Capítulo 4: Nuevos aires


Antes de si quiera reaccionar ante el nuevo visitante, Mirabelle se levantó de golpe y corrió hacia aquel desconocido.

- ¡Oohhh por fin!, ya era hora de que vinieras, tardón.

Ella se giró para referirse a mí y siguió hablando.

- Disculpa a mi querido amigo, aparte de ser un tardón, es muy callado, así que te lo presentaré yo misma: Nanami, este es Steven, nuestro mejor amigo de la infancia.

- Encantada Steven (¡wow! que efusividad, que alegría, que encantadora que soy, me van a dar el premio a la más chisposa de la zona)

Pareciendo que me estuviera leyendo la mente, Steven me sonrío y me dijo dulcemente:

- Tranquila Nanami, sé lo que es conocer gente nueva y sé que es difícil para gente tímida como nosotros. Piensa que esto es una oportunidad para ambos de quitarnos los miedos, ¿No crees?

Seguía sin poder decir nada, pero ante la mirada emocionada de Mirabelle, decidí asentir a Steven. En ese mismo instante en el que las paredes de casa parecían soterrarme, acerté a decir con mi torpeza usual:

- Bueno ha sido un gusto conoceros, pero me temo que estoy muy cansada y necesito dormir, así que buenas noches a todos.

Vislumbrando mi cara de acongoje social, mi madre me dijo:

- Buenas noches hija, descansa mucho y si me necesitas llámame.

- Encantado de nuevo Nanami.

- ¡Fue genial conocerte!, mañana por la mañana te recojo a las ocho para irnos juntas, no seas tardona como Steven.

Hubo un silencio momentáneo y justo cuando empecé a subir el primer peldaño de las escaleras, Steven habló:

- Buenas noches Nanami.

Le devolví la despedida con cara de asombro y empecé a subir a mi habitación.

Entonces cerré con pestillo y me derrumbé en la cama.

- Pero... ¿Qué hace justo ÉL aquí? ¿Qué pasa, que es un acosador, o un secuestrador? Esto no me gusta...

Sabía que no conseguía nada con ponerme nerviosa, ya que por la mañana Mirabelle vendría a recogerme; Cosa que no me apetece nada, pero no me veía con fuerzas de rechazarla ya que mi madre me lanzaba miradas inquisidoras y la cara de Mirabelle me miraba con alegría.

Decidí relajar los nervios y cerrar los ojos.

- Esta noche nada de leer, mi imaginación está demasiado activa hoy, y mi mente no está para muchos trotes.

Era viernes, por lo que el fin de semana estaba por llegar y eso significaba más tranquilidad y soledad para mí.

Bajé las escaleras rápido, ya que iba con el tiempo justo para desayunar. Eso me pasa por no dormirme antes, pero no había manera...

- Hola mamá, ¿Y mi hermana?

- ¡Ah! Yukiko va directa a la universidad, no pasa por aquí, se llevó su ropa.

Mi hermana jamás pasó una noche fuera de casa, era un tanto extraño, lo que me hizo sospechar que quizás mi hermana tenía novio y mi madre no quería decírmelo. Lo que era seguro es que cuando volviera a casa la cogería por banda y le preguntaría muchas, muchas cosas....

- Bueno, mientras vaya en buena compañía...

Mientras me terminaba las tostadas, el timbre de casa sonó. Miré mi reloj y justo dieron las ocho. Que puntual...

Una alegre Mirabelle entró a casa y saludó acaloradamente a mi madre como si se conocieran de siempre. Cuando me vio, la sonrisa se le hizo más amplia.

- ¡NANAMI!¡BUENOS DÍAS!, ¿Aun así?, venga no tardes que hay que coger sitio privilegiado en clase, no quiero quedarme atrás...

¡Oh, estupendo!, ella quiere ponerse delante, yo que quiero ser invisible.

- Ehmmm... verás Mirabelle... yo nunca me pongo delante, no me gusta ser el centro de atención, prefiero detrás.

- ¡OH! no seas tonta, aquí estoy yo para protegerte del mal.

Mientras se dirigía a mí adopto una posición heroica, como si sujetase una espada, cosa que me causó gracia.

