2

En el nevado terreno del bosque había algunos leves pero visibles agujeros estaban diseminados por el lugar, sobre uno de estos estaban Ban y Meliodas observando como si nada -¿Y que hay que hacer?-Pregunto con curiosidad el más pequeño del grupo, que al igual que el hombre bestia solo miraba un agujero en la nieve.

-¿Nunca has revisado una trampa para castores y conejos?-Exclamo con sorpresa Ban, a lo que Meliodas asintió ante sus ojos.

-Mi padre suele llevarme a cazar osos y lobos pero no usa armas, el se limita a usar las manos- Mencionó el pequeño humano sorprendiendo al hombre bestia en aquella acción tan peligrosa, pero le sorprendía el movimiento que hacía Meliodas, bajando y subiendo la mano como si cortara el aire con sus dedos lo que consternaba a Ban.

-Eso suena peligroso- Sentenció el hombre bestia que empezó a escarbar la nieva, el pequeño humano hizo lo mismo agachándose intentando no golpear su cabeza, pero el pequeño rió mientras ambos tiraban de una delgada soga, podía ver un agujero oscuro y la tierra.

-Sate sate sate, los animales no son peligrosos, mi padre lo es-Sentenció Meliodas imitando las acciones de Ban al revisar la trampa, pero ambos jóvenes finalizaron sus esfuerzos en una soga vacía.

-Ve a por las trampas de allí ya que ya sabes hacerlo, yo revisaré por halla- Planifico el hombre bestia dividiendo la amplia zona de trampas, a lo que el pequeño humano fue a verificar -Hablando de eso ¿Que demonios era la magia de tu padre?¿Controla el fuego o algo así? Era aterrador, nadie quería atacarlo, aunque tiene sentido si me lo preguntas- Converso con tranquilidad el zorro blanco mientras revisaba más trampas.

-El la llama "Sunshine" pero no es controlar el fuego, mi padre es simplemente invencible, o el lo describe así, aunque solo lo e visto pelear y matar animales al fin y al cabo, pero para mi no es aterrador- Respondió indiferente Meliodas -Al fin y al cabo e vivido toda mi vida con él- Sentenció con simplicidad el pequeño humano, con ya varias trampas revisadas en su prisa todas estaban vacías, a Ban no le iba mejor pero sus palabras se centraban en otra cosa.

-Oh claro, tú no puedes olerlo pero mi gente si. Tú padre huele...de forma aterradora, sangre, huesos y a algo quemado-Sentenció el hombre bestia como si nada terminando con la última trampa, por su parte el pequeño humano lo veía extrañado pero decidió ignorar lo que mencionó sobre su padre, al fin y al cabo nunca había conocido a otra persona, y solo había visto a su padre matar animales.

-Entonces ¿Volvemos a tu casa?¿Que suelen hacer los amigos?-Pregunto con curiosidad Meliodas acercándose a Ban quien estaba meditativo.

- ¿Como que qué suelen hacer los amigos?-Pregunto consternado el hombre bestia, encontrando los curiosos ojos del pequeño humano, de los cuales se aparto indiferente-El punto es que no podemos ir a la cueva sin nada, pondría triste a papá. Pero se donde conseguir alimento y quizás podamos beber algo también- Recalco son simpleza Ban sorprendiendo a Meliodas que lo siguió sin dudar -¿No te preguntas a donde vamos?- Pregunto inquisitivo el hombre bestia mientras iban al sur rodeando la entrada de su morada.

-¿Por que lo haría?-Pregunto con curiosidad el pequeño humano al lado de Ban quien le miro unos momentos para después negar y seguir caminando.

-Vamos a la ciudad, allí hay mucha comida el problema es...conseguirla- Sentenció el zorro blanco con cierta incomodidad al explicarle la situación a Meliodas quien solo lo veía confundido -Tú solo sígueme- Recalco Ban a lo que Meliodas lo acompaño, tras unos minutos más bordeando a su vez las trampas del sur en las que debía estar el hermanastro del zorro.

-¡Un pueblo!- Exclamo emocionado Meliodas al ver de lejos la construcción, por su parte Ban un poco nervioso le tapo levemente la boca a lo que el pequeño humano se asqueo-Tienes pelos en tu mano, quitamela de encima- Ordeno Meliodas al hombre bestia, quien veía a los alrededores. El pueblo era simple con construcciones de piedra pero techos de paja, de las chimeneas salían torres de humo, se podía oír algunos gritos y bullicios varios, además del sonido de hachas y cierras cortando madera.

