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Advertencia, este cap es un rework del cap 1, ya que los dos anteriores no me gustaron, es probable que mañana 1 de Noviembre los borre (el inicio es igual al del cap 1 pero un desarrollo distinto, ahora le daré más desarrollo a Ban y los hombres bestia en un mini-arco).
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En una tierra quemada y oscurecida con el sol descendiendo poco a poco tras el medio día, se acercaba un grupo de 4 personas, 3 de ellas anonadadas por aquella destrucción, cuerpos quemados como si nada, estructuras destruidas, la propia roca derretida, esas 4 personas se desplazaban en un cubo de energía mágica en dirección de aquel antiguo reino, entre esas personas estaba el Gran Caballero Sagrado, Zaratras, un fornido hombre de ojos azules y un largo cabello plateado, con una armadura de cobre, y su medio hermano Dreyfus, con un largo pelo negro y una prematura barba, con una armadura verde, frente a estos estaba Baltra Liones, rey de Liones, un hombre anciano con un largo cabello y barba de color gris, con un manto real de color marrón adornado con oro y un cuello negro muy peludo, esta vez no llevaba la corona real, pero más importante a su lado estaba Merlín, la maga real de Liones, una bella mujer con ojos dorados y cabello negro, que solo iba un poco más abajo de la nuca, con un vestido negro con una larga cola y mangas, además de un alto cuello gris, ella era la más tranquila dentro de ese cubo creado por su magia, observando todo aquello con tranquilidad -¡¿C-Como es esto posible?!-Inquirió Zaratras sorprendido ante tal visión.
-El reino de Castellio era una potencia militar incomparable en Britannia ¿Que ejército pudo haberlo reducido a cenizas Zaratras?- Exclamo Dreyfus con nervios, en Britannia había en total 3 potencias, Liones, Danafor y Castellio, o mejor dicho, habían 3 potencias.
-N-Ni siquiera en mi visión podía imaginarme esto...Merlin ¿Q-Quienes hicieron esto?-Inquirió con seriedad y nerviosismo el rey a su maga real, a lo que la mujer negó con la cabeza de forma tranquila.
-No hubo ejército, no hay un "quienes" solo un "quien" rey Baltra- Sentenció Merlín con simpleza sorprendiendo a sus acompañantes mientras iban al castillo real de Castellio, ahora esa antiguamente orgullosa fortaleza estaba hecha ruinas, prácticamente sin techo o torres que quedaran en pie.
-¡Es imposible!¿Estás diciendo que solo una persona hizo todo esto?-Preguntaron alarmados Zaratras y Dreyfus ante las palabras de Merlín quien precisamente guiaba a sus acompañantes ante aquel ser que había destruido todo el paraje de Castellio.
-Zaratras, Dreyfus, cálmense, si lo dice Merlín...debe ser cierto...pero ¿Quien puede destruir todo un reino en apenas un día?- Exclamo con seriedad Baltra, mientras que Merlín guardaba silencio de forma tranquila.
-Al igual que ustedes, no se mucho. De aquel hombre solo se escuchan rumores, pero sentí su poder desde Liones, más de 68.000 fácilmente- Sentenció Merlín con cierta emoción.
-¡Más bien sería un monstruo!¡Esta persona podría desatar la Guerra Santa y acabar con toda Britannia!- Exclamo con miedo Dreyfus mientras entraban al castillo de Castellio, no sin antes recibir una protección mágica de Merlín que los protegía de aquel fuego, caliente como un sol. El grupo avanzó hacía la sala del trono, que era donde estaba aquel hombre según Merlín, el camino no parecía alentador, todo estaba quemado, marchito, o carbonizado, sin embargo en la sala del trono había una única vida, sentado en el trono de Castellio con cientos de cadáveres a su alrededor, un hombre fornido, con un cabello naranja y ojos azules, llevaba apenas unos ropajes que eran una camisa blanca que le quedaba corta y unos pantalones de color marrón oscuro, con algunos trozos de metal derretido a su alrededor como hierro y oro, entre sus manos estaba lo que quedaba de un escudo, con el rostro negro de un león con una dentuda y sádica sonrisa -¡¿Q-Que?!-Exclamaron sorprendidos Zaratras y Dreyfus al observar a aquel hombre sentado en el trono como si nada alrededor de toda aquella destrucción, las palabras de Merlín resultaron ser verdad.
-Esto parece...impensable- Señaló Baltra con seriedad, sin embargo antes de que diera una orden Zaratras y Dreyfus desenfundaron sus espadas en contra del indiferente hombre del trono.
-Dreyfus, Zaratras, les recomiendo que no ataquen, a no ser que quieran morir- Señaló Merlín con tranquilidad retirando con su poder las armas de los caballeros de sus manos.
-Recomiendo que escuchen a esa mujer, parece más sensata que ustedes, si quieren enfrentar al pináculo de la humanidad-Exclamo con simpleza con aquella voz profunda el hombre levantándose del trono, dejando de lado su escudo y el metal derretido a su alrededor,, sin embargo cierta sorpresa lo ataco al ver el rostro de la mujer, sorpresa que retiro rápidamente de su rostro.
-Yo soy el rey Baltra de Liones, mi visión y la habilidad de Merlin nos trajeron hasta aquí, sin embargo...estamos sorprendidos de que solo una persona haya acabado con todo un reino en tan solo unas horas-Se presentó educadamente el rey, el hombre saludo con la mano con simpleza.
-Perdone mis modales rey Baltra, pero yo no me arrodillo ante nadie- Sentenció el hombre con indiferencia.
-Esta bien, no hay que ser tan formales, yo soy Merlín, te estábamos buscando- Señaló Merlín con tranquilidad, con una actitud un poco infantil pero bastante risueña.