- Bueno, está bien, pero el próximo día elijo yo el sitio.

La alegría desbordante de Mirabelle inundó la sala, y mi madre se alegró mucho de que hubiera alguien en el mundo dispuesta a hacerme salir de mi cueva blindada antipersona.

Recogí mis cosas y me despedí de mi madre. Jamás la vi así de contenta, estaba claro que cuando volviera de casa ella me haría muchas preguntas acerca de mi día.

Observando a Mirabelle enseguida supe que no tenía escapatoria, que ella me obligaría a salir de mi caparazón. No quería encariñarme con nadie porque así tendría el poder de hacerme daño y eso no lo quiero.

Adivinando mi expresión seria, Mirabelle me dijo:

.

Atónita, mire a la cara a una preocupada Mirabelle. Entonces, sin mediar palabra, me abrazó.

- Sé que te costará, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, y espero que algún día puedas confiar en mí -dijo con un tono dulce y aparentemente sincero.

Ante esas palabras, no pude decir nada, era como si aquella desconocida hubiera leído el libro de mi vida, como si mis barreras hubieran caído y se pudiera divisar mi interior.

Y como dice la canción: "hay momentos cuando todo el mundo duerme en que las preguntas se vuelven demasiado profundas".

https://youtu.be/ukKQw578Lm8


Porque justo en la noche, cuando duermo, es cuando realmente me siento a salvo, libre y feliz.

Nunca nadie me había hablado así, con dulzura y preocupación, de forma directa. Estaba atónita por los sucesos del día anterior y la forma en la que mis extraños y nuevos vecinos nos trataban a mi madre y a mí. Eran como si fueran viejos amigos que una vez se fueron pero que volvieron a su hogar.

Lo que era seguro, es que tendría que averiguar más sobre ellos, sobre todo de Steve, ya que era sospechoso que el día anterior me hubiera seguido a casa.

Con los nervios a flor de piel, sonreí a Mirabelle y decidí preguntar:

- Ehm... Mirabelle, me gustaría saber si vosotros sois de aquí o vinisteis de otro lugar- dije con enorme timidez e inseguridad.

Ante mi cara, Mirabelle se rió, divertida de mi forma de preguntar las cosas.

- Disculpa, pero eres adorable cuando te pones tímida y... ¿sabes? -me dijo acercándose a mi oído y bajando el tono -Creo que pegarías muy bien con Steve.

Ante aquella ocurrencia, casi me atraganto. No puedo estar más nerviosa y más insegura, no por dios...que no intente emparejarme con alguien, quiero estar sola, ¡Sola!

Como si yo fuera un libro abierto, Mirabelle me mira con interés y me coloca su mano en el hombro.

- Vamos Nanami, tranquila, no voy a emparejarte con nadie, solo que es una lástima que con lo parecidos que sois no estéis juntos; Harían una pareja preciosa- dijo con su habitual y contagiosa sonrisa.

Pero antes de contestar, Mirabelle sigue hablando:

- Verás, si te he dicho esto, no es solo por lo que te dije, es porque el pobre nunca ha tenido novia y es un buen chico ¿sabes? -su cara se puso más seria -No le comentes nada o se cerrará como una almeja y me odiará mucho porque te haya comentado esto.

Ante esta confesión, ambas nos reímos a carcajadas. Entonces sellamos el pacto solemne de no contar nada de nuestros chismes acerca de Steven a nadie y menos al propio Steven, por la salud mental y física de la pobre Mirabelle.

El transcurso del trayecto fue muy animado, la verdad es que apenas noté que iba sin escuchar música. Por primera vez, me sentía cómoda con alguien que no era mi madre, y eso me tranquilizaba. Era extraño, ya que era algo poco habitual en mí, pero no pude evitar pensar en lo que me dijo mi madre, y creo que tiene razón.

Ya es hora de cambiar de aires....

BUENOOOO CÓMO ESTÁN LAS COSAS!.... espero que os haya gustado, ¿a que Mirabelle es un encanto? y no os preocupéis, que la hermana de Nanami saldrá más en los próximos episodios y conoceremos su personalidad glacial y cínica...vaya tormenta se acerca.

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