Capítulo 51: Contar la verdad para seguir viva.

Después de ver el cartel que indica el camino hacia la guarida "secreta" de la Sociedad de Cazarrecompensas, todo resulta mucho más fácil. Vamos, que después de ese cartel encuentran otro y otro hasta llegar a la puerta del lugar en cuestión.

Sota de Copas: Pues al final ha sido pan comido.

Sota de Oros: Pues sí.

Nadie se lo esperaba, pero encontrar la guarida secreta de una asociación clandestina que llevaba décadas operando de manera ilegal había sido demasiado sencillo. Se nota que lo que querían era que Sota de Espadas los encontrase, aunque, a decir verdad, aquellos carteles tenían pinta de estar puestos allí de forma permanente, como si de una atracción turística se tratase.

Caballo de Copas: No sé, a mí esto me parece muy raro.

Nadie dice nada. Sí, todo aquello parecía muy raro, pero había que entrar. Si querían salvar a Caballo de Espadas tenían que arriesgarse.

Sota de Copas: En fin, abramos la puerta...

Se prepara para lanzar un hechizo, pero entonces, Caballo de Copas se acerca y la abre con sus propias manos. Sin hacer ningún esfuerzo más allá que el de abrir el pomo.

Caballo de Copas: Ya está.

Sota de Copas: J*der, es que no nos piden ningún esfuerzo. Esto no es entretenido.

Sota de Espadas mira mal. Ella no quiere entretenimientos, quiere salvar a su primo, y tiene la sensación que la gente está allí para pasar el rato y tener algo que hacer por la tarde. Como una quedada de amigos. Refunfuña, pero no dice nada. Sota de Copas la mira. Entiende que esté frustrada por toda la situación que le está tocando vivir, así que se calla.

Al entrar se encuentran un largo pasillo levemente iluminado por varias antorchas. Siguen andando pensando que tras la puerta del final encontrarían a Caballo de Espadas. La tensión se palpa en el ambiente. Caminan sin decir una palabra. En esas situaciones sabían que no tenían que hablar por lo que pudiera pasar.

Cuando abren la puerta lo que se encuentran no es Caballo de Espadas rodeado de un grupo de cazarrecompensas sedientos de sangre. Se trata de un solo hombre con dos katanas, una en cada mano, y varios puñales repartidos en correas de cuero a lo largo de todo su cuerpo. Se trata de Sirocco, al que parece que su jefe ha dejado la importante misión de hacer criba en la entrada, como una primera fase para sus visitantes. La intención del CEO de la Sociedad de Cazarrecompensas era que Sirocco acabase con todos los visitantes menos con Sota de Espadas, a quien tenía que dejar con vida para que llegase a él y se intercambiase con Caballo de Espadas. Sirocco no tendría ningún problema para poder con todos ellos, porque era bien conocido por masacrar aldeas enteras. Masacrar a cinco personas no era nada.

Caballo de Copas: Menudo pedazo de daddy.

Sota de Copas: Así que tenemos que enfrentarnos a este señor, supongo...

Sirocco: Buenas tardes, mis queridos visitantes. Me presento, me llamo Sirocco, y estos van a ser vuestros últimos momentos de vida...

Caballo de Copas: Un momento, Sirocco...

Sota de Copas: Es el que masacró a la aldea de Caballo de Bastos.

Caballo de Copas: Que me masacre a mí, menudo papito.

Sirocco: No sé quién será ese tal Caballo de Bastos, pero dudo mucho que haya masacrado a su aldea y él haya vivido para contarlo, porque nunca dejo a nadie con vida. En cuanto al chavalín, no te preocupes, os voy a masacrar a todos.

Sota de Copas: Qué crecidito se lo tiene el tío, en fin.

Sota de Copas levanta su brazo para lanzar un potente hechizo contra el conocido cazarrecompensas, pero entonces, una barrera se interpone entre ella y Sirocco. Y entre ella y Caballo de Copas.

Sota de Copas: ¡Caballo de Copas! ¿¡Se puede saber qué estás haciendo!?

Caballo de Copas había lanzado una barrera mágica y se había encerrado junto a Sirocco, dejando al resto fuera.

Caballo de Copas: Una barrera mágica, ¿no lo ves? Me lo enseñaste tú.

Sota de Copas: Pero... ¿Por qué?

Caballo de Copas: Esto es entre Sirocco y yo. Vosotros no tenéis nada que ver. Tenéis que estar todos listos para lo que venga después.

Tras Sirocco hay una puerta, que no se encuentra dentro de la barrera, a la que todos menos Caballo de Copas y Sirocco pueden acceder.

Caballo de Copas: Vamos, seguid, cruzad esa puerta y salvad a Caballo de Espadas. Yo me encargo de este hombre.

