Capítulo 1

(Esta parte de la historia comienza después de que King se une de nuevo a los 7 pecados y durante el reencuentro con Gowther)

Luego de recuperar el tesoro sagrado de Diane en Vaizel, el grupo se dirigió al bosque para poder buscar a otro de sus miembros. Dejaron la taberna en Villa Ordan. Elizabeth se habia ido al pueblo a comprar un par de provisiones.

―Oye Elizabeth, ¿Qué es eso? ―Hawk camino hacia el bosque, llamando la atención de la albina. Elizabeth volteo y siguió a Hawk mientras cierto chico de lentes seguía al par con curiosidad.

―Wow, nunca creí ver algo como esto.

Estaban demasiado profundo en el bosque, se habían encontrado un grupo de enormes cristales de un vibrante color azul. Elizabeth se acercó al cristal más grande del grupo, lo acaricio y pudo sentir una energía extraña recorrerle la piel, así que alejo su mano lo más rápido posible.

―Deberíamos llevarle uno al señor King, talvez él sepa de donde son.― Buscaron un ejemplar pequeño, apenas lo encontraron corrieron a la taberna para poder guardar las provisiones recolectadas.

Al llegar solo estaba Diane, dijo que habían salido y que no tardarían mucho. Mientras Elizabeth esperaba, los 3 integrantes de los 7 pecados, tenían una reñida batalla con los Rugidos del Alba. Eran caballeros sacros muy poderosos.

Cuando menos se lo esperaban, apareció un arquero, miembro del mismo grupo. Se posiciono y antes de que pudieran detenerlo, lanzo su flecha contra Gowther, o eso se suponía.

En ese momento, el chico de cabello verde que habia seguido a Elizabeth, apareció enfrente evitando que la flecha penetrara en la armadura que se suponía era del pecado capital de la Lujuria. Las dudas se resolvieron, el verdadero Gowther era ese chico, su cabello cambio de verde a un lindo color rosado intenso, dejando ver la marca en su cuello como prueba de ello.

Sin mucho escándalo por el enemigo que habia detrás de él, le corto la cabeza y se la entregó a Slader, este se la llevo y menciono que le gustaría pelear contra ellos en otras circunstancias, no tardaron en retirarse.

Elizabeth se mantuvo en la taberna un rato, mientras Diane la miraba por la ventana desde afuera. No paso mucho rato hasta que tocaron la puerta, preguntando si habia servicio. Elizabeth fue a abrir encontrándose con el anciano Cain, un caballero sacro de Danafort.

Mientras, Meliodas y los demás pecados que estaban con él, comenzaron una batalla con aquel ser que habia estado en la armadura de Gowther. A pesar de que el pecado de la Lujuria le habia cortado la cabeza, seguía vivo y estaba más molesto que hacia un rato.

Durante un par de ataques, la vibración y los poderosos estruendos sorprendieron a los que estaban en el Sombrero de Jabalí. Cain no dudo en entregarle a Elizabeth una espada, diciendo que debía dársela a Meliodas. Un regalo de su antigua amante, Liz. Los dos salieron a ver qué ocurría, pero Elizabeth se adelantó demasiado rápido.

Meliodas no se atrevía a atacar, el enemigo tenía aun parte humana, y no podía simplemente matarlo. Los pecados no podían decidirse; Meliodas se negaba a matarlo y Ban creía que era la única opción. Elizabeth llego y le entrego la espada lanzándola desde lo lejos.

―Señor Meliodas, Liz no quería que pelearas, quería que vivieras y yo deseo lo mismo. Peleas para protegernos a todos, si ese es tu pecado ¡lo cargare contigo!

Esas palabras lograron animar a Meliodas, no tenía otra opción, así que tuvo que hacerlo.

―Lo siento, Dale.

Luego de cortar al demonio en pedazos, miraron los restos con confusión. Meliodas y King pensaban en que podría estar pasando mientras pensaban en que habia ocasionado que un Caballero sacro se volviera demonio.

