=Palabras hirientes.=

"Las verdades no siempre son buenas..."


En el capítulo anterior;

—Q-que.....?— preguntó Nami con sus ojos en forma de plato.

Narra Autora:

Estaba acostada en una camilla, abrió los ojos con pesadez y poco a poco se le fueron viniendo recuerdos de la noche anterior. Era horrible. Un dolor punzante hizo que se estremeciera un poco, tenía su estómago hecho trizas. Tocó ligeramente éste y miró a su alrededor. No se encontraba nadie. Absolutamente nadie. Se levantó débilmente de dónde se encontraba y se dirigió a su teléfono. Tenía un mensaje de Robin. ¿Debía contestar o no? Pues sí. Es más, le llamó.

—Vamos, vamos....— dijo impacientemente al ver que la pelinegra aún no contestaba.

—Oh, vaya. Que bueno que llames— dijo a través del celular.

—Si. ¿Has encontrado algo?— preguntó sonando arrogante.

—Por ahora no, pero verás que encontraré algo. No dejaré que arresten a Sanji-san por una cosa tan injusta.

—Ohh, ¿que hacemos entonces?

—Esperar. ¿Puedes reunirte conmigo?

—Emm, si— miró donde tenía su herida —Creo que si.

—¿Segura? No quiero exponerte a ningún peligro.

—Si. Entonces, 2.

—Ok, bye.

—Bye— finalizó la llamada.

2 significaba el nuevo celular que Vivi se compró.

¿Porque?

El padre de Vivi estaba más que preocupado por ella, así que, además de reforzar la seguridad en el palacio, decidió hackear los teléfonos.

¿Razón?

Para escuchar las conversaciones que su hija llevaba a cabo. Entonces...si Robin y ella planeaban algo el sabría inmediatamente lo que harían ¿cómo llevarían a cabo su intento de rescatar a Sanji de las rejas de la "justicia"? Pues fácil. Robin le daría a escondidas un nuevo teléfono, ella lo escondería de todos y así tenían una conversación más segura.

La llamó, tardó unos segundos en contestar pero lo hizo.

—Ok, ¿en donde nos encontramos?

—Mmm, en el parque. ¿Y para que me quieres ver allá?— preguntó la chica curiosa.

—Luffy y Nami se enteraron de lo ocurrido, quieren respuestas a su pregunta. ¿y quién mejor que la que estuvo en el incidente?

—Hmmm...— gruñó algo triste. El momento que vivió aquella noche nunca se le olvidaría.

—Gomenasai, sé que ahorita tienes asuntos más importantes como recuperarte. Pero yo estoy ocupada, estoy intentando de conseguir algo ¿puedes ir hacia allí?— volvió a preguntar.

—Si, claro, te entiendo. Emm, ¿para cuando más o menos debo ir?

—Nami! Luffy! Tranquilizence! Sé que esto es muy duro para ustedes pero...— se escucharon ruidos muy sonoros.

Vivi colgó entendiendo la gravedad de la situación en la que estaba, era obvio que actuarán así en un momento como este. En el que uno de sus nakamas es arrestado injustamente por la ley. Salió corriendo al armario que tenía, vistió un traje simple de color amarillo con unas sandalias elegantes negras. Ni muy feo, ni muy bonito, simplemente prefecto para la ocasión. Se fue, y al cruzar la puerta, chocó accidentalmente con su padre, que iba a visitarla.

—Hija, ¿a donde vas?— le miró preocupado.

—Voy al centro comercial a comprar ropa.

—Pero no estas en condiciones de ir!

—Papá, yo voy con una amiga, estaré bien.

—No puedo permitir que vayas, y menos como estas ahora. ¡Guardias! Regresenla a su habitación.

—Papá, por favor, que me acompañe uno de ellos, pero dejáme ir— hizo un puchero y puso cara de garito triste— pleasssssssssssssse!— le suplicó.

—...............¡Ah! Esta bien.

—Yey!— brincó de alegría.