Sota de Copas: ¡Pero...! ¡Caballo de Copas! No tiene sentido... No tienes por qué, tú no tienes nada que ver en esto. Quita esa barrera.

Caballo de Oros. Tiene toda la razón...

Caballo de Copas: Sí tengo algo que ver desde el momento en que, por culpa de este hombre, conocí a Caballo de Bastos. Ahora, marchaos. Yo ya soy un buen mago experimentado, podré con ello. Cruzad la puerta.

Sota de Copas: Pero... Caballo de Copas...

Caballo de Copas: Vete.

Sota de Copas: No puedo dejarte aquí.

Caballo de Copas: He dicho que te vayas.

Sirocco: Por favor, qué pesadilla.

Sota de Espadas se apresura a ir hacia la puerta, sin esperar a nadie. No espera que Sota de Copas la acompañe, comprende que se quede allí con Caballo de Copas, pero ella tampoco tiene tiempo que perder. Necesita llegar a Caballo de Espadas antes de que sea demasiado tarde.

Sota de Copas: ¡Espera! ¡Sota de Espadas! Te prometí que iría contigo.

Caballo de Copas: Ella no puede esperar. Ve con ella. Y el resto igual.

Al final, después de mucho dramatismo, el resto sigue a Sota de Espadas y cruzan la puerta que en un principio les debe llevar hacia Caballo de Copas, que se queda allí con Sirocco. Una vez sus compañeros han dejado que la puerta se cierre tras de sí, Caballo de Copas anula la barrera, teniendo toda la sala para su combate con Sirocco.

Caballo de Copas: Parece que nos hemos quedado a solas, Sirocco. Nunca te perdonaré el hecho de que masacraras a la familia de Caballo de Bastos. Nunca. Por tu culpa... Por tu culpa Caballo de Bastos se hizo Caballero y tuve que conocerle. Jamás, ¿me oyes? JAMÁS te perdonaré. Si no fuera por ti yo estaría feliz en algún sitio fornicando con alguno sin preocuparme por mis problemas, pero sin embargo... ¡Sin embargo he tenido que puto pillarme por un fuckboy!

Sirocco: Vaya vaya, una conmovedora historia. No sé quién será ese Caballo de Bastos, pero debes tenerle en muy alta estima si pretendes enfrentarte a mí tu solo por él. En fin, disfruta estos momentos, porque serán los últimos que vivas, chavalín.

Caballo de Copas esboza una sonrisa, es el momento de sacar a relucir todo su poder mágico. Teniendo a un sugar daddy como Sirocco frente a él, tenía la oportunidad de lucirse al máximo.


----


Cuando atraviesan la puerta que deja atrás a Caballo de Copas, los cuatro que quedan se encuentran otro largo pasillo con una puerta al final. ¿Habría alguna sorpresa más esperándolos detrás de aquella puerta o por fin encontrarían a Caballo de Espadas y quién estuviera custodiándolo? No podían saberlo si no la cruzaban (claramente). Sota de Copas se seca las lágrimas de los ojos. No había podido evitar emocionarse o, como poco, asustarse, al tener que dejar a Caballo de Copas solo ante el peligro por su pura cabezonería. Sota de Espadas ya se había secado las suyas hace un momento, no podía mostrar debilidad a la hora de derrotar a quien tuviera cautivo a su primo. Delante del resto, recorre el pasillo con prisa hasta la puerta final, impaciente por conocer el resultado que el destino le tenía preparado. Sota de Oros llora, más que nada por el miedo que le provoca toda la situación. Caballo de Oros se había meado en los pantalones. No recuerda cuándo, pero en algún momento tuvo que hacerlo. "Da igual, nadie se fijará en mis pantalones pudiendo fijarse en mi cara fea", intenta consolarse a sí mismo.

Sota de Espadas abre la puerta que pone fin al pasillo y la emoción se cierne ante todos ellos, que no saben qué se encuentra tras ella, ¿tendrían que volver a dejar a alguien atrás? "Si tenemos que dejar a alguien atrás, que sea a Caballo de Oros, que lleva los pantalones meados, aunque parece que cree que no nos hemos dado cuenta", piensa Sota de Espadas.

Lo que se encuentran es algo que bajo ningún concepto pensaban encontrar. Era una sala grande e iluminada por una serie de vidrieras que hacían que se produjeran reflejos verdes sobre el suelo. Un gran escenario para un duelo a muerte. En un altar se encuentra Caballo de Espadas atado de pies y manos. Lo que menos se esperan es lo otro: el hombre frente al cual se encuentra postrado el espadachín, que mantiene una daga élfica próxima a su cuello.

Sota de Espadas: ¡¡Tú!!

Sota de Copas: No puede ser...

Caballo de Oros: ¿Quién es este?

J: ¡Soy el Joker y las voces de mi mente me dicen "mátalo"! ¡"Mátalo"! ¡"Mátalo"!

