Ya Nada es Igual


- Mientras que en la casa de árbol de antes, el príncipe estaba apenas despertando sobresaltado y confundido, en un lugar extraño para el, se sentó con cuidado en la cama y noto que la cabeza le dolía.

- Cerro los ojos tratando de recordar, y su memoria empezó a regresar: el huyendo al bosque junto a su hermana... ¡su hermana!. El muchacho empezó a buscarla con la mirada por cada rincón de la pequeña habitación pero no la encontró, justo cuando escucho su voz en la habitación de al lado.

- ¿Si ya nos ayudaron para que matarnos? - pregunto la princesa.

- Ustedes son Telmarinos, no dos cachorritos perdidos – dijo otra voz. El príncipe se acerco lo mas que pudo sin ser visto para escuchar mejor, y se asusto un poco al ver que eran el enano que lo golpeo en la cabeza y un animal parlante.

- Yo me hago la misma pregunta que la señorita. Ya le vende la cabeza, sería como... ¡matar a un invitado! – dijo el animal, el cual era un tejón.

- ¿Y como crees que sus amigos tratan a los suyos? - le pregunto el enano.

- Por que no nos dejan ir, les doy mi palabra de que no le diremos nada a nadie – dijo la princesa.

- Ya nos vieron y saben donde estamos, ¿quien nos asegura que cumplirás tu palabra niña? - pregunto el enano.

- Yo se los aseguro – dijo la princesa.

- Yo digo, que los matemos ahora – dijo el enano. Y en eso el chico salio de su escondite, el enano rápidamente tomo su espada y lo apuntó, el príncipe agarró lo primero que vio (que en ese caso fue una vara de hierro que se encontraba cerca de la chimenea) y empezaron a chocar ambos materiales y quedaron apuntándose.

- ¡Caspian! - dijo su hermana.

- Te dije que los matáramos antes de que fuera tarde – le reclamo el enano al tejón.

- Ya sabes por que no lo hice – le respondió el otro.

- Si van a votar, apoyo a Buscatrufas – dijo la princesa.

- ¿Quien? - pregunto Caspian a su hermana, cuando fue interrumpido.

- Nos han descubierto, no podemos dejarlos ir – dijo el enano apuntando con la espada al chico que se encontraba sentado en el suelo a punto de caer.

- ¡Dije que ya Nikabrik! - dijo el tejón al enano de nombre Nikabrik – ¡o me vuelvo a sentar en tu cabeza ¿eso quieres?! - lentamente Nikabrik bajo la espada – y tu... – dijo el tejón dirigiéndose al muchacho – ...mira lo que me hiciste hacer – dijo el tejón recogiendo la comida que había hecho – al menos tu hermana... si tiene modales – dijo el tejón como un regaño. Y continuo hablando en voz cada vez mas baja.

- Caspian, ellos son Buscatrufas – dijo su hermana presentando al tejón – y Nikabrik – dijo apuntando al enano.

- Claro, ¿y que son? - pregunto el príncipe.

- Sabes... es gracioso que hagas esa pregunta... – le respondió el tejón – ...supongo que no reconoces a un tejón cuando lo ves.

- No, la verdad es que... son Narnianos, se supone que están extintos – les explico el chico.

- Siento decepcionarte – le respondió Nikabrik de mala gana.

- ¿Desde cuando albergamos soldados Telmarinos? - pregunto Nikabrik.

- No somos soldados, soy el príncipe Caspian X, y ella es mi hermana menor, la princesa Gálatas II – dijo el príncipe de nombre Caspian.

- ¿Y que están haciendo aquí? - pregunto el tejón.

- Estamos huyendo, nuestro tío siempre quiso el trono de mi padre que ahora pasara a ser de mi hermano – dijo la princesa de nombre Gálatas o "Gal" como le dice su hermano, apuntando hacia este último – supongo que nos dejo vivir hasta ahora porque no tenía heredero propio – termino Gálatas y le hizo una señal a su hermano para que dejara la vara de hierro donde la encontró.

- Pues eso cambia las cosas – dijo el tejón.

- Si – dijo Nikabrik – ahora asesinarlos no será nuestro problema.

- Tienes razón – dijo Caspian tomando sus cosas.

- ¿A donde piensan ir? - les pregunto preocupado el tejón.

- Nuestro tío no se rendirá hasta vernos muertos, al menos a mi – respondió Caspian.

- Pero no pueden irse aun – dijo el tejón.