-Escucha, conozco donde podemos conseguir la comida pero tienes que seguirme- Sentenció Ban empezando a acercarse al pueblo, como dijo Meliodas lo seguía en silencio pero muy sonriente por el primer pueblo que veía, cada vez más cerca podía ver de lejos a más personas, las primeras completamente humanas que veía en toda su vida a excepción de Escanor. Sin embargo tenía que seguir al hombre bestia que se dirigía desde atrás escondiéndose tras otras casas a una gran mansión al lado del ayuntamiento de la ciudad, mientras que este tenía una construcción de madera totalmente la mansión gozaba de una estructura de mármol con tejas negras, Meliodas se preguntaba quien viviría ahí -Ayúdame, tenemos que abrir esta ventana- Recalco Ban en la parte trasera de la mansión, gracias a dios no había alguna reja o valla, pero si había una ventanilla bastante grande pero oxidada con unas dos palancas en el mismo estado, se podía ver que la ventana daba a un espacio negro que llegaba a unas escaleras, el pequeño humano también podía ver algunas maderas y objetos que no reconocía.

-Enseguida- Sentenció Meliodas alegre tomando una de las palancas, Ban hizo lo mismo y ambos las bajaron al mismo tiempo, en ese momento la ventana se abrí con un sonido chirriante, con rapidez Ban entro y fue seguido por Meliodas, entrando algo de nieve el pequeño humano vio a su alrededor, había muchos olores que no reconocía y también notaba más objetos que no reconocía -¿Que es esto?-Pregunto con curiosidad Meliodas al hombre bestia.

-Un...barril, creo. Se que los humanos guardan bebidas ahí, pero no se porque, también tienen estas pequeñas cosas las llaman "botellas" y sirven para lo mismo- Explico Ban tomando una botella con tranquilidad pero desconcertado, mostró el vidrio verde que contenía un liquido morado al pequeño y maravillado humano.

-¡Genial!...¿Que es esto?-Pregunto con curiosidad Meliodas sacando de entre una pila de comida una rueda amarillenta.

-Creo que los humanos lo llaman queso, solo lo e comido unas pocas veces. Sinceramente no me gusto tiene una textura muy cremosa se me pega en los colmillos...¡Pero no estamos aquí para hablar de comida! Tenemos que llevarnos rápido todo lo que podamos- Sentenció Ban un poco sorprendido y apresurado al encontrarse de repente hablando sobre comida y bebida al pequeño humano. Las manos de ambos entonces estuvieron rápidamente cubiertas principalmente de carne y algunas botellas.

-¿A tú padre no le va a importar que llevamos bebida? Quizás se pregunte de donde sacamos las botellas- Exclamo Meliodas curioso a lo que Ban lo miro pero le quito importancia.

-¿Si los humanos lo tienen, por que nosotros no?- Pregunto con indiferencia el avaricioso hombre bestia pero entonces la puerta que llegaba a las escaleras chirrió con dificultad como las ventanas. De forma nerviosa Ban se tiro contra una pila de alimentos y llevo a Meliodas con él, el hombre bestia y el humano se escondían tras aquellos comestibles con la intención de que no los vieran.

-¿S-Seguro que oíste algo?-Pregunto con nervios una chica nerviosa bajando, aunque el agudo oído de Meliodas y Ban sentía otros dos pies bajando.

-¡Seguro! ¿Dudas de mi? Alguien debió haber entrado, lleva pasando últimamente, debe ser alguien porque la ventana no puede abrirse sola, Vivian no jugaría con la ventana de nuestro hogar ni practicando- Recalco la voz de un chico molesto, probablemente los dos adolescentes tenían la edad de Ban o quizás menos pero serían más viejos que Meliodas, entonces los ojos del hombre bestia y el pequeño humano observaron a los dos jóvenes. Ambos eran unos adolescentes de piel blanca, un bonito cabello plateado y ropajes de distintos tonos de azul, aunque el chico por su parte tenía en las piernas y brazos parte de una armadura y finalmente una espada colgando.

