Día 5
Wound/Argument/Hands
Movimientos sutiles y tan suaves que le imposibilitaban abrir los ojos. Con una sonrisa y apoyado en el pecho que desprendía un olor dulce; la joven le acariciaba delicadamente parte de su cabeza, cuello y espalda.
¿Cómo una mano tan frágil y pequeña le causaba suma tranquilidad? Además del cálido tarareo que hacía, con el rozar de sus dedos se dejaba caer por tan dicho momento deseando que nunca acabara.
No se molestaría en moverse o en siquiera hablar, el hechizo se rompería hasta que su amada decidiera parar, así que por el momento se dejaría disfrutar de las atenciones que causaba aquella extremidad de porcelana aspirando el aroma de su piel.
La joven por su parte, además de acariciar y brindar calma al chico encima suyo, dedicaba una canción tarareando el dulce momento. Ambos apenas cubiertos por las sabanas sintiendo la piel de otro, la luz mañanera apenas se daría paso y mientras eso pase, dedicarían pasarla juntos hasta que sea el momento y para ver las cosas, seria ella quien lo llame para salir del lecho.
En su propia cintura sintió una repentina presión y no se sorprendió al saber por cómo la sonrisa del joven se ensanchaba al percibir como la mano de este la aprisionaba contra sí, y a la vez empezaba a acariciarla con uno de sus dedos dejando salir un suspiro enamorado.
Con eso solo mostraba cuanto la quería o eso entendía, pues ¿Qué otra cosa sería? A los pocos segundos, aquella mano masculina empezaba a recorrerla de manera sutil como si pudiese dibujar su propia silueta; una maña que solía tener con ella haciéndola sonrojar y tentada en detener sus caricias y levantar su barbilla para darle un profundo beso. Para su sorpresa, fue el chico quien levantó el rostro y esperando por un beso, este solo le regaló una curvatura en sus labios y unos ojos brillantes.
-Pensé que jamás te moverías. – Comentó sin dejar los movimientos circulares sobre la piel quemada del joven.
-¿Por qué luces decepcionada? – Preguntó curioso al ver la ligera mueca en sus rosados labios. – ¿Querías que te besara? – No estaba seguro, pero ella solía mostrar ese gesto cuando esperaba por un beso y este no llegaba.
-Quizá... - Desvió el contacto visual mirando hacia la ventana. – Aunque, yo estaba por despertarte y besarte.
-Si hacías eso, quitarías tu mano. – Volvió a acomodar su cabeza, pero ahora un poco mas arriba llegando casi a su cuello. – Y yo quitaría la mía. – Dijo mientras daba un ligero pellizco en su espalda.
-¿Y no puedes hacer ambas? – Preguntó con un tono de obviedad, haciendo que el otro levantará el rostro de forma menos suave y le viera con una ceja arqueada.
-Solo hago lo que tú me haces. ¿Por qué quitas tu mano cuando puedes besarme al mismo tiempo? – La chica rio ante la mirada retadora de su amado.
-Te consentiría demasiado. – El joven rodó los ojos con ironía haciendo carcajear a la otra. – Estoy bromeando. Es solo que me concentro más en una cosa que en la otra. No lo tomes personal.
-Sería un estúpido si lo hiciera. – Se acercó a su rostro y la besó aprisionándola con ambos brazos, cosa que hizo que la joven apartara su mano y esta lo abrazara por la espalda siguiendo el fuerte ritmo de sus labios. Dejando ser su energía removiéndose sobre la cama y la chica abriera las piernas para que el otro se acomodara mejor.
-Narancia, creo que ya debemos salir de aquí. – Comentó la chica entre un jadeo, al ver que el sol empezaba a salir y luego de creer que si seguían así, sus cuerpos no serían capaces de separarse. – Los demás se preguntarán dónde estamos.
Narancia paró y con un gruñido expresó que no quería, pero de igual forma se apartó sin antes darle un rápido beso.
-¡Diablos, es verdad! Está bien, pero quiero esas manos sobre mi cabeza esta noche. – Dijo más en forma de ruego que advertencia mientras se sentaba y recogía sus pantalones del suelo. La joven de igual forma empezaba a vestirse.
-Y yo quiero las tuyas sobre mi cintura, ¿Es un trato? – Extendió la mano hacia Narancia y este al ver que ya tenía su brasier puesto, tomó la palma y en vez de estrecharla besó el dorso.
-Trato hecho, señorita Trish. – Hizo una reverencia como si de un caballero se tratara enterneciendo a la chica.
Ambos terminaron de colocarse las prendas y luego de que Trish acomodara un poco la cama, Narancia la esperaba para salir del motel lo antes posible antes de lo que los demás empezaran a preguntarse dónde se habían metido.
Aún era temprano, quizá habría algo de tiempo para disfrutarse un poco más durante el camino.
Los jóvenes se tomaron de la mano sintiendo la calidez del otro y así estarían al menos hasta llegar a casa.
___
Día 5 :^ siendo sincera, no se me ocurrió algo mejor D: ahhh! Igual espero les haya gustado y si no, lo comprendería xd bueno, gracias por leer <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top