Capítulo 6: ¿Amigo o enemigo?



Este capítulo tiene un poquito de humor negro, solo avisando jsjs

Perdón por no actualizar rápido, perdónenme. La inspiración mía viene en taxi pero se queda en un embotellamiento de pensamientos y otras ideas.


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Reino de Calormen.



Caspian perdía fuerza a cada segundo, estaba tan agotado y débil que creyó ver algo que era imposible. Aslan había dejado en claro que los Pevensie ya jamás regresarían a Narnia. Cerró los ojos un segundo, justo cuando una luz blanca cegadora apareció frente a él.

Era oficial, Caspian X iba a morir, ese sería su último día sobre Narnia, puesto que estaba tan mal, que por un momento creyó escuchar una voz tan familiar que tuvo que obligarse a sí mismo a abrir los ojos y comprobar su locura, pues era IMPOSIBLE que esa persona estuviese ahí, en ese momento, junto a él.

Pero si pudiese escoger, no le molestaría tener sus últimos momentos de vida con quien consideraba su hermano.

Con mucha fuerza de voluntad y valentía, abrió los ojos y alzó la mirada... no pudo creer lo que sus ojos veían: era Peter Pevensie en persona, parado frente a él con una cara apoteósica de preocupación.

Al principio Caspian cree que es una ilusión, pero cuando Peter se acerca, tomando su rostro con ambas manos mientras le preguntaba si estaba bien, su duda desaparece.

- ¿Peter? – pregunto Caspian en apenas un susurro.

- Sí, soy yo – dijo Peter y sonrió - ¿qué te hicieron?

- No puedo creer que estés aquí – dijo sin fuerzas.

- Resiste, te sacaré de aquí – dijo Peter acercándose al candado que unía las cadenas, entonces buscó algo para romperlo. Hayó en el piso una enorme piedra con la cual rompió el candado liberando a Caspian, el cual cayó sin fuerzas al suelo.

- Gracias – dijo Caspian cuando Peter enseguida llego para ayudarlo a levantarse, pasando un brazo de Caspian por encima de sus hombros.

Iban a empezar a caminar hacia un refugio, cuando el mayor de los Pevensie se dio cuenta de algo importante.

- ¿Dónde están Lucy y Edmund? – pregunto mirando en todas direcciones sin ver a ninguno de sus hermanos - ¿y Eustace? ¿y mis padres?

- ¿También vinieron contigo? – pregunto Caspian.

- Sí – respondió en la desesperación.

- Pues... no están aquí – dijo el pelinegro recalcando lo obvio.

- ¿Y dónde más podrían estar?



·*[&]*·



Reino de Telmar, Narnia



En definitiva la luz blanca misteriosa lo había comido y lo había escupido en otro lugar de la tierra, o quizás del universo, porque no reconocía nada a su alrededor. No era más que un cuarto oscuro con un montón de barriles apilados en todas partes. Estiró los brazos al frente para intentar ubicar una puerta y por suerte lo consiguió.

Edmund halló el picaporte y dándole vuelta salió del oscuro cuarto. Al hacerlo, la claridad y la luz le dieron en la cara, por lo que tuvo que cerrar los ojos y parpadear muchas veces para poder acostumbrarse. Cuando finalmente alzó la mirada, lo que vio le sorprendió.

Había varias mujeres pegadas a la pared del otro lado del lugar, el cual parecía ser una cocina, todas juntas en un solo rincón. Todas, o al menos casi todas, estaban vestidas iguales y usaban delantales por lo que dedujo que ellas debían ser cocineras.

La única de las mujeres que no estaba vestida como las demás, si no que llevaba un vestido sencillo y bastante antiguo a decir verdad, como del siglo XIV, era la que estaba al frente del montón de mujeres lanzándole una mirada feroz.

- ¿Ho-hola? – dijo Edmund dando un paso al frente, pero antes de que continuara la muchacha hablo con voz firme.

- ¡No te acerques más, brujo!

- ¿Brujo? – se preguntó Edmund confundido, hasta que recordó la extraña luz blanca – oh no, no, no, yo no soy un brujo, soy- ¡soy humano!

- Si en serio eres humano, ¿cómo explicas esa luz que vimos antes de que tú aparecieras? – dijo ella acercándose cautelosamente.

- Lady Una no – susurro Alisha preventiva.

- Ah, eso, sí... - dijo Edmund buscando una solución coherente a lo que acababa de pasar, pero justo cayó en cuenta de algo, un dato muy importante que creyó haber olvidado - ¿dónde estamos?

- ¿Cómo que donde estamos? – pregunto Una ahora siendo ella la confundida.

- Responde mi pregunta – exigió Edmund.

- Una alzó la mirada muy digna y respondió – reino de Telmar, en Narnia.

