Capítulo 3: En Saturno
Finchley, Nueva Inglaterra.
Será un día como cualquier otro, con los mismos alumnos haciendo las mismas tareas, hiendo a las mismas clases, escuchando y contestando las mismas preguntas del examen en aquel centro de reclusión para jóvenes llamado "escuela", o en su defecto "internado"
Para muchos era una oportunidad. Una carrera como abogado sería beneficiosa para cualquier don nadie con sueños de grandeza. Para otros, el simple hecho de estudiar en una escuela tan prestigiosa como esa era más que un honor, pues eran vistos como jóvenes educados, elegantes y adinerados listos para convertirse en exactamente eso, el típico estereotipo de la "alta sociedad"
Pero para Peter Pevensie, esa prestigiosa y costosa escuela de abogados no era más que una prisión con barrotes de mármol fino, carceleros con títulos universitarios y compañeros de celda con millones en los bolsillos de sus padres.
Es cierto, por fuera parecía que Peter estaba satisfecho con su decisión de convertirse en abogado. La idea de ganar batallas con el peso de la ley y crear su propio ejército de elegantes ricachones le fascinaba en cierta forma, pero la verdad es que se sentía atrapado.
Atrapado en su mundo. Atrapado en su realidad.
Ya veía su vida futura como un desfile interminable de reuniones monótonas hablando de los casos perdidos y ganados en la corte, mientras bebía champagne y fumaba puros con hombres falsos y desvergonzados.
Y ni siquiera le gustaba fumar.
Pero lo que más le dolía y en lo que nunca dejaba de pensar, era en cierta chica de mirada brillante y cabello rojo vino, esa chica, era sin lugar a dudas, la razón de sus desvelos y la protagonista de sus sueños y pesadillas al imaginarla en brazos de otro hombre y además con una hija en brazos de ambos.
Pero aun así, ella volvía en cada sueño que Peter tenía, y él caía de nuevo en sus encantos de mujer. Ha pasado tanto tiempo, y él seguía extrañándola como si nunca fuera a recuperarse de ella, más él sabía que todo se daría con el tiempo.
Sin embargo, cuando las pesadillas lo embargaban, le gustaba recordar los momentos felices en Narnia y vividos con ella, que incluso a veces, se olvidaba de lo dolorosa que fue su despedida. Y de lo doloroso que es el saber que jamás volverá a verla.
Mentiría si dijera que no se enamoró de ella en el primer instante, y sin embargo no quería hacerlo, no quería enamorarse de una persona que sabía que extrañaría cuando se fuera, y ahora, parecía que ella estuviese enseñándole a odiarla.
Parecía, que todos los besos que se dieron alguna vez, regresaron al lugar de donde salieron.
Peter ya se había resignado a este hecho: En Saturno vivirán los hijos que Gálatas y él jamás tendrán. En Plutón se escucharan los gritos de amor de ambos, que fueron callados por las circunstancias. Y desde la luna, su voz gritara hasta ella diciéndole adiós, lo único que no pudieron hacer de una peor manera.
.*[&]*.
Reino de Telmar, Sahjar.
Finalmente.
Finalmente mañana será el día en que el príncipe Rabadash volvería a Calormen.
Sin duda fueron unas largas dos semanas, sin mencionar que hubiesen sido tres sin la intervención de Gálatas. Fueron dos semanas en las que Rabadash no dejo en paz a Gálatas siguiéndola y cortejándola donde la viera, y está ya no hallaba lugares donde esconderse o excusas que sacar.
Por supuesto Primus se dio cuenta de esto y no le agradaba en nada. Siempre estaba con Gálatas y solo la dejaba sola si era algo urgente, sobre todo si estaba con Rabadash.
A Cacia le agradaba de sobre manera el príncipe, lo cual a Gálatas le preocupaba. Si bien Rabadash se había comportado "amable" hasta ahora, Gal sabía que sus intenciones tenían algo oculto, ¿Por qué había decidido volver ahora, después de casi veinte años?
Por suerte Caspian y su familia habían escuchado de la visita de Rabadash y decidieron visitarlos para amenizar la tensión. Aunque Rilian peleando y discutiendo con Acacia por cualquier tontería no ayudaba a nadie.
Gálatas simplemente no entendía porque peleaban todo el tiempo. No lograba dilucidar porque no podían llevarse bien aunque sea una vez, ¿sería porque tienen caracteres muy distintos o muy similares?
Justo ahora estaban en la cena, ambas familias y el invitado de honor juntos en la mesa. El ambiente era neutral, hasta que la princesa hablo.
- Me parece que una cena familiar en la que solo se escuchen los cubiertos contra los platos es una buena cena – ante sus palabras, todos en la mesa levantaron un poco la vista de sus platos a ella, Rabadash con algo de diversión en su semblante, pero sobre todo Gálatas quien saco su famosa mirada de reproche.
- Por supuesto, Rilian no se pudo quedar callado y dijo – y si a mi prima le gustan las cenas en silencio, ¿Por qué habla?
