Capítulo 46: El respeto a las personas mayores es algo que se tienen que ganar.

Después de tanto trote en la aldea en la que Caballo de Espadas logró derrotar a Sir Robert, toca continuar el camino hasta la caída de la noche. El espadachín se queda, como acostumbra a hacer últimamente, al final del camino. Esta vez (como todas) los pensamientos le consumen. "¿Rumores de que he cometido el delito de incesto? ¿En qué momento?", se pregunta con preocupación. "¿Cómo pueden saber que tengo tendencias incestuosas? Si no se lo he dicho a nadie... Bueno, igual sí que se lo he dicho a alguien... Pero de los aquí presentes nadie lo ha podido ir contando, no les ha dado tiempo... Y antes se lo dije al Príncipe de Espadas y ya... Bueno, se lo dije a un par de criados en unos momentos de debilidad... Y a la cocinera de Palacio... Y una vez se lo dije a un tabernero en el Reino de Espadas...", sigue dándole vueltas a la cabeza.

"Aun así, no se lo he dicho a mucha gente, soy una persona muy reservada... No sé cómo ha podido ocurrir. No soy de esas personas que van explayándose en sus sentimientos por la vida. ¿Cómo ha podido descubrirlo? ¿Y si lo sabe más gente? ¿Es esto mi fin? ¿Acabaré en la horca? No me gustaría acabar en la horca sin haber confesado mi amor a Sota de Espadas". Entonces niega con la cabeza. "No, no, no. Mi amor es tóxico y dañino. Sota de Espadas jamás debe conocerlo. Sota de Espadas jamás deberá volver a cruzar su camino con una persona despreciable como yo. Entonces, si no puedo confesarle mi amor a Sota de Espadas, no puedo morir nunca. Sí, no puedo morir nunca". Después de llegar a esa conclusión, se siente más tranquilo y hasta echa un suspiro de tranquilidad. Si no podía confesar su amor a Sota de Espadas y no podía morir antes de confesar su amor a Sota de Espadas, debía asegurarse de no morir. Pero otro pensamiento cruza su mente. "Pero yo no he cometido el delito de incesto. Si lo piensas bien, tengo tendencias incestuosas, pero nunca he llegado a cometer el incesto. Jamás han sido consumados mis pensamientos". Si sufre por no poder cometer el incesto, ¿cómo podían condenarle por solamente tener pensamientos? ¿Y cómo podrían probar eso? Nadie puede entrar en su mente, por muy despreciables que sean sus pensamientos, es algo que no se puede demostrar.

Se sentía mal por tener secretos, sí, pero peor se sentiría si lo colgaran de una cuerda hasta la muerte.

Caballo de Copas: ¿Qué haces ahí suspirando?

Caballo de Espadas: ¿Eh?

Sota de Copas: Te está preguntando que qué haces ahí suspirando.

Caballo de Espadas: ¿Yo? Nada. ¿Por qué venís a preguntarme? No soy vuestro amigo.

Sota de Copas: ¿No eres nuestro amigo? Vaya, yo que me había hecho ilusiones...

Caballo de Copas: Es que habíamos pensado que te estabas rayando por lo que dijo el tal Sir Robert sobre el incesto.

Caballo de Espadas se queda de piedra. Lo habían descubierto. ¿Tan transparente era? ¿Tanto se notaban sus pensamientos sin necesidad de decir nada? Así, normal que se rumoreara lo del incesto.

Caballo de Espadas: P...pero... Lo habéis adivinado...

Sota de Copas: Igual te he leído la mente un poquito jeje.

Caballo de Espadas: ¡Pero! ¡Eso es una intromisión a mi intimidad!

Caballo de Copas: Ya, eso mismo le digo yo siempre, pero nada, cariño, que parece que no le entra en la cabeza. Una vez me leyó la mente porque sí después de venir de fornicar con mi ex y en fin, que no se puede tener una intimidad...

Sota de Copas: A ver, es que me dijiste que ibas a trabajar a la frutería y no...

Caballo de Copas: ¿En qué momento he trabajado yo en la frutería? Es que mira que creértelo...

