La mano extendida
Había ocurrido un día normal, las nubes no tapaban al sol, el herbazal de los jardines se inclinaba hacia los lados, más verde que nunca.
Si mirabas adecuadamente, podías encontrar figuras divertidas en las nubes.
Pero ya nadie miraba hacia arriba.
Un gran círculo de gente se arremolinaba frente a un cuerpo en el suelo.
Un cadáver de alguien que había caído de la azotea.
Un suicidio, dijeron.
Pero para Izuku, que vio una cabeza asomarse en la azotea, no lo parecía.
Era un asesinato.
Cuando ingresó a la universidad el día siguiente, se aseguró de no mirar a nadie, agachó la mirada mientras el barbijo de tela se ceñía a su rostro, intentando ocultar fallidamente el moretón en su mejilla.
Intentó ingresar a su aula, pero había una persona impidiéndole el paso. El barbijo en su rostro le impedía percibir el olor y por tanto, la identidad.
- Déjame pasar, por favor- Lo dijo con una voz suave, que no se pareciera a la de un omega, porque él mismo no parecía uno, sino que pareciera temerosa.
- ¿Estás enfermo?- La voz medianamente gruesa le permitió descubrir quien era.
- Ayer discutimos esto, no te acerques a mí- Sujetó con fuerza la correa de su mochila, aún con la mirada baja.
- Tú hablaste, yo no dije que estuviera de acuerdo- El alfa lo dijo como si no importara, como un asunto del clima. Como si las palabras del omega hubieran sido poco menos que una sugerencia.
Izuku no pudo tolerarlo, presionó sus dientes unos contra otros con tanta fuerza que la mandíbula le tembló y arrugó su nariz de un solo lado, demostrando cuán molesto estaba.
Levantó sólo la mirada, aún con la cabeza gacha, incapaz de levantarla contra la fuerza de costumbre.
- No vas a ser un héroe si me ayudas. No sé que es lo que busques, pero no vas a encontrar nada en mí, déjame en paz- Los ojos le escocían mientras decía en voz baja y dura todo lo que temía- No hagas que las cosas sean más difíciles para mí. No hay manera en que puedas ayudarme.
Pasó por un costado, empujándolo discretamente con su hombro.
Debían detenerse ahí.
-X-
Dos días después de que alejara al alfa definitivamente, su rutina había vuelto, ni lenta ni perezosa.
Males menores se acercaban entre clases, a burlarse de él o tirarle papeles, Izuku intentaba ignorarlos.
Decidió pasarse por la biblioteca, porque el día siguiente a ese se entregaba una investigación individual y sólo necesitaba afinar unos detalles. Sabía que en casa no podría hacerlo.
Mientras buscaba en los estantes del fondo los libros de finanzas, sintió personas acercarse a él.
Su cuerpo se puso rígido en cuanto detectó el olor a menta y el de mar.
- Vaya, pensé que debía venir a pedírtelo, pero por lo visto ya estás haciendo la investigación por mí, cerdito- Su voz prepotente le picaba en los oídos y la frescura de la menta le cerraba la garganta.
- N- Eso no es lo...- No pudo acabar su frase en cuanto fue empujado contra una de las paredes.
No gritó de dolor aunque su espalda había crujido y su codo seguramente tenía una herida.
Porque sabía que lo castigarían a él y siempre a él.
- ¿No?- cuando Izuku se atrevió a mirarle, vio una sonrisa en los labios de Touma, el alfa, imposible de contradecir, el dueño de todo cuanto viese y el amo de todo lo que se mueva. Touma tenía el rostro que se le aparecía por las noches a Izuku en medio de una pesadilla. Aunque no era feo. Era lo suficientemente bien parecido como para ser el amante de la rectora de manera pública y ser intocable - Debí haberte descuidado por mucho tiempo- dijo con una voz arrepentida que sólo le provocaba escalofríos a Izuku- Lo suficiente como para que pienses que puedes decirme que no.
- N-no, te juro que yo no...- Su rostro se dobló violentamente cuando sintió un golpe en su mandíbula.
- Sigues diciendo que no, cerdito- Touma le pasó la mano suavemente por la zona recién golpeada y le miró con fingido afecto- Tú ya sabes que no puedes decirme que no.
- P-pero mi beca, yo...- Su mentón, que estaba siendo sujetado, fue apretado fuertemente, y luego empujado con fuerza contra la pared.