Edmund no se lo podía creer. Había pasado casi tres años sin siquiera pensar en ello y aquí estaba otra vez, Narnia, frente a él en todo su esplendor. Por un segundo pensó que todo era un sueño, pero no. esa remolino que mostró aquella visión, esa luz blanca extraña, ahora todo tenía sentido.

- ¿Dónde está Caspian? – pregunto de inmediato.

- Él no está aquí – respondió Una.

- Debo verlo – dijo Edmund y quiso rodearla pero ella lo jaló del brazo enseguida.

- Espera un minuto, ¿qué asuntos tienes con el rey Caspian? – pregunto Una recelosa.

- Debo encontrarlo, está en peligro.

- ¿El rey está en peligro? – pregunto una de las cocineras con la sorpresa palpada en el rostro.

- Sí, y debo... - entonces, Edmund se dio cuenta de algo importante - ¿no vieron a unas personas salir de aquí, quizás antes de mí?

- Lo único extraño que ha aparecido aquí, eres tú – dijo Una en tono y expresión neutros.

- Excelente – dijo Edmund imitándola y quiso volver a su andar, cuando la muchacha volvió a tomarlo del brazo.

- ¿A dónde crees que vas? – le pregunto.

- ¡A buscar al rey! – dijo Edmund ya fastidiado.

- ¡Tú no vas a buscar al rey!, ¡nosotros iremos a buscar al rey!, y yo te llevare con la reina y que ella decida que hacer contigo.

Edmund quitó la mano de la chica de su brazo y corrió hacia la gran puerta, la cual, al intentar abrirla, se dio cuenta de que estaba cerrada. Esto le dio tiempo a Una de tomar un objeto con el cual defenderse. Sin dejar de ver a Edmund corriendo hacia la puerta, estiro su brazo y tomo lo primero que toco, lo cual fue... ¿una cuchara de madera?

Cuando Edmund se dio la vuelta vio a Una con una... ¿cuchara de madera en la mano? Decidió ignorar eso e intentar pasar a un lado de ella, pues la otra puerta estaba detrás de su atacante. Sin embargo, la Ahab lo tomo de la camisa y con la cuchara empezó a pegarle. Edmund se quejaba y daba pequeños saltos mientras ambos daban vueltas por toda la cocina.

Las cocineras, aun en su rincón, seguían estáticas, pero ahora intentaban con ganas tratar de no reírse de la ridícula situación.


.


Abrió los ojos, uno y luego el otro, estaba nerviosa. Cuando esa extraña luz blanca lo abarco todo se sintió caer y luego aterrizar de una forma dolorosa. Cuando sus dos ojos estuvieron abiertos vio todo desde lo alto, y se dio cuenta de que habían hojas y ramas a su alrededor, entonces cayó en cuenta de algo... había caído sobre la rama de un árbol.

Justo Rilian pasaba por ahí con la cabeza hecha un nudo. Se preguntaba qué era lo que estaba pasando exactamente: según su madre, su prima y su tío estaban en Tashbaan y necesitaban ayuda para regresar, así que su padre había ido a buscarlos con una reducida caravana, pero no ha habido noticias de Caspian desde que se fue ayer, al menos que él supiera. Su tía Gal se quedaría con ellos hasta que su padre regresara con la familia de esta en un día más. Ril le había preguntado a su madre acerca de esto pero ella no quiso decir nada.

Estaba harto de que lo tratasen como a un niño, ¡ya tiene diecisiete años por Aslan santo!

Mientras caminaba por el jardín real, decidió apaciguar su ira pateando una pobre piedrita que se le atravesó en el camino, sin embargo, logró notar a lo lejos algo que no era normal: la copa de uno de los árboles se sacudía con tanta violencia que dejaba caer miles de hojas al mismo tiempo.

Rilian, con la mayor cara de extrañeza, se acercó inmediatamente al árbol, y una vez al pie de este alzó la mirada y buscó entre las ramas el motivo de porque este se movía así, y lo encontró. Una muchacha como de su misma edad, se encontraba en la copa del árbol intentando bajar... o al menos eso creía, porque no hacía más que moverse de un lado a otro.

Rilian es apenas un joven príncipe de diecisiete años, y desde muy temprana edad, su padre le ha enseñado que no es digno de un caballero "andar de flor en flor", es decir, tener intimidad con una mujer y luego con otra como si fuera algo tan natural como ir al mercado.

Caspian le había enseñado a su hijo que ese momento es especial y por lo tanto solo debía compartirlo con una mujer igual de especial, aquella con la que estaba seguro de que pasaría el resto de su vida.

