Capítulo 4
Diane y los demás se acercaban velozmente a donde estaban los demás, pero mientras se acercaban Guila y Jericho empezaron a gritar de dolor.
― ¿Qué sucede? Eso no es un dolor normal.
Jericho grito al cielo, y fue cuando la sangre de demonio que habia bebido hizo reacción. Una extraña criatura envolvió su cuerpo, era del tamaño de Diane, quien se vio obligada a detenerlo para evitar que masacrara a los demás.
― ¿Qué demonios haces King?
―tengo que matar a Jericho, solo así poder salvar a Diane.
―No te preocupes. Ahora explíquenme que les paso a Jericho y a Guila.
―Talvez, la sangre de demonio de la nueva generación se salio de control.
―No, los obligan a actuar así. ―Meliodas se lanzó contra el monstruo que amenazaba a Diane.
― ¡Capitán! ―Diane exclamo con alegría mientras se arrodillaba un momento.
― ¿Gil, que paso contigo'
―No es momento para dar explicaciones, te daré el informe más tarde.
―Capitán ¿Cómo que los obligan actuar así? ¿Entonces es alguien más?
―Si. Guila y Jericho son de la nueva generación, y no solo son ellas dos ¿No les parece muy extraño que toda la nueva generación de caballeros sacros haya enloquecido al mismo tiempo?
― ¿Al mismo tiempo?
―Observa
Y al mirar hacia el otro lado, todos los caballeros sacros de la nueva generación ya estaban transformados, haciendo destrozos por toda la capital de Liones.
La bestia de hacia un rato, volvió a lanzarse esta vez contra Meliodas, así que Diane no tardo en detenerlo de nuevo. En ese momento un cuerpo salio proyectado contra ese monstruo, era Amelie, quien tenía heridas algo graves.
― ¡Capitana! ― Las lunas demoniacas iban a acercarse, pero una presencia los obligo a detenerse.
―Eres tan perceptivo como imaginaba, la nueva generación, es un grupo perdedores que no pudieron convertirse en caballeros sacros, sus corazones se sienten inferiores por ello y sienten rabia consigo mismos por ser insuficientes. Esa antigua maldición aumentara esa rabia y eventualmente tomara control de ellos.
― ¿Hendrickson? ― Howzer estaba confundido y sorprendido.
―Pero ¿Por qué se ve así? ― Ethan estaba al frente de sus compañeros esperando algún ataque.
―Es obvio, él también bebió la sangre de demonio.
―Que increíble bendición es cuando uno es completamente compatible con la sangre de demonio aumenta tu capacidad física y amplia tus poderes mágicos. La investigación y experimentación valieron la pena. ―La mirada de Hendrickson fue directamente hacia Meliodas y Elizabeth― Ahora, entréguenme a Elizabeth. Y prometo, de demonio a demonio dejarte con vida.
―No soy como tú, no eres un humano y tampoco un demonio, eres un estúpido. ―Exclamo el rubio mientras Hendrickson se limitaba a sonreír.
―Imagine que dirías algo así.
― ¿Esperabas esto también? ― El rey hada estaba flotando, con los brazos tras su cabeza mientras activaba el modo cinco de Chastiefol, apuntando con todas esas cuchillas hacia la espalda de Hendrickson.
―Por supuesto.
Un extraño destello ataco a King, quien tuvo que reanudar su guardia y usar Chastiefol en su modo original, encontrándose con Helbram en el aire. Usaba ese casco extraño, su cuerpo estaba gravemente herido y parecía no reaccionar con normalidad.
―No puede ser, Helbram.
―No tiene caso que sigas hablándole, tu amigo siempre estuvo muerto ¿Qué no fuiste tu uno de los que lo mato?
― ¿Por qué? ¿Qué le hiciste a Helbram?
―Escuche que las hadas no se pudren después de la muerte. Por casi doscientos años este cadáver a estado a la venta por un alto precio en el mercado negro. Decidí comprarlo y darle vida temporal. Use una técnica druida prohibida "Esclavitud de Muerte" pero solo puedes revivir a alguien dos veces. Con cada resurrección el alma se desgasta y sus funciones disminuyen notablemente.
