Galletitas #2

El tazón estaba justo al frente, lo alcanzaba con estirar un poquito sus pequeños brazos, las quería realmente las quería. Pero el mayor le había advertido que esperara por él, que lo llamará por ayuda... ¿Pero a esa pequeña criatura que le iba a entender?. El adulto organizaba unos cuantos desastres producto del descuido de la criaturilla, limpiaba y guardaba todo en su respectivo sitio. Ya había ganado la fama de tener todo perfectamente organizado y más de una vez le habían hecho burla, declarando que iba a morir de estrez por el bebé. Bufaba en voz baja al encontrar juguetes o uno de los chupetes, no podía creer que había logrado alcanzar el envoltorio con azúcar, no era lo más impresionante, sino que era que había logrado abrirlo de la manera correcta para devorar el contenido, además de una bolsa de harina y un frasco de mermelada. Un sonido ensordesedor captó toda su atención, miró sobre su hombro y volvió a presenciar como la pequeña criatura había logrado conseguir lo que deseaba: Había volteado el tazón de galletas y tomado las galletas que lograron salir. El mayor suspiró, se acercó y para su sorpresa, el niño le ofrecía la galleta que había intentado morder; No se contrapusó y mordió restandole importancia al sabor a baba. El niño aplaudía y comía a duras intentos su galleta mordida. Quizás aquello le gustara, comer galletas así.