-¡G-Gustav p-podría ser un hombre bestia!-Sugirió con miedo la chica, a lo que el chico negó con molestia.

-Eso es imposible Jericho ¿Como una bestia incivilizada podría abrir una ventana?-Sentenció Gustav con indiferencia, pero entonces ambos jóvenes oyeron un gruñido molesto perteneciente a Ban sin embargo Meliodas había tapado su boca. Un alarmado Gustav se acercaba a la pila de comida desde la que había oído el gruñido mientras Jericho retrocedía, se oyó el pequeño sonido de la espada del pelo plateado apuntando hacía dicha pila, de repente apuñalo la montaña de alimento, entonces se oyó como el metal perforaba levemente una carne viva era la mano de Meliodas frente a la boca de Ban pero para sorpresa del hombre bestia el pequeño humano cayó cualquier sonido de dolor aunque sus ojos lagrimearan un poco pero el terror sobrevino cuando la espada se retiro dejando un pequeño rastro de sangre que al instante todos notaron.

-¡Maldición!- Sentenció un molesto Ban saltando contra Gustav de repente el aterrorizado chico tenía sobre el a una "bestia incivilizada" amenazando con morderlo sin embargo para sorpresa de ambos humanos Meliodas también había sido herido y con rapidez tiro la comida hacía afuera con la ventana.

-¡Hay que irnos Ban!- Exclamo el pequeño humano con rapidez, por su parte el zorro blanco empujo con fuerza a Gustav contra una pared, por su parte vino un grito de Jericho quien retrocedió en busca de ayuda.

-No tienes que decirlo- Mencionó Ban con simpleza agarrando como un niño pequeño a Meliodas y tirándolo por la ventana para después saltar ambos cargaron con lo que tenían y salieron corriendo. Pero lo que no esperaban era que un molesto Gustaf empezó a seguirlos después de subir con dificultad a la salida.

-M-Maldición nos sigue- Sentenció un sorprendido Meliodas corriendo con dificultad por la nieve, su compañero no tenía tantos problemas con eso pero estaba ocupado observando correr al chico de cabellos plateados tras ellos este apuraba con agresividad el paso mientras se separaban del pueblo -¡Oye hay que detenernos y enfrentarlo o va a seguirnos hasta tu casa!-Vocifero el pequeño humano, a lo que el hombre bestia asintió aun sin detenerse.

-Lo se, vamos a tenderle una emboscada- Exclamo Ban al parar dejando al igual que Meliodas la comida ya bastante llena de nieve, no se podía casi ver la ciudad que dejaron atrás pero si vieron más o menos de cerca la figura de Gustav acercándose, por su parte Meliodas saco Lostvayne un poco nervioso mientras que Ban se ocultaba silenciosamente en las frondosas ramas de un árbol por su parte el pequeño humano no podía esconderse pero se encorvo un poco para ponerse en una posición defensiva mientras un Gustav un poco cansado se acercaba a él.

-¡Tú y ese animal deben devolverme esa comida, le pertenece a mi familia!-Recalco con molestia el chico de cabello plateado lanzándose contra Meliodas que lo esquivo.

-Oye oye oye, no hay porque hacer esto. La gente de Ban necesita la comida y a ustedes les sobra- Exclamo el pequeño humano que paro un ataque de Gustav con Lostvayne con dificultad frente a los rápidos y furiosos ataques de su contrincante.

-¡Pero esa comida es de mi familia!- Recalco Gustav cuando entonces con sus garras Ban cayó a su espalda, ataque que apenas pudo esquivar para intentar apuñalar al hombre bestia en el cuello pero la espada de Meliodas había perforado su pecho, haciéndolo caer tieso a la fría nieve mientras un hilo de sangre caía de su boca.

-Bueno, entonces hay que ir a comer- Sentenció con simpleza el pequeño humano a punto de irse pero el hombre bestia se sobre salto ante esto.

-¿Vas a irte sin más? Acabas de asesinar a otro humano ¿No te importa?¿No vas a enterrarlo o decir una oración o hacer algún ritual religioso?-Pregunto Ban sorprendido, a lo que un consternado Meliodas lo observo a él y a Gustav.