Caballo de Espadas rabia, aún no se podía creer cómo el típico payaso que se habían encontrado alguna que otra vez haciendo el ridículo por las cantinas de Naipes iba a ser el jefe final de la Sociedad de Cazarrecompensas y menos que iba a tener el poder suficiente para capturarlo y extorsionar a su prima y compañía.

Caballo de Espadas: Sota de Espadas...

Joker: Así que por fin habéis llegado. Habéis llegado a presenciar el espectáculo final de esta comedia que es la sociedad.

Sota de Oros: ¿Pero qué dic...?

Entonces, Sota de Copas siente un fuerte dolor por todo su cuerpo, como una corriente eléctrica que atraviesa todas sus estructuras vitales. "No puede ser...", piensa, recordando el momento en el que vio al Joker por primera vez. Fue ya hace tiempo, antes de partir del Reino de Copas junto con su pupilo, en la taberna donde se bebieron la poción para cambiar su aspecto. "Mal rayo te parta". Aquellas fueron las palabras que el Joker pronunció y que en su momento no tomó en serio. Tenía que haberlo pensado. Se trataban de una potente maldición que se mantuvo latente hasta el momento en el que se convirtió en una amenaza para la persona que las pronunció.

Sota de Copas: ¡¡¡Ahhhh!!!

Sota de Espadas: ¡¡Sota de Copas!!

Corre hacia Sota de Copas, pero no puede acercarse del todo a ella, porque del techo cae una jaula que la acaba aprisionando.

Sota de Espadas: ¿Qué es esto? ¡Suéltame!

Joker: No voy a hacerlo. Te he traído aquí para esto.

Sota de Copas se retuerce de dolor por el suelo, sin poder hacer nada más que lamentarse por no haber captado el potencial del Joker en su momento. "Mierda..."

Sota de Copas: Sota de Espadas... Ten mucho cuidado... No puedo protegerse... No así... Ese hombre es un hechicero muy poderoso... Tan poderoso que no pude percibir todo su poder en su momento... Tan poderoso como para poder ocultar su poder a mi visión... Tiene que tener una magia... Igual a la mía...

Joker: Ju... Ju... Ju... Pues no sé si será igual a la tuya, no te conozco de nada y ocultas bien tu poder. Sólo se por aquello que me han contado que eres una poderosa hechicera que ha derrotado a numerosos de mis cazarrecompensas. Casualidades de la vida, ya te había puesto una maldición antes, así que he decidido inutilizarte aquí y ahora. Qué suerte tuve. No haberme hecho chuling en su momento.

Sota de Copas: Mierda...

Joker: Bueno, podemos concluir que estáis completamente derrotados. Caballo de Espadas Varyia es mi rehen. Sota de Espadas se encuentra apresada. La mujer hechicera no puede hacer nada. Y los otros dos... Supongo que los otros dos no pueden hacer nada...

Sota de Oros: ¡¡Eso no es verdad!!

Caballo de Oros suspira, no vale la pena negar algo que es cierto.

Joker: ¿No? Pues muéstrame lo que puedes hacer.

Y se queda callado.

Joker: Lo imaginaba, solo están aquí para comentar la batalla del resto. Así que, claramente, he ganado. Aun así, me gustaría divertirme un rato más con vosotros.

Caballo de Espadas: Maldito... ¡Suelta a Sota de Espadas!

Joker: ¿Soltarla? ¿Por qué? Te he traído aquí solo para apresarla... En fin, que no me interrumpas, chiquillo, voy a entretenerme un rato a vuestra costa. Así que... Es el momento de descubrir verdades...

Caballo de Espadas rabia. Sabe muy bien lo que el Joker tiene pensado, por algo había utilizado la curación para descubrir todos sus secretos.

Joker: ¿Cómo se siente al ver que apresan a tu amada para entregarla a recibir su sentencia de muerte, Caballo de Espadas?

Caballo de Espadas: Cállate...

Joker, levantando la voz: Porque, escuchad todos, este hombre AMA A SU PRIMA. El honorable caballero del Reino de Espadas, Caballo de Espadas Varyia, heredero del Feudo de Varyia, conocido por su rectitud y su corrección, no es ni más ni menos que un inmoral, sucio y depravado incestuoso que muere por hacer realidad sus despreciables deseos con su prima carnal, que se ha criado con él como una hermana. Asqueroso, ¿verdad? Me gustaría saber la opinión de Sota de Espadas Varyia al respecto. ¿Qué se siente al ver cómo la imagen de tu admirable primo a quien has estado unida tantos años es ni más ni menos que un ser indigno?

Sota de Oros: No puede ser... Lo dijo...

Caballo de Oros: ¡LO DIJO!

Sota de Copas: M...mierda...

Caballo de Espadas: Sota de Espadas...