Sota de Copas: Precisamente porque no me lo creí te leí la mente. Pensaba que habías ido a drogarte o algo. Estaba preocupada.

Caballo de Copas: ¿Y por qué iba a drogarme?

Sota de Copas: Solo quería protegerte de los peligros del mundo... Criar a un adolescente era tarea difícil, ¿vale?

Caballo de Copas: No justifica las intromisiones en mi mente y en mi intimidad. Menos mal que no me da vergüenza nada y lo que pienso lo digo luego, así que da un poco igual, pero mira al pobre Caballo de Espadas, has vulnerado su privacidad.

Sota de Copas: Tampoco es como si lo que piensa no fuera a decirlo luego.

Caballo de Copas: Visto así... Aunque no sé, yo no tengo tanta confianza con él.

Caballo de Espadas: Tampoco tengo confianza con Sota de Copas. Todo lo que sabe de mí lo sabe por leerme la mente sin ningún consentimiento.

Sota de Copas: Es normal que quiera conocer de la gente con la que viajo, no te puedes fiar de todo el mundo.

Caballo de Copas: Es verdad, pueden resultar ser unos incestuosos degenerados.

Caballo de Espadas: No te permito que me hables así...

Caballo de Copas: Pero si no he dicho ninguna mentira.

Caballo de Espadas baja la cabecita. Caballo de Copas estaba en lo cierto. Es un incestuoso degenerado. Incestuoso porque está enamorado de su prima, con la que ha convivido desde el momento de su nacimiento, como si, más que primos, fueran hermanos. Degenerado porque, no contento con querer casarse con su prima, también tenía sueños húmedos con ella. Esto último era algo nuevo, pero no se podía negar que era un reflejo del deseo que ardía en su interior aunque no lo quisiera admitir para no darse demasiado asco a sí mismo. Caballo de Espadas tiene una arcada. "Me doy demasiado asco a mí mismo".

Caballo de Copas: En fin, que si estás preocupado por lo que te dijo el tal Sir Robert, no te preocupes. Claramente fue un farol. Aunque dio en el clavo el tío.

Caballo de Espadas: ¿Tú crees?

Caballo de Copas: Claro, no es como si esa información hubiera podido llegar a los nobles del Reino de Oros. Antes hubiera tenido que llegar a los de tu país, y allí si que te hubieran metido un puro...

Caballo de Espadas: Hmmmmm...

Sota de Copas: Tú tranquilo, que yo sé de los gestos del cuerpo y el lenguaje corporal y todas esas cosas y claramente ese tío tenía todo el lenguaje corporal de ser un mentiroso.

Caballo de Copas: Sí, tiene razón. Cuando se trata de ser cotilla, Sota de Copas es sorprendente. No necesita hacer una poción de elixir de la verdad para saber cuándo estás mintiendo. Una vez le dije que había ido a hacer un voluntariado ayudando ancianitos cuando había ido a fornicar con uno que había conocido en el mercado. Sin necesidad de leerme la mente.

Sota de Copas: A ver, es que nadie se podía creer que te ibas a ir a un voluntario de ayudar ancianitos así como así. Pero sí, tengo un sexto sentido.



No dicen mucho más, siguen andando sin que pase nada relevante, hasta que finalmente cae la noche y encuentran una pequeña y aparentemente acogedora aldea.

Sota de Bastos: ¡¡¡Woooo una aldea de p*ta madre!!!

Caballo de Oros: Se agradece no dormir en el suelo, sí.

Sota de Copas: Otro día más sin poder ahorrar...

Caballo de Copas: Lo agradezco, ya me empezaba a doler la espalda.

Sota de Oros: En fin, vamos buscando la posada antes de que alguien cambie de opinión y tengamos que dormir en el suelo, o sea.

La aldea no tiene pérdida. No parece tener muchos habitantes y la posada está en la misma plaza del pueblo, pero hay un detalle importante: está cerrada.

Caballo de Copas: ¿¿¿¿Queeeé????

Sota de Copas: Pues ya ves, la posada está cerrada. Una pena, vamos a tener que dormir en el suelo y ahorrar...

Caballo de Oros: Pero...

Caballo de Espadas: Podemos seguir andando hasta la siguiente aldea.