-...Yo soy Escanor, Lord Escanor-Se presentó el hombre finalmente con simpleza, su nombre perforó por la casi vacía sala como un eco. Ese fue el día en el que Escanor y Merlín se conocieron, día aun constantemente en la memoria del hombre, sin embargo esos tiempos ya habían pasado hace alrededor de 16 años.
En la actualidad Escanor estaba en mitad de su cocina en una pequeña cabaña en mitad del bosque, con la nieve cayendo sobre esta en plena mañana, ahora lucía un bigote del mismo color anaranjado que su cabello, en aquella cabaña de madera casi vacía, destacaba quel hombre más alto de lo normal con una dorada armadura -Meliodas, despierta- Ordeno Escanor con seriedad tras haber terminado de cocinar carne de ciervo.
-Sate, sate, sate...5 minutos más- Dijo aquel chico de cabello anaranjado revoltoso, tan brillante que parecía rubio con el sol, era un chico pequeño para tener 14 años, con ojos azules como el mar casi, la piel blanca y vestido con una camisa blanca con un chaleco negro y pantalones verdes, con apenas unas botas de cuero.
-No- Sentenció el hombre con simpleza pateando la cama de Meliodas, rompiendo la pata trasera de esta como si nada a pesar de la fuerte madera que era, haciendo al joven caer de cara al suelo.
-Auch- Exclamo con un poco de dolor Meliodas levantándose -Oye, rompiste mi cama- Exclamo con sorpresa el chico.
-Da igual en estos momentos, come- Sentenció Escanor dándole la carne al joven, que comió con alegría y rapidez, mientras que el hombre comía con tranquilidad a su lado aquel trozo de carne que parecía pequeño comparado con su cuerpo -Hoy nos vamos de aquí- Explico Escanor al terminar mientras que Meliodas estaba satisfecho, Escanor fue hacía cierta parte de la casa para empezar a romper el suelo con sus manos.
-¡¿Que que?!-Pregunto sorprendido Meliodas siguiendo a Escanor, quien sacaba un falso fondo de la casa, buscando algo oculto entre algunas mantas oscuras.
-Nos vamos, así de simple- Dijo Escanor sacando entonces una adornada hacha dorada,que parecía tener una mujer entre la hoja y el mango, era un hacha de una mano casi del tamaño de Meliodas -Te presento a Rhitta- Exclamo mostrando su hacha al joven de 14 aun más sorprendido por aquella arma oculta bajo su casa, Meliodas había retrocedido cuando de repente su padre se la había acercado, sin embargo se sorprendió aun más cuando Escanor saco otra arma de debajo del suelo, lo que parecía una daga con cinco agujeros en la cuchilla y un mango con forma de dragón -Esta es la espada Lostvayne, la hicieron para ti, cuídala, ahora es tuya- Explico Escanor entregándole aquella arma a Meliodas, quien la observaba extrañado con una gota de sudor bajando de su rostro, sin embargo entre sus manos se sentía extrañamente natural, como había dicho su padre "La hicieron para ti". Lo último que hizo Escanor fue sacar una larga túnica negra que lo cubría casi completamente a excepción del rostro, en ella había únicamente un bolsillo y parecía bastante cómoda y cálida.
-P-Pero ¡Espera! ¿A donde vamos?-Pregunto Meliodas rápidamente mientras Escanor salía de la cabaña, haciendo al adulto detenerse unos momentos en aquel paisaje nevado en un frondoso bosque en el norte de Britannia, los altos y negros árboles parecían no haber cambiado desde que llegó a aquel lugar, el padre suspiro unos momentos.
-...Es una buena pregunta, no se a donde vamos, porque lo que hacemos es buscar a alguien, y es muy elusiva- Explico Escanor con simpleza a Meliodas, quien aun se veía confundido ante el críptico mensaje de su madre -Buscaremos a tu madre, Merlín- Señaló con simpleza el hombre de pelo naranja.
-¡¿A mamá?!-Pregunto emocionado Meliodas rápidamente corriendo al lado de Escanor -¿Por que tan de repente?¿Cuanto vamos a tardar?¿Como es ahora?-Pregunto rápidamente el adolescente, a lo que Escanor le quitaba importancia con la mano.
-Todo se responderá a su tiempo, hay cosas que incluso yo no se, pero creo que primero debemos ir hacía el sur, a Liones-Explico Escanor con simpleza, sorprendiendo a Meliodas -Tardaremos un tiempo en llegar a Liones, pero hay un pueblo a unos cientos de metros, allí hay amigos- Sentenció el hombre de pelo naranja con tranquilidad, como si cientos de metros fueran apenas unos pasos para él.
-Papá ¿Que tal si en vez de tardar meses simplemente me cargas y das unos saltos? Llegaremos a Liones más rápido, sea donde quede o como sea- Mencionó con pereza Meliodas.
-No, debes aprender a viajar largas distancias a pie, además debo entrenarte en el camino para usar esa espada- Sentenció Escanor con simpleza guardando a Rhitta en su espalda, mientras caminaban por algunas horas a través del golpe Escanor le enseñaba a Meliodas como usar adecuadamente aquella espada, aunque más parecía que el chico estaba usando un cuchillo de cocina al ser su primera arma.
-Nunca pensé que supieras usar una espada, o un arma en general- Señaló Meliodas con cierta sorpresa -Generalmente basta con que uses tus manos para matar animales, tampoco pensé que tuvieras amigos- Mencionó el chico con franqueza moviendo su mano como solía hacer su padre, simplemente la mano extendida y apuntando hacía el frente, a lo que Escanor asintió con simpleza, mientras Meliodas apuñalaba o cortaba el aire con algunos movimientos que Escanor le había enseñado en aquellas horas. Aunque pasaron las horas el hijo no podía ver poblado alguno mientras seguía hacia el frente.