—Pero sabes que los guardias no se despejarán de ti, ¿ok?

—Hai, father!— besó su mejilla —Adiós!

—Adiós, que la pases...— no terminó ya que su hija había desaparecido con una rapidez insuperable.

Salió y tras dar unos pasos fuera de su casa, se giró hacia sus guardaespaldas seriamente.

—Tomen...— les dió 5,000 berries a cada uno. —Los otros cinco mil se los daré cuando arranquen a huir y vuelvan conmigo a las seis de la noche.

Ellos aceptaron su propuesta y se perdieron en el inmenso mundo, ella por su parte se dirigió a donde se suponía que se encontraban sus nakamas, y sí. Hay estaban.

Se asustó un poco al verlos, su amiga Nami, una chica que en estos momentos estaría derrumbada llorando, estaba como. Y Luffy, un chico que comúnmente reía de cada gesto innecesario estaba mirando el suelo con la mirada caída. Los dos la miraron dándole una sensación de culpabilidad.

Narra Vivi:

—Vivi!— corrió hacia ella— ¿Cómo estas? Me dijeron que estabas mal— dijo con un ligero tono de preocupación.

—Ah, si. Recuperándome..

—¡Que bueno!......¿comemos algo al centro comercial?

—Em, si, ¿porque no?— sonreí forzadamente, no me sentía muy bien que digamos.

Fuimos al centro comercial, todo era muy lindo, pero no tenía ánimos. Nami, al contrario de mi y de Luffy, estaba muy entusiasmada. Luego de varias horas, con "varias" me refiero sólo a dos, nos compramos unas batidas y nos sentamos en una mesa que tenía una sombrilla arriba, pues estábamos afuera.

—Vivi, ahora nos dirás qué pasó con Sanji— dijo Luffy demasiado serio.

—Supongo, a eso me buscaron, ¿no?

—Luffy, tú quedate a escuchar a Vivi, yo me iré— dejo unos 4 berries en la mesa.—Paguen mi malteada, no quiero escuchar nada sobre Sanji—  Nami se fue sin dejar articular alguna palabra.

—....Bueno, pues...¿me vas a decir?

—..........Hai.

Narra Robin:

Estaba infiltrada en la mansión de Vivi, derroté a unos guardias que habían en la azotea donde ocurrió el incidente e intentaba encontrar y resolver algún acertijo o pista. Daba vueltas alrededor y buscaba por todos lados.

—Vamos...tengo que encontrar algo— me apresuré a mi misma.

Nose porqué pero sentía que era mi deber encontrar al culpable, como si yo fuera la fuente principal de todo el problema, aunque no era así.

—Ok, ok, reorganiza y haz uso de tu mente. Según la testigo; que es Vivi, ella vivió toda la escena, aunque no se acuerda de pequeños detalles gracias al alcohol. Pero antes de eso, el cómplice; Roronoa Zoro, que fue el último quién los vio ante la tragedia, fue el que le ofreció Sake a Vivi y causó la emborrachera de ella, pero....— vi una cosa extraña metida entre los arbusto— ¿Qué es eso?— me dirigí al lugar donde se encontraba dicha cosa y era una marca. Esa marca se me hacia que podía ser una pista. Cogí mi móvil y la fotografíe.—Qué raro...

Luego de minutos investigando, decidí salir. Iría a la biblioteca, y buscaría algo relacionado a lo que vi. Y sin más me dirigí a la escuela, con el permiso del director, él me había dado anteriormente las llaves de la Escuela. Podía ir si quería, porque podía. Debía encontrar tal significado y lo más pronto posible.

Narra Zoro:

Daba vueltas. Estaba más que ansioso. Conozco a Sanji, puede que hiera a alguien, ¿pero hasta el punto de matarlo? No. No estaba preocupado. Para nada. Solo sorprendido del acto que supuestamente cometió. Llamé a Robin, necesitaba respuestas.

Brr...brrrr...brrr.

