Capitulo 1

La ciudad de camelot estaba nuevamente en reconstrucción por el ataque de la deidad suprema, milagrosamente nadie murió, solo fueron heridos.
Elizabeth y Meliodas decidieron quedarse en ese mundo temporalmente para buscar algún rastro de la deidad y también del alma de la joven de ojos esmeralda.
Cada ciudadano de camelot había sentido la perdida de su tan ansiada reina pero nadie sufrió mas que su rey quien, en esos espantosos 3 meses no había salido del castillo.

Castillo de camelot...

En la habitación donde se suponía que después de la boda estaría siempre junto a su reina, se encontraba el joven de cabellos naranjas tendido en la cama con la mirada perdida en el techo y a su lado descansaba su inseparable amigo gatuno quien lo miraba con una gran lastima.

Cath: arthur...-murmuro queriendo llamar su atención

Arthur: no digas nada cath, dejalo ser.-interrumpió con la voz ronca

El pequeño gato se acerco al chico y se frotó contra su brazo intentando darle un poco de su calor.
Pero lo único que logro fue que el rey se girara en la cama y se apartara de él, pero al hacerlo, con los ojos bañados en lágrimas, pudo distinguir un precioso anillo dorado en su buró, lo tomo entre sus dedos y con rabia lo lanzo contra la pared haciéndolo revotar lejos de él.
El movimiento inesperado asusto a cath y lo hizo dirigir la mirada hacia el anillo, era el mismo anillo que se le cayo a isabella el día de la boda, su anillo de compromiso.

El muchacho se levanto de la cama, tomo su espada y comenzó a destrozar todo lo que se le ponía enfrende forma frenética, tanto así que su pequeño compañero salio corriendo lejos del filo de sequense.
Las mucamas que pasaban frente a la gran puerta de madera salían corriendo despavoridas al escuchar tal escandalo e incluso merlín no de acercaba allí sabiendo que no era sabio molestar a su protegido en el estado en el que se encontraba.
Pero el chico estaba en todo su derecho de destruir y gritar a su antojo, el dolor que llevaba pegado al pecho era demasiado para callarselo, simplemente sentía que con cada grito, su pobre y atormentada alma encontraba una pequeña gota de paz en ese mar de desesperanza y miseria.
Con la respiración agitada, el rey de camelot vio con terror como la preciosa habitación que alguna vez compartió con isabella estaba totalmente destruida, destruida por su propia mano.
Soltó la espada y se encamino por todo el desorden había el balcón.
La luna brillaba en todo su esplendor, iluminando el rostro ojeroso de arthur, sus cabellos estaban mas desordenados de lo común y el siempre hermoso brillo en sus ojos había sido opacado totalmente por la tristeza. Viendo fijamente las estrellas el dolor lo invadió nuevamente, se sostuvo la cabeza entre las manos y cayo de rodillas al frío piso de piedra.
A esa horrible mujer no le había bastado con arrancarle al amor de su vida sino que además había dañado su mente, provocándole esos insoportables dolores y las pesadillas que ya no le permitían dormir. Pero aun así, el no se permitía nunca gritar ante ese dolor en particular, no quería darle la satisfacción a esa mujer de que lo estaba quebrando otra vez.
No podía, por su reino, por los pecados capitales y aunque lo negara con todas sus fuerzas...también por ella, por isabella...por que aunque ella se entregó a la deidad y se dejo morir frente a sus ojos, no podía dejar de amarla.

Arthur: POR QUE DEMONIOS ME ABANDONASTE!!-exclamo al cielo entre lágrimas de agonía

Continuara...

Es algo corto pero me pareció apropiado para el comienzo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top