-Aquí están mis amigos- Señaló Escanor atrayendo la atención de Meliodas, el hombre únicamente dirigió uno de sus dedos hacía una cueva, el hijo se fijo consternado en que lo único inusual eran unos símbolos alrededor de la entrada de la misma.
-¿Como?¿En una cueva? Tus amigos son raros-Exclamo con sorpresa Meliodas a su padre tocándole el brazo, sin embargo Escanor simplemente asintió y se dirigió a aquella cueva, de repente sin embargo entonces unas cuantas flechas salieron disparadas contra el, el hijo intento mover a su padre sin embargo de repente las flechas estaban rotas en el suelo, y Escanor sin herida alguna, lo único mal eran sus ropas ahora con algunos cortes.
-¡Hey! Quiero ver a Zhivago, soy Lord Escanor, díganselo, el sabe quien soy- Ordeno con simpleza el hombre volviendo a acercarse a la cueva, unas cuantas flechas más fueron contra el con el mismo resultado, Meliodas estaba tras su padre sin recibir daño alguno, se aferraba a este con confianza mientras se acercaban, conforme Escanor daba un paso el número de flechas se reducía -Que molestia...No mates a ninguno Meliodas, son aliados...aunque si dañas a alguno no creo que se pueda decir nada contra ti, eres mi hijo- Sentenció suspirando el hombre deteniéndose frente a la entrada de la cueva, apenas se veía pero Meliodas podía notar figuras moviéndose en la oscuridad, y su padre los veía claramente con sus ojos.
-No entiendo que tiene eso que ver-Exclamo con simpleza Meliodas sin desviar los ojos de los movimientos en la oscura cueva, su mano izquierda se agarraba al manto de su padre, mientras que su mano derecha se aferraba a Lostvayne. De repente entonces un humanoide salto contra ellos, era un zorro de pelaje blanco alto y delgado, con ojos rojos, vestido con cueros y pieles marrones, con un saco a la espalda, sus afiladas garras apuntaban a la cara de Escanor, quien solo lo veía imperturbable, pero para su definitiva sorpresa Meliodas había saltado sobre el y apunto Lostvayne contra el cuello del humanoide, entonces la sangre mancho la cara de los 3, Meliodas había caído de cara tras haber saltado sobre su padre, mientras que el zorro había caído de espaldas a Escanor.
-Rápidos reflejos Meliodas, bien hecho. Esto se llama "hombre bestia" comúnmente, aunque hay algunos más civilizados que muchos humanos- Señaló Escanor entonces acercándose a la criatura, esta intento moverse pero debía hacer presión en la herida que no paraba de sangrar, el corte de la espada llego del centro del cuello hasta su mejilla -Quédate quieto- Sentenció Escanor con severidad, de repente el hombre bestia intento tirarle algo de nieve a los ojos, pero entonces su cuello le ardía, la palma de Escanor estaba sobre él, y para sorpresa de su hijo y el zorro esta estaba en llamas, el hombre bestia se retorció un poco, pero el hombre rápidamente había retirado su mano, ahora quedaba una cicatriz extraña que llegaba hasta el inicio de su mejilla.
-¡N-No puedo permitir que veas a mi padre!- Exclamo molesto el zorro intentando volver a atacar a Escanor, sin embargo entonces sus miradas se habían cruzado, y sin que se diera cuenta el mismo el hombre bestia retrocedió temblando aun mientras un indiferente Escanor lo miraba -¿Q-Que eres?-Pregunto asustado en un susurro.
-¡Pero si es el pináculo de la humanidad!- Sentenció una vieja y alegre voz, entonces tanto Meliodas como Escanor giraron, un hombre bestia, otro zorro, pero mucho más anciano, de pelaje marrón y ojos cansados, vestía una túnica amarilla con detalles negros, usando un bastón para mantenerse en pie y una cinta en su frente, tenía una alegre sonrisa -Escanor, han pasado años- Clamo una vez más el hombre bestia, de repente el hombre estaba frente a él, ambos estrecharon sus manos.
-Zhivago, han pasado 14 años- Clamo con una pequeña sonrisa Escanor mientras el hombre bestia asentía.
-Padre ¿Lo conoces?-Preguntaron sorprendidos Meliodas y el zorro blanco, este se había acercado preocupado pero con una mano alzada de Zhivago se había quedado quieto.
-Ban, no debes molestar a nuestros invitados, aunque será mejor que se presenten solos- Exclamo con simpleza el anciano hombre bestia, Escanor miro hacía Ban.
-Escanor-Sama, o Lord Escanor si lo prefieres- Sentenció con simpleza alzando una mano a modo de saludo, su hijo lo siguió en el gesto.
-Yo soy Meliodas...Solo Meliodas- Clamo con simpleza Meliodas con una sonrisa -¿Estás bien?-Pregunto con preocupación hacía el zorro, pero de forma arisca este lo ignoró, a lo que el chico suspiro quitando importancia al asunto entonces.
-¿Estás haciendo de niñera?-Pregunto con cierta burla Zhivago, pero Escanor se mantenía indiferente, apenas con una pequeña sonrisa.
-El es mi hijo, supongo que Ban también es tuyo en cierto modo ¿Cuantos tiene? Y por cierto ¿Como están Selion y Marie?-Pregunto con curiosidad el hombre entrando a la cueva junto con el hombre bestia, de cerca sus hijos los siguieron, Escanor en el interior de la cueva se había vuelto una antorcha al iluminarse, por otro lado Zhivago con un movimiento abrió una gigantesca roca en la cueva, dando paso a un túnel, su amigo frente a el guardo silencio unos momentos adentrándose en el túnel, parecía que un molesto Ban estaba por decir algo pero el anciano hombre bestia interrumpió.
