Capítulo 14.
Capítulo 14.
Vi a Peter luchando contra la Bruja Blanca, pero Peter había perdido su espada y la bruja estaba a punto de atravesar con su lanza de hielo.
Corrí todo lo que pude y empuje a Peter. Aparté la lanza de la bruja con mi espada y me puse a luchar contra ella. Era buenísima luchando, pero yo también.
Peter mientras tanto se levantó del suelo y cogió su espada.
—¡Peter, llévate a todos de aquí, venga! —le grité.
—¡No te voy a dejar sola!
Esquive una estocada de la bruja directa a mi pecho y le hice un mandoble intentando que perdiese su lanza. Pero fue en vano, ya que lo único que conseguí fue hacerme un corte en la mano.
—¡Peter, vete ya! —le rogué.
Él se fue dudando y ayudo a los demás que estaban heridos a salir muestra intentaba que los que estaban de parte de la bruja no les matasen.
—Con que tu eres la famosa ____ Groover —me dijo la bruja mientras seguíamos luchando a vida o muerte.
—¿Cómo lo sabes?
—Eres bastante famosa, querida —me dijo mientras yo me tiraba al suelo para evitar que me atravesase—, sabes, se donde está tu hermano, y te lo puedo decir.
—Eso es mentira —le dije enfadada y la ataque.
—Está en las montañas del norte, en una cueva custodiada por un gigante —me dijo segura, no sabía si creerla o no.
—¿Cómo se que no me estás mintiendo? —le dije desconfiando.
—Es tu decisión, querida —me dijo sonriendo con malicia, no sabía que hacer.
Miré a mi alrededor y solo quedaban algunos servidores de la bruja blanca vivos y unos pocos soldados de Narnia muertos, los que habían sobrevivido se los habia llevado Peter.
—¿Sabes qué? —llamé su atención—. No confío en tí, bruja.
Le asesté un golpe que ella no predijo y la hice caer al suelo. Eso me dió el tiempo suficiente para escapar. Fui corriendo a la gran puerta y con mi espada corte la cadena de hierro que la sujetaba después de pasar bajo ella. Monté en mi caballo Diablo que estaba atado al lado de la puerta. Antes también estaba el de Peter y Ed, pero se habían ido, y ya era hora de que yo hiciese lo mismo si quería salir con vida de esa.
Cabalgué lo más rápido que Diablo pudo y puse rumbo a donde esta el punto de queda por si algo salía mal. El sitio era un lugar escondido en el bosque, sabía donde estaba pero desde donde estaba yo en este instante no sabía como llegar. Aún así, puse rumbo al bosque, allí estaría a salvo de la bruja y de sus secuaces.
Narra Peter:
____ me dijo que me llevase a los narnianos al punto de queda por si todo salía mal. La hice caso, pero estaba preocupado porque la dejé sola con la bruja Blanca. Susan y Lucy iban a caballo guiando a los que no estaban heridos hacia el punto de queda y Ed y Caspian luchaba contra los secuaces de la bruja que intentaban seguirlos.
Mientras ____ luchaba contra la bruja y la distraía, yo estaba ayudando a los heridos a salir del castillo y luchando con algunos de los secuaces de la bruja que se habían quedado para matar a los heridos. Logré sacar a muchos con vida, pero algunos murieron luchando por Narnia. Cuando el ultimo herido salió por la gran puerta de metal iba a ir en busca de ____, pero me dijo que cuando sacase a todos los heridos me fuese sin ella. Me costó, pero hice caso. Tenía que pensar en la seguridad de Narnia. Cogí a mi caballo y salí de allí a toda prisa hacia el punto de queda en el bosque. Espero que ella esté bien y que pueda llegar sana y salva al punto de queda.
Cuando llegué al punto de queda me encontré con Lucy y Susan curando a los heridos y a Caspian y a Ed tranquilizando a los demás. Cuando me vieron llegar se acercaron a mi buscando respuestas.
—Sé que todo esto ha salido mal, lo se —dije—, pero no debemos venirnos abajo, si queremos recuperar Narnia tenemos que matar a la Bruja Blanca.
—Puede que esa sea la solución —intervino Susan—, pero hay que trazar un plan que no cuente con atacar nosotros primero y que tenga un plan B.
—Estoy de acuerdo —dijo Edmund.
—¿Dónde esta _____, Peter? &me preguntó Caspian.
No conteste, solo le mire preocupado.
—¿La has dejado sola con la bruja? —me preguntó alarmado.
—No tenía opción —dije a la defensiva.
—¡Claro que tenías opción, podrías haberla ayudado! —me gritó Caspian enfadado—. Pero en vez de eso, huiste como un cobarde, eres un mal novio, un mal amigo, un mal rey.
Esas palabras que salieron por la boca de Caspian me dolieron y enfadaron.
—Bien, pues si tan mal rey soy, hazte cargo tú de Narnia —le deje con la palabra en la boca pues salí de aquel sitio lo más rápido que pude.
Cogí mi caballo y salí del bosque a nose donde. Llegué a un sitio realmente extraño y misterioso. Era todo de piedra y había una cueva, decidí entrar para resguardarme del frío y el viento.
Cuando entré estaba algo oscuro pero conseguí visualizar una sombra humana.
—¿Hola?¿Hay alguien? —pregunté
Esa sombra levantó la cabeza y al parecer se alegró de escuchar mi voz
—Majestad —esa voz me sonaba bastante.
—Sí, ¿quién sois?
-Soy Jason, majestad —dijo moviéndose como pudo.
—¡Jason! ¿Estás bien? —me acerqué para comprobar que no tenía heridas graves. Por suerte solo tenía unos rasguños.
—Estoy bien, majestad —me contestó—, ¿como esta mi hermana? ¿Esta bien?
Me sentí culpable y se lo conté todo, con pelos y señales. No reaccionó durante unos segundos pero luego me dijo que me entendía y que él hubuiese hecho lo mismo, todo por Narnia.
—Bien, ahora hay que salir de aquí.
—Si puede cortarme esta pesada cadena —dijo mostrando su pierna izquierda atada con una cadena de metal a una gran roca.
La corte con mi espada.
—Ahora vamonos —me dispuse a bajar por donde había venido pero Jason me paró.
—Espere, esta cueva esta custodiada por un gigante.
—¿Y? El gigante no está, podemos irnos —dije intentando bajar pero me lo volvió a impedir.
—Sí, pero si vamos por ahí nos lo encontraremos en el camino.
—Esta bien, ¿qué propones? —le pregunte algo apresurado, no quería conocer al gigante.
—Propongo escalar esas rocas —señaló a las rocas que teniamos encima— y luego bajar hasta el río, allí estaremos seguros.
—Gran idea, por ese camino se va al punto de queda donde estan todos, vamos.
Empezamos a escalar aquellas rocas, era complicado porque algunas no estaban bien sujetas y se movian.
Por suerte no nos encontramos con el gigante, conseguimos llegar al río sanos y salvos.
Lo cruzamos y nos encaminamos hacia el punto de queda.
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