Mimi había despertado sintiéndose chiquita y extrañamente Nam no se sentía con la necesidad de ser pequeño, por eso había decidido cuidarla.

— Namie... Tengo ganas de galletas rositas – dijo ella con un puchero.

Nam sonrió porque sabía que se refería a galletas de fresa.

— ¿Rellenitas? – preguntó él tomando sus llaves y dinero para salir.

— ¡Si! ¡Rellenitas! – dijo emocionada.

— De acuerdo, iré a comprarlas ¿si?  Sé buena niña y quedate con Jin en lo que voy – le pidió para luego darle un beso en la mejilla.

Nam también pensaba en comprar un ramen para su antojo así que era bueno ir a la tienda de conveniencia.

Llegó sin problema alguno, amaba que ARMY respetara su privacidad.

Eligió algunas cosas también para los chicos y se dispuso a pagar.

Fue camino de regreso que escuchó aquella voz.

— Oy, Namjoon-ah

Fue todo lo que escuchó pero podría reconocer aquella voz sin problema alguno, ni siquiera tenía que voltear a ver al idiota...

Siguió caminando como si nada, no quería hablar con él.

— Vamos, Namjoon... Solo quiero hablar – le pidió.

Decidió darse la vuelta para verlo.

— Creí que la última vez dejé en claro que no quería hablar contigo nunca más – contestó sin dejar de caminar para atrás.

— Estoy consiente que lo arruiné todo, pero quiero hablar contigo para quedar en buenos términos – volvió a pedir el chico.

— Yo no tengo nada de qué hablar contigo – declaró Nam y volvió a darse la vuelta para continuar su camino.

— Es por Jimin, ¿cierto?

Aquello definitivamente hizo que Namjoon dejara de caminar.

— Es una foto linda de ustedes... – comentó después.

Aún así el líder no volteó, no quería que viera que aquello podía afectarle.

— Habla conmigo... Y no la haré pública.

Suspiró. Tal vez... aquello hubiera funcionado con su anterior Yo, pero había cambiado demasiado. Aparte, sabía que tendrían el apoyo de Bang PD y los demás chicos...

Debía arriesgarse. Continuó caminando.

Al no escuchar que lo seguían llamó de inmediato a Bang PD.

— Se trata de la foto, ¿cierto? – contestó aquel hombre.

— Mi ex intentó chantajearme con la foto para hablar con él – explicó de inmediato.

— Podemos tomar acciones legales sobre eso pero no puedo hacer nada al respecto de la foto... Está por todos lados, aunque debo admitir que es una foto muy linda de ustedes – contestó Bang Shihyuk.

Nam intentó no tomar importancia sobre aquel comentario.

— ¿Qué sería lo mejor ahora, hyung? – preguntó Nam.

— Es... Imposible negar su relación, lo mejor será conseguir una entrevista para confirmarla.

— Ella... Va a mtarme – dijo el líder con preocupación.

— Dudo mucho que Jimin se enoje contigo – contestó Bang PD.

— ¿Cómo... ? – comenzó a preguntar pero fue interrumpido por aquel hombre.

— Sé todo de mis idols, Namjoon. No debería de sorprenderte después de tantos años.

Aquello era cierto pero aún le sorprendía... ¿Sabría...? Obviamente sabía, todos los grupos se paseaban con sus Little con algún chupete o juguetito por la compañía.

— De acuerdo... Haremos la entrevista... – accedió Nam antes de colgar.

Llegó a la casa. No quería ni entrar... La vida le había dado una vuelta de 180° en menos de una hora.

Las cosas cambian.

La gente cambia.

Todo cambia.

Entró para ser recibido con un abrazo de Jimin.

— Estaba preocupada... Jugaba en mi cel cuando empezó a sonar como loco... Vi la foto y solo quería que llegaras a casa – le explicó.

Nam la abrazo de vuelta con fuerza.

— Lo siento... Fue mi culpa que esto pasara... – dijo intentando no llorar.

Jimin lo volteó a ver a los ojos.

— No estoy enojada contigo – declaró ella.

— Pero... Pude haberlo evitado...

Jimin lo calló con un beso.

— No me importa que haya pasado y tampoco me molesta que todos sepan que eres mi novio. Me importa que estés bien – volvió a aclararle.

Nam volvió a abrazarla dejando que las lagrimas salieran finalmente.

— Te amo...

— Yo también, aparte... Es una foto muy linda – comentó ella.

— No la he visto... – dijo entre riendo y llorando.

Jimin se la enseñó. Estaban abrazados dándose un tierno beso.

— Te dije que era peligroso besarnos... – bromeó haciéndola reír — Pero sí... Está linda.

Tal vez a veces las cosas cambiaban para mejor.