―Eso es muy cruel― El grito de agonía de King despertó a Amelie, quien comenzaba a tener dificultades para pelear.
El monstruo bajo ella empezaba a reaccionar también. Se puso de pie y busco un hueco para atacar a Hendrickson, pero su vista empezaba a fallar, veía borroso y en ciertos momentos incluso parecía quedarse ciega, todo se volvía oscuro.
―Maldita sea... ―La pelirroja se arrodillo, al sentir como su fuerza disminuía y su vista volvía a fallar.
― ¡Amelie, cuidado! ― Diane detuvo de nuevo al extraño monstruo que consumía a Jericho. Caeli se acercó velozmente a Amelie y con su magia intento al menos estabilizarla de su vista.
―Deberías alegrarte ¿no? Acabo de darte una fantástica oportunidad, rey hada. Mataras a tu amigo por tercera vez.
Helbram no tardo en lanzarse contra King, golpeándolo ferozmente con su cabeza, aturdiendo al rey hada quien descendió un momento, sujetando su nariz. Cuando Helbram descendía en picada, Eden salto sobre King y golpeo con ferocidad a Helbram con su escudo de magia, el hada verde salio disparada hacia los restos del castillo de Liones.
―No creí que caerías tan bajo, Hendrickson. ―Ethan apareció detrás del albino, pero de un puñetazo lo mando rodando hacia las ruinas del castillo.
―Tiene más fuerza bruta de lo que esperaba― Menciono Lirius con sorpresa.
―Maldito― Howzer levanto su brazo, dispuesto a atacarlo, pero Hendrickson fue más veloz, apenas apareció frente a él, de un fuerte codazo lo mando al otro lado del pueblo.
―Te tengo― Amelie tomo su espada y sin dudarlo se lanzó contra él.
―Que decepción Amelie. Me servías más con tu propia voluntad. Tu misma cavaste tu tumba...
Hendrickson la atrapo sujetándola de la cara. Cuando la pelirroja trato de apuñalarlo, atrapo su mano y le sonrió de forma tétrica. Un frio recorrido la espalda de Amelie y sus ojos empezaron a temblar. Ese ya no era su maestro. No lo reconocía ya. Las princesas de Liones, asi como Gilthunder y Meliodas, miraban con terror como la joven pataleaba y su cuerpo después se relajaba.
―Pero, seré considerado contigo, mi amada aprendiz. Me robare tu voluntad, me servirás y obedecerás fielmente, y asi perdonare tu vida. ― Cuando la solto, la pelirroja se tambaleo y lentamente se enderezo. Al voltear, el rostro de terror de Gilthunder se petrifico.
Los ojos amarillos, que antes estaban llenos de energía y felicidad, ahora estaban teñidos de un rojo vino oscuro y sin vida. Las marcas negras que tenía Hendrickson por su pecho, ahora estaban en el cuello de la joven, formando una especie de collar en su piel.
― ¿Qué carajos le hiciste?
―Simplemente suprimí su conciencia, esta dormida, pero su cuerpo responde a mis órdenes. No te preocupes Gilthunder, ella estará bien. Sería incapaz de matarla
― ¡Bastardo!
Meliodas y Gilthunder se abalanzaron contra el albino, que ni se inmuto, solo sonrió y miro detrás de ambos.
―Bien hecho, Vivian. ― Ambos caballeros se detuvieron y al voltear, estaba Vivian, sujetando de forma amenazante a Elizabeth y Margaret.
― ¡Señor Meliodas, cuidado!
Fue tarde, el albino y la pelirroja atacaron a ambos por la espalda. Gilthunder cayo de cara contra el suelo, mientras Meliodas caía sobre sus rodillas aun con la espada perforando su pecho. Una patada sutil basto para dejarlo en el suelo, desangrándose. Después de eso las tres quedaron heladas.
― ¡Eso no era parte del trato!