Intentó levantar la mirada una vez más. Pero Touma ya estaba de pie, con las manos en sus caderas.
- Te dije- le asestó una patada en el abdomen- que no- otra un poco más abajo y entonces se cubrió esa zona con los brazos- puedes- una patada, en su cabeza desprotegida- decirme- Izuku se puso en posición fetal, cubriéndose la cabeza y el estómago, pero el alfa empezó a repartir pisotones sobre sus costillas- que no.
Te dije que no puedes decirme que no.
Te dije que no puedes decirme que no. Te dije que no puedes decirme que no. Te dije que no puedes decirme que no.
Retrocedió poco después, acomodándose los mechones alterados en su perfecta cabellera.
- ¿Y bien cerdito?.
Izuku sabía que no tenía otra opción más que aceptar.
Pero si perdía la beca no podría seguir estudiando.
¿Qué le harían si no aceptaba?
- Y-yo...
- ¿Qué está pasando aquí?- El alfa cuya presencia le ponía nervioso y dueño de la voz que le calmaba interrumpió.
- No es tu asunto.
Touma era irreverente.
- No sé si la rectora piense lo mismo- Dijo Shoto.
- La rectora no se atrevería a hacerme nada- una sonrisa altanera se posó en su rostro.
- Los medios de comunicación sí- Shoto esbozó una sonrisa diminuta mientras entornaba los ojos- Los encabezados se verán bien con el nombre de la rectora y el tuyo- de pronto el ceño del alfa se frunció en una expresión de confusión y luego en una de sorpresa- Pero tampoco se verá bien en tus antecedentes o tu currículum. ¿Qué pasaría si te Googlean? Con un rostro tan célebre seguro que lo hacen seguido.
Touma retrocedió dos pasos.
- Que inteligente- La sonrisa volvió al rostro del alfa- Pensé que tendría que sacar las fotos y los videos.
- T-tú... ¿Cómo es que...?
- Aléjate de Midoriya- Shoto se adelantó unos pasos hasta cubrir el cuerpo del omega tendido en el piso- Y no vuelvas a golpearlo nunca más.
Izuku miró al alfa delante suyo, no les había golpeado, ni humillado. Pero se veía más digno que ellos. No había sido violento o agresivo, pero se notaba mucho más fuerte que todos ellos
"No es ganar la pelea que las víctimas desean. Todo lo que quieren es dejar de ser la víctima. Simplemente no quieren ser víctimas"*
Pero Izuku sí quería ganar. Izuku quería que todos quienes le habían dañado, recibieran todas las heridas y el dolor. Quería que se sintieran de la manera en que él se sentía.
El alfa se veía poderoso, sin necesitar golpearlos para tenerlos doblegados. E Izuku instintivamente supo que ansiaba ese poder. Que deseaba verlos doblegados.
Que eso le generaba placer.
Touma se retiró entre titubeos, maravillando a Izuku, y sus amigos lo siguieron inmediatamente.
- ¿Ahora sí aceptarás mi ayuda?- El alfa con esencia de canela le tendió la mano de manera cortés.
Izuku no tenía elección pero le agradaba que el alfa tuviera el decoro de hacerle pensar que sí.
Miró la mano extendida frente a él. Un alfa del que no sabía ni el nombre le estaba ofreciendo su ayuda. La mano extendida le ofrecía cosas que Izuku ni siquiera conocía: poder, inmunidad, libertad.
E Izuku decidió aceptarla.
HA PASADO MUCHO TIEMPOOOOO!!!!
Les quería dejar esto como detalle de noche buena. En realidad tenía que entregar trabajos para poder morir en paz, pero tal parece que las cosas se complicarán más para mí.
Por otro lado, la escena del inicio -la de la muerte- es del futuro. Ustedes sabrán cuándo. Sólo quería ponerla ahí y explicarla luego.
Éste capítulo me gusta, siento que todo fluyó natural... casi.
Eso es todooo, FELIZ NOCHE BUENA, FELIZ NAVIDAD Y OJALÁ LLEGUE ANTES DE AÑO NUEVOOO PARA DESARSELOS POR SEPARADO.
Les tkm
-¿Qué tal el capítulo?-
Gracias por votar, comentar y leer. Son de verdad maravillosxs.
*La frase es tomada del dorama "My ID is the gangnam Beauty" muy bonito, véanlo.
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