-Ban y Selion están por cumplir 17 años, son mi orgullo, por otro lado Marie...ella...-Exclamo Zhivago quedándose en silencio sin decir palabra alguna.
-Merlin se fue, aunque no como imagino que se fue Marie- Sentenció Escanor con simpleza, a lo que el anciano lo miro con cierta sorpresa.
-¿Quien es Marie?¿Que hacemos aquí papá?-Pregunto con curiosidad Meliodas como un niño pequeño sacudiendo la capa de su padre.
-Todas las respuestas se responderan a su tiempo pequeño- Remarco Zhivago con simpleza, na vez más las piedras se movieron ante su presencia, y esta vez Meliodas observo más antorchas que la luz que emitía su padre, eran decenas de ellas alumbrando carpas formadas por cuero, pieles, madera, piedra y huesos con formas rectangulares, había una gran multitud de hombres bestia de todo tipo, zorros, osos, lobos y otros mamíferos del bosque.
-¡Wow!- Exclamo fascinado Meliodas ante tal visión, por otro lado Escanor observo el lugar mientras que la gente sorprendida iba con Zhivago, observando con temor y rabia a Escanor y Meliodas, el padre agarro por el hombro a su hijo para acercarlo, Meliodas miro un poco nervioso a esas personas que lo miraban de forma agresiva o temerosa, aunque algunas se apartaban al ver a Escanor cerca de él, sin embargo el padre noto algo más, la mayoría de los hombres bestia eran más jóvenes de lo que esperaba.
-¡Tribu mía! Hoy es un momento de celebración, después de años de ausencia yo y un viejo amigo nos hemos vuelto a reunir, Escanor el León del Orgullo junto con su hijo Meliodas, espero que ambos reciban una cálida bienvenida- Clamo el anciano hombre bestia, de repente el ambiente se había calmado, de repente niños estaban jugando con un extrañado Meliodas, mujeres y hombres bestia traían comida, bailaban, tocaban rústicos instrumentos o hablando con Zhivago y un casi mudo Escanor.
-Hey Ban-Saludo un hombre bestia joven con la apariencia de un zorro de vivo cabello marrón y jovial sonrisa, vestido como el zorro blanco que se sobresalto por el chico.
-Selion, no me des esos sustos- Clamo Ban apretándose el pecho tras el susto inicial, al principió Selion parecía consternado, apunto de preguntar algo a su medio hermano cuando se fijo en Escanor y Meliodas, por un lado solo podía ver la ancha espalda del hombre, pero el pequeño adolescente ya estaba frente a él.
-¡Hola! Soy Meliodas, nuestros padres son amigos ¿Así que por que no lo somos nosotros? Lamento mucho tu herida Bab- Saludo amablemente a ambos hermanos, por un lado Ban solo lo miro asintiendo pero sin estrechar la mano, pero para sorpresa de Meliodas y del zorro blanco, Selion había estrechado la mano del chico con una estirada sonrisa y ojos cerrados, una sonrisa demasiado estirada.
-Supongo que podríamos ser amigos- Señaló el zorro marrón con simpleza aunque con palabras lentas.
-¡Ban! Ve a revisar algunas trampas por favor para más comida en la reserva hijo, yo y Escanor tenemos que hablar- Sentenció Zhivago al zorro blanco desprevenido desde su espalda, su padre adoptivo estaba sentado en un tocón alrededor de una fogata con otros adultos, por otro lado a su derecha estaba Escanor comiendo aunque paso a susurrarle algo a Zhivago -¡Y llévate a Meliodas!- Clamo una vez más el líder.
-...¡Esta bien!- Gruñó con cierta molestia el zorro blanco, Meliodas solo lo observaba.
-Te voy a librar de un poco de ese peso, iré a por las trampas del sur, tu ve por las del norte- Sentenció Selion dandole unas palmadas en el hombro a Ban, este asintió y se fue.
-...Supongo que...nos vamos- Exclamo Ban con simpleza un poco de incomodidad, Meliodas por su parte asintió y siguió alegre.
-Hoy tú eres mi capitán- Sentenció con alegría Meliodas siguiendo por detrás al zorro blanco, una vez más al frío terreno que era el exterior.
Por otro lado Escanor y Zhivago estaban serios -...¿Dime, que les a pasado a ti y a los hombres bestia?-Pregunto Escanor sirviéndose un te que le dio una mujer bestia, Zhivago por su parte tosió cansado.
-...Todo a ido en de mal en peor desde que te fuiste Escanor, tú y Merlin eran la balanza contra los otros clanes, Liones y Danafor. El mundo esta más dividido que nunca, el norte para Liones y el sur para Danafor, reclaman cada vez más para superarse mutuamente, el rey Baltra a incumplido los tratados con los hombres bestia, nos quitan alimento y territorio...solo quedamos unos pocos...Marie fue asesinada por humanos. Ya no somos bienvenidos entre los humanos...creo que es por mi pecado- Señaló con dolor el líder de aquella tribu, por otro lado el hombre a su derecha escuchaba impasible.
-El rey Baltra nunca rompería un tratado, me acepto en su casa y nunca me miro como un monstruo, nunca fui perseguido por haber desertado- Señaló con seriedad Escanor, pero Zhivago nego.
-...El Rey Baltra nunca a aparecido desde que tú y Merlin se fueron. Pero además, ahora tu cabeza tiene la recompensa más alta en todos los reinos, prestigio, fama, gloria, dinero, mujeres, todo se promete por tu cabeza, tienes suerte de haberte encontrado con nosotros, nunca traicionaría a un amigo como tu- Clamo con honor aquel viejo hombre bestia, una pequeña sonrisa se formaba en el rostro de Escanor -Pero pasemos a otro tema, lo mencionaste brevemente antes...¿Por que buscas a Merlin ahora? Parece que has criado a tu hijo solo, parece un muchacho muy sano y bueno ¿Por que buscar a su madre tras 12 años de ausencia?- Pregunto Zhivago, a lo que Escanor le respondió.