―Claro que lo era, como un cadáver, este hombre no podrá escapar de ti, jamás. ―Hendrickson miro a su aprendiz, quien mantenía la mirada perdida y luego suspiro. ―Mi plan de hacerlo sin voluntad fracaso por mi aprendiz, pero ve el lado amable Vivian, será todo tuyo ahora.
El albino camino un poco, mientras las llamas oscuras se elevaban por sus manos. Elizabeth miro hacia donde estaban las lunas demoniacas, estaban congelados. Vivian habia estado creando la situación perfecta para que Hendrickson acabara con tres pájaros de un tiro.
―Muy bien, ahora me asegurare de acabar con ustedes dos de una vez.
― ¡Es suficiente! ― Elizabeth avanzo unos pasos mirando a su nueva amiga. El cuerpo de Amelie temblaba y las lágrimas se desbordaban sin control por sus ojos. Ella miraba y sentía todo, simplemente estaba siendo controlada por Hendrickson. Sufriendo en silencio. ―Hare lo que me digas, iré contigo Hendrickson. A cambio, no tocaras a ninguno. Después liberaras a Amelie, cuando estés seguro de que no escapare.
―No, Elizabeth. ― Meliodas estaba agonizando en el suelo.
―Bien princesa, únicamente iba a dejar que Meliodas viviera, pero, Gilthunder tendrá suerte también. En cuanto a mi aprendiz, supongo que es un trato justo.
―Espera, no vayas, Elizabeth― Meliodas intentaba levantarse, pero el daño recibido se lo impidió.
―Señor Meliodas, por una vez, déjeme ser yo quien lo proteja.
― ¿Entonces nos vamos ya? ― La oscuridad de Hendrickson creo una enorme ala negra en su mano derecha. Mientras en la pelirroja aprecia un par en su espalda.
―No lo hagas, Elizabeth. Detente.
―Hicimos una promesa, espero que no la olvide. ― La joven volteo sutilmente y le sonrió al rubio, que quedo helado ante esa sonrisa. No podría creérselo.
― ¡Elizabeth! ― Fue lo único que Meliodas pudo hacer cuando los miro irse.
Diane estaba sufriendo con ese enorme monstruo, su fuerza se agitaba y los demás estaban congelados, King tenía problemas con Helbram y Gowther no podía distraerse, si se detenía Guila también se transformaría.
Mientras, en el destrozado edificio de investigación, Dreyfus se habia encontrado con un inesperado visitante. Dreyfus. Los dos se miraban fijamente mientras la pelirroja estaba al lado de Elizabeth, sin voluntad aún.
―Así que sobreviviste, Dreyfus.
―Señorita Elizabeth, apártese por favor.
― ¿Qué crees que haces?
―Yo soy el único culpable de que hayas cambiado así y de haber traído todo este caos al reino. Por lo tanto, es mi deber detener este desastre y devolverle la paz al pueblo.
― ¿En verdad te crees capaz de detenerme ahora? ―La sonrisa cruel de Hendrickson se ensancho, y su oscuridad empezó a extenderse por todo su cuerpo.
―Si, debo hacerlo sin importar lo que pase. Como caballero sacro del reino de Liones y también como tu único amigo.
―Que incómoda situación Dreyfus. Amelie, mantén a la princesa lejos de esto. Más te vale que no escape.
― ¿Qué, Amelie? ―Dreyfus miro a la pelirroja, no pudo evitar sentir pena por su estado. ― ¿Qué demonios le has hecho?
―Eso no importa ya. ―Dreyfus gruño y se fue sobre él, tratando de perforar su pecho.
Durante esa situación, Ban y Meliodas habían tenido un pequeño enfrentamiento. Meliodas se fue sobre el lomo de Hawk a buscar a Elizabeth, mientras Ban trataba de ayudar a sus compañeros. Logro romper el hielo que aprisionaba a las lunas demoniacas, después lanzo a Gilthunder hacia Diane y uso una runa de Hiper recuperación. Al final ayudo a King a entrar en razón para que pudiera matar a Helbram.