-¿Debería?-Pregunto el pequeño humano rascándose la parte de atrás de la cabeza, a lo que el zorro asintió con molestia -Sate sate sate...¿Que debería hacer?-Pregunto con curiosidad Meliodas -No se, supongo que su vida no me importa ¿Cuanto vale una vida?-Pregunto indiferente Meliodas, a lo que Ban solo suspiro acercándose y arrodillándose cerca de Gustav, Meliodas lo imito.

-Un hombre bestia jamas mataría a otro de su clan, de hecho los únicos seres que matamos son para subsistir. Todos los animales debemos ser hermanos, buenos hermanos- Recalco con simpleza Ban pasando sus manos sobre el cuerpo de Gustav como si sus manos fueran hojas, movimiento que Meliodas difícilmente podía seguir -Y ahora hay que enterrarlo para darle digna sepultura- Sentenció Ban con simpleza, pero entonces tomo la espada del chico y observo su brillante filo con los ojos agudos, Meliodas por su parte observo a sus compañero unos momentos con tranquilidad, para empezar a cavar en la nieve para enterrar a Gustav con rapidez.

-Según oí por tú padre "Danafor" y "Liones" están en guerra ¿Sabes por que? Si en teoría tenemos que ser buenos hermanos- Pregunto el pequeño humano con infantil curiosidad continuando la labor que le dio el hombre bestia, quien antes de responder exclamo breves palabras que Meliodas no entendía.

-Ustedes los humanos si que tienen buenas cosas- Mencionó con simpleza el hombre bestia -Lo de los "Buenos hermanos" es algo que cree mi gente, hubo tiempos antiguos donde supuestamente vivíamos todos los clanes juntos. Y entonces empezamos a pelear unos contra otros, los hombres bestia ahora solo usamos nuestro antiguo lenguaje en ceremonias. Pero hemos estado muy atrás, especialmente respecto a los humanos, tanta comida, tantos materiales, tantes cosas. Incluso se dice que hay hombres bestias que dejaron atrás su identidad para vivir como humanos por amor y riqueza- Relató Ban con cierta maravilla y avaricia en su voz.

-...Si tu lo dices te creeré pues- Exclamo Meliodas con una sonrisa tranquila yendo a agarrar parte de la comida dejando a un poco visible Gustav aunque si se fijaba uno notaría el cadáver en la nieve, el comportamiento del pequeño humano termino sorprendiendo al hombre bestia a su lado.

-Eres muy raro para ser un humano- Mencionó Ban con tranquilidad sonriendo -Supongo que eso te hace mejor que un humano normal- Sentenció el hombre bestia molestando al pequeño humano al desordenar aun más su pelo para después agarrar comida.

-Pffff. Nunca e conocido a un hombre bestia pero agradezco que no todos sean como tú- Bromeo Meliodas haciendo reír a Ban, ambos salieron corriendo hacía la cueva de los hombres bestia, Ban había dejado la espada de Gustav tras el pero sin darse cuenta llegaba un musculoso hombre en una armadura de caballero rojiza y gris, con el cabello gris y con un bigote negro acompañado de un joven humano de cabello blanco y ojos animales, vestido con un elegante traje negro y blanco que llevaba entre sus manos un pequeño mechón anaranjado.

-Afirmativo, e encontrado al joven Gustav ¿Fue uno de tus compatriotas?-Pregunto el hombre con seriedad, a lo que el albino saco con rapidez el cadáver del muchacho revisándolo cuidadosamente.

-Las heridas en su espalda sin duda lo son, pero su herida aquí fue hecha por una espada, sin duda fue el chico que vino a visitarnos, su nombre es Meliodas como te iba diciendo- Sentenció el joven con pena -Esto va a entristecer mucho a Vivian, y también a Jericho, pero sobre todo a Vivian, era la que se llevaba mejor con su hermano- Lamento con pena el albino.

-Confirmado. Lamento que esto va a adelantar nuestro trato ¿No has hablado con alguien más?-Pregunto con curiosidad el hombre, a lo que su compañero negó -Confirmado, tienes una última oportunidad hasta pasado mañana ¿El joven Meliodas había venido con su padre no?¿Como se llama él?-Exclamo con simpleza el caballero.

-Escanor- Sentenció el chico, y una sorprendida sonrisa decidida se formo en el rostro de su compañero.

