Foto de Jonathan Oliver.

_Fuiste muy dura con tu padre.

-Oh vamos no quiero entrar en discusión contigo.

-El te ama Nadia, se está esforzando.

-Akil por favor, me caes bien pero...

-Tranquila no me meteré más en tu relación con Jonathan.

-Gracias.

-Y bien, te prometí un recorrido por la pirámide.

-¿Podemos entrar?

-Claro, vamos.

Todos le sonreían y me miraban con curiosidad, de seguro se preguntaban ¿Qué hacía una adolescente en aquel lugar? sin nada mejor que hacer que estorbar.

Por fuera, no había mucha diferencia con las otras pirámides, pero al entrar me quedé maravillada, la estancia era enorme con grandes pilares de mármol, un pequeño altar en medio de la habitación, las paredes labradas a mano con jeroglíficos y otros diseños, para luego dividirse en dos túneles, un poco estrechos pero se podía pasar por ellos.

-¿Hacía donde conducen?

-Este de aquí a otra tumba, no se sabe quién es, se cree que de alguna esclava, no hay ningún escrito sobre ella, los egipcios solían matar a los esclavos cuando alguien de importancia moría para que lo acompañara en su viaje al más allá. Se encontró vasijas con granos, se colocaban ahí para que no sintieran hambre en su recorrido.

-¡Qué estupidez! los egipcios a pesar de ser tan avanzados tenían tontas creencias. Y según leí esta reina no era egipcia, gobernó en algún lugar llamado Saba en África.

Akil sonrío para luego agregar:
-Señorita Oliver, Egipto, y la antigua Saba ahora Yemen, pertenecen al mismo continente, es decir África, por lo tanto conservaban creencias similares.

Me volví a sentir tan apenada, cuando regresara a Inglaterra estudiaría más historia y geografía.

-Pero sí tienes razón en algo, su tumba no debería estar aquí, para ser sincero jamás se había encontrado prueba verdadera de la existencia de la Reina de Saba. Todo esto es una locura, ¿Por qué crees que tu padre y el mío se están comportando de esta manera? nada tiene sentido.

-De solo pensarlo me da dolor de cabeza y me imagino que el otro túnel lleva a la tumba de la reina.

-Correcto, aún no se han llevado el sarcófago.

-¡Genial veremos una momia!
-Expreso en tono sarcástico.

-No la han abierto y no lo harán hasta que se encuentre en condiciones aptas para hacerlo.

Saqué mi cámara, al menos tendría algo bueno que mostrarles a mis amigos pero Akil me indicó que no podía tomar fotografías.

-¿Por qué no puedo? no se va a desintegrar el sarcófago o sí.

-Sabes el daño que causa el flash en piezas tan delicadas.

Por supuesto que no lo sabía, ya se hacía rutina sentirme avergonzada por mi repetida ignorancia.

-Lo siento. -Contesté sin ganas.

-No te sientas mal, únicamente nada de fotos, ok.

-Entendido.

Caminamos por aquel angosto pasadizo bajamos unos cuantos metros y el aire se volvió un poco espeso, me maree y perdí el equilibrio cayendo casi encima de Akil.

-Señorita Oliver ¿Está bien?

-Sí, es este aire, me sofoca y por favor dime Nadia, señorita Oliver es muy formal.

-Ok, lo tomaré en cuenta, y es mi culpa, debí advertirle, esta pirámide estuvo sellada durante muchos siglos, aunque ya hace dos meses fue descubierta al descender el aire cambia, ¿Quiere que regresemos?

-No, continuemos.

-¿Segura?

-Sí solo sujétame para no caer.

Akil tomó mi mano y sentí que el corazón se sobresaltó, cuando salimos del pasadizo me alegré y fue entonces cuando vi la escena más sorprendente. El sarcófago era de oro puro, con llamativos colores, rubíes, esmeraldas y diamantes lo decoraban, quedé con la boca abierta sin pronunciar palabra, aunque ya habían sacado la mayoría de las piezas, aún quedaban algunas de mayor tamaño, también de oro y otras de jade. Las paredes estaban decoradas con hermosos dibujos que de seguro contaban la vida de aquella reina que despertara mi fascinación.

Papá llegó unos minutos después pero no me habló, seguía molesto conmigo, atrás de él Zaid y el Sr. Astley.

-Aquí Jonathan, por favor, estos son los jeroglíficos que mencioné.-Los señala el Sr. Astley.

Papá se puso sus lentes y leyó aquel lenguaje ya inexistente. Se los quitó y volvió a ver a Zaid, conocía esa mirada, había descubierto algo.

-Es ella Zaid, de verdad es ella.

Los amigos se abrazaron y puedo jurar que vi llorar a papá, como puede alguien llorar por algo así, ni siquiera cuando murieron mis abuelos paternos lo vi derramar una lágrima, ¿Tanto le apasionaba todo esto?.

Un hombre vestido extraño como casi todos en el lugar entró dando gritos. No entendí lo que dijo pero papá y los demás lo siguieron corriendo.

-¿Qué sucede? -Pregunté.

-Descubrieron otra cámara.

-"Cámara". -Repetí imaginando una cámara fotográfica.

-No es lo que crees Nadia. -Respondió Akil leyendo mis pensamientos. -Es otra habitación por decirlo de una forma que lo comprendas.

¡Oh por Dios!, otra vez avergonzada, desee desaparecer pero Akil me volvió a tomar de la mano para dirigirnos al lugar del descubrimiento.

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Holis, aquí empieza lo emocionante. Como ya tengo terminada esta historia, trataré de subir capítulos diarios. Muchas gracias por leerla, espero les esté gustando.