Sota de Espadas: ¡¡CÁLLATE!! ¿Qué es lo que pretendes soltando esa sarta de mentiras por la boca? Ya me has capturado. Suelta a mi primo y déjalo en paz.

Joker: ¿Mentiras? No me digas que eres tan ingenua... No me digas que eres tan ingenua de creer que tu primo es la persona perfecta que aparenta ser. Tu primo es ni más ni menos que un despojo humano que se arrastra por ocultar sus verdaderos pensamientos al mundo, con el miedo de que esa sociedad a la que tanto quiere adaptarse lo rechace... Tu primo, que es tan valeroso caballero, no es capaz de expresar sus sentimientos por el miedo de verse colgado en una soga en la Plaza Mayor de la Capital del Reino de Espadas. Tu primo es una espada de doble filo que tiene dos caras. Una que muestra alegremente y otra que mantiene oculta a la sociedad y a su querida prima que tanto ama, por miedo a que esta lo vea con los ojos del desprecio y el asco.

Sota de Espadas: ¡¡CÁLLATE LA BOCA!! ¡¡Mentiroso!! ¡¡No vuelvas a hablar así de mi primo!! ¡¡No mereces referirte a él con tu boca!!

Joker: Jijijijijijiii... Míralo... Patético... Consumido por la sociedad y por verse expuesto ante los ojos de su prima, que intenta negar la realidad que, en el fondo de su corazón, sabe que es verdad.

Sota de Espadas: Como sigas nombrando a mi primo...

Caballo de Espadas: No... Sota de Espadas... Todo lo que está diciendo es verdad. Todo lo que dice este hombre... Es algo que te he estado ocultando todos estos años. Soy un sucio y despreciable incestuoso degenerado que no merece tu perdón ni respirar el aire que tú respiras. No merezco que des tu vida por mí, no merezco que vengas a buscarme, porque soy un simple cobarde que en todos sus años de vida no ha sido capaz de enfrentarse al rechazo de la persona que amo.

Sota de Espadas siente una punzada en su corazón. Las palabras de Caballo de Espadas la atraviesan como puntiagudas dagas que se clavan en la parte inocente de su alma.

Joker: JIJIJIJIJIJI... ¡POR FIN! ¡POR FIN SE CAEN LAS CARETAS! ¡POR FIN! ¡LA SOCIEDAD LO CONSUMIÓ! ¡Hazlo, Varyia! ¡Rechaza a la sociedad! ¡Únete a la Sociedad de Cazarrecompensas! Ahora que tu prima te desprecia, ahora que conoce tu ser verdadero, ahora que siente ASCO hacia tu persona, no tendrás otro lugar a donde ir. ¿O prefieres morir en la soga? ¡Únete a la Sociedad de Cazarrecompensas! ¡Puedes ser tu propio jefe!

Sota de Espadas: Caballo de Espadas...

Caballo de Espadas: Lo siento, Sota de Espadas, sé que esto no es lo que pensabas de mí... Sé que nunca me querrás de la forma que yo te quiero. Pero está bien... No pido que veas con mis ojos, no pido siquiera que me aceptes, no pido que no me odies. Sé que soy merecedor de tus desprecios. Lamento no haber sido la persona que querías que fuera...

Sota de Espadas: Caballo de Espadas, yo...

Todos miran expectantes a Sota de Espadas. Aún tenía que decir la última palabra.

Sota de Espadas: Yo...

La expectación se cierne sobre los presentes en la sala, salvo sobre Caballo de Espadas, que ya ha asumido el rechazo de su prima, y sobre el Joker, que también lo tiene asumido.

Sota de Espadas: Yo siempre, en el fondo de mi corazón... Siempre he sabido que sentías algo por mí. Aunque no quisiera admitirlo, aunque me esforzara en negarlo con todas mis fuerzas. Tú eras mi primo, mi primo a quien tanto había querido toda mi vida y a quien sigo queriendo con todas mis fuerzas. Tú eres y serás siempre mi hermano y nada podrá cambiarlo... Dices, Joker, que Caballo de Espadas es una espada de doble filo con una cara que muestra y otra que oculta a la sociedad y a mí. ¿Pero yo qué soy? Hay muchas cosas sobre mí que nadie sabe, ni siquiera Caballo de Espadas. Cosas que nadie podría creer sobre una persona como yo, porque yo también soy una espada de doble filo. Yo también tengo secretos ocultos que cambiarían la percepción que el mundo tiene de mí. Pero es justo que ahora tú también los conozcas, Caballo de Espadas. Es justo que conozcas la verdadera razón por la que tuve que unirme a los Caballeros del Reino de Espadas y abandonar la Corte. No me queda otra, ha llegado el momento de enfrentarme a la realidad y mostrar la persona que verdaderamente soy. Voy a contar la verdad. Contar la verdad para seguir viva.