--------------------------------------

Lamento haber tardado tanto en publicar ;-; y que sea un capítulo tan corto :v ¡Pero termine el liceo! Y es muy probable que haga cada vez más caps de esta historia y más largos (aunque alternaré con las otras que tengo)

----------------------------------------------------------------

En el nevado terreno del bosque había algunos leves pero visibles agujeros estaban diseminados por el lugar, sobre uno de estos estaban Ban y Meliodas observando como si nada -¿Y que hay que hacer?-Pregunto con curiosidad el más pequeño del grupo, que al igual que el hombre bestia solo miraba un agujero en la nieve.

-¿Nunca has revisado una trampa para castores y conejos?-Exclamo con sorpresa Ban, a lo que Meliodas asintió ante sus ojos.
-Mi padre suele llevarme a cazar osos y lobos pero no usa armas, el se limita a usar las manos- Mencionó el pequeño humano sorprendiendo al hombre bestia en aquella acción tan peligrosa, pero le sorprendía el movimiento que hacía Meliodas, bajando y subiendo la mano como si cortara el aire con sus dedos lo que consternaba a Ban.
-Eso suena peligroso- Sentenció el hombre bestia que empezó a escarbar la nieva, el pequeño humano hizo lo mismo agachándose intentando no golpear su cabeza, pero el pequeño rió mientras ambos tiraban de una delgada soga, podía ver un agujero oscuro y la tierra.
-Sate sate sate, los animales no son peligrosos, mi padre lo es-Sentenció Meliodas imitando las acciones de Ban al revisar la trampa, pero ambos jóvenes finalizaron sus esfuerzos en una soga vacía.
-Ve a por las trampas de allí ya que ya sabes hacerlo, yo revisaré por halla- Planifico el hombre bestia dividiendo la amplia zona de trampas, a lo que el pequeño humano fue a verificar -Hablando de eso ¿Que demonios era la magia de tu padre?¿Controla el fuego o algo así? Era aterrador, nadie quería atacarlo, aunque tiene sentido si me lo preguntas- Converso con tranquilidad el zorro blanco mientras revisaba más trampas.
-El la llama "Sunshine" pero no es controlar el fuego, mi padre es simplemente invencible, o el lo describe así, aunque solo lo e visto pelear y matar animales al fin y al cabo, pero para mi no es aterrador- Respondió indiferente Meliodas -Al fin y al cabo e vivido toda mi vida con él- Sentenció con simplicidad el pequeño humano, con ya varias trampas revisadas en su prisa todas estaban vacías, a Ban no le iba mejor pero sus palabras se centraban en otra cosa.
-Oh claro, tú no puedes olerlo pero mi gente si. Tú padre huele...de forma aterradora, sangre, huesos y a algo quemado-Sentenció el hombre bestia como si nada terminando con la última trampa, por su parte el pequeño humano lo veía extrañado pero decidió ignorar lo que mencionó sobre su padre, al fin y al cabo nunca había conocido a otra persona, y solo había visto a su padre matar animales.
-Entonces ¿Volvemos a tu casa?¿Que suelen hacer los amigos?-Pregunto con curiosidad Meliodas acercándose a Ban quien estaba meditativo.
- ¿Como que qué suelen hacer los amigos?-Pregunto consternado el hombre bestia, encontrando los curiosos ojos del pequeño humano, de los cuales se aparto indiferente-El punto es que no podemos ir a la cueva sin nada, pondría triste a papá. Pero se donde conseguir alimento y quizás podamos beber algo también- Recalco son simpleza Ban sorprendiendo a Meliodas que lo siguió sin dudar -¿No te preguntas a donde vamos?- Pregunto inquisitivo el hombre bestia mientras iban al sur rodeando la entrada de su morada.
-¿Por que lo haría?-Pregunto con curiosidad el pequeño humano al lado de Ban quien le miro unos momentos para después negar y seguir caminando.
-Vamos a la ciudad, allí hay mucha comida el problema es...conseguirla- Sentenció el zorro blanco con cierta incomodidad al explicarle la situación a Meliodas quien solo lo veía confundido -Tú solo sígueme- Recalco Ban a lo que Meliodas lo acompaño, tras unos minutos más bordeando a su vez las trampas del sur en las que debía estar el hermanastro del zorro.
