Tiene un (1) mensaje de voz nuevo

El cuidador se lanzó al suelo ya con la voz destrozada de tanto llorar, apenas pudiendo sostener el teléfono entre sus temblorosas manos. Con el rostro desgarrado de rojo y lágrimas, se rindió ante el sufrimiento de no tener a quien amaba a su lado; deseaba escuchar su voz, deseaba saber que aún lo escuchaba y lo atendía de la misma forma que él siempre lo hizo. El adulto miró entre su aceitosa mirada los números marcados y prosiguió a llamar, se sentó en el suelo con el cuerpo recostado de la frágil mesita que sostenía el teléfono, esperó aún intentando calmar sus lamentos, pero sobre todo sus pensamientos sobre él. Respectivamente, el aparato en su oído comenzó a sonar buscando la señal del número; al principio, solo escuchó un pitido. Luego de unos segundos, otro.

Y otro...

Y otro...

Y otro...

Y otro...



Hasta que finalmente una vocilla irritante habló del otro lado: "El número que ha marcado no se encuentra disponible". No paró allí, volvió a marcar y a esperar, la espera por escucharlo contestar era eterna a su parecer, no lograba acortarla, su mente solo lo bombardeaba de aún más recuerdos: él, sus afectos, sus caricias, él... Él...

" Entraste en el buzón de mensajes: Si llegaste acá es porqué probablemente no encuentro mi teléfono o estoy muy ocupado para ti. Deja el mensaje después de que escuches el tono".

Esa voz... Era él... O al menos, el buzón de llamadas, sin embargo, igual se sentía a tenerlo al otro lado de la línea dispuesto a escuchar cómo le había ido en su día o si algo había pasado para salir del trabajo e ir corriendo a ayudarle. Extrañaba tanto esa sensación, la sensación a ser querido por la persona indicada, ignoraba por completo el hecho de ser solo falsas esperanzas y solo prosiguió a desahogarse, intentando formar palabras entre los gimoteos.

— H-Hola, amor, yo... tú... — hizo una pausa para chillar y recuperar aire. — ¿Cómo haz estado? ¿D-Dónde... Dónde haz... estado?.— soltó un par de lágrimas más y forzó lo siguiente. — Sé que... Que ambos... Hemos estado algo lejos d-de... Del otro, pero... Pero no... — chilló. — No sabes la falta que haces, no... No sabes como... Te necesito... Él.... Él te necesita y... Mucho... mucho... Está tan solo... Te extraña... Siempre pregunta por su papá... Necesita de su papá... — hizo una pausa para tragar con sus sentimientos y poder hablar con claridad al final.— No vuelvas tarde, cielo...

Escuchó como los últimos escandalosos sonidos del teléfono le indicaban que su llamada había terminado. No se molestó en ponerlo de nuevo en su sitio, el cuidador lo dejó caer para volver a un mar de lágrimas y dolor en lo que su corazón terminaba de asimilar las roturas y su mente olvidara su nombre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top