¿Cuál es el punto de esto? Muy simple: Rilian jamás había visto por debajo de la falda de una mujer y Lucy traía un vestido que, además de llevar la falda hasta la rodilla era suelto, muy suelto, por lo que, cuando ella se levantó de la rama en la que estaba sentada, el príncipe pudo ver claramente su ropa interior, la cual CLARAMENTE era muy distinta a la de la época.

Rilian quedo en shock, no sabía que hacer a continuación, pero estaba seguro de que podía hacerle la competencia a los tomates y a las manzanas, porque sintió el momento justo cuando toda la sangre de su cuerpo fue a parar a su cara. Fue en ese momento que reaccionó y bajó la vista.

A este punto, Lucy aún no se había percatado de la presencia del joven que miró, ACCIDENTALMENTE, debajo de su falda, mientras que Rilian sentía un calor recorrerle el cuerpo que ni sabía de qué era... bueno, sí sabía, pero no quería admitirlo o se sonrojaría más.

Fue entonces que Lucy hizo su intento por bajar como en una escalada: poniendo su pie cuidadosamente en una rama mientras se sujetaba de otra... creo que no necesito decir que su intento fracaso, garrafalmente. Se sujetó de una rama gruesa, pero puso su pie en una débil, por lo cual esta se rompió provocando que la niña cayera. Ante el jalón de la gravedad hacía la tierra, la rama que sujetaba la mano de Lucy se rompió y ella cayó de bruces al suelo.

Sin embargo, no le dolió, puesto que había caído sobre algo blando, o más bien sobre alguien. Giró a su espalda y se encontró con unos enormes y brillantes ojos verdes.



·*[&]*·



Tashbaan, reino de Calormen.



¡Santo Dios, qué golpe!

Sintió por un momento que sus pies abandonaban el suelo y que flotaba, pero al segundo siguiente se sintió en caída libre, y de un momento a otro ¡zas! Aterrizaje forzoso con la nariz.

Quitó la cara del suelo y miró a su alrededor. Estaba en una especie de cuarto muy pequeño, y olía mal. Se levantó y vio a su alrededor: lo primero que noto fue una cubeta, supuso que de ahí venía el mal olor pues estaba aislada. Siguió la mirada, y encontró una cama, o más bien una camilla, pero eso no le sorprendió, le sorprendió que hubiera una chica desmayada allí.

Eustace se acercó rápidamente a ella intentando sacudirla a ver si solo estaba dormida, pero luego de cinco minutos así, ella en nigún momento reaccionó, por lo que empezó a preocuparse por aquella chica. ¿Qué era esto? ¿Qué estaba pasando? ¿Quién era o es ella? No lo sabía, ni siquiera sabía en donde diantres estaba parado justo ahora, solo sabía que esta chica necesitaba un médico urgente o moriría.

- ¡Ayuda! ¡ayúdenme! – gritaba Eustace sin parar hasta que empezó a escuchar pasos profundos, como de hombres grandes, y valla que los que abrieron la puerta eran dos gorilas con trajes de soldados.

- ¿Quién eres tú? Y ¿qué haces aquí? – pregunto uno.

- Yo... - Eustace no supo que responder, se sentía intimidado por el tamaño de esos dos hombres. Entonces uno de ellos lo tomo por la camisa y lo levantó apenas unos milímetros del suelo.

- Te hice una pregunta esclavo – dijo el guardia a unos centímetros de la cara de Eustace.

- ¿Esclavo? – pregunto Eustace sin lograr entender, hasta que recapacito - ¡eh, sí, sí, sí, yo-yo soy un esclavo!

- Ya lo sé, idiota – dijo el guardia soltando al chico desde el aire – sabes que nadie tiene permitido venir aquí, a menos que vinieras a alimentarla.

- Eh-¡sí! A eso vine yo, a-a alimentarla, cuando la encontré así – dijo y apunto detrás de él hacia la chica, el guardia lo apartó bruscamente y revisó a la muchacha.

- Hay que llevarla con el curandero otra vez – dijo y la cargó en brazos sacándola de la habitación.

- Y tú – dijo el otro guardia tomando de la camisa a Eustace – vienes conmigo – dijo y lo arrastro fuera de la habitación.



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Terminar y publicar las historias en la madrugada es mi pasión.

De nuevo disculpen que no actualice seguido, no saben todo lo que pasa en esta cabecita mía.

Whareva.

Hay que darles tiempo a los ships para que se cuezan, ¿Y qué mejor que empezar ya?  "Pa' salir de eso de una", como dice mi madre xd

¡Ya todos se están conociendooo!

Edmund y Una quizás no tuvieron el mejor principió pero VAN a mejorar, y en cuanto a los otros cuatro... weno... nadie asegura que no van a ver encontronazos en el futuro.

Un capítulo más luego de este y Gal y Peter se reencontraran, se los juro por el Dieguito Maradona.

Con ustedes, está fue: Becca

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