----


Después de el corto cruce de palabras entre ambos, Sirocco se lanza hacia Caballo de Copas directamente, pensando en acabar con su vida en menos de dos segundos. Lo que no se esperaba es que el mago iba a hacer con gran rapidez una barrera que bloqueara su ataque. No se preocupa mucho. "Está gastando su poder mágico", piensa, con la esperanza de poder derrotarlo fácilmente antes o después. Porque él es Sirocco, ha derrotado a aldeas enteras en sus años mozos. Puede que ahora sea un cuarentón, pero quien tuvo retuvo.

Lo que no se espera es que Caballo de Copas no siga solamente una estrategia defensiva, sino que también ataque.

Caballo de Copas: ¡Ignición!

A pesar de la rapidez del mago a la hora de conjurar hechizos, Sirocco lo esquiva sin ningún problema. "Es rápido el viejo", piensa Caballo de Copas, intentando no distraerse mucho para poder seguir canalizando poder mágico y reponer el que va gastando con un ritmo más o menos producente. Lo que más le distrae de todo es que Sirocco le lanza un par de sus puñales de vez en cuando y hay que estar rápido para esquivarlos o bloquearlos con una barrea mágica que tiene que mantener no más de dos segundos (lo necesario para bloquear el golpe) para no gastar demasiado poder mágico y guardárselo para atacar al cazarrecompensas. Le sorprende lo rápido que se mueve Sirocco, que según lanza los puñales y son bloqueados, se lanza a recogerlos en un abrir y cerrar de ojos. Va demasiado rápido para el cerebro de Caballo de Copas, que no está acostumbrado a la batalla. "Pero luchar merece la pena, se la tengo juradísima a este tío. Y si me muero, pues me morí. Total, estoy amargado", piensa para consolarse a sí mismo.

Sirocco también está sorprendido con Caballo de Copas. Para ser un simple mago que no parece ser muy experimentado, está durando bastante. "Jamás pensé que un chavalín como este me haría gastar tantas energía, aunque también es verdad que estoy viejo". El cazarrecompensas achaca todos sus problemas a su edad, mientras que Caballo de Copas se sorprende de lo rápido que es a pesar de la edad. Hay dos maneras de ver las cosas, la primera y la segunda.

Caballo de Copas: ¡Electrocución!

Una serie de rayos se propagan desde las manos de Caballo de Copas hasta milímetros más hacia arriba de Sirocco, que consigue esquivarlos tirándose rápidamente al suelo y avanzando con una voltereta hacia el mago, que está desprevenido y no se ve venir que en milésimas de segundo va a encontrarse, katana en mano, al cazarrecompensas más temido de años atrás (según había contado Caballo de Bastos) a pocos centímetros de su vientre. Por poco no lo cuenta. Tiene que conjurar una barrera mágica sin prácticamente visualizarla en su mente. A vida o muerte, Caballo de Copas no sabría decir cómo consiguió librarse del corte de su rival. Los segundos son vitales en esta batalla.

"No me queda mucho poder mágico", piensa, tratando de focalizarse más en sus movimientos para intentar esquivar las potencialmente certeras estocadas de Sirocco, aunque, a decir verdad, no tiene muchas esperanzas en salir vivo de aquel lugar. "Qué cosas, voy a morir aquí y ahora. Me gustaría al menos haber conocido las medidas de Caballo de Bastos... ¿Pero qué estoy diciendo? Podría por lo menos dejar de pensar en estas cosas en un momento tan serio... Pero, por otro lado, así puedo canalizar más poder que si pienso en cualquier otra cosa", piensa. A pesar de poder canalizar más poder mágico, no es suficiente. No contra Sirocco, sus movimientos son rápidos y se está librando de las puñaladas de pura chiripa. Antes de que pueda darse cuenta, recibe su primer corte en uno de sus brazos. Y gracias, porque gracias a sus reflejos consiguió apartarse segundos antes de que Sirocco se lanzara hacia su corazón. "Y ahora me ha herido... Qué daño... Lo que me faltaba".

Sirocco esboza una sonrisa. Es fácilmente presumible que Caballo de Copas está débil y que, además, le queda muy poco poder mágico, a juzgar por su cara de circunstancias. Sus movimientos y reacciones no son tan ágiles como lo eran al empezar el combate. Se está desgastando. "Pero, aun así, es increíble que me haya dado tantos problemas... Un simple mago... Debo reconocer que no es malo en el campo de batalla, una lástima que vaya a acabar con él. Ya me he cansado de este entretenimiento".

Cuando Caballo de Copas está física y mentalmente exhausto, no es capaz de anticipar el movimiento exasperado de Sirocco, que se avalancha sobre él portando su Katana. Un escalofrío recorre todo el cuerpo del mago. Está teniendo un mal presentimiento. Un mal presentimiento que lo distrae de la lucha por su vida. "¡Sota de Copas! Algo malo le ha pasado a Sota de Copas", piensa, para darse cuenta el segundo después de que tiene a Sirocco frente a sus ojos, a dos centímetros de él. Podía hasta oler su aliento a caramelos de menta. "Y también es mi fin... Lo siento, Sota de Copas... He sido un mal hijo..."

