¿Estás bien, Jimin?

N/A: Recuerdan la recaída en Gatito? Esto va a ser 2.0... Tomen pañuelos.

Todos se reunieron para darle el apoyo que necesitaba Jimin.

— Yo creo que así eres hermosa, pero si necesitas el remplazo hormonal estaré para ti – había dicho Hoseok.

Todos concordaron con él, Jimin era incapaz de ver todo lo que había cambiado con su cabello largo y su vestimenta.

Fue entonces que aquella pregunta salió.

— ¿Qué hay de tus padres, Minnie? – dijo Jin.

Ella solo hizo una mueca y dirigió su vista a sus zapatos.

— Dejaron de contestarme desde que supieron... – confesó, no les había dicho aquello a los chicos — Bloquearon mi número después de hacerme saber que los había decepcionado...

— ¿Y si intentas ir a casa para intentar hablar? Quiero decir... Sé que es importante para ti tu familia – dijo Tae.

Jimin asintió, no perdía nada con intentar.

Así que al día siguiente decidió ir a su casa, quería hablar con sus padres al respecto. No le importaba que le gritaran, solo quería que intentaran comunicarse y comprender un poco.

Pero solo se encontró con impedimentos... Había tocado la puerta y nadie le abrió.

Volvió a tocar. Nada.

— ¡Mamá! ¡Papá! – gritó pero nadie le contestó.

No supo en qué momento el día se había acabado... Estaba oscuro, sus nudillos lastimados de tanto tocar y le dolía un poquito la garganta.

El interfon se abrió solo para escuchar la voz de su madre:

— Vete Jimin.

Con eso dió por terminado todo... Regresó a Seúl aunque fuera tarde, llegó en la madrugada y se dirigió a un bar.

Sentía demasiada hambre y sed... Fue así que se dió el atracón de su vida y una gran borrachera.

Así regresó con los chicos a las 4am, ni siquiera supo cómo es que regresó solo se encontró frente a la puerta. Intentaba abrir sin mucho éxito.

Golpeó la puerta con fuerza.

— ¡Oy! ¡Abranme! ¿O ustedes tampoco me dejarán entrar? – dijo riendo.

Se recargó en la puerta y casi se fue de boca cuando Jin abrió.

— ¡Mierda! No tenías que tirarme – dijo Jimin riendo aún más.

Se tambaleó entrando a la casa, el regaño de Jin estaba de fondo pero la verdad era que no comprendía nada.

Casi tropezó por el camino chocando con Namjoon.

— ¿Jimin? ¿Estás bien? – le preguntó.

— Creo... Que... – comenzó a contestar pero todo lo que salió de su boca fue vómito.

— Creo que eso es un no... – dijo simplemente Namjoon deshaciéndose de su playera manchada.

— No me siento... Bien... Voy a vomitar de nuevo... – avisó ahora.

Nam la guió hasta el baño donde depositó más contenido de su estomago.  Una vez que paraba a descansar sentía la necesidad de volver a vomitar.

— Vamos... Tranquila, Jimin – decía Nam sobando su espalda.

No sabía en que momento ella había comenzado a llorar.

Parecía que finalmente ya se había detenido pero ella se volvió a sentar y metió sus dedos a la boca.

Toció en seco.

— Ya, Jimin... Te vas a lastimar.

Pero ella no le hizo caso, volvió a hacerlo.

Nam la tomó de los brazos para detenerla.

— ¡Déjame! ¡No he terminado! – gritó ella.

Pero Nam la sostuvo intentando abrazarla.

— ¡No! ¡Que me dejes! – volvió a gritar.

Comenzó a manotear y golpearse a sí misma. Nam redirigió los golpes hacía él, prefería que lo golpeara a que se lastimara.

Jimin había comenzado a simplemente gritar. Gritaba lo más fuerte que podía  mientras lloraba.

— ¡Me odian tanto como yo me odio a mí misma! – gritó de repente antes de volver gritar por gritar.

Sentía que merecía aquel dolor de estomago y garganta. Preferiría si su vida simplemente terminaba ese día.

—  Vamos, mi amor... Deja de gritar así... Te... Te vas a lastimar – le dijo Nam con la voz rota.

Le dolía tanto ver así a Jimin.

— Me quiero morir, Nam... – admitió llorando.

— Todo estará bien... No ahorita pero lo estará después – le prometió.

Finalmente Jimin se dejó abrazar,  Nam la había acomodado en su regazo y la mecía un poco con tranquilidad.

Le dolía tanto que también estaba llorando solo porque no podía ayudarla.

De repente se quedó dormida, finalmente dos horas después su cuerpo pareció apagarse.

— Jin – llamó el líder sabiendo que el mayor se encontraba en la puerta.

Aquel chico abrió y traía los ojos igual de rojos que Nam.

— Cargala un momento... Se me entumieron las piernas... – admitió.

La tomó con cuidado.

— No sé si se durmió o terminó desmayandose... Pero lo agradezco... – dijo Jin haciéndole mimos en la espalda.

— Yo tampoco... – confesó el líder mientras extendía sus piernas y comenzaba a pararse lentamente para ver si no se caía.

Juntos la llevaron al cuarto y la cambiaron.

— Será mejor intentar tenerla en su Little Space... – había propuesto Jin.

Nam estuvo de acuerdo, así que le pusieron pañalitos y un mameluco de conejito, le dieron su peluche favorito del momento y se sintieron más tranquilos al ver que lo abrazaba.

— Deberías meterte a bañar... yo la cuidaré mientras – dijo el mayor.

Namjoon asintió. Se bañó rápidamente y al salir se encontró con todos en el pasillo.

Hoseok abrazaba a Tae, mientras Yoon abrazaba a Kook.

— Regresen a dormir... No iremos hoy a la compañía... Ella está en lo que cabe bien, pero necesitaran su energía para cuidarla y mimarla mucho – les dijo.

— Lo siento... Fui yo quien le dio la idea... – dijo Tae, de todos él parecía el que más había llorado.

— No fue tu culpa, Tae... De ninguno de nosotros... No te sientas mal, mejor ve y descansa para poder estar ahí para ella ¿sí?

Tae solo asintió.

Cuando entró al cuarto mandó a Jin al suyo.

— Tae te necesita hoy – dijo ante la protesta del mayor.

Fue así que se quedó con Minnie.

Ahora se veía muy en paz y eso lo tranquilizaba...

Había llevado su manita a la boca, succionaba tranquilamente.

Le dio un beso en la frente y se quedó dormido.

Esperaba que al rato ella siguiera tan tranquila como ahora.

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Gracias por escribirme, mandenme mensaje sin pena les quiero

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