- Rilian – regaño Liliandil.
- Porque de vez en cuando alguien debe decir algo inteligente – dijo Acacia sin querer dejar el tema.
- No se discute durante la cena – dijo Primus seriamente.
- Nadie está discutiendo tío, mi prima y yo solo nos decimos cuanto nos amamos – Dijo Rilian y sacó una sonrisita al final.
- Querido primo, te amo tanto, que sería incapaz de reírme si "accidentalmente" te cayeras de las escaleras – dijo Cacia y sacó la misma sonrisita que tenía Rilian.
Gálatas solo cerró los ojos pensando: "aquí vamos otra vez"
- Y yo te amo tanto querida prima, que el día en que tu balsa se voltee "accidentalmente" y te caigas al agua y mojes tu bonito vestido, yo estaré ahí para extenderte la mano – dijo y sacó una gran sonrisa burlona.
- Pues el día en que... - iba a responder Cacia cuando su tía Una interrumpió.
- Oigan, ¿qué les parece si alguien cuenta una historia?
- Me parece una maravillosa idea – apoyo el príncipe de Calormen.
- Sí, una anécdota – insistió Una – estoy rodeada de aventureros, guerreros y una estrella de verdad, estoy segura de que cada uno tendrá un repertorio de historias fascinantes para mí y los niños.
Rilian al escuchar la palabra con la que la joven, no mucho mayor que él, se había referido a su persona, no pudo evitar protestar.
- Con todo respeto Lady Ahab pero usted no es mucho mayor que yo.
- No, solo cuatro años mayor – devolvió Una con una amplia sonrisa y Acacia sonrió igual.
- En lo que a mí concierne... - iba a protestar Rilian cuando su padre lo interrumpió.
- Gal, ¿Por qué no les contamos aquella historia?
- ¿Cuál de todas? – pregunto ella.
- La historia del "Viajero del alba" – dijo Caspian sonriente y acomodándose en su silla, su esposa río un poco mientras su hijo...
- Oh, por el amor de Aslan – dijo Rilian en voz baja mientras rodaba los ojos.
- Sí, aquella historia sobre serpientes gigantes y monstruos marinos – apoyo Una con entusiasmo.
- Con el enorme y valiente dragón – dijo Rabadash siguiendo la corriente.
- Con una bella y cándida estrella – dijo Caspian mirando a su esposa y esta le sonrió, haciendo que Rilian los mirara con gesto de asco.
- Y con los cuatro reyes de antaño – finalizo Acacia – mamá afirma haber conocido al rey Peter.
Ante las palabras dichas por la princesa, todos en la mesa giraron a ver a la reina casi inmediatamente. Un silencio casi incómodo se apodero del ambiente hasta que Una decidió romperlo.
- Y si tú madre afirma haberlo conocido, ¿Por qué lo pondrías en duda? – dijo Una como un simple comentario – digo, no estuviste ahí hace veinte años, ¿o sí?
- Pero los reyes de antaño fueron una leyenda que data de la época dorada de Narnia – afirmo Cacia – cronológicamente es imposible que ellos hayan seguido con vida durante el período de la toma Telmarina y hasta la generación de nuestros padres. Y si fue así, ¿Dónde estuvieron durante tanto tiempo?
- Jamás creí que diría esto – dijo Rilian – pero estoy de acuerdo con mi prima. Con todo respeto pero, yo también veo imposible que los hayan conocido.
- Pues, a veces las cosas más reales del mundo son las que no podemos ver – dijo Gálatas alzando la cabeza – y a veces lo que parece imposible puede ser posible. Tomen a Narnia como ejemplo: hasta hace veinte años los centauros, enanos, animales parlantes entre otras bestias eran solo mitos para nosotros, y ahora son parte de nuestros ejércitos, comunidades y aldeas. ¿Cómo podemos ser cínicos y ciegos cuando nosotros mismos vivimos entre lo imposible? En un mundo donde los arboles bailan y el agua toma forma humana. No digo que deban creer en los cuentos, solo digo que no todos los cuentos son inventados, algunos son reales – finalizo Gálatas mirando a su hija.
- Yo apoyo eso – dijo Rabadash alzando su copa.
- Yo igual – dijo Primus haciendo lo mismo.
Y entonces todos en la mesa, incluidos Rilian y Cacia levantaron sus copas. Gálatas, por supuesto dijo que no tenían por qué hacer eso, pero Primus le dijo que ella lo merecía por hablar siempre con tanta sabiduría, y que por eso el rey Raví la había escogido a ella para que fuese su heredera.
.
Luego de la cena todos se fueron a acostar en silencio. Digo en "silencio" ya que los primos siempre acostumbraban tener una especie de "pequeña última discusión" antes de dormir, pero milagrosamente se dirigieron callados a sus habitaciones, es más, ni siquiera se dieron las buenas noches con algo de sarcasmo incluido como suelen hacer.