Ban dejo de prestar atención y se acercó a donde estaba el cuerpo del caballero, habia una especie de capullo encima del torso de Dale. Lo arranco y lo examino con curiosidad, esa cosa estaba viva.

―Entonces, si esto fue ocasionado de un humano a humano... tuvo que haber sido un caballero sacro. Pero, nadie puede hacer nada sin que los 2 grandes maestros sepan algo... eso dice que.

―Uno de ellos es que está haciendo todo esto

―Hablamos de Dreyfus o acaso de...

―Hendrickson― Dijo Gowther después de lanzar un pequeño rayo a ese capullo extraño.

―¿Dedujiste algo Gowther?― Meliodas le pregunto de inmediato.

―Es altamente probable que esto haya sido provocado por el Gran maestro de los caballeros sacros, el maestro Hendrickson.

Ban miro al capullo y con su mano libre lo aplasto, probablemente para no dejar evidencias o que causara problemas si se le dejaba vivo y andando por ahí.

Los 4 pecados y la princesa Elizabeth iban de regreso a la taberna cuando Gowther miro hacia el bosque. Llamando la atención de King.

―¿Sucede algo?

―Estoy seguro que habia visto a alguien. ―contesto Gowther sin dejar de mirar un punto fijo entre los árboles, cosa que imito King.

―¡King!―El llamado de Diane lo saco de sus pensamientos y se volteo a verla.

―¿Qué sucede?

―Elizabeth y yo encontramos esto mientras estábamos en el pueblo, dentro del bosque habia más ¿Sabes que son?

Los demás voltearon a ver, mientras Elizabeth le daba el pedazo de cristal a King. Lo tomo y empezó a examinarlo con cuidado, el rostro de decepción de King las desanimo.

―Lo siento, no sé qué sea, podría ser simplemente cristal.

―Déjame verlo― Gowther le quito el cristal y en pocos segundos una sombra salio corriendo de entre los árboles, saltando sobre el pecado de la cabra, llevándolo al suelo.

Todos se alejaron al ver como su compañero caía al suelo. Ban trato de acercarse de nuevo al notar como una enorme mancha negra consumía al joven de cabello rosa, pero todo fue tan rápido que parecía que Gowther no habia puesto resistencia.

Su cabello se tornó negro y sus ojos amarillos de un color rosado intenso, casi rojo. Los miro era una mirada totalmente diferente.

―¿Qué demonios te pasa?

―Su amigo está bien, no se alarmen.― Un voz masculina y profunda los aturdió a todos, era espeluznante oír esa voz en el cuerpo de Gowther.

―¿Quién eres?

―No tengo mucho tiempo para formalidades, necesito su ayuda, esta es la única manera que tengo para comunicarme, yo y mis 6 amigos fuimos encerrados en cristales de gran tamaño, como el que su amiga les dio.

―¿Por algo tuvo que ser no?― Ban no estaba muy convencido.

―Exacto, el maestro Dreyfus y el maestro Hendrickson nos consideraron traidores al negarnos a beber sangre de demonio, en un enfrentamiento nos encerraron, ignoro por cual motivo fue mejor que matarnos.

Todos quedaron en silencio, mientras el cuerpo de Gowther comenzaba a caminar hacia el bosque.

―¿Vienen?

Elizabeth y Diane lo siguieron, después los demás se miraron entre sí, como si no supieran que hacer, así que accedieron, si algo ocurría por lo menos entre todos podrían hacer frente para escapar. No les dio nada de confianza que fueran caballeros sacros, no en esta situación.

Apenas llegaron frente a los cristales, Gowther se quedó de pie frente a ellos, mirándolos fijamente. La sombra salio de su cuerpo y se desvaneció, regresando el físico de Gowther a la normalidad.

―¿Bien y ahora qué?

―Me dejo recuerdos de como romper esto, tenemos que usar magia, necesitare que me ayuden, solo yo puedo hacerlo.―dijo Gowther acomodando sus lentes.

―¿Y cómo haremos eso?― Ban se estaba impacientando cada vez más.

