Capitulo 18

POV AUTORA:

Faltaba una hora para el amanecer cuando la mamá de hawk aterrizo a los pies de un enorme río, de inmediato todos bajaron de su lomo a la tierra.

Meliodas: bien, por donde es el camino, elizabeth?-preguntó mirando a su prometida

Elizabeth: río arriba, allí estan la laguna y la cascada a los pies del árbol sagrado. Esa es la fuente donde se encuentra mi madre.

Meliodas: muy bien, todos en marcha.-ordeno comenzando la caminata al lado del río

Sin dudar todos los siguieron, el camino los tenia realmente nerviosos pues era demasiado tranquilo.
Ban y harlequinn no podían estar más aliviados al saber que sus esposas, muy a regañadientes, ahora estaban a salvo en el bosque del rey hada, pero de igual manera estaban tensos pues todo en ese lugar lucía demasiado.....extraño.

Sin que nadie lo notara, el rey de camelot se acerco al pecado de la cabra, desde hacia una horas cargaba con una duda que solo él podía responderle.

Arthur: sir gowther..?-llamo en un susurro

Gowther: si, arthur?-respondió notando la curiosidad en el ojivioleta

Arthur: tengo una duda que me gustaria que usted respondiera; recuerda cuando recién llego ginebra y por su poder la mayoría de nosotros terminamos a su alrededor?

El pelirrosa sintió y le hizo un ademán para que continuara.

Arthur: usted llevo la espada de isabella a mi habitación y me dijo que pudo sentir su alma acongojada. Mi pregunta es; ¿como pudo sentirla si ella jamas estuvo con nosotros?

Gowther: ni siquiera yo puedo responder a ello, se que sentí el alma de isabella en algún lugar de la taberna, pensé que estaría en esa espada.-respondió entre verdad y mentira, el sabia perfectamente donde se ocultaba la futura reina.

El pelirrojo asintió, no muy conforme con la respuesta pero creyendo en la palabra del muñeco.
Mientras que este ultimo reprimió una leve sonrisa, tenia gran comienza en que él rey pronto vería la luz.

Lastima que no pudo seguir con su tren de pensamientos pues justo cuando se internaron en el bosque, empezó a escuchar ruidos demasiado extraños que lo pusieron tenso de inmediato.

Gowther: que fue eso?-pregunto alertando a los demás quienes se detuvieron y miraron a su alrededor 

El silencio peso en el ambiente, nadie movía un solo musculo, solo podian escuchar algo moverse.

Meliodas: estén atentos, lo que sea que haga ese ruido no sera amigable.-gruño tomando firmemente a elizabeth de la muñeca.

Ban y harlequinn se colocaron espalda con espalda de forma inconsciente, no o admitirían jamas pero su extraña amistad les hacia protegerse mutuamente.

((Nota: es solo amistad, no piensen mal, pervertidas 😒))

Simón, mael y slader tomaron sus posiciones, protegiendo tras de si a merlín y jeriko.

Y al final gowther, hendrikson y arthur también se pusieron espalda con espalda, atentos a cualquier ataque.

Pero grande fue la sorpresa de todos cuando sintieron como algo se aferraba a sus piernas y los alzaban al aire.
Todos dieron un grito de sorpresa, incluso merlín, cuando las mismas cosas que los alzaron boca abajo comenzaban a envolverlos totalmente hasta que poco a poco comenzaron a perder el conocimiento por la falta de aire.

En cuanto gowther pudo volver a abrir los ojos otra vez, sorprendido por no sentir las lianas estrangulándolo, se encontró con una mirada brillante que hizo que su corazón diera leves resonancias.

Gowther: nadja...?-susurro incrédulo.

Nadja: hola...mi amor.-saludo ayudándolo a levantarse

Casi de inmediato se vio atraída hacia el pecho del pelirrosa, sin pensarlo correspondió el abrazo con una sincera sonrisa pero esta se borro rápidamente al ver el corazón de gowther resonando de forma a como lo hacia antes, cuando ella era la única en su vida.

Nadja: gowther....me has olvidado?-pregunto alejandose y mirando seriamente a la cabra

Gowther: no...jamás podría olvidarte.-respondió intentando tomar su mano, le dolia ver a la mujer que le enseño a amar tan triste.

Nadja: entonces por que veo a alguien mas en tu corazón? Quien es esa chica que sonríe con tanto afecto hacia ti?-volvió a preguntar sin dejar que él la tocara.

El pelirrosa bajo la mirada al suelo, pensando en la mirada resplandeciente de la chica de la que hablaba Nadja, y después volvió su vista a la princesa quien lo miraba esperando una respuesta.

Gowther: yo no te he olvidado, mi amada Nadja, pero no negare que ahora mis afectos son dirigidos a alguien más.-confesó sin mirarla a los ojos

La princesa de cabellos violetas camino hacia el pecado capital y acerco su mano a su rostro pero contrario a la cachetada que gowther esperaba, ella lo hizo mirarla y lo que vio lo sorprendió de sobremanera, Nadja no se veía triste ni enojada, en realidad estaba sonriendo, sonreía de la misma manera que lo hizo la ultima vez que la vio.