Sota de Oros: Nunca pensé que iba a decir esto, pero creo que es lo mejor. Es que en el suelo paso, o sea.

Sota de Bastos: Y no hay ninguna otra posada, ¿no?

Sota de Espadas: No parece. Es una aldea pequeña, no parece que haya mucho tránsito, además...

Caballo de Espadas: ¿Entonces qué hacemos? ¿Dormimos en el suelo o seguimos caminando?

Caballo de Bastos: Yo voto suelo, me la suda.

Sota de Oros: Yo voto andar.

Sota de Copas: Yo voto suelo.

Caballo de Oros: Yo tengo el corazón dividido.

Caballo de Copas: Por feo.

Caballo de Oros: ¿Pero? ¿Tan gratuito?

Entonces, una entrañable anciana que estaba en la plaza del pueblo se acerca al grupo de viajeros. Su aspecto es el de típica señora de edad muy avanzada. Hay más personas mayores en la plaza, pero esta ha sido la única en acercarse.

Señora: Disculpen, jóvenes viajeros... Si no tienen a dónde ir, pueden quedarse en su casa.

Al principio no se lo creen. Después, los ojos de la mayoría se iluminan ante la hospitalidad de la señora.

Caballo de Espadas: ¿¿De verdad??

Sota de Copas: ¡¡Muchas gracias, amable señora!! ¿De verdad que no es mucha molestia? No tiene por qué preocuparse por unos humildes viajeros como nosotros...

Sota de Bastos: ¡J*der qué hospitalaria es la gente de este pueblo! ¡H*stia p*ta!

Señora: No es molestia... Más molestia sería que durmieran en el suelo... Sin poder ayudar...

Sota de Espadas: ¡¡Muchas gracias por su amabilidad!! Jamás tendré palabras para agradecérselo... Esto no me lo esperaba.

Montan un buen espectáculo para agradecer a la señora su hospitalidad. Iban a dormir en una casa con sus paredes y sus cosas. Puede que no tuviera camas suficientes, pero al menos no dormirían a la intemperie frente a las inclemencias del clima. Tampoco estaban como para exigencias.

Caballo de Copas: ¿De verdad nos vamos a quedar con esta vieja?

Sota de Copas: ¡Pero! ¿Se puede saber en qué momento has aprendido a ser tan maleducado? ¡Ten un poco de modales, Caballo de Copas! Esta amable mujer nos está ofreciendo su casa y tú reaccionas así... ¡Siempre hay que agradecer la hospitalidad y amabilidad a las personas!

Caballo de Copas: No sé quién me habrá educado. En fin, que no cabemos todos en una casa, por favor, y a esta vieja no la conocemos de nada. Es que no sé qué se os pasa por la cabeza, qué c*ñazo pasar la noche en la casa de una vieja, es que vamos. No puede uno vivir su juventud. Juntarse con viejos le hacen a uno.

Sota de Copas: ¡Eso que estás diciendo no está nada bien, Caballo de Copas!

Caballo de Espadas: Estás siendo edadista.

Caballo de Copas: Me paso el edadismo por el forro del bubujiji.

Sota de Copas: ¡Pídele perdón a la señora!

Caballo de Copas: No me da la gana.

Sota de Copas: Lo siento, amable mujer, perdone a este joven maleducado e inmaduro...

Señora: No pasa nada... No pasa nada...

Caballo de Espadas: Por cierto, ¿cómo se llama?

Señora: Angustias. Me llamo angustias.

El ambiente era muy distendidos. Todos estaban muy contentos con la Señora Angustias y la siguieron para llegar a su casa en cuestión, entre risas, alegría y jolgorio. Todos contentos menos Caballo de Copas, que estaba rabiando por dentro. "Ir a dormir a la casa de una vieja, es que es el colmo, así no hay quien viva su juventud, estoy hasta las narices", piensa mientras es incapaz de disimular su mala cara. "¿Y qué se supone que vamos a hacer por la noche? ¿Jugar al bingo? Por favor, es que menudo viajecito".

Caballo de Espadas: ¿Y dice que queda muy lejos su casa?

Señora Angustias: Ya no queda nada.

