1. Abrazo

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Los mellizos Kim eranbla adoración del reino del Oriente, a pesar de ser niños muy diferentes se habían ganado el corazón del pueblo con sus lindas travesuras, al ser la princesa idéntica a su hermanito menor solían confundirse entre ellos para hacer pasar un mal rato a sus cuidadores, nadie solía quejarse de ellos aunque cuando se molestaban armaban todo un escándalo del que nadie salía bien parado.

Las visitas de Príncipes de reinos vecinos habían disminuido considerablemente, pues solían asustarse un poco al conocer a la intolerante Seok Min y a su dulce hermano doncel Seok Jin, porque si algo tenía claro la princesa es que debía proteger a su hermanito menor y no dejar que nadie se le acercase, razón por la cual el.príncipe no tenía muchos amigos, excpetuando a Min Yoon Gi, el hijo de un Rey vecino que solía poner en su sitio a la princesa y pasar horas de horas junto al principe y su encantador primito Jimin (Seok Min había dejado de molestarlos al darse cuenta de las intenciones de Yoon Gi con Jimin) y aunque la chica trató de aplazar lo más que pudo el momento, no pudo evitar lloriquear mucho cuando ambos Príncipes fueron prometidos.

— ¿Seok Mi? — Jin observó como su hermana mayor se colocaba su ropa y su corona— ¿Por qué usas mi ropa?

— No saldrás de esta habitación— le advirtió de mala manera— Primeri debo conocer yo a tu prometido, no puedes irte con cualquiera

Jin asintió, le daba un poquito más de confianza que su hermana aprobase primero a su prometido y asintió acomodandose en su cama, se acurro y volvió a dormise mientras SeokMi tomaba su lugar al lado de su prometido, una risita se escapó de sus labios y se imagino el rostro de sus padres cuando supiesen su travesura.
Él no contó con que días después mientras paseaba por el jardín cantando y dando saltitos se topase con un chico muy enojado.

— ¿Uh?— murmuró mirando al moreno— ¿Quién es usted?

Namjoon observó al castaño confundido, se suponía que Seok Mi no podía salir de noche, sin embargo ahí estaba, frente a él con la más bonita sonrisa que le hubiese visto.

— Kim Namjoon— le dijo con algo de burla— Tu prometido...

— Oh.. — Jin rió bajito y negó— No soy Seok Mi, mi nombre es Seok Jin

— Entonces es cierto— comento observando mejor al Príncipe— Ustedes son idénticos

— ¿Es eso un cumplido?— preguntó con inocencia mirando al mayor— Usted suena algo enojado...

— Lo estoy —gruñi rodando los ojos— Tu tonta hermana armó todo un escándalo hoy y me arrojó un zapato

Jin rió bajito y observó el rostro del mayor, no era feo, seguro Seok Mi aún estaba enojada por ser obligada a casarse o quizás interrumpieron alguno de sus sueños de belleza.

— ¿Le lastimó?—

Las delicadas manos del menor se pasearon suavemente por el rostro del moreno buscando alguna herida, arrancó una parte de su túnica y limpió con ella la snagre que salía de una ceja del mayor, suspiró quedito y se aseguró de curar la herida antes de hablar.

— ¿Seok Jin?— pregunto el moreno después de acompañar al Príncipe a sus aposentos— ¿Crees que Seok Mi se enoje si te digo que eres hermoso?

— Se pondrá furiosa— suspiró jugando con sus dedos— No le gusta que los desconocidos se me acerquen

— Correre el riesgo— contestó abrazando al menor— Eres hermoso, Kim Seok Jin

El menor se sonrojo como un tomate y corrió a su habitación con el corazón agitado, los días siguientes fueron muy extraños, Seok Mi le prohibió verse con su prometido porque ella quería conocerlo mejor antes de aceptar que su hermanito menor se casaría con ese tonto Rey, siempre llegaba con la túnica desarreglada y con una enorme sonrisa, Jin trataba de mantener la calma pero estaba muy asustado de que su hermana tuviese ptro de sus maravillosos planes que siempre acababan en desastre.

Cuatro meses más tarde, Jin se dio cuenta de que iban caminando hacia el desastre, su hermana le confesó entre lágrimas que estaba embarazada del Rey Jaeh, prometido de Seok Jin, y que se amaban, no pudo negarse a apoyar a su hermana mayor en esa locura y el día de la boda, ambos cambiaron de lugar sin decirle a nadie sobre aquello, si alguien más se enteraba ambos acabarían asesinados o peor.

— ¿Estas seguro de que estarás bien, Jinnie?— preguntó Seok Mi horas después cuando estaban preparandose para marchar con sus respectivoa esposos— Puedo hablar con Jaeh para que hable con papá y mamá, no tienes que irte con Namjoon sino quieres

— Estaré bien— suspiró el chico haciendo un puchero— No te preocupes por mí

Jin reunio todo su coraje para marchase con Namjoon rumbo a su nuevo hogar, el moreno parecía despreciarle y le ordenó sentarse lo más lejos de él posible, al parecer no había olvidado que Seok Mi le habia reventado una ceja con un zapato.
Solo había un pequeño error en todo wl plan de los mellizos Kim, ninguno de los dos había tomado en cuenta la famosa noche de bodas.

— Su alteza— le dijo una doncella— Tienes que prepararse para su encuentro con el rey

Mordiendose las uñas fue a la habitación del moreno dispuesto a confesar su crimen, tocó suavecito la puerta y se coló en la habitación observando a Namjoon leer tranquilo.

— ¿A que has venido? —gruño de mal humor— ¿Vas a lanzarme otro zapato? ¿Acaso no sabes que no tenemos que vernos hasta la noche?

Jin tembló, el moreno que él había conocido nunca le había tratado mal, se dejó caer de rodillas e hizo una reverencia suplicando perdón.

— ¿Seok?— preguntó confuso agachandose a su altura— ¿Sucede algo?

— Seok Jin— sollozo mirando al moreno— Soy Seok Jin

Y Namjoon sonrió encantado porque en el fondo lo sabía, Jin era ub poco más timido que su hermana y le había obedecido sn rechistar cuando lo más probable era que Seok Mi hubiese protestado ante todas sus órdenes, acarició el rostro del príncipe y besó au frente sonriendo.

— Son unos mellizos muy traviesos ¿Verdad?— Jin fue acunado en los brazos del mayor— Tendremos que decirle a mis padres, mi príncipe

Jin mordió sus labios y correspondió el abrazo sentándose a horcajadas sobre su nuevo esposo, sus mejillas sonrojados delataron sus nada inocentes intenciones, él no quería regresar a casa con sus padres.

— Ellos no lo saben, Namjoon hyung— murmuró pestañeando adorablemente— Y yo tambien puedo darle un heredero, solo tiene que elegir quedarse conmigo...

Jin guió las manos de Namjoon hacia debajo de su ropa, la piel suave de Jin sedujo al moreno que solo sonrió complacido, no tenía que recibir esa propuesta dos veces, el haría lo que sea necesario para mantener al bonito príncipe a su lado.

— ¿Entonces estas interesado en darme un heredero?— murmuró desnudando al menor sin romper el abrazo— ¿Estás seguro?

— ¿Solo uno?  — Jin mordió sus labios indeciso— Pensé que hyung quería al menos media docena...

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