No, demasiado cursi—. Me alegra que hayas vuelto y qué mejor que celebrarlo con una boda. ¡NO!
Mi desesperación crecía, pues no sabía cómo decírselo.
—Majestad, debe bajar ya. Los invitados y el novio ya están, sólo falta usted —me avisó una sirvienta.
—Enseguida bajo.
Era la boda de Caspian y Susan y yo era el encargado de llevar a Su ante el Rey.
Miré mi vestimenta y sonreí para después bajar y ver a toda la gente sentada y a un Caspian bastante nervioso. Susan apareció y me dio una sonrisa.
—¿Lista? —la pregunté estirando mi brazo para que se agarrase.
—Lista —mi hermana se agarró y en cuanto empezó a sonar la melodía, ambos empezamos a andar hacia el altar.
Observé a toda la gente pero mi mirada fue a parar a la joven pelirroja con un vestido rojo en primera fila. La chica de la que estaba enamorado.
Si ya estaba nervioso, el verla tan guapa me puso más aún de lo que estaba.
Llegamos al altar y dejé a mi hermana junto a Caspian para ir a sentarme junto con los demás.
—Estás más nervioso que ellos dos. ¿Qué te pasa? —me preguntó _____ observándome.
—Nada, estoy bien —sonreí con nerviosismo.
_____ asintió no muy convencida y volvió a mirar hacia Su y Caspian quienes se agarraban de las manos.
Tras decir sus votos vino el sí quiero, los vitoreos y la tirada de pétalos de rosas a los novios.
Estaba feliz por ellos pero lo único en lo que podía pensar era en mi declaración. No tenía nada fijo preparado pero era ahora o nunca.
Vi a ____ dirigiéndose al gran balcón de Cair Paravel y la seguí.
—¿Qué haces aquí? —la pregunté poniéndome a su lado.
—Despejarme un poco —me contestó—. Me alegra ver a Su y Caspian tan felices.
—Sí, están hechos para estar juntos —su mirada estaba fijada en un punto del horizonte y una sonrisa adornaba su precioso rostro.
Me quedé mirándola hasta que se dio cuenta de ello y me miro.
—¿Qué te ocurre hoy? —me preguntó enfrentándome—, estás muy raro.
—Estoy algo nervioso —admití con la mirada gacha.
—¿A qué se debe? —vi su confusión en sus ojos al levantar la cabeza, una pizca de preocupación se instaló en ella cuando no respondí—. Peter, ¿seguro que estás bien?
Se acercó más a mí para examinar mi rostro y no aguanté las ganas de posar mis labios sobre los suyos. Tras el beso, ambos sonreímos.
—¿Qué ha sido eso? —levantó una ceja y aquella sonrisa que me tenía enamorado volvió a posarse sobre su cara.
—No podía reprimirme más —solté una risita y la agarré de las manos—. Sé que ha sido duro, todo esto... Todo por lo que hemos pasado.
Ella asintió bajando la cabeza y focalizando su mirada en nuestras manos unidas.
—Lo sé, pero gracias a esto —levantó nuestras manos entrelazadas—, estamos aquí. Gracias a nosotros.
La sonreí pensando en lo feliz que me hacía y en que tenía que soltarselo ya.
—Así es. Y por esa razón es por la que... Bueno... Yo... Había pensado que, ya sabes... —mi tartamudeo provocó una carcajada en ______ liberando un poco de nerviosismo en mí—, quería saber si me harías el honor de casarte conmigo.
Sus ojos se abrieron al escuchar las palabras que salieron de mis cuerdas vocales. Me arrodillé con sus manos todavía junto a las mías y de la parte interior de mi chaqueta saqué el anillo que me entregó Lucy días atrás.
—Me harías el hombre más feliz —mi sonrisa volvió a mi rostro al pensarlo. Ella observó el anillo.
—Peter, yo... —las palabras se amontonaban en su boca—, no sé que decir.
—¡Di que sí! —la voz de mi hermana pequeña se escuchó a nuestro lado y ambos reímos al escucharla tras las riñas de los demás presentes.
—En ese caso... Sí. Sí, por supuesto —me levanté a la mayor velocidad que mi cuerpo me permitió para rodearla con mis brazos y apegarla a mí para que nuestros labios se volviesen a unir acompañados de los aplausos de los que observaban la escena.
—Te quiero —susurré a su oído. Ella en respuesta me sonrió y fue arrastrada hacia dentro por mis hermanas.
—Enhorabuena, hermano —Ed me rodeó el cuello con su brazo izquierdo y me llevó de vuelta al banquete.
—No me importará que seas rey si la haces daño —apuntó Jason mientras todos reían.
El banquete y la fiesta duró hasta la noche, una vez que los invitados habían abandona el establecimiento todo se quedó en calma y sólo se escuchaba el ruído de las olas romper contra la playa. Peter bajó hasta ella, observando el horizonte metió sus manos en los bolsillos del pantalón.
Las vistas puede que sean las más bonitas que haya visto en toda su vida y se preguntaba qué sería de ella después de todo. Al fin y al cabo, no podría vivir en Narnia para siempre, o eso creía él. En ese momento, su prometida apareció posicionándose a su lado mientras agarraba su vestido por la parte de abajo intentando no pisarlo.
—Es maravilloso —comentó ______ mientras Peter la observaba a ella.
—¿El qué?
—El paisaje, el momento, tú... —_______ giró su cabeza para conectar miradas con Peter mientras ambos sonreían—. ¿Qué será de nuestras vidas alejados de lo que solíamos hacer? No sé si podré vivir sin una pelea.
Ambos carcajearon.
—No lo sé, quizá tengamos que pelear. La verdad, me da igual mientras pueda estar contigo y mis hermanos —habló el mayor de los Pevensie con la mirada fija al frente.
—Durará para siempre, ya lo verás —_____ agarró la mano de Peter mientras observaban como el Sol caía poco a poco y las estrellas hacían presencia.
—Para siempre.
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