―Me traspasaran su poder mágico, así poder hacer esto más rápido y sin agotarnos tan rápido.― coloco su dedo índice en su sien derecha y el otro lo apunto hacia los demás pecados, una estela blanca salio de su dedo y traspaso las cabezas de todos.

―Vale, ya entendí. Supongo que no te iras hasta que lo hagamos.―Dijo Ban mientras miraba a Gowther, quien se limitó a asentir. ―Ugh, ya que.

Los 4 pecados restantes se posicionaron detrás de Gowther, King creo con su magia una especie de enredadera que los unía a todos con Gowther, esta empezó a brillar intensamente hasta que toda la magia empezó a dirigirse a Gowther. Lanzo 7 flechas, una a cada cristal. Poco a poco la magia empezó a romper los cristales, el primer cristal en romperse mostro vagamente como un cuerpo femenino muy pequeño caía al suelo. Así paso con los otros 5.

Uno de los últimos dos ya estaba a punto de romperse por completo, y cuando lo hizo, un hombre salio disparado, cayendo frente a Gowther, lo miro a los ojos, parecía solo una sombra negra.

―Gowther! Detente, es una trampa― Grito King, creyendo que serían atacados, pero nunca ocurrió. Gowther seguía su misión mientras el ultimo cristal, el más grande de los 7, comenzaba a ceder.

―Solo un poco más, tengo curiosidad por saber quiénes están ahí.

En vez de romperse, el cristal brillo, era intenso y los cegaba a todos, obligando a Gowther a detenerse. La luz disminuyo, pero en ese momento el cristal exploto. La sombra de hacía unos segundos se volteo y con su poder mágico protegió a los pecados.

Empezaron a toser y miraron la enorme nube de tierra bajar lentamente. La sombra de hacía unos segundos se volteo y miro a Gowther, lentamente, todo lo que era negro en su piel, se transformó en una larga playera negra con un cuello de tortuga que cubría la boca y nariz de este hombre. Sus ojos eran de un rosa intenso, casi rojo y su cabello era algo largo y negro.

―Muchas gracias.― A todos les helo la sangre cuando hablo, era profunda y grave, no esperaban eso.

Lentamente de entre los restos de cristales empezaron a levantarse los demás, a Elizabeth le llamo la atención que la persona que habia salido del ultimo cristal no se levantaba, así que se acercó algo preocupada.

―Capitana― La voz dulce de una de los 7 aturdió a Ban y a King, los dos voltearon, encontrándose con una joven, que parecía vestir como una monja, corriendo a donde estaba la mujer que aún no se ponía de pie. -¿Capitana?

―Caeli ¿Cómo es que estamos...― Esta mujer se fue levantando lentamente, mirando a la mujer que vestía como monja, que supuestamente se llamaba Caeli.

―Fui yo, logré sacar una sombra y pedir ayuda― el joven se acercó ayudando a las demás de sus compañeras a ponerse de pie, al igual que a un chico de cabellera grisácea.

―Ya veo.― La joven volteo ganándose suspiros de asombro. Su melena estaba sujeta de forma impecable, era de un color rojo fuego muy intenso y sus ojos eran de un bello color miel, muy similares a los de Gowther. ―Muchas gracias, estamos en deuda con ustedes ¿Cómo podríamos pagarles?

― Bueno...― Meliodas se quedó pensando, mirando a los 7 y luego sonriendo. ―¿Qué tal si nos ayudan con este problema de los caballeros sacros?

―Sera un placer― dijo el chico de cabello gris, tronando sus nudillos.

―Tenemos un par de cuentas pendientes con ellos.― Una chica de larga coleta castaña los miro con una sonrisa.

―Perfecto, ahora somos más, podremos darles frente más fácilmente.

―Por ahora, deben descansar un rato, todo lo que hicieron con su magia debió agotarlos un poco.―Dijo la mujer de cabello rojo.

―Eso es cierto, vamos de regreso a la taberna, muero de hambre― Ban se dio la vuelta para regresar al sombrero de jabalí.