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En una tierra quemada y oscurecida con el sol descendiendo poco a poco tras el medio día, se acercaba un grupo de 4 personas, 3 de ellas anonadadas por aquella destrucción, cuerpos quemados como si nada, estructuras destruidas, la propia roca derretida, esas 4 personas se desplazaban en un cubo de energía mágica en dirección de aquel antiguo reino, entre esas personas estaba el Gran Caballero Sagrado, Zaratras, un fornido hombre de ojos azules y un largo cabello plateado, con una armadura de cobre, y su medio hermano Dreyfus, con un largo pelo negro y una prematura barba, con una armadura verde, frente a estos estaba Baltra Liones, rey de Liones, un hombre anciano con un largo cabello y barba de color gris, con un manto real de color marrón adornado con oro y un cuello negro muy peludo, esta vez no llevaba la corona real, pero más importante a su lado estaba Merlín, la maga real de Liones, una bella mujer con ojos dorados y cabello negro, que solo iba un poco más abajo de la nuca, con un vestido negro con una larga cola y mangas, además de un alto cuello gris, ella era la más tranquila dentro de ese cubo creado por su magia, observando todo aquello con tranquilidad -¡¿C-Como es esto posible?!-Inquirió Zaratras sorprendido ante tal visión.
-El reino de Castellio era una potencia militar incomparable en Britannia ¿Que ejército pudo haberlo reducido a cenizas Zaratras?- Exclamo Dreyfus con nervios, en Britannia había en total 3 potencias, Liones, Danafor y Castellio, o mejor dicho, habían 3 potencias.
-N-Ni siquiera en mi visión podía imaginarme esto...Merlin ¿Q-Quienes hicieron esto?-Inquirió con seriedad y nerviosismo el rey a su maga real, a lo que la mujer negó con la cabeza de forma tranquila.
-No hubo ejército, no hay un "quienes" solo un "quien" rey Baltra- Sentenció Merlín con simpleza sorprendiendo a sus acompañantes mientras iban al castillo real de Castellio, ahora esa antiguamente orgullosa fortaleza estaba hecha ruinas, prácticamente sin techo o torres que quedaran en pie.
-¡Es imposible!¿Estás diciendo que solo una persona hizo todo esto?-Preguntaron alarmados Zaratras y Dreyfus ante las palabras de Merlín quien precisamente guiaba a sus acompañantes ante aquel ser que había destruido todo el paraje de Castellio.
-Zaratras, Dreyfus, cálmense, si lo dice Merlín...debe ser cierto...pero ¿Quien puede destruir todo un reino en apenas un día?- Exclamo con seriedad Baltra, mientras que Merlín guardaba silencio de forma tranquila.
-Al igual que ustedes, no se mucho. De aquel hombre solo se escuchan rumores, pero sentí su poder desde Liones, más de 68.000 fácilmente- Sentenció Merlín con cierta emoción.
-¡Más bien sería un monstruo!¡Esta persona podría desatar la Guerra Santa y acabar con toda Britannia!- Exclamo con miedo Dreyfus mientras entraban al castillo de Castellio, no sin antes recibir una protección mágica de Merlín que los protegía de aquel fuego, caliente como un sol. El grupo avanzó hacía la sala del trono, que era donde estaba aquel hombre según Merlín, el camino no parecía alentador, todo estaba quemado, marchito, o carbonizado, sin embargo en la sala del trono había una única vida, sentado en el trono de Castellio con cientos de cadáveres a su alrededor, un hombre fornido, con un cabello naranja y ojos azules, llevaba apenas unos ropajes que eran una camisa blanca que le quedaba corta y unos pantalones de color marrón oscuro, con algunos trozos de metal derretido a su alrededor como hierro y oro, entre sus manos estaba lo que quedaba de un escudo, con el rostro negro de un león con una dentuda y sádica sonrisa -¡¿Q-Que?!-Exclamaron sorprendidos Zaratras y Dreyfus al observar a aquel hombre sentado en el trono como si nada alrededor de toda aquella destrucción, las palabras de Merlín resultaron ser verdad.
-Esto parece...impensable- Señaló Baltra con seriedad, sin embargo antes de que diera una orden Zaratras y Dreyfus desenfundaron sus espadas en contra del indiferente hombre del trono.
-Dreyfus, Zaratras, les recomiendo que no ataquen, a no ser que quieran morir- Señaló Merlín con tranquilidad retirando con su poder las armas de los caballeros de sus manos.
-Recomiendo que escuchen a esa mujer, parece más sensata que ustedes, si quieren enfrentar al pináculo de la humanidad-Exclamo con simpleza con aquella voz profunda el hombre levantándose del trono, dejando de lado su escudo y el metal derretido a su alrededor,, sin embargo cierta sorpresa lo ataco al ver el rostro de la mujer, sorpresa que retiro rápidamente de su rostro.
-Yo soy el rey Baltra de Liones, mi visión y la habilidad de Merlin nos trajeron hasta aquí, sin embargo...estamos sorprendidos de que solo una persona haya acabado con todo un reino en tan solo unas horas-Se presentó educadamente el rey, el hombre saludo con la mano con simpleza.
-Perdone mis modales rey Baltra, pero yo no me arrodillo ante nadie- Sentenció el hombre con indiferencia.
-Esta bien, no hay que ser tan formales, yo soy Merlín, te estábamos buscando- Señaló Merlín con tranquilidad, con una actitud un poco infantil pero bastante risueña.
-...Yo soy Escanor, Lord Escanor-Se presentó el hombre finalmente con simpleza, su nombre perforó por la casi vacía sala como un eco. Ese fue el día en el que Escanor y Merlín se conocieron, día aun constantemente en la memoria del hombre, sin embargo esos tiempos ya habían pasado hace alrededor de 16 años.