- ¿Por que no? - pregunto Gálatas.

- ¿Saben lo que es esto? - le pregunto el tejón enseñándole el cuerno.


- Mientras todo eso ocurría en casa de Nikabrik y Buscatrufas, Lord Miraz dio la orden de llevar al profesor de los príncipes hermanos al calabozo, ya que al revisar la biblioteca del hombre, se dio cuenta de que había muchos libros contando las historias de los Reyes y Reinas de antaño, las cuales estaban prohibidas contar.

- Primero los príncipes, y ahora su profesor, ¿quien esta a salvo en el castillo de Miraz? - pregunto Lord Sopespian al general Glozell, el cual luego de que el Lord se fuera, entro con Miraz.

- Algunos están preocupados, por la orden que acaba de dar – dijo el general Glozell.

- Lo sé, pero debemos estar listos, para cuando lleguen – dijo Miraz viendo una de las flechas del arco de Susan.

- ¿Cuando lleguen quienes mi Lord? - pregunto el general Glozell.

- Deberías estudiar algo de historia general – dijo y clavo la flecha sobre un libro que contenía la imagen de los 4 hermanos montando a caballo ya de adultos.


- Mientras, estaban los cuatro chicos y Trumpkim (el enano rubio) navegando por un pequeño rió en la barca que antes era de los Telmarinos.

- Lucy miraba hacia todos lados pensando que Narnia antes estaba llena de vida y ahora era diferente.

- Que quietos están – dijo la pequeña Pevensie.

- Son árboles, ¿que esperabas? - dijo Trumpkim.

- Antes bailaban – dijo Lucy apenada, recibiendo una mirada de tristeza por parte de Peter, el cual remaba.

- Poco después de que se fueron – empezó Trumpkim – los Telmarinos nos atacaron, y los árboles se sumieron en un sueño tan profundo, que no volvieron a despertar – terminó.

- ¿Y Aslan dejo que esto pasara? - pregunto Lucy.

- Aslan nos abandonó al mismo tiempo que sus majestades – respondió el enano.

- No quisimos abandonarlos – respondió Peter.

- Pero eso no cambia las cosas ¿o si? - dijo Trumpkim.

- Llévanos con los Narnianos, y eso cambiara – dijo Peter dándole una mirada tranquilizadora a su hermanita, quien le sonrió.

- Tiempo después llegaron a tierra y bajaron de la barca. Naturalmente Peter ayudo a bajar a sus hermanas. Lucy se alejó un poco de los demás al ver a un oso pardo ahí cerca.

- Hola – dijo, el oso al verla se puso en dos patas – no te asustes, somos amigos.

- ¡No se mueva majestad! – le pidió Trumpkim.

- Lucy giro a verlo, y en ese momento el oso la empezó a perseguir. Al darse cuenta la pequeña empezó a correr pero se calló.

- Susan tomo su arco y apuntó al oso, pero no era capaz de disparar, aunque Edmund le insistía en que lo hiciera.

- Una flecha dio en el corazón del animal cuando este volvió a pararse en dos patas para atacar a Lucy, todos voltearon y vieron a Susan, pero ella aun tenía la flecha en el arco, entonces ella volteo hacia Trumpkim, y fue el quien había disparado.

- Se acercaron a Lucy y Peter la ayudo a levantarse.

- Gracias – le dijo la pelirroja a Trumpkim.

- De nada – se limito a decir.

- ¿Por que no se detuvo? - pregunto Susan.

- Tal vez el hambre no lo dejo – le respondió Trumpkim.

- Era salvaje – dijo Edmund.

- Seguramente ni hablaba – dijo Peter.

- Cuando te tratan como animal, en eso te conviertes – finalizo la conversación Trumpkim, el cual se acerco al oso y le abrió el estomago, Lucy se abrazo a su hermano sin querer ver eso.


- De vuelta con los príncipes hermanos: ambos se encontraban caminando por el bosque, se habían ido de la casa de Nikabrik y Buscatrufas. Seguían caminando hasta que el hermano se paro de golpe.

- ¿Que sucede? - pregunto la princesa.

- Los estoy escuchando – dijo el príncipe hacia la nada, su hermana no entendía el porque, hasta que de los arbustos salieron Nikabrik y Buscatrufas que al parecer los estaban siguiendo.

- Insisto en que deberíamos esperar a los Reyes y Reinas – se excuso Buscatrufas.

