Little angel #12
Little Angel#12
Había una brisa cálida que ondeaba las sábanas en el tendedero, un sol potente quemando la cabeza de ambos seres mientras el más pequeño aguardaba. Una tela detrás de otra se colocaban sobre el delgado hilo del tendedero, las temblorosas manos del cuidador posaban con delicadeza un gancho de ropa justo entre la tela para evitar que volase, estiraba la tela con suavidad y repetía el proceso con la siguiente. Miró al cesto vacio al terminar y lo dejó cerca del tendedero mientras tomaba en brazos a su criaturilla. El bebé miró fijamente aquellos rastros negros de lágrimas de semanas, meses e incluso años, los miraba con intriga como si supiese lo que significara. Al cuidador le impresionaba, a veces, la capacidad de empatía que tenía. No quería decir que no fuera agresivo de vez en cuando o que no lo mordiera o lo golpeara, era que cada vez que se daba a luz la inmesa tristeza que tenía contenida, parecía que el niño lo entendiera. Arrulló tarareando cualquier canción de cuna que se le viniera a la mente, intentando dibujar una sonrisa por muy pequeña que fuera. El bebé se movió entre sus brazos queriendo bajar, su petición fue atendida y su cuidador se sentó mirandolo jugar. Se intentaba mantener sereno, necesitaba calma y ver al niño tranquilamente poner un bloque sobre otro ayudaba mucho. Cuando el bebé miraba con sus grandes ojitos verdes a los suyos, le sonreía cálidamente y el niño reía, le gustaba sentirse protegido. El bebé gateó hasta una pelota y la tomo lanzándola al mayor. Al ver que no la tomaba, gateó hasta él y la ofreció balbuceando alegremente, estirando sus brasitos con la pelota en las manos. El mayor la tomó y la lanzó suavemente a sus manitas pero el niño refunfuñó en disgusto y se la lanzó. Ya el adulto comenzó a sentirse confundido, de un momento a otro el bebé comenzó a dejar todos los juguetes que tenía a los pies del cuidador, seguía trayendo juguetes e incluso trató de darle un chupete. Se sentó en el suelo y apartó unos cuantos juguetes, el bebé gateó hasta él con rapidez y lo abrazó como pudo mientras balbuceaba su nombre. El mayor lo tomó y lo alzó para abrazarlo con una sonrisa. El bebé balbuceaba un "te quiero" muy pobre, el cuidador se lo decía de vez en cuando y le impresionó saber que su niño entendía el significado... Como si fuera un pequeño angelito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top