-¡Un pueblo!- Exclamo emocionado Meliodas al ver de lejos la construcción, por su parte Ban un poco nervioso le tapo levemente la boca a lo que el pequeño humano se asqueo-Tienes pelos en tu mano, quitamela de encima- Ordeno Meliodas al hombre bestia, quien veía a los alrededores. El pueblo era simple con construcciones de piedra pero techos de paja, de las chimeneas salían torres de humo, se podía oír algunos gritos y bullicios varios, además del sonido de hachas y cierras cortando madera.
-Escucha, conozco donde podemos conseguir la comida pero tienes que seguirme- Sentenció Ban empezando a acercarse al pueblo, como dijo Meliodas lo seguía en silencio pero muy sonriente por el primer pueblo que veía, cada vez más cerca podía ver de lejos a más personas, las primeras completamente humanas que veía en toda su vida a excepción de Escanor. Sin embargo tenía que seguir al hombre bestia que se dirigía desde atrás escondiéndose tras otras casas a una gran mansión al lado del ayuntamiento de la ciudad, mientras que este tenía una construcción de madera totalmente la mansión gozaba de una estructura de mármol con tejas negras, Meliodas se preguntaba quien viviría ahí -Ayúdame, tenemos que abrir esta ventana- Recalco Ban en la parte trasera de la mansión, gracias a dios no había alguna reja o valla, pero si había una ventanilla bastante grande pero oxidada con unas dos palancas en el mismo estado, se podía ver que la ventana daba a un espacio negro que llegaba a unas escaleras, el pequeño humano también podía ver algunas maderas y objetos que no reconocía.
-Enseguida- Sentenció Meliodas alegre tomando una de las palancas, Ban hizo lo mismo y ambos las bajaron al mismo tiempo, en ese momento la ventana se abrí con un sonido chirriante, con rapidez Ban entro y fue seguido por Meliodas, entrando algo de nieve el pequeño humano vio a su alrededor, había muchos olores que no reconocía y también notaba más objetos que no reconocía -¿Que es esto?-Pregunto con curiosidad Meliodas al hombre bestia.
-Un...barril, creo. Se que los humanos guardan bebidas ahí, pero no se porque, también tienen estas pequeñas cosas las llaman "botellas" y sirven para lo mismo- Explico Ban tomando una botella con tranquilidad pero desconcertado, mostró el vidrio verde que contenía un liquido morado al pequeño y maravillado humano.
-¡Genial!...¿Que es esto?-Pregunto con curiosidad Meliodas sacando de entre una pila de comida una rueda amarillenta.
-Creo que los humanos lo llaman queso, solo lo e comido unas pocas veces. Sinceramente no me gusto tiene una textura muy cremosa se me pega en los colmillos...¡Pero no estamos aquí para hablar de comida! Tenemos que llevarnos rápido todo lo que podamos- Sentenció Ban un poco sorprendido y apresurado al encontrarse de repente hablando sobre comida y bebida al pequeño humano. Las manos de ambos entonces estuvieron rápidamente cubiertas principalmente de carne y algunas botellas.
-¿A tú padre no le va a importar que llevamos bebida? Quizás se pregunte de donde sacamos las botellas- Exclamo Meliodas curioso a lo que Ban lo miro pero le quito importancia.
-¿Si los humanos lo tienen, por que nosotros no?- Pregunto con indiferencia el avaricioso hombre bestia pero entonces la puerta que llegaba a las escaleras chirrió con dificultad como las ventanas. De forma nerviosa Ban se tiro contra una pila de alimentos y llevo a Meliodas con él, el hombre bestia y el humano se escondían tras aquellos comestibles con la intención de que no los vieran.
-¿S-Seguro que oíste algo?-Pregunto con nervios una chica nerviosa bajando, aunque el agudo oído de Meliodas y Ban sentía otros dos pies bajando.
-¡Seguro! ¿Dudas de mi? Alguien debió haber entrado, lleva pasando últimamente, debe ser alguien porque la ventana no puede abrirse sola, Vivian no jugaría con la ventana de nuestro hogar ni practicando- Recalco la voz de un chico molesto, probablemente los dos adolescentes tenían la edad de Ban o quizás menos pero serían más viejos que Meliodas, entonces los ojos del hombre bestia y el pequeño humano observaron a los dos jóvenes. Ambos eran unos adolescentes de piel blanca, un bonito cabello plateado y ropajes de distintos tonos de azul, aunque el chico por su parte tenía en las piernas y brazos parte de una armadura y finalmente una espada colgando.