―Ya veo, tenemos que arrancar esas cosas raras de su cuerpo. ―Caeli se elevó y tras ella aparecieron varias esferas de color rojo detrás de ella, Apunto a un grupo de ellos y al dejar que se lanzaran traspasaron en el punto exacto donde estaba el núcleo de la forma demoniaca que los poseía.
―Increíble― Howzer estaba emocionado al ver esa demostración.
―Ban, King y nosotros nos encargaremos de esto, ustedes vayan a ayudar al capitán. ― Eden salto y comenzó a correr en dirección a donde estaban los demás caballeros contaminados.
Mientras, en el edificio de investigación, Elizabeth estaba escondida detrás de Amelie. La enorme cantidad de ataques que Dreyfus y Hendrickson lanzaban la ponían en peligro y Amelie no dudo en defenderla, talvez solo talvez, habia un poco de su voluntad reaccionando.
― ¡Ya es suficiente, Hendrickson! ¡Destructora de constelaciones! ―El poderoso ataque de Dreyfus atravesó todo el edificio. Cuando la enorme nube de polvo bajo, el moreno busco con la mirada a Hendrickson, pero no lo encontró. ―por fin.
Luego miro al otro lado y encontró a Elizabeth, herida en el suelo con los ojos perdidos. Una sensación de horror invadió a Dreyfus y se acercó corriendo, poniendo un paño en la enorme herida. Amelie estaba peor, y estaba aún lado, sus ojos estaban recuperando el brillo amarillo lentamente.
―Princesa Elizabeth, Amelie. ―Miro con preocupación a la albina. ―Si no las ayudamos...
―Es una pena, mejor la saco de aquí antes de que se seque su sangre.
― ¡Se acabo, Hendrickson! ―El moreno empezó a golpear velozmente a Hendrickson con su espada, pero cuando termino la sonrisa del albino y su estado intacto lo aturdieron.
―Tienes razón, ya se acabó― Hendrickson abrió la mano y dejo caer a pedazos la espada de Dreyfus. ―Tus poderes mágicos disminuyeron, ya no tienes ninguna posibilidad, pero estuviste muy cerca, Dreyfus.
El puño de Dreyfus no tardo en impactar contra la cara de Hendrickson, quien ni se inmuto, mirándolo con hartazgo. Su tranquilidad hacia que el moreno se molestara cada vez más.
―Acepta tu derrota. Eres al único que no quiero matar, dado que ya te encargaste de mi aprendiz, pensaba en perdonarte por ello.
De nuevo, Dreyfus golpeo su cara, pero el albino seguía sin inmutarse. Lentamente Amelie comenzó a abrir los ojos, su cuerpo dolía demasiado e incluso la cabeza le daba vueltas. De reojo alcanzo a distinguir a Dreyfus golpeando a Hendrickson. A su lado estaba Elizabeth inconsciente y sangrando.
―Eli... vas a estar bien, no te preocupes. ―Amelie se arrodillo y presiono la herida de Elizabeth, evitando que siguiera sangrando.
―Tu fuiste un gran mentor para mí, un amigo querido y un gran rival. No quería hacerlo, pero no me dejas opción. ―La mano de Hendrickson todo el pecho del moreno mientras sonrisa― "Ola acida". Te entrego una muerte tranquila y sin sufrimiento.
―Maestro...Dreyfus― Amelie se quejó y miro con nerviosismo como el cuerpo del moreno desaparecía lentamente.
Por entre los pasillos se oían los rápidos pasos de un par de pesuñas. Hendrickson puso su atención en ese pasillo, de donde salio Hawk con Meliodas sobre su lomo.
― ¿Eres tú Meliodas? Tal como lo pensé mi acido no funciona en demonios con poderes siniestros.
La mirada de Meliodas fue a dar al cuerpo de Elizabeth, Amelie lo miraba con una leve sonrisa. Se sintió tranquilo por un momento al ver que al menos, la pelirroja evitaba que Elizabeth se desangrara aún más. Meliodas y Hendrickson empezaron a acercarse lentamente.