En la actualidad Escanor estaba en mitad de su cocina en una pequeña cabaña en mitad del bosque, con la nieve cayendo sobre esta en plena mañana, ahora lucía un bigote del mismo color anaranjado que su cabello, en aquella cabaña de madera casi vacía, destacaba quel hombre más alto de lo normal con una dorada armadura -Meliodas, despierta- Ordeno Escanor con seriedad tras haber terminado de cocinar carne de ciervo.
-Sate, sate, sate...5 minutos más- Dijo aquel chico de cabello anaranjado revoltoso, tan brillante que parecía rubio con el sol, era un chico pequeño para tener 14 años, con ojos azules como el mar casi, la piel blanca y vestido con una camisa blanca con un chaleco negro y pantalones verdes, con apenas unas botas de cuero.
-No- Sentenció el hombre con simpleza pateando la cama de Meliodas, rompiendo la pata trasera de esta como si nada a pesar de la fuerte madera que era, haciendo al joven caer de cara al suelo.
-Auch- Exclamo con un poco de dolor Meliodas levantándose -Oye, rompiste mi cama- Exclamo con sorpresa el chico.
-Da igual en estos momentos, come- Sentenció Escanor dándole la carne al joven, que comió con alegría y rapidez, mientras que el hombre comía con tranquilidad a su lado aquel trozo de carne que parecía pequeño comparado con su cuerpo -Hoy nos vamos de aquí- Explico Escanor al terminar mientras que Meliodas estaba satisfecho, Escanor fue hacía cierta parte de la casa para empezar a romper el suelo con sus manos.
-¡¿Que que?!-Pregunto sorprendido Meliodas siguiendo a Escanor, quien sacaba un falso fondo de la casa, buscando algo oculto entre algunas mantas oscuras.
-Nos vamos, así de simple- Dijo Escanor sacando entonces una adornada hacha dorada,que parecía tener una mujer entre la hoja y el mango, era un hacha de una mano casi del tamaño de Meliodas -Te presento a Rhitta- Exclamo mostrando su hacha al joven de 14 aun más sorprendido por aquella arma oculta bajo su casa, Meliodas había retrocedido cuando de repente su padre se la había acercado, sin embargo se sorprendió aun más cuando Escanor saco otra arma de debajo del suelo, lo que parecía una daga con cinco agujeros en la cuchilla y un mango con forma de dragón -Esta es la espada Lostvayne, la hicieron para ti, cuídala, ahora es tuya- Explico Escanor entregándole aquella arma a Meliodas, quien la observaba extrañado con una gota de sudor bajando de su rostro, sin embargo entre sus manos se sentía extrañamente natural, como había dicho su padre "La hicieron para ti". Lo último que hizo Escanor fue sacar una larga túnica negra que lo cubría casi completamente a excepción del rostro, en ella había únicamente un bolsillo y parecía bastante cómoda y cálida.
-P-Pero ¡Espera! ¿A donde vamos?-Pregunto Meliodas rápidamente mientras Escanor salía de la cabaña, haciendo al adulto detenerse unos momentos en aquel paisaje nevado en un frondoso bosque en el norte de Britannia, los altos y negros árboles parecían no haber cambiado desde que llegó a aquel lugar, el padre suspiro unos momentos.
-...Es una buena pregunta, no se a donde vamos, porque lo que hacemos es buscar a alguien, y es muy elusiva- Explico Escanor con simpleza a Meliodas, quien aun se veía confundido ante el críptico mensaje de su madre -Buscaremos a tu madre, Merlín- Señaló con simpleza el hombre de pelo naranja.
-¡¿A mamá?!-Pregunto emocionado Meliodas rápidamente corriendo al lado de Escanor -¿Por que tan de repente?¿Cuanto vamos a tardar?¿Como es ahora?-Pregunto rápidamente el adolescente, a lo que Escanor le quitaba importancia con la mano.
-Todo se responderá a su tiempo, hay cosas que incluso yo no se, pero creo que primero debemos ir hacía el sur, a Liones-Explico Escanor con simpleza, sorprendiendo a Meliodas -Tardaremos un tiempo en llegar a Liones, pero hay un pueblo a unos cientos de metros, allí hay amigos- Sentenció el hombre de pelo naranja con tranquilidad, como si cientos de metros fueran apenas unos pasos para él.
-Papá ¿Que tal si en vez de tardar meses simplemente me cargas y das unos saltos? Llegaremos a Liones más rápido, sea donde quede o como sea- Mencionó con pereza Meliodas.
-No, debes aprender a viajar largas distancias a pie, además debo entrenarte en el camino para usar esa espada- Sentenció Escanor con simpleza guardando a Rhitta en su espalda, mientras caminaban por algunas horas a través del golpe Escanor le enseñaba a Meliodas como usar adecuadamente aquella espada, aunque más parecía que el chico estaba usando un cuchillo de cocina al ser su primera arma.
-Nunca pensé que supieras usar una espada, o un arma en general- Señaló Meliodas con cierta sorpresa -Generalmente basta con que uses tus manos para matar animales, tampoco pensé que tuvieras amigos- Mencionó el chico con franqueza moviendo su mano como solía hacer su padre, simplemente la mano extendida y apuntando hacía el frente, a lo que Escanor asintió con simpleza, mientras Meliodas apuñalaba o cortaba el aire con algunos movimientos que Escanor le había enseñado en aquellas horas. Aunque pasaron las horas el hijo no podía ver poblado alguno mientras seguía hacia el frente.
-Aquí están mis amigos- Señaló Escanor atrayendo la atención de Meliodas, el hombre únicamente dirigió uno de sus dedos hacía una cueva, el hijo se fijo consternado en que lo único inusual eran unos símbolos alrededor de la entrada de la misma.