Y cierra los ojos para esperar su muerte.


----


Todos los presentes en la sala se quedan expectantes ante las fuertes declaraciones de Sota de Espadas, y eso que todavía no había empezado a contar nada, pero es que lo de la verdadera razón para haber tenido que abandonar la Corte del Reino de Espadas llamaba mucho. "No me lo pierdo por nada del mundo", piensa Sota de Oros, que se conforma con ser un mero espectador del asunto. Caballo de Espadas rechina los dientes. ¿Qué querría decir Sota de Espadas con eso de la verdadera razón para unirse a los Caballeros del Reino de Espadas y abandonar la Corte? ¿Acaso había otra razón más allá de ser una gran guerrera? ¿Qué es lo que pensaba decir?

Sota de Espadas: De verdad siento haberte ocultado esto durante tanto tiempo, Caballo de Espadas, pero no tenía otra opción. ¿Con qué cara podría mirarte a los ojos si supieras todo lo que hay detrás de mí? ¿Volverías a tratarme con la misma devoción de siempre? Yo siempre te he tenido en muy alta estima, odiaría que me despreciases, porque eres alguien muy importante para mí. Sea como sea, pienses lo que pienses. Hay una parte oscura de mí que no conoces. Una parte oscura de mí que ni yo misma conocía hasta que entré en la adolescencia. Cuando entré en Palacio conocí un nuevo mundo. No solo me entrenaron con la espada los mejores espadachines del Reino, incluso mejores que los de nuestro querido Feudo de Varyia, sino que tuve tiempo para aprender otras cosas, otros placeres. Sin saber cómo, acabé chupándole los pies a una de las doncellas de la Princesa. No sé cómo. Pero a partir de ese momento me hice fetichista de pies.

Caballo de Oros: Pues tampoco es para tanto. Si ya lo sabíamos, además.

Sota de Oros: Eso digo yo. A mí me gustaría que una culebra me mordiera en la pilila y creo que eso es mucho peor.

Sota de Espadas: No he terminado... Hay mucho más, razones mucho más turbias y oscuras que jamás me he dignado a pronunciar con estos labios. Ahora que sé que Caballo de Espadas no es la persona pura que me despreciaría por ser una persona tan depravada e inmoral como soy, es cuando puedo contarlo todo. Como sabrás, Caballo de Espadas, yo era la doncella y protectora personal de la Princesa Helenna. Pasaba mucho tiempo con ella. Y muchas veces estaba sin ropa, porque tenía que asearse y esas cosas. Eso no es lo importante. A mí lo que me importaba de todo aquello era que tenía que lavar sus pies descalzos cada día en un barreño de agua. Aquella situación era demasiado incómoda para mí. Yo ya había despertado como fetichista de pies, y aquellos pies eran una verdadera tentación.

>> Eran hermosos. Tenían las proporciones perfectas. Nunca había visto unos pies iguales. Durante dos años, desde los dieciséis, que fue cuando descubrí mi fetiche de pies, hasta los dieciocho, que fue cuando partí con los Caballeros del Reino de Espadas, aguanté la tentación de tener aquellos pies en mi boca, de acariciarlos y besarlos, de olerlos, de lamerlos... No podía soportarlo, realmente anhelaba esos pies.

El Joker hace gestos de vomitar.

Sota de Espadas: Todos los días tenía que lavarle los pies a la Princesa. ¿Sabéis lo que es eso? Siendo fetichista de pies es una verdadera pesadilla. Y cada vez los miraba con más anhelo. Hasta aquel día. Aquel fatídico día.

Caballo de Oros: Me espero lo peor.

Sota de Espadas: Aquel día, la Princesa, con esa sonrisa pícara, me puso los pies cerca. Muy cerca. Me empezó a latir el corazón, no podía tenerme en pie por la taquicardia. Me frené en mis quehaceres, no podía seguir, aquello era demasiado. Entonces, me habló y pronunció las palabras que cambiarían mi vida. "Veo que te gustan mis pies. Lo llevo observando durante meses. No lo puedes soportar, ¿verdad? Quieres chuparlos. Lo sé, lo veo en tus ojos, puedo ver el deseo". No podía creer lo que oía. ¿La Princesa también era fetichista de pies? ¿O simplemente me estaba exposeando para expulsarme del lugar y no volverme a ver en la vida?