―Nací producto de una salvia del bosque. Soy un druida que adora a la naturaleza y a las diosas y desprecia a los demonios. Desde la primera vez que te vi lo presentí vagamente. Ese siniestro e impresionante poder mágico habitando en tu interior. Admito que te temía y a la vez te admiraba. Pero ahora. capitán, he adquirido el mismo poder que tú.
Meliodas no se detuvo y de forma veloz apareció detrás de Hendrickson, tomando en brazos a ambas jóvenes. Cuando el albino se volteo Meliodas ya estaba nuevamente del otro lado, caminando lentamente con Elizabeth en brazos y a Amelie la llevaba sobre su hombro.
―Elizabeth, terminare con esto y después nos iremos. Y regresaremos a la taberna ¿Sí? Hawk ¿puedes llevártelas de aquí?
―Si, claro. Las lleva rápida y cautelosamente.
―Muchas gracias capitán. Protegeré a Elizabeth. ― Amelie se sento sobre el lomo de Hawk y abrazo el cuerpo de Elizabeth para evitar que se cayera durante el trayecto.
― ¿Qué estás haciendo? ―Hendrickson parecía molesto al ver que el robo de voluntad se habia deshecho.
―No me guardes récores, maestro.
―Muy bien, váyanse. ― exclamo el rubio antes de voltearse hacia Hendrickson.
―Voy― Hawk salio corriendo a máxima velocidad, mientras Amelie mantenía a Elizabeth estática. Mas movimiento podría empeorar su herida.
― ¿Creen que los dejare hacerlo? ― Hendrickson levanto su brazo, pero antes de atacar, Meliodas lo corto velozmente. Después lo pateo por la espalda. Hendrickson tenia una ventaja de fuerza sobre Meliodas, pero el rubio era más ágil y rápido.
―Más rápido Hawk, a este paso, Elizabeth va a...― la pelirroja se quejó, ella estaba igual o peor que Elizabeth, pero su preocupación era la princesa.
―Ya no hables Amelie, estas muy mal. ―Hawk aumento su velocidad, pero le preocupaba de igual manera la pelirroja.
―Hawk, rápido. Viene algo detrás de nosotros.
― ¡Ay, ay, ay!, ¿qué es eso? ― Hawk grito y cuando Amelie se dispuso a saltar, algo los cubrió el impacto de las llamas oscuras que los perseguían.
―Ay, nos salvaste, gracias.
―Señorita Diane...―Amelie le sonrió a la gigante que sostenía a Hawk y a las dos chicas con su mano.
―Elizabeth, Amelie... Jamás voy a perdonarte, Hendrickson― Diane estaba que hervía de la rabia y la cara de Hendrickson solo mostraba sorpresa.
―No puede ser, si estaba a punto de morir ¿Qué hace aquí? ―detrás de Hendrickson apareció Guardian, que no dudo en golpearlo desde arriba y crear un enorme agujero en la tierra.
Meliodas se quejó y lentamente abrió los ojos. Ban lo sostenía del tobillo para que no fuera más profundo junto a Hendrickson.
―Creo que tardamos un poco. ― Abajo, estaban las Lunas demoniacas mirando fijamente a Hendrickson. Después de un rato se unieron los miembros de los siete pecados.
―Vaya, vaya, vaya. Los siete pecados capitales y las lunas demoniacas, no tengo palabras para explicar lo feliz que estoy por tener aquí a los legendarios siete pecados y a todos ellos. ― Miro de reojo al otro lado. Todos los caballeros sacros de Liones estaban rodeando el edificio de investigación, dispuestos a atacar.
―Son caballeros sacros de Liones. Esta vez han venido a enfrentar, no a los pecados capitales si no a ti. ―Exclamo Meliodas con una leve sonrisa.
―Acabamos con todos los demonios de la capital también. ― King hablaba con seriedad mientras miraba fijamente a Hendrickson.