—¿Quién llama?— preguntó ella amable pero confundida.

—Soy Zoro, le pedí a Nami tu numero.— respondí cortante.

—Ohh, entonces, ¿para qué me llamaste? ¿de qué te sirvo?

—Necesito saber si encontraste algo, una pista o al culpable, ¡qué se yo! Algo.

—No sé si decírtelo aún...y menos en teléfono— suspiró —Mmm....¡tengo una idea! Me estoy dirigiendo a la biblioteca de la escuela. Ve allí, te contaré lo que encontré.

—Espero que sirva, hasta pronto.

—Hasta pronto...

Colgué y fui hacia allá.

[•••]

—¿Tienes las llaves de la escuela?— cuestioné extrañado.

—El director me las dio, para poder entrar a la biblioteca.

—¿Y tú no checarías los exámenes en la oficina ni nada?— sonreí ante tal la idea, ella me miró mientras abría la cerradura de la biblioteca.

—Por eso el director no le da las llaves de la escuela a cualquiera— sonrió de costado y entró junto conmigo.

—¿Estás diciendo que soy un cualquiera?— me acerqué un poco, ella se giró dejando solo unos centímetros de distancia.

—¿Acaso lo dije?— preguntó desafiante.

—Lo insinuaste.

—Lo siento si te sentiste identificado con mis palabras— se alejó de mí llendo a uno de los estantes y sacando libros de éstos.

—Jajajaja...¿Qué haces?— pregunté.

—Encontré esto— me entregó su celular con una foto, la examiné con el ceño fruncido.—Por eso busco alguna fuente, algún guía, para saber su significado...¿y qué mejor que los libros?

—¡¿Pero tantos?!— dije al ver que colocó en una mesa varios libros, unos más delgados que otros, pero aún así eran muy gigantes.

—Tranquilo, los leeré yo. No tienes que hacer nada, si quieres, puedes marcharte. Ve a descansar. Yo me quedaré aquí hasta tarde, me amaneceré.

—Pero no tienes tu ropa, ni comida aquí.— ignoré el hecho de que me hizo venir aquí para luego botarme como mierda.

—Eso crees— cogió mi mano y me guió hasta su oficina, en ella traía una cama improvisada, un armario pequeño y un ordenador, el cuál estaba al lado de una lámpara y estaba agachado de un escritorio.—¿Tienes una habitación?

—Algo así, ¿ves? Estaré bien aquí, puedes irte.

—¿Me estás botando?— ella río y con su Akuma No Mi trajo los libros pasándolos mano por mano y dejándolos en la mesa.

—No, solo digo. Pero si te quieres quedar, bienvenido seas!— dijo con una sonrisa, le correspondí de igual manera, me acosté en un pequeño sofá.

—¡Okey, pasa los libros!— dije ya acomodado en el sillón.

—No, Zoro-kun, no tienes por qué hacerlo. Esto no es problema para mí.— empezó a recoger su cama, por lo visto, creo que intentaba evita mi mirada. ¿Por qué? Ni idea.

—Pues hablaré, ¿te parece bien?— pregunté volteando mi mirada a su culo, se encontraba a espaldas de mí, así que era una gran ventaja.

—¿Qué haces?— se volteó a verme, me tensé un poco.

—¿De qué? Nada. Acostado en el sofá.

—Te estoy mirando. — cuando miré arriba un ojo estaba colocado en la palma de su mano y el brazo estaba pegado a la pared.—Hentai.

—Siempre.— respondí con una sonrisa arrogante, ella sonrió igual.

—Y sí, puedes hablar. De igual forma no me desconcentraré. — se sentó en el escritorio y abrió un libro.

—Okey, pregunta...¿Te interesa el chico nuevo, Trafalgar Law?— pregunté casi al instante, ni idea de por qué surgió esa pregunta.

—Pues, sí, me interesa. Se nota que es un chico bastante respetuoso y responsable.— sonrió, fruncí el ceño, una extraña ira se apoderaba de mi.