La Señora Angustias sonríe con amabilidad. "Qué ganas de llegar a casa y de quitarme estos zapatos tan incómodos. Y de poneros somnífero en la cena para que caigáis dormidos y pueda cortarle la cabeza a la rubia... Jjejejejejjeje, no podéis escapar de mi plan. Estáis viniendo a la boca del lobo sin siquiera daros cuenta... Pobrecillos, no tenéis dos dedos de frente, va a ser más fácil de lo esperado. Lo único que el niñato ese está siendo una molestia...", piensa en su fuero interior, sin mostrar nada al exterior más que un extraño aura que nadie percibe, ni siquiera Caballo de Copas, que no es capaz de sacar su mente de los pensamientos negativos sobre dormir en casa de una vieja.

Cuando llegan a la casa, esta no es muy grande, pero la "hospitalidad" de la Señora Angustias lo compensa todo.

Señora Angustias: Pasad, pasad... La casa no es muy grande...

Caballo de Copas, musitando: Es una m*erda...

Sota de Copas: ¡Sé educado y respeta a los mayores, Caballo de Copas!

Caballo de Copas: Que se ganen mi respeto.

Señora Angustias: Tengo la pequeña salita aquí... Aquí duermo yo... Por ahí hay dos habitaciones... Una para las chicas y otra para los chicos...

Caballo de Copas: ¿Y por qué? Yo quiero dormir con Sota de Copas.

La Señora Angustias le ignora. Sota de Copas también. Parece que prefiere pasar la noche a solas con Sota de Espadas.

Les enseña las habitaciones. Ninguna de las dos es muy grande y no hay cama, pero hay mantas y almohadas de paja. No es un hotel de lujo, pero es mejor que dormir a la intemperie.

Caballo de Copas: Lugares donde no dormiría. Además, no cabemos todos en esta habitación minúscula.

Caballo de Espadas: Es una humilde morada, no pidas un hotel de cinco estrellas. Deja tus cosas y calla.

Caballo de Copas: ¡Pero bueno! No me mandas.

Sota de Copas: Que te calles ya.

Caballo de Copas rabia y pone mala cara. Parece que nadie está de su lado. "Todos están que no cagan con la p*ta vieja de los c*jones. En fin, a pasar la noche en casa de una vieja, es que me lo dicen hace un año y no me lo creo".

"Qué criajo más molesto. Con lo fácil que sería todo si no diera tanto por saco. Capaz es de jugármela con sus berrinches. En fin, mientras se mantenga calladito y las chicas coman del potaje que les he preparado con extra de somnífero todo irá bien", piensa la Señora Angustias, que está un poquito cansadita ya de tanto niñateo. Los guía a todos a la salita, donde ya habían estado antes.

Señora Angustias: Esperad aquí un rato y poneos cómodos, que traigo la comida.

Sota de Espadas: ¡¡Gracias!!

Sota de Copas: ¡Qué amable! ¡Que amable! Me voy a poner tan cómoda que me voy a quitar los zapatos.

Sota de Espadas se sonroja.

Caballo de Copas hace gestos de vomitar.

Caballo de Bastos se pone tan cómodo que, sin avisar, se queda en mallas, dejando al descubierto su escultural torso. Caballo de Copas finge otra vez gestos de vomitar, mientras se pone rojo y se lleva las manos a la entrepierna para taparse el bulto que se iba a hacer evidente en cualquier momento. "Lo que faltaba, striptease en casa de una vieja. Paso".

Caballo de Espadas: Muchas gracias, Señora Angustias, es usted muy amable.

Caballo de Oros: Muchísimas gracias, o sea.

Sota de Oros: ¡Sí, muchas gracias!

Caballo de Bastos: Muchas gracias, yo ya me he puesto cómodo.

Sota de Bastos: Gracias, amable señora.

La Señora Angustias entra en la sala donde tiene el perolo donde está cociendo un potaje de verduras. "Ahora, el ingrediente especial", piensa mientras echa una cucharadita de somnífero. Revuelve un poco el potaje y parece que no se queda contenta con lo que le ha echado, así que le echa un poco más. "Así sí", piensa. Al cabo de un rato, lleva todo el perolo a la salita donde están todos.