Y al día siguiente, como estaba previsto, Rabadash se embarcó de regreso a Tashbaan la capital de Calormen y Gálatas finalmente sintió que podía respirar tranquila, puesto que ahora ya no tendría que ver a ese hombre, esperaba, nunca más.
Sin embargo, luego de que Caspian y su familia regresaran a Telmar, a Cacia se le metió el tema de querer devolverle la visita en Tashbaan al príncipe, si no era por voluntad al menos por cortesía. Pero Gálatas no quería, ella simplemente quería estar lo más alejada posible de ese hombre y el recuerdo de su promesa.
Así que a Primus se le ocurrió una brillante idea, que solo él y Cacia fuesen a Tashbaan de visita y Gálatas se quedara cuidando del reino. Esto a Cacia le emociono muchísimo y Primus creía que con esa idea mataría a dos pájaros de un tiro: su hija estaría feliz y su esposa podría quedarse tranquila en la seguridad de su castillo.
Pero la verdad era que Gálatas temblaba por dentro de solo imaginar a ese hombre a solas con su hija.
·*[&]*·
Cambridge, Londres.
Eustace nunca había sido un chico creyente.
Él era más del tipo "ver para creer", de esa clase de personas que piensa que todo es una coincidencia y el mundo está solo, pues así sus padres lo habían criado. O al menos así fue, hasta que sus primos Lucy y Edmund lo visitaron aquella temporada, y él con sus propios ojos, pudo ver aquel mágico país lleno de maravillas inexplicables y criaturas que solo existían en la mitología.
Al regresar de aquella mágica aventura a su vida normal y monótona, se sintió extraño, como si toda su vida fuera una vana ilusión que pronto se disolvería dejando ver el interior del escenario: una vida sin propósito alguno excepto la explotación del trabajo y el consumismo, cuyo único sentido que podría encontrarle sería el amor.
El amor que le profesaba a su familia, a sus padres y a sus, alguna vez, odiados primos, pero que ahora eran como sus "amigos de cartas".
Luego de esa experiencia, decidió hacer un cambio en su vida. Se prometió a si mismo ser alguien más humilde y más abierto de mente, pero sobre todo, se prometió a si mismo disfrutar la vida de una manera saludable pero divertida.
Cada día al salir del instituto, se deslizaba por los charcos de agua que dejaba atrás la lluvia en los finos pisos de piedra pulida que tenía su prestigiosa escuela. Muchos de sus compañeros se lo quedaban mirando, pero a Eustace le importaba poco o nada. Y luego, iba por un helado a un puesto que quedaba cerca.
Luego, al llegar a su casa, saludaba efusivamente a sus padres, los cuales eran un poco reservados y aburridos, e incluso era capaz de animarlos un poco. Los señores Scrubb siempre se han preguntado: ¿qué le había pasado a su hijo para que cambiara de una forma tan radical? Pero, sea lo que sea que haya sido, sabían que fue algo bueno y para nada se quejaban, era lindo ver a su hijo sonriendo tanto.
Pero no terminaría ahí, Eustace también se prometió a si mismo que viajaría por todo el mundo, conociendo lugares y personas, siempre buscando una nueva aventura, lo cual, tarde o temprano lo convertiría en un aventurero. Sabía que a sus padres eso sí que no les haría mucha gracia, pero ya cruzaría ese puente cuando llegara a él, por el momento, se dedicaría a su educación.
¿Quería ver el mundo? sí, ¿quería tener aventuras? También, y estaba convencido de que algún día lograría su cometido, pero, cuando eso finalmente pasara, ¿de qué iba a vivir?, ¿Cómo iba a pagar sus viajes? Estaba seguro de que sus padres no lo financiarían, así que, debía encontrar una manera de conseguir fondos, ¿y qué mejor manera de hacerlo, que graduarse de la segunda profesión mejor pagada? Abogacía. Hubiera escogido la primera: medicina, pero la verdad es que no soportaba ver sangre.
Así que, sus padres con esfuerzo reunieron el dinero para inscribirlo este mismo semestre en una prestigiosa y cara institución de abogacía, en la cual, coincidentemente, estudia su primo Peter.
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De verdad perdonen que los capítulos sean tan cortos es que se me seca el cerebro rápido :p
Sin mencionar que esto es puro relleno, a partir del siguiente cap habrá más contenido y las cosas se irán poniendo picantes XD (o al menos eso creo-espero yo)
Para los que no sepan, la primera parte que narra el como se siente Peter, esta inspirada en la canción "Saturno" de Pablo Alboran. (la estaba escuchando justo cuando empecé a escribir así que no me juzguen) >:^
pregunta:
¿Qué piensan de Rili y Cacia? ¿alguna relación hermano-hermana que les recuerde? XD
¿Y qué me dicen de Una salvando la cena jeje? Personalmente a mí ella me encanta, aunque mi favorito es Rilian, por obvias razones XD
Pero bueno, dejo de hacerles perder el tiempo, de seguro tienen más historias que leer.
Se despide de ustedes: Becca
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