>> Me quedé totalmente bloqueada. Los sudores fríos recorrían mis pies. Sea como fuere, estaba en una situación incómoda. Si la Princesa me había descubierto, quién sabe si me cortarían la cabeza por haber estado sirviéndola todo este tiempo con el deseo permanente de chupar sus pies. Pero entonces, volvió a hablar y sus palabras me sorprendieron aún más que las anteriores. "Puedes chuparlos", me dijo. Y yo, evidentemente, me quedé en shock. ¿Estaba soñando o era una broma de mal gusto. "Pero, su Alteza...", contesté yo, a lo que ella respondió acercando su armónico y proporcionado pie a mis labios. "Vamos, quieres besarlo. Y yo anhelo que lo beses". Ante esas palabras, no pude contenerme más.

>> Comencé a besar sus pies de manera apasionada. Empecé a lamerlos, a olerlos, a metérmelos en la boca dedo por dedo. Aquello era lo que tanto tiempo había deseado en secreto. Y la Princesa lo disfrutaba y me pedía más. Realmente me sentía como en un sueño. Estaba viviendo mi particular sueño de fetichista de pies.

Los allí presentes están que no caben en su asombro con todo lo que Sota de Espadas está contando. No porque sea algo sorprendente ni nada por el estilo, sino por todo lo escatológico de la situación. A nadie le apetece que le cuenten cosas sobre chupar pies a la hora de cenar excepto a quien le guste chupar pies. Caballo de Espadas tiene los pelos como escarpias con todo. Niega con la cabeza, es demasiado como para ser verdad. ¿Que se esperaba que Sota de Espadas podía ser fetichista de pies? Pues sí, es algo que siempre ha estado ahí. Incluso en ocasiones ha habido algún que otro comentario que lo dejaba a la vista de todos, pero siempre había tratado de mirar hacia otro lado, de pensar en otra cosa. No es que no fuera a aceptar a su prima si se enterase de que le gusta chupar pies, pero el hecho de que fuera fetichista de pies cuando él tiene callos y juanetes es algo que siempre le había atormentado. Por eso, siempre intentaba pensar en otra cosa, obviar el hecho de que existía la posibilidad de que a Sota de Espadas le gustaran los pies. Porque los suyos jamás iban a gustarle. Él siempre había aceptado su cuerpo, no quería cambiar ninguna parte de él, porque no quería hacerse bodyshaming a sí mismo, y eso pasaba por montarse una realidad paralela y sin sentido en la que Sota de Espadas no es fetichista de pies.

Sota de Espadas: Pero el sueño se acabó pronto. Justo cuando estaba en el momento álgido del asunto y tenía el dedo gordo de la Princesa metido en la boca, mientras ella se estremecía de placer, alguien entró en la sala. Eran varias doncellas de palacio. Se quedaron de piedra. No creían lo que estaban viendo. Me quedé mirándolas, el pie se me cayó de la boca. La Princesa no sabía ni qué decir. En ese momento supe que se acabó todo.

>>Una de ellas salió de allí corriendo y avisó a los guardias. "Puedo explicarlo", dije. "Ha sido consentido", dijo la Princesa. "Yo se lo pedí y ella aceptó", dijo después. Pero parece que nadie atendía a razones. Visto de lejos, era lógico. Yo, una doncella, por muy Varyia que fuese, había corrompido a la hija del Rey de Espadas. No podía mantenerme en mi puesto. En seguida, y con total confidencialidad, los guardas de palacio avisaron al Rey y el asunto no salió de allí. Solo lo conocieron las doncellas implicadas, los guardias a quienes estas avisaron, el Rey y el General de los Caballeros del Reino de Espadas. Tras una reunión entre el Rey y el General, me llamaron a la sala de mando de los Caballeros del Reino de Espadas y me comunicaron que de inmediato dejaría mi puesto como doncella principal de la Princesa Helenna para unirme a los Caballeros del Reino de Espadas en su más próxima misión. No volvería a ver a la Princesa ni a formar parte de la Corte.

Sota de Oros: Pero, no entiendo, ¿no te condenaron a muerte?

Caballo de Oros: Eso digo yo, si hubiera sido el Rey de Oros, otro gallo hubiera cantado.

Joker: Yo la hubiese condenado a muerte. Me ha levantado el estómago.