Apenas llegaron Ban empezó a cocinar mientras los nuevos 7 integrantes miraban a los pecados con curiosidad.

―Disculpe si sueno grosera, pero ¿podrían decirnos sus nombres? No me gustaría ofenderlos por llamarlos como no se debe.

―Oh, que grosero de nuestra parte. Por supuesto, solo dejemos que ellos se relajen y hablaremos.― contesto la castaña de largo cabello mientras Elizabeth asentía.

Una vez empezó a anochecer y los pecados estaban sentados frente a una pequeña e improvisada fogata comenzaron a hablar hasta que recordaron a sus invitados. Gowther miraba fijamente al hombre de cabello negro del grupo.

―Bueno, ahora podemos platicar a gusto. Empecemos, ¿Cómo se llaman?― Dijo King mirando a los 7 nuevos mientras habia silencio un momento.

―Mi nombre es Amelie Phoenix, y ellos son mi equipo.

―Yo soy Lirius, un gusto.― Dijo haciendo una reverencia ante Elizabeth, que era las más cercana a él.

―Yo soy Edén, soy trillizo de Lirius.― Llevo su mano derecha a su pecho y sonrió con dulzura.

―¿Trillizos? No se parecen.―Dijo Diane un tanto sorprendida acercando un poco su cara a donde estaba Lirius, quien la miro con cierta confusión.

―Bueno, cosas de la naturaleza― rio Edén.

―Continuando, yo soy Ethan, el menor de los trillizos―explico, el chico de cabellera albina, sonriendo de forma burlona.

―Yo soy Nyx y la chica de mi izquierda es Lua― Ambas castañas sonrieron.

―Y yo soy Caeli, un gusto.― Todos la miraron, la joven llevo sus manos tras su espada y rio nerviosamente.

―¿Para que el velo?―Dijo Ban, acercándose a ella y mirándola fijamente de cerca.

―No te acerques tanto, la pone de nervios.― Dijo Edén, acercándose para alejar a Ban, pero cuando el zorro de la avaricia se acercó más a forma de burla, Caeli le dio un fuerte golpe en la mandíbula que lo mando rodando lejos de ella.

―¡Lo siento, Lo siento!― La chica corrió a donde estaba Ban mientras King se reia a carcajadas

Amelie solo suspiro y miro la fogata con una leve sonrisa. Edén solo rio de forma nerviosa, sabía que Caeli odiaba la cercanía repentina y más si era a su rostro, por algo llegaba a cubrirlo.

―Bueno, bueno, bueno. Nos toca a nosotros. Yo soy Meliodas, el dragón de la Ira y capitán de los 7 Pecados capitales. Ese que acaban de golpear es Ban, el zorro de la Avaricia.

―Yo soy Diane, la serpiente de la envidia.

―Yo soy King, el rey hada y el oso de la pereza.

―Gowther, la cabra de la lujuria.

―¿Y quién es la señorita de cabello blanco?―Dijo Lua con una leve sonrisa

―Soy Elizabeth , la tercera princesa de Liones.

Los 7 la miraron con una leve sonrisa e inclinaron sus cabezas a forma de respeto. Hubo silencio, la pelirroja se levantó y miro al cielo, como esperando algo.

―¿Que le sucede?―Dijo Ban con una suave sonrisa. Mientras Amelie se levantaba y comenzaba a caminar por el bosque.

―¿Capitana?―Dijo Caeli, se puso de pie y trato de seguirla, pero Elizabeth la detuvo.

―Deberíamos dejarla a solas un momento, parece necesitarlo.

En ese momento, la pelirroja se detuvo y corrió hacia ambas, empujo a las dos y con su mano detuvo una larga espada que venía hacia ellas. Silencio, todos estaban sorprendidos. Nadia habia sentido ese ataque, mucho menos el capitán.

―Veo que has incrementado su fuerza, te enseñare lo que puedo hacer.― Con su brazo tembloroso, la pelirroja salto y envió la espada de regreso, su mano estaba sangrando, puesto que habia detenido la espada desde el filo.

―¿Qué diablos fue eso?―Grito King bastante nervioso.