Nadja: me alegro, ella es una buena persona, la he conocido, y se que cuidara de tu corazón como yo no pide hacerlo. Y de igual manera espero que tu puedas salvarla.-dijo dulcemente

La mirada de gowther reflejaba incredulidad, simplemente le costaba crees lo que su amada le decía pero por otro lado su corazón ya intuía que ella lo aceptaría, pues la antigua prin esa de lionés poseía un alma pura libre de odio o rencor.
Tan sorprendido pero con gran alegría rodeo el pequeño cuerpo de la fémina en un abrazo.

Gowther: gracias Nadja, prometo que cuidare bien de ella.-dijo con una gran sonrisa

Nadja: tienes que volver, tus amigos están sufriendo una agonía, solo tu puedes liberarlos.-dijo preocupada

Gowther: siempre te recordaré.-se despidió

Nadja: y tu estarás siempre en mi corazón.-respondió con una resplandeciente sonrisa

Esa luz tan pura fue lo ultimo que el ojidorado vio antes de que sus ojos volvieran a abrirse, nuevamente se encontraba en el interior del árbol totalmente rodeado por las mismas enredaderas que los atacaron al principio.
A su alrededor vio a sus camaradas pero estos parecían estar sufriendo en sus sueños, intento forcejear con las lianas y los suerte pudo romperlar antes de que volvieran a aprisionarlo.

Rápidamente el de cabellos rosas se incorporo después e su caída y procedió a liberar a sus camaradas de sus captores, uno a uno todos fueron cayendo al suelo e incorporándose bastante desorientados y algunos asustados por lo que habían tenido que vivir en sus mentes.

Jeriko: que demonios fue eso!?-exigió saber con la respiración algo agitada por el susto, sin dudarlo, el zorro se acerco a su imoto para asegurarse que este bien.-tranquilo, no pasa nada.-susurro colocando su mano sobre la que el mayor había puesto sobre su hombro.

Elizabeth: eran lianas estranguladora, alejan a los intrusos, tiene un aroma alucinógeno que te hace vivir pesadillas horribles o preciosos sueños. Son una defensa.-explicó recuperándose del mareo.

Meliodas: mejor sigamos antes de que esas cosas decidan volver.-ordeno tomando la mano de elizabeth para seguir el camino pero esta vez alzo el vuelo junto a ella, en ese punto era mas seguro ir por aire.

Merlín, mael y king los siguieron, llevando consigo a los que no podían volar.
Merlín llevaba en un cubo perfecto a su protegido, a Hendí y a su amante, mael llevaba a Simón y gowther, y king hizo que su tesoro sagrado llevara a ban y jeriko. 

A lo lejos vieron un enorme árbol iluminado por el alba, aunque aun se veían algunas estrellas, la gran laguna a su alrededor reflejaba todo el cielo, dándole una apariencia celestial y majestuosa, todos aterrizaron rápidamente y vieron a los alrededores buscando la inconfundible cabellera turquesa de la madre de elizabeth.

Elizabeth: detrás de la cascada esta la entrada a la fuente sagrada, siganme.-ordeno caminando con cuidado sobre las raíces del árbol que eran la única entrada detrás del gran chorro de agua.

Todos siguieron a la princesa de lionés teniendo especial cuidado en no caer, ni trabajar de la raíz.
En cuanto atravesaron la cascada, vieron una especie de túnel lo bastante grande e iluminado como para dejarlos pasar con total tranquilidad, aunque la soledad y los años hacían ver ese lugar bastante atemorizante.

Jeriko: esto da escalofríos...-murmuró abrazándose al brazo de ban

Ban: quedate detrás de mi, periko.-le ordeno seriamente

La menor ni siquiera se molesto en corregirlo ni regañarlo por su nombre, simplemente se aferro mas al brazo de su hermano mayor.

Un extraño ruido lleno el hambiente de por si ya lúgubre, era como un llanto...impulsados por la adrenalina y el miedo corrieron aun más rápido por el túnel hasta que una luz los cegó por breves segundos, en cuanto pudieron abrir los ojos se dieron cuenta que frente a ellos resplandecía un pequeño manantial que reflejaba las estrellas que se filtraban por las hendiduras que las lianas no llegaban a cubrir, dentro del manantial con el agua hasta la cintura y de espaldas, estaba una preciosa mujer de cabellos turquesa, piel perlada y cinco pares de alas majestuosas.

En cuanto la mujer dio la vuelta, la mitad de los presentes sintieron que la sangre se les helaba y la otra mitad quedaron hechos piedra...
Elizabeth sintió como si el alma se le cayera a los pies...no podía ser...pero lo estaba viendo, todos lo veían con perfecta claridad!!
Arthur sintió que toda su sangre se congelaba, solo se notaba que aun seguía consciente por su errática respiración.
En los brazos de la deidad suprema yacía...

¡¿UN BEBÉ?!

Continuara...

Ehhh verdad que los sorprendí?

Cricri...

Cricri...

Encerio? Nada? Ah bueno, les traje algo largo, agradezcan eso por lo menos.

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