—Ahh, ¿Y tú le gustas?

—Ni idea. Pero no creo, nos conocemos de hace poco.

—Oh, ¿Y cómo se conocen de hace poco tienen que darse mutuamente sus números de teléfono y saber dónde vive cada uno?

—¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio o una charla?

—Una charla. Se nota que el tema del chico ese te cae pésimo.

—No, no es eso Zoro-san. Lo estás malinterpretando.

—¿No? ¿Y qué es? ¿Te gusta?— me levanté del asiento y me acerque a ella.

—Zoro-kun, por favor, detente.

—¡Sólo contesta!— estaba comenzando alzar el tono de voz.—¡Dime, ¿Te gusta?!— pregunté nuevamente. Ella se alzó y retrocedió al verme avanzar.

—No quiero seguir con esto, basta.

—¡¡Dime!!— coloqué una mano al lado de su cabeza y Robin chocó contra la pared. —¿Te gusta...?

—No intentes fingir que te importo, porque duele. Sólo soy la mejor amiga de tu hermana y tú el hermano de mi mejor amiga.

Abrí los ojos sorprendido, tenia tantas dudas en mi mente, tantas cosas que invadían mis pensamientos, que no me di cuenta cuando la había besado. Ambos movíamos los labios con lentitud, haciendo de éste un beso apasionado. Robin alejó un poco sus labios de los míos y habló.

—Dime que no te arrepentirás de lo que vas a hacer.— dijo con la respiración agitada. Coloqué mi mano en su cintura y la apegue más hacia mí.

—No, tú sólo sígueme la corriente...mujer.— la volví a besar pero esta vez con más brusquedad, Robin colocó sus brazos alrededor de mi cuello y correspondió el beso de igual manera.

Comenzó acariciar mi cabello, nunca pensé que fuera a desear algo tan locamente, y menos pensé que fuera una chica. Ya. Ya no hay dudas. Amo a Robin. Amo sus besos, su pelo, su inteligencia, su cuerpo muy bien formado, sus dientes. TODO. Y no lo voy a seguir negando más, llevo tiempo intentando sacarla de mi mente y no puedo. Simplemente, no puedo. La amo y NO la voy a dejar ir.

Besé su cuello y con un dedo hice círculos en su cintura, olía el rico olor a flores que tenía.

—Z-Zoro-kun, nos van a ver. Y t-tengo que seguir con el trabajo.— respondió jadeando, yo no paraba.

—No te hagas la fuerte, Robin, sé que quieres esto tanto como yo.— iba a volverla a besar cuando alguien abrió la puerta de la biblioteca fuertemente. Ella me separó de un empujón y solté un gruñido.—Joder.

—Bibliotecaria-san, ¿acaso usted entró?— dijo desde afuera, la nombrada asintió.—Ah, me había asustado, lo siento por interrumpir su lectura.— Robin se sonrojó levemente, yo sonreí entendiendo lo que pensaba.

El Director se fue. Miré a Robin que, no sé cuando ni cómo, apareció en el escritorio.

—Mejor sigamos hablando. Discutiremos lo que pasó otro día.— volvió su mirada al libro.

—¡T-Tengo que ir al baño! Vuelvo en unos minutos.








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ಠ_ಠ

Okey, lamento ir tan rápido pero quiero terminar ya y me falta mucho para llegar al final (͡° ͜ʖ ͡°). Sé que dije que el 1 de febrero actualizaría pero ya ustedes saben ╮(─▽─)╭....la ESCUELA. Me tardaré mucho en actualizar pero espero que no se me vayan (╯︵╰,) y que comprendan mi situación.

Porque no comprendo cómo xGataLadronax entre otras escritoras tienen como 1, 982, 469, 605 libros y no se estresan ಠ_ಠ (o eso creo\(〇_o)/).

Pero bueeeno, deben estar acostumbradas/os! ╮(╯▽╰)╭

Sin más que decir...

¡Sayonara's🐥!

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