―Aléjense, viene de regreso― Grito de nuevo, un destello venia de regreso. La pelirroja salto y tomo la espada del mango, grito en el aire la lanzo de regreso.

―¡Capitana!

―No cabe duda... es Hendrickson, nos encontró.― Dijo Lirius mientras la pelirroja caía al suelo, mirando el cielo.

―¡Diane, lánzame!―Amelie corrió contra ella, Diane bajo sus manos y cuando los pies de Amelie tocaron sus manos, la lanzo al aire.

El grito de la pelirroja los aturdió y sorprendió cuando de una patada regreso la espada. Cayo al suelo fuertemente, dejando un pequeño agujero ahí.

―No, ¿aun continuas?― Se puso de pie y salto, estaba muy agotada, no sabría si lograría enviarla una última vez. La recibió, pero era tan fuerte que la arrastro con la fuerza. Cayo lejos de la taberna, deslizándose hasta que se detuvo. ―¡Eres un cabrón! ¡Despierta, ya!

El grito basto para darle más fuerzas, la lanzo de regreso a una velocidad tal que solo se vio una luz, no habia forma. Los demás estaban esperando, la pelirroja regreso con una suave sonrisa.

―Lamento que vieran todo este espectáculo , pero creo que eso fue todo.

―¿Ajuste de cuentas?―Dijo Edén cruzándose de brazos.

―Algo así... apenas amanezca debemos irnos,

―Si no la hubiéramos regresado hubiéramos podido quedarnos―Grito Ban bastante molesto.

―¿Y dejar que matara a Elizabeth y a Caeli?―Dijo de forma fría congelándolos a todos. ―Su objetivo era la princesa Elizabeth, casualidad o no, logre evitar una tragedia, era más sencillo lanzarla de regreso que detenerla, podría haber causado grandes desastres si me quedaba con ella en la mano.

―Muchas gracias, señorita Amelie― dijo Elizabeth rápidamente, haciendo una leve reverencia.

―No me agradezcas princesa. Es hora de descansar, necesitamos irnos mañana de aquí, no es conveniente pelear en este poblado, y menos en el estado tan débil que estamos nosotros.

―Dices que quien lanzo eso fue, ¿Hendrickson?

―Es solo una corazonada, capitán Meliodas. Pero si, puedo arriesgarme a afirmarlo.

―¿Y a que te referías con despertar?― La pregunta de King dejo a todos en silencio mientras la joven miraba el suelo, pensando en que decir.

―Algo me dice que ese no es el Hendrickson que conocí cuando me uní a los caballeros sacros. Después de conocerlo, un año más tarde comenzó con toda la idea de beber sangre de demonio. Fue un cambio muy repentino, de la noche a la mañana, ya estaba obsesionado con ello.

―De hecho, nosotros fuimos reclutados por el para crear un grupo más fuerte que los 7 pecados, pero eso incluía beber sangre de demonio. Nadie acepto. ―Dijo Lirius mientras miraba a su capitana.

―¿Para que querría eso?

―Queremos suponer que era para atraparlos, pero no podemos afirmar nada.―Caeli termino la conversación, todos entraron a la taberna.

Al amanecer, un delicioso aroma despertó a todos, bajaron aun medio dormidos. Amelie estaba en la cocina mientras los demás limpiaban un poco la taberna.

―Que buen aroma tiene

―Creo que los despertamos―Caeli y los demás rieron tímidamente.

―¿De dónde sacaron tantos ingredientes?

―Antes de partir fui a comprar varias cosas a Villa Ordan, y recolecté algunos hongos y hierbas que sirven para la cocina.―Caeli sonreía señalando la enorme canasta que había sobre una Mesa.

―Nyx y Lua fueron a cazar un poco, así que habrá carne para quien lo desee.

―Amelie ya cocino para Diane.―Explico Lirius, quien estaba recargado en la mesa,

―¡Y estuvo delicioso!― La cabeza de Diane entrando por una ventana casi infarta a todos, compartiendo un grito colectivo.

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