-¿Como?¿En una cueva? Tus amigos son raros-Exclamo con sorpresa Meliodas a su padre tocándole el brazo, sin embargo Escanor simplemente asintió y se dirigió a aquella cueva, de repente sin embargo entonces unas cuantas flechas salieron disparadas contra el, el hijo intento mover a su padre sin embargo de repente las flechas estaban rotas en el suelo, y Escanor sin herida alguna, lo único mal eran sus ropas ahora con algunos cortes.
-¡Hey! Quiero ver a Zhivago, soy Lord Escanor, díganselo, el sabe quien soy- Ordeno con simpleza el hombre volviendo a acercarse a la cueva, unas cuantas flechas más fueron contra el con el mismo resultado, Meliodas estaba tras su padre sin recibir daño alguno, se aferraba a este con confianza mientras se acercaban, conforme Escanor daba un paso el número de flechas se reducía -Que molestia...No mates a ninguno Meliodas, son aliados...aunque si dañas a alguno no creo que se pueda decir nada contra ti, eres mi hijo- Sentenció suspirando el hombre deteniéndose frente a la entrada de la cueva, apenas se veía pero Meliodas podía notar figuras moviéndose en la oscuridad, y su padre los veía claramente con sus ojos.
-No entiendo que tiene eso que ver-Exclamo con simpleza Meliodas sin desviar los ojos de los movimientos en la oscura cueva, su mano izquierda se agarraba al manto de su padre, mientras que su mano derecha se aferraba a Lostvayne. De repente entonces un humanoide salto contra ellos, era un zorro de pelaje blanco alto y delgado, con ojos rojos, vestido con cueros y pieles marrones, con un saco a la espalda, sus afiladas garras apuntaban a la cara de Escanor, quien solo lo veía imperturbable, pero para su definitiva sorpresa Meliodas había saltado sobre el y apunto Lostvayne contra el cuello del humanoide, entonces la sangre mancho la cara de los 3, Meliodas había caído de cara tras haber saltado sobre su padre, mientras que el zorro había caído de espaldas a Escanor.
-Rápidos reflejos Meliodas, bien hecho. Esto se llama "hombre bestia" comúnmente, aunque hay algunos más civilizados que muchos humanos- Señaló Escanor entonces acercándose a la criatura, esta intento moverse pero debía hacer presión en la herida que no paraba de sangrar, el corte de la espada llego del centro del cuello hasta su mejilla -Quédate quieto- Sentenció Escanor con severidad, de repente el hombre bestia intento tirarle algo de nieve a los ojos, pero entonces su cuello le ardía, la palma de Escanor estaba sobre él, y para sorpresa de su hijo y el zorro esta estaba en llamas, el hombre bestia se retorció un poco, pero el hombre rápidamente había retirado su mano, ahora quedaba una cicatriz extraña que llegaba hasta el inicio de su mejilla.
-¡N-No puedo permitir que veas a mi padre!- Exclamo molesto el zorro intentando volver a atacar a Escanor, sin embargo entonces sus miradas se habían cruzado, y sin que se diera cuenta el mismo el hombre bestia retrocedió temblando aun mientras un indiferente Escanor lo miraba -¿Q-Que eres?- Pregunto asustado en un susurro.
-¡Pero si es el pínaculo de la humanidad!- Sentenció una vieja y alegre voz, entonces tanto Meliodas como Escanor giraron, un hombre bestia, otro zorro, pero mucho más anciano, de pelaje marrón y ojos cansados, vestía una túnica amarilla con detalles negros, usando un bastón para mantenerse en pie y una cinta en su frente, tenía una alegre sonrisa -Escanor, han pasado años- Clamo una vez más el hombre bestia, de repente el hombre estaba frente a él, ambos estrecharon sus manos.
-Zhivago, han pasado 14 años- Clamo con una pequeña sonrisa Escanor mientras el hombre bestia asentía.
-Padre ¿Lo conoces?-Preguntaron sorprendidos Meliodas y el zorro blanco, este se había acercado preocupado pero con una mano alzada de Zhivago se había quedado quieto.
-Ban, no debes molestar a nuestros invitados, aunque será mejor que se presenten solos- Exclamo con simpleza el anciano hombre bestia, Escanor miro hacía Ban.
-Escanor-Sama, o Lord Escanor si lo prefieres- Sentenció con simpleza alzando una mano a modo de saludo, su hijo lo siguió en el gesto.
-Yo soy Meliodas...Solo Meliodas- Clamo con simpleza Meliodas con una sonrisa -¿Estás bien?-Pregunto con preocupación hacía el zorro, pero de forma arisca este lo ignoró, a lo que el chico suspiro quitando importancia al asunto entonces.
-¿Estás haciendo de niñera?-Pregunto con cierta burla Zhivago, pero Escanor se mantenía indiferente, apenas con una pequeña sonrisa.
-El es mi hijo, supongo que Ban también es tuyo en cierto modo ¿Cuantos tiene? Y por cierto ¿Como están Selion y Marie?-Pregunto con curiosidad el hombre entrando a la cueva junto con el hombre bestia, de cerca sus hijos los siguieron, Escanor en el interior de la cueva se había vuelto una antorcha al iluminarse, por otro lado Zhivago con un movimiento abrió una gigantesca roca en la cueva, dando paso a un túnel, su amigo frente a el guardo silencio unos momentos adentrándose en el túnel, parecía que un molesto Ban estaba por decir algo pero el anciano hombre bestia interrumpió.
-Ban y Selion están por cumplir 19 años, son mi orgullo, por otro lado Marie...ella...-Exclamo Zhivago quedándose en silencio sin decir palabra alguna.