-¡G-Gustav p-podría ser un hombre bestia!-Sugirió con miedo la chica, a lo que el chico negó con molestia.
-Eso es imposible Jericho ¿Como una bestia incivilizada podría abrir una ventana?-Sentenció Gustav con indiferencia, pero entonces ambos jóvenes oyeron un gruñido molesto perteneciente a Ban sin embargo Meliodas había tapado su boca. Un alarmado Gustav se acercaba a la pila de comida desde la que había oído el gruñido mientras Jericho retrocedía, se oyó el pequeño sonido de la espada del pelo plateado apuntando hacía dicha pila, de repente apuñalo la montaña de alimento, entonces se oyó como el metal perforaba levemente una carne viva era la mano de Meliodas frente a la boca de Ban pero para sorpresa del hombre bestia el pequeño humano cayó cualquier sonido de dolor aunque sus ojos lagrimearan un poco pero el terror sobrevino cuando la espada se retiro dejando un pequeño rastro de sangre que al instante todos notaron.
-¡Maldición!- Sentenció un molesto Ban saltando contra Gustav de repente el aterrorizado chico tenía sobre el a una "bestia incivilizada" amenazando con morderlo sin embargo para sorpresa de ambos humanos Meliodas también había sido herido y con rapidez tiro la comida hacía afuera con la ventana.
-¡Hay que irnos Ban!- Exclamo el pequeño humano con rapidez, por su parte el zorro blanco empujo con fuerza a Gustav contra una pared, por su parte vino un grito de Jericho quien retrocedió en busca de ayuda.
-No tienes que decirlo- Mencionó Ban con simpleza agarrando como un niño pequeño a Meliodas y tirándolo por la ventana para después saltar ambos cargaron con lo que tenían y salieron corriendo. Pero lo que no esperaban era que un molesto Gustav empezó a seguirlos después de subir con dificultad a la salida.
-M-Maldición nos sigue- Sentenció un sorprendido Meliodas corriendo con dificultad por la nieve, su compañero no tenía tantos problemas con eso pero estaba ocupado observando correr al chico de cabellos plateados tras ellos este apuraba con agresividad el paso mientras se separaban del pueblo -¡Oye hay que detenernos y enfrentarlo o va a seguirnos hasta tu casa!-Vocifero el pequeño humano, a lo que el hombre bestia asintió aun sin detenerse.
-Lo se, vamos a tenderle una emboscada- Exclamo Ban al parar dejando al igual que Meliodas la comida ya bastante llena de nieve, no se podía casi ver la ciudad que dejaron atrás pero si vieron más o menos de cerca la figura de Gustav acercándose, por su parte Meliodas saco Lostvayne un poco nervioso mientras que Ban se ocultaba silenciosamente en las frondosas ramas de un árbol por su parte el pequeño humano no podía esconderse pero se encorvo un poco para ponerse en una posición defensiva mientras un Gustav un poco cansado se acercaba a él.
-¡Tú y ese animal deben devolverme esa comida, le pertenece a mi familia!-Recalco con molestia el chico de cabello plateado lanzándose contra Meliodas que lo esquivo.
-Oye oye oye, no hay porque hacer esto. La gente de Ban necesita la comida y a ustedes les sobra- Exclamo el pequeño humano que paro un ataque de Gustav con Lostvayne con dificultad frente a los rápidos y furiosos ataques de su contrincante.
-¡Pero esa comida es de mi familia!- Recalco Gustav cuando entonces con sus garras Ban cayó a su espalda, ataque que apenas pudo esquivar para intentar apuñalar al hombre bestia en el cuello pero la espada de Meliodas había perforado su pecho, haciéndolo caer tieso a la fría nieve mientras un hilo de sangre caía de su boca.
-Bueno, entonces hay que ir a comer- Sentenció con simpleza el pequeño humano a punto de irse pero el hombre bestia se sobre salto ante esto.
-¿Vas a irte sin más? Acabas de asesinar a otro humano ¿No te importa?¿No vas a enterrarlo o decir una oración o hacer algún ritual religioso?-Pregunto Ban sorprendido, a lo que un consternado Meliodas lo observo a él y a Gustav.