- Yo opino igual – dijo Gálatas, su hermano giro su mirada hacia ella - ¿y si en algún momento necesitamos ayuda? - pregunto ella y Buscatrufas la señalo a modo de decir que tiene razón.

- No la necesitaremos, no por ahora, andando – le dijo a su hermana y siguió su camino.

- ¡Bien!, ¡déjanos! - dijo Buscatrufas – ¡dudo que los otros sean tan amables!.

- Voy contigo – dijo Nikabrik caminando tras Caspian – quiero ver como te las arreglas para pasar desapercibido con los minotauros.

- ¿Minotauros?, ¿existen? - pregunto el joven.

- Y tienen muy mal carácter – dijo el tejón al lado de la princesa.

- Y además son enormes – agregó el enano.

- ¿Y los centauros? - pregunto Caspian - ¿también existen?.

- Ellos tal vez estén de tu lado, pero no se que podrán hacer – dijo Buscatrufas.

- ¿Y... Aslan? - pregunto Gálatas.

- ¿Como saben tanto de nosotros? - pregunto Nikabrik.

- Historias – se limito a decir el chico.

- Espera... - empezó Buscatrufas - ¿su padre les contaba historias sobre nosotros?.

- No, nuestro profesor – respondió Caspian.

- No deberían preguntarnos sobre eso – dijo la chica empezando a caminar tras su hermano.

- ¿Que ocurre? - pregunto Nikabrik al tejón que estaba olisqueando al aire.

- Caspian – llamo su hermana para que este se detuviera, al ver el comportamiento de ambos Narnianos.

- Humanos – respondió Buscatrufas.

- ¿Ellos? - dijo Nikabrik señalando a los hermanos.

- No... – respondió el tejón – ...¡mas bien ellos!.

- Dijo señalando a una tropa de soldados Telmarinos que empezaron a dispararles con ballestas.

- Una flecha le dio a Buscatrufas, Caspian lo tomo en brazos para que no se quedara atrás, y el junto con su hermana y Nikabrik empezaron a correr.

- De repente los soldados empezaron a caer una por uno, había algo que se movía en la hierva pero que no se veía.

- Cuando cayeron todos los soldados Telmarinos, la cosa de la hierva fue por Caspian, el cual cayó al suelo con un... ¿ratón encima?.

- Elije tus últimas palabras – le dijo el ratón apuntándolo con una mini espada.

- ¿Eres un ratón? - dijo Caspian en la confusión.

- Es otro Narniano – dijo Gálatas observando lo que su hermano tenia encima.

- Tu, esperaba algo mas creativo – le dijo a Caspian – y en cuanto a ti. no imagino que mas podría ser – le dijo a Gálatas con un dejo de sarcasmo – aunque, jamas había visto a un soldado mujer, lo cual complica las cosas... jamas pelearía con una dama – dijo el ratón.

- Palabras dignas de un caballero – dijo Gálatas inclinando un poco la cabeza.

- Gracias madame – dijo el ratón haciendo lo mismo.

- Aunque no, no soy un soldado, y el tampoco, es mi hermano mayor Caspian, yo soy Gálatas – dijo amable la princesa.

- Un placer conocerla Gálatas. Y ahora tu, levanta tu espada – le ordeno a Caspian.

- ¿Por que? - pregunto el temeroso.

- Tampoco pelearía con un hombre desarmado – dijo el ratón.

- Disculpe pero... preferiría no chocar espadas con usted, buen señor – dijo Caspian tratando de hacer lo mismo que su hermana.

- Buen intento – dijo el ratón, y estuvo a punto de clavarle su espada a Caspian cuando...

- ¡Reepicheep! – dijo Buscatrufas junto a Nikabrik.

- ¿Buscatrufas? - pregunto Reepicheep – espero que tengas una buena razón para tu inoportuna interrupción.

- No la tiene, continua – dijo Nikabrik.

- El joven al que estás amenazando con matar, es hermano de la Srta, y ella fue quien sonó el cuerno – dijo Buscatrufas.

- Entonces que lo demuestre... – dijo una voz proveniente de detrás de un árbol.

- En ese momento el dueño de la voz se hizo presente, era un centauro y con el venían todo tipo de criaturas.

- ...esa es la razón por la que nos hemos reunido – dijo el centauro nuevamente.

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- quiero aprovechar la oportunidad para decirles que el próximo será un capitulo especial, lo subiré mañana mas o menos a está hora, espero que les halla gustado este, besos.

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