Disculpa
Kook había sido llevado junto con Mimi a comprar cosas que le faltaban siendo pequeñito, había ido en compañía de Tae y Hobi porque seguían teniendo un gran problema.
Nam no quiera dejar entrar a nadie ni hablar, pero podían orise los pequeños sollozos del bebé. A veces paraba pero pronto volvía a comenzar.
— Vamos, amor... Déjame entrar – volvió a pedir Jin.
Nam no quería pero... Se sentía un poco solito... Demasiado solito y pequeño... Y necesitaba a alguien aunque no se lo merecía...
Abrió la puerta con algo de duda y dejó a Jin pasar.
Recibió un abrazo de inmediato.
— ¿Puedes decirme que pasa, cariño? – pidió Jin.
— Yoonie... Ahora tiene a Kookie... ¿Ya no quiere a Namie...? – preguntó finalmente.
— ¿Oh? ¿Te preocupa que ya no te quiera Yoon? Pero puede tener a los dos, puede cuidarlo a ambos. No creo que deje de quererte – dijo Jin dándole pequeñas caricias a Nam.
— ¿Y sí ya no quiere Namie...? – insistió el pequeño.
— ¿Por qué no le preguntamos? ¿Te parece?
Nam asintió con la cabeza y Jin lo cargó para llevarlo con Yoongi.
Aquel chico se paró de inmediato al ver a Nam y pidió a Jin cargarlo.
El pequeño de inmediato se colgó de Yoongi en un abrazo.
— Namie... – fue lo único que le dijo limpiando sus lágrimas.
— ¿Yoonie... Ya no quiere a Namie poque tiene a Kookie? – preguntó finalmente el pequeño con nuevas lágrimas en los ojos.
— ¿Oh? ¿Por qué sería así...? – preguntó de vuelta confundiendo al pequeño — Pongamoslo así... Tú amas mucho a Mimi, ¿cierto? Pero... Eso no significa que no me quieras a mí, ¿o sí?
Nam negó con la cabeza.
— ¡Tabien amo muchito a Yoonie! – afirmó.
— Así es para mí con ustedes dos... Amo mucho a Kookie, pero no significa que deba dejar de amar a Namie. Estaré muy feliz de poder cuidarlos a ambos – dijo Yoongi dándole un beso en la mejilla al pequeño.
— ¿Kookie... Mi hemanito? – preguntó después Nam con curiosidad.
— Así es, Kookie es como tu hermanito.
Namie hizo un puchero, no sabía cómo tener un hermanito...
¡Y peor aún! Se dio cuenta que debía de disculparse.
— Namie debe... Decir perdón a Kookie y oh... No... Hice llorar a Mimi – dijo en cuanto se dio cuenta de cómo se había estado comportando.
— Pero podemos hacer algo para los dos – aseguró Jin.
— ¡Puedo ser pruncepe pada Mimi! – gritó Nam porque amaba su idea — Peo... ¿Qué gusta Kookie?
Para Nam Kook solo era un bebé al que le gustaba llorar, gritar y estar con Yoon... ¿Qué podía hacer para él?
— Bueno... Kookie ama dibujar pero también le gusta mucho que le regalen dibujitos – dijo Yoongi recordando alguna pequeña plática que tuvo con el maknae.
— Namie no sabe dibuja... – dijo haciendo una mueca.
— Cariño, tus dibujitos son hermosos. Estoy seguro que le gustará a Kookie – le dijo Jin haciéndole una caricia en la mejilla.
Así fue como el pequeño comenzó a prepararse, Jin lo ayudó a cambiarse para Mimi y mientras lo peinaba y maquillaba un poquito comenzó su dibujito para Kookie.
¡Seguramente a Kookie le gustaban también los dinosaurios!
Hizo lo mejor que pudo, se esforzó para que Kookie lo perdonara. Esperaba que así fuera...
Cuando escuchó que la puerta se abría su corazoncito fue aún más rápido, estaba nervioso... Nunca había cometido tantos errores en un solo día y no sabía cómo solucionar todo...
Le pidió a Jin que le ayudara con una bonita introducción para poder ir con Mimi.
— Pequeña ahora necesito que te pongas aquí en el final de las escaleritas – dijo Jin haciendo que Mimi estuviera con más emoción porque no sabía qué iba a pasar.
Jin se aclaró la garganta para que Nam supiera que ya iba a empezar a presentarlo.
— Princesa Mimi... Quisiera yo presentarle al príncipe Namie – anunció.
Nam bajó entonces por las escaleras con mucho cuidado, iba vestido en un traje blanco peinado con un poquito de gel para que no se despeinara, unos zapatos blancos también, iba viendo donde pisaba para que no fuera a caerse.
Una vez que llegó frente a Mimi hizo una reverencia.
— ¿Podrías princesa disculpar a Namie porque fue malito cuando no debía...? – dijo el pequeño.
Mimi estaba demasiado sonrojada con aquello, no sabía que decir porque su corazoncito iba muy rápido.
— Solo... ¡Si Namie es mi príncipe siempe! – pidió sonriendo.
Namie abrazó a Mimi y le dio un besito en la mejilla.
— Te amo mucho, Mimi – declaró.
Definitivamente el día de Mimi había mejorado al 100% y estaba muy feliz.
Nam después se acercó a Kookie con mucha pena...
— Kookie... Namie fue malo contigo... Perdón... – dijo dándole su dibujito.
El pequeño tomó el dibujo con pena y lo vió. Toda molestia se le esfumó, ¡Era un dinosaurio!
Brincó varias veces en su lugar y luego abrazó a Nam.
— ¡Te quiwdooooo!
Nam suspiró, si había podido arreglar todo lo que había hecho mal.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top