-Merlin se fue, aunque no como imagino que se fue Marie- Sentenció Escanor con simpleza, a lo que el anciano lo miro con cierta sorpresa.
-¿Quien es Marie?¿Que hacemos aquí papá?-Pregunto con curiosidad Meliodas como un niño pequeño sacudiendo la capa de su padre.
-Todas las respuestas se responderan a su tiempo pequeño- Remarco Zhivago con simpleza, na vez más las piedras se movieron ante su presencia, y esta vez Meliodas observo más antorchas que la luz que emitía su padre, eran decenas de ellas alumbrando carpas formadas por cuero, pieles, madera, piedra y huesos con formas rectangulares, había una gran multitud de hombres bestia de todo tipo, zorros, osos, lobos y otros mamíferos del bosque.
-¡Wow!- Exclamo fascinado Meliodas ante tal visión, por otro lado Escanor observo el lugar mientras que la gente sorprendida iba con Zhivago, observando con temor y rabia a Escanor y Meliodas, el padre agarro por el hombro a su hijo para acercarlo, Meliodas miro un poco nervioso a esas personas que lo miraban de forma agresiva o temerosa, aunque algunas se apartaban al ver a Escanor cerca de él, sin embargo el padre noto algo más, la mayoría de los hombres bestia eran más jóvenes de lo que esperaba.
-¡Tribu mía! Hoy es un momento de celebración, después de años de ausencia yo y un viejo amigo nos hemos vuelto a reunir, Escanor el León del Orgullo junto con su hijo Meliodas, espero que ambos reciban una cálida bienvenida- Clamo el anciano hombre bestia, de repente el ambiente se había calmado, de repente niños estaban jugando con un extrañado Meliodas, mujeres y hombres bestia traían comida, bailaban, tocaban rústicos instrumentos o hablando con Zhivago y un casi mudo Escanor.
-Hey Ban-Saludo un hombre bestia joven con la apariencia de un zorro de vivo cabello marrón y jovial sonrisa, vestido como el zorro blanco que se sobresalto por el chico.
-Selion, no me des esos sustos- Clamo Ban apretándose el pecho tras el susto inicial, al principió Selion parecía consternado, apunto de preguntar algo a su medio hermano cuando se fijo en Escanor y Meliodas, por un lado solo podía ver la ancha espalda del hombre, pero el pequeño adolescente ya estaba frente a él.
-¡Hola! Soy Meliodas, nuestros padres son amigos ¿Así que por que no lo somos nosotros? Lamento mucho tu herida Bab- Saludo amablemente a ambos hermanos, por un lado Ban solo lo miro asintiendo pero sin estrechar la mano, pero para sorpresa de Meliodas y del zorro blanco, Selion había estrechado la mano del chico con una estirada sonrisa y ojos cerrados, una sonrisa demasiado estirada.
-Supongo que podríamos ser amigos- Señaló el zorro marrón con simpleza aunque con palabras lentas.
-¡Ban! Ve a revisar algunas trampas por favor para más comida en la reserva hijo, yo y Escanor tenemos que hablar- Sentenció Zhivago al zorro blanco desprevenido desde su espalda, su padre adoptivo estaba sentado en un tocón alrededor de una fogata con otros adultos, por otro lado a su derecha estaba Escanor comiendo aunque paso a susurrarle algo a Zhivago -¡Y llévate a Meliodas!- Clamo una vez más el líder.
-...¡Esta bien!- Gruñó con cierta molestia el zorro blanco, Meliodas solo lo observaba.
-Te voy a librar de un poco de ese peso, iré a por las trampas del sur, tu ve por las del norte- Sentenció Selion dandole unas palmadas en el hombro a Ban, este asintió y se fue.
-...Supongo que...nos vamos- Exclamo Ban con simpleza un poco de incomodidad, Meliodas por su parte asintió y siguió alegre.
-Hoy tú eres mi capitán- Sentenció con alegría Meliodas siguiendo por detrás al zorro blanco, una vez más al frío terreno que era el exterior.
Por otro lado Escanor y Zhivago estaban serios -...¿Dime, que les a pasado a ti y a los hombres bestia?-Pregunto Escanor sirviéndose un te que le dio una mujer bestia, Zhivago por su parte tosió cansado.
-...Todo a ido en de mal en peor desde que te fuiste Escanor, tú y Merlin eran la balanza contra los otros clanes, Liones y Danafor. El mundo esta más dividido que nunca, el norte para Liones y el sur para Danafor, reclaman cada vez más para superarse mutuamente, el rey Baltra a incumplido los tratados con los hombres bestia, nos quitan alimento y territorio...solo quedamos unos pocos...Marie fue asesinada por humanos. Ya no somos bienvenidos entre los humanos...creo que es por mi pecado- Señaló con dolor el líder de aquella tribu, por otro lado el hombre a su derecha escuchaba impasible.
-El rey Baltra nunca rompería un tratado, me acepto en su casa y nunca me miro como un monstruo, nunca fui perseguido por haber desertado- Señaló con seriedad Escanor, pero Zhivago nego.
-...El Rey Baltra nunca a aparecido desde que tú y Merlin se fueron. Pero además, ahora tu cabeza tiene la recompensa más alta en todos los reinos, prestigio, fama, gloria, dinero, mujeres, todo se promete por tu cabeza, tienes suerte de haberte encontrado con nosotros, nunca traicionaría a un amigo como tu- Clamo con honor aquel viejo hombre bestia, una pequeña sonrisa se formaba en el rostro de Escanor -Pero pasemos a otro tema, lo mencionaste brevemente antes...¿Por que buscas a Merlin ahora? Parece que has criado a tu hijo solo, parece un muchacho muy sano y bueno ¿Por que buscar a su madre tras 12 años de ausencia?- Pregunto Zhivago, a lo que Escanor le respondió.
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