La risa de Hendrickson incomodo y les erizo la piel a todos. No era normal, aparentemente la sangre de demonio le estaba quitando la poca cordura que le quedaba. Amelie, estaba al lado de Caeli, esperando que terminara de sanar la herida de Elizabeth. Ella podría esperar, pero Elizabeth no.
―Increíble, sino no seria divertido. No se como pudieron deshacerse de toda esa basura en tan poco tiempo. Excelente, grandes pecados capitales. Pero, no podrán derrotarme. ― Su brazo volvió a unirse a él, pero Meliodas salto nuevamente y lo corto.
―Lo haremos.
Hendrickson unió su brazo por segunda ocasión y golpeo a Meliodas con su codo, el rubio empezó a girar y con su espada hizo varios cortes en el pecho del albino. Su pecho de deparo y después se unió nuevamente.
―Es inútil. ― Meliodas retrocedió cuando la espada de Hendrickson amenazaba con herirlo. ― ¡Quédate aquí!
― ¿Puedo matarte unas cuatro veces? Es que sino no estaré contento.
Al mirar hacia arriba, aprecio King usando el modo cinco de Chastiefol. Los miles de cuchillas atravesaron a Hendrickson. Dejándolo inmóvil un momento para después, el albino, expulsarlas de un movimiento.
―En estos momentos soy invencible. ― De repente la tierra empezó a elevarse de forma violenta llamando la atención de este― ¿Qué es esto?
―Invencible o no, no me daré por vencida hasta que acabe contigo, maldito. ¡Martillo Doble! ― Diane le sonrió a Hendrickson mientras giraba velozmente a Gideon tras ella. Una vez se detuvo hizo un movimiento haciendo que dos manos de tierra atraparan y golpearan al demonio, aprisionándolo entre ellos. Hendrickson simplemente le sonrió de forma burlona a la gigante.
―Solo eres una niña gigante ¿realmente crees que un ataque como este funcionara conmigo? ―Los brazos de Hendrickson empezaron a fallar, presionándolo cada vez más. ― ¿Pero ¿qué?
―ya que eres principiante te voy a dar un buen consejo. El poder demoniaco que tienes puede curar una herida. Pero a menos que seas inmortal, el daño permanecerá, dime ¡¿Cuántas veces te has regenerado?! ― y fue ahí donde Hendrickson entro en un leve pánico. ― ¡Ataque combinado: ataque metálico!
―Se que llegue tarde a la fiesta, pero, ¿podría alguien explicarme porque Hendrickson luce asi?
―Según lo que aprendí de guila, a pasado años estudiando cadáveres de demonios.
― ¿cadáveres?
― ¡Ban, quítate de ahí! ―Eden le grito al albino, pero fue cuando el cuerpo de Hendrickson salio disparado contra el Zorro, de un golpe, Hendrickson lo mando volando al otro lado.
―Es un tardado― Dijo Lua negando suavemente. Salto y cayo frente a Hendrickson, entreteniéndolo un momento. Lua y el mantenían una veloz batalla con espadas. La de cabello azul oscuro esquivaba con gracia y velocidad al demonio.
― ¡Hendri! ¿Dónde encontraste eso de ahí? ― Dijo Ban, interrumpiendo esa batalla y señalando a donde habia caido hacia unos segundos.
― ¿Qué dices?
―Ya me oíste. ¡Te pregunte claramente bastardo, donde encontraste eso! ― Ban, lleno de rabia, empezó a golpear de forma violenta la cara de Hendrickson son su baston triple, hasta que lo mando volando al mismo lugar que habia señalado con anterioridad.
―Que genio. ―Lua miro con burla al zorro, pero después de ver a donde habia lanzado a Hendrickson quedó paralizada.
― ¿Pero, ¿qué es eso? ― King asi como los demás caballeros y pecados miraban con asombro la enorme criatura roja detrás de Hendrickson
―Esto que ven, es el origen de todo.
―Estúpido― Amelie se puso de pie, y tomo su espada mientras se acercaba lentamente a donde estaban los demás de su equipó y los siete pecados capitales. Las cosas que pondrían feas de ahora en adelante.
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