-¿Debería?-Pregunto el pequeño humano rascándose la parte de atrás de la cabeza, a lo que el zorro asintió con molestia -Sate sate sate...¿Que debería hacer?-Pregunto con curiosidad Meliodas -No se, supongo que su vida no me importa ¿Cuanto vale una vida?-Pregunto indiferente Meliodas, a lo que Ban solo suspiro acercándose y arrodillándose cerca de Gustav, Meliodas lo imito.
-Un hombre bestia jamas mataría a otro de su clan, de hecho los únicos seres que matamos son para subsistir. Todos los animales debemos ser hermanos, buenos hermanos- Recalco con simpleza Ban pasando sus manos sobre el cuerpo de Gustav como si sus manos fueran hojas, movimiento que Meliodas difícilmente podía seguir -Y ahora hay que enterrarlo para darle digna sepultura- Sentenció Ban con simpleza, pero entonces tomo la espada del chico y observo su brillante filo con los ojos agudos, Meliodas por su parte observo a sus compañero unos momentos con tranquilidad, para empezar a cavar en la nieve para enterrar a Gustav con rapidez.
-Según oí por tú padre "Danafor" y "Liones" están en guerra ¿Sabes por que? Si en teoría tenemos que ser buenos hermanos- Pregunto el pequeño humano con infantil curiosidad continuando la labor que le dio el hombre bestia, quien antes de responder exclamo breves palabras que Meliodas no entendía.
-Ustedes los humanos si que tienen buenas cosas- Mencionó con simpleza el hombre bestia -Lo de los "Buenos hermanos" es algo que cree mi gente, hubo tiempos antiguos donde supuestamente vivíamos todos los clanes juntos. Y entonces empezamos a pelear unos contra otros, los hombres bestia ahora solo usamos nuestro antiguo lenguaje en ceremonias. Pero hemos estado muy atrás, especialmente respecto a los humanos, tanta comida, tantos materiales, tantes cosas. Incluso se dice que hay hombres bestias que dejaron atrás su identidad para vivir como humanos por amor y riqueza- Relató Ban con cierta maravilla y avaricia en su voz.
-...Si tu lo dices te creeré pues- Exclamo Meliodas con una sonrisa tranquila yendo a agarrar parte de la comida dejando a un poco visible Gustav aunque si se fijaba uno notaría el cadáver en la nieve, el comportamiento del pequeño humano termino sorprendiendo al hombre bestia a su lado.
-Eres muy raro para ser un humano- Mencionó Ban con tranquilidad sonriendo -Supongo que eso te hace mejor que un humano normal- Sentenció el hombre bestia molestando al pequeño humano al desordenar aun más su pelo para después agarrar comida.
-Pffff. Nunca e conocido a un hombre bestia pero agradezco que no todos sean como tú- Bromeo Meliodas haciendo reír a Ban, ambos salieron corriendo hacía la cueva de los hombres bestia, Ban había dejado la espada de Gustav tras el pero sin darse cuenta llegaba un musculoso hombre en una armadura de caballero rojiza y gris, con el cabello gris y con un bigote negro acompañado de un joven humano de cabello blanco y ojos animales, vestido con un elegante traje negro y blanco que llevaba entre sus manos un pequeño mechón anaranjado.
-Afirmativo, e encontrado al joven Gustav ¿Fue uno de tus compatriotas?-Pregunto el hombre con seriedad, a lo que el albino saco con rapidez el cadáver del muchacho revisándolo cuidadosamente.
-Las heridas en su espalda sin duda lo son, pero su herida aquí fue hecha por una espada, sin duda fue el chico que vino a visitarnos, su nombre es Meliodas como te iba diciendo- Sentenció el joven con pena -Esto va a entristecer mucho a Vivian, y también a Jericho, pero sobre todo a Vivian, era la que se llevaba mejor con su hermano- Lamento con pena el albino.
-Confirmado. Lamento que esto va a adelantar nuestro trato ¿No has hablado con alguien más?-Pregunto con curiosidad el hombre, a lo que su compañero negó -Confirmado, tienes una última oportunidad hasta pasado mañana ¿El joven Meliodas había venido con su padre no?¿Como se llama él?-Exclamo con simpleza el caballero.
-Escanor- Sentenció el chico, y una sorprendida sonrisa decidida se formo en el rostro de su compañero.

----------------------------------------------------------------

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top