Sota de Espadas: Eso pensé yo. Me extrañé mucho por que no me condenaran a muerte y me dejaran vivir y, además, haciendo creer a todo el mundo que me habían seleccionado de los Caballeros del Reino de Espadas por mi valía. Ocultando a Palacio y al Pueblo del Reino de Espadas mi terrible perversión... Así que eso es todo. Esta es la historia de mi mentira, que he ocultado durante toda mi vida hasta a la persona que más quiero... Hice creer a todos lo que no era, y me comporté como si fuese una guerrera excepcional cuando no era así... Soy una farsante... Y mala persona, porque me comporté con altivez ante ti, Caballo de Espadas, y te arrastré a seguir mi camino... ¡No soy nadie! Pero me lo he creído este tiempo, me he creído, por los comentarios de todos, que valía para algo, pero a la hora de la verdad, solo me incluyeron en los Caballeros del Reino de Espadas, por la puerta de atrás... Para que nadie sospechase... No me merezco tu amor, Caballo de Espadas. Nunca lo he merecido. Por eso, ahora, Joker, he venido para entregarme. Suelta a Caballo de Espadas, libéralo, él no tiene nada que ver en esto, pues está aquí solamente por mi culpa y por mi vil y cruel engaño. Entrégame al Reino de Oros, mátame, o haz lo que quieras conmigo, yo ya he llegado hasta aquí. Si tengo que dar mi vida por la de mi primo lo haré con gusto, porque, por una vez en la vida, voy a pensar en él antes que en mí.


----


Después de unos segundos con los ojos cerrados, Caballo de Copas se entera de que no se ha muerto. "¿Pero qué pasa aquí?", piensa. "¿Todavía no?" No le queda más remedio que abrir tímidamente los ojos. Lo que se encuentra le deja con la boca abierta.

Caballo de Copas: ¡¡Caballo de Bastos!!

Frente al mago, se encuentra el guerrero bastense bloqueando la katana de Sirocco con su basto. Caballo de Copas se emociona, como para no emocionarse, había estado a dos segundos de no contarlo. "Menudas espaldas que tiene", piensa, porque no puede dejar de pensar en lo mismo ni un momento, aunque a los dos segundos se centra. "¿Pero cómo ha llegado hasta aquí? ¿Qué hace aquí? Ha venido a salvarme".

Sirocco: ¿Y este? ¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿De dónde sale?

Caballo de Bastos, gira su rostro ligeramente hacia Caballo de Copas, aún manteniendo bloqueada la espada del cazarrecompensas.

Caballo de Bastos: No podía marcharme sin despedirme de ti.

Sirocco: Así que este debe ser el fuckboy...

A Caballo de Copas se le salta una lágrima. "Mi hombre", piensa, aunque prefiere no decirle en alto, no vaya a ser que Caballo de Bastos se sienta molesto por algo.

Sirocco: He dicho que cómo has llegado aquí.

Caballo de Bastos: Tampoco lo ponéis difícil, había carteles por todas partes.

"M*erda, p*to J, le dije hace años que no podía ir poniendo carteles de nuestra guarida por todas partes como si fuera una atracción turística, pero nada", piensa Sirocco. Ante la situación, el cazarrecompensas no tiene otra que separarse de Caballo de Bastos y de su basto, porque la cosa no avanzaba.

Sirocco: Permíteme presentarme, me llamo Sirocco. Por tu acento, deduzco que eres del Reino de Bastos.

Caballo de Bastos: Sí, soy del Reino de Bastos. Y tu nombre no hace falta que me lo digas, ya lo conozco bien.

Sirocco: ¿Eh? Y tú, ¿no vas a decirme tu nombre antes de que te quite la vida?

Caballo de Bastos: Fry skokfres Sbrensbeve, jscreblen sturtevrede prgerlika Bastos nun uscdre hwrenec arlle. Sgjaskar kahjskwe bswsdreve.

Sirocco: ¿¿Eh?? ¿Qué pasa? ¿Te las quieres dar de políglota?

Caballo de Bastos: Estas son las palabras que me repito cada noche antes de dormir desde que tenía siete años. Son las palabras que me juré decirte antes de quitarte la vida, Sirocco. Están en la lengua de la aldea donde nací y donde tú masacraste a todos mis seres queridos. ¿Te acuerdas? Yo lo recuerdo cada día. ¿No te suena de nada? Es un dialecto del bastense antiguo que solo se hablaba allí. "Me llamo Sbrensbeve, mi familia fue masacrada en Bastos cuando tenía siete años. Y este es tu último día".

Sirocco: Hmmmm... He masacrado muchas aldeas...

Caballo de Bastos: Antes de matarte, me gustaría saber una cosa. ¿Quién te mandó? Eres un cazarrecompensas, ¿quién ordenó que mataras a toda mi aldea?

Sirocco: Repito, he masacrado muchas aldeas...

"Puede ser que sea esa aldea... Pero no, tiene que ser un farol, no puede ser posible que haya fallado, no puede ser posible que haya dejado alguien con vida", piensa, aún reacio a contar nada.

Caballo de Bastos: Veo que no quieres decirme nada... Igualmente, juré que te iba a matar. Y eso haré. Sobre lo de si quiero dármelas de políglota... Sé hablar cuatro idiomas: bastense antiguo, bastense, naipésico... Y el idioma de las h*stias. Y este es el que voy a utilizar hoy.

Sirocco: Qué chulito.

El cazarrecompensas esboza una sonrisa. "Parece que esto se pone entretenido".

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top