Olvido #7

Las voces alteradas, las agitadas respiraciones, palabras en gritos abrumadores, una voz quebrada pidiendo razón y otra vacilante y enojada que gritaba soledad. La voz frágil y herida, aún clamando razón y compasión, llenaba de sufrimiento su palabra perdiendo su carácter bravo con el cual pedía calma y pensamiento, ahora pedía perdón y estancia, llamaba con voz afligida y aturdida su nombre. La voz agitada, molesta, vacilante e hiriente declaró el abandono de ambos seres y a duros tratos dejó con la nariz sangrando a quien portaba la voz triste llena de sollozos, ésta se levantó aturdida tomando en brazos al niño de cuna que abría sus ojitos dirigiendolos a la figura robusta que se alejaba a pasos firmes hacia la puerta, estirando su frágil manita, intentó alcanzarlo llamandolo por su nombre parternal.

- Papá...

Segundos antes de terminar de salir, se detuvó en seco al oir las palabras cansadas y sencillas de su criatura, apretó con firmeza sus dedos a la madera y salió rápidamente con un portazo, escuchando como aquello hizo rebentar en llanto a el bebé pero lo dejó y se alejó... para no volver. Quien lo llevaba en brazos, lo meció y calmó su llanto mientras el propio era constante, lo apretó contra su pecho y se lamentaba de todo, e incluso se culpaba, esperando que el tiempo curara esas heridas amargas y aquel recuerdo se volviera olvido de su mente confundida.

Día del abandono...