Señora Angustias: Ahora traigo los cuencos...

Caballo de Copas: Por mí que ni se moleste.

Sota de Copas: Ay qué crío más maleducado, perdónele.

Señora Angustias: Le perdono, le perdono.

"Que se pudra".

Al rato, la mujer trae los cuencos y empiezan a servirse el potaje de verduras. Se lanzan como fieras. La Señora Angustias no come.

Caballo de Copas: ¿Y por qué no come la v*eja?

Sota de Copas: Caballo de Copas...

Señora Angustias: Es que he comido antes, joven... He hecho este potaje expresamente para ustedes... Además las personas mayores no tenemos mucho apetito...

Caballo de Copas pone mala cara y no se echa nada en su plato. Sota de Copas no le dice nada.

Sota de Copas: Haz lo que quieras, Caballo de Copas.

La cena es un jolgorio, están todos muy felices con el potaje de verduras.

Sota de Bastos: Tiene como algo que hace que esté de p*ta madre, mejor que los que hay en las tabernas. ¿Cuál es el ingrediente secreto?

"También le he echado un poco de caca de mi gato Misifú".

Señora Angustias: Mucho cariño y mucho amor.

Sota de Copas: Ooooh, pero qué entrañable ancianita.

Caballo de Copas: Soy yo. Anti viejas.

"Así soy yo, muy malota", piensa la Señora Angustias mientras sonríe "amablemente" al ver a sus huéspedes comiéndose el potaje con gusto. Lo que no saben es que su sonrisa es motivada porque el potaje tiene somnífero y caca gatuna. Sota de Copas se ha acabado ya el plato.

Sota de Copas: ¡Quiero más!

Señora Angustias: Sírvete todo lo que quieras.

Sota de Copas: Muchas gracias.

Y se llena el plato hasta arriba otra vez. Todo el mundo se queda mirando a la hechicera. Había acabado el primer plato en tiempo récord y, antes de que pudieran darse cuenta, ya estaba rebañando el segunto.

Sota de Bastos: Es un pozo sin fondo.

Sota de Copas: Qué rico, qué rico, quiero más.

Sota de Oros: No nos vas a dejar comer a los demás.

Caballo de Copas: Como si no tuvierais suficiente con un solo plato. Bah.

Sota de Copas se sirve una y otra vez, acabándose todos los platos con una rapidez admirable y sin dar muestras de encontrarse siquiera cansada. Todos están sorprendidos, pero más sorprendida está la Señora Angustias, que no se esperaba que las heces de su gato Misifú fueran a gustar tanto. Se estaba riendo a carcajadas en su fuero intento. "Menuda pringada, comiéndose la m*erda de mi gato. Que se j*da".

Y entre risas y risas, la cena se acaba. Todos están bien satisfechos, menos Caballo de Copas, que no ha comido nada por decisión propia.

Caballo de Copas: Apestaba a m*erda srry.

Sota de Copas: Maleducado.

Caballo de Copas: Soy.

Señora Angustias, haciendo un poco de drama: Jóvenes, estoy muy cansada... A mi edad los huesos se resienten... Por favor, ¿dejarían descansar a esta pobre anciana?

Caballo de Espadas: Por supuesto, amable mujer.

Sota de Bastos: Claro, joer, faltaría más, uaaaah, además tengo un sueño de la h*stia.

Caballo de Oros: La verdad es que sí, un descansito, porque llevamos un trote...

Y todos van a sus respectivas habitaciones. Al entrar en la habitación, Caballo de Copas pone mala cara.

Caballo de Copas: Iugh, ahora que no está la v*eja, en confianza, ¿no os parece una m*erda la casa?

Caballo de Espadas: Eres un maleducado insolente.

Caballo de Bastos: No estamos como para exigir.

Caballo de Copas: En fin, parece que a algunos les gusta dormir en un suelo incómodo con paredes mohosas y bichos. Intentaré dormir lo mejor que pueda, si se puede.

Sota de Oros: Pues yo me estoy durmiendo ya. Necesito un descansito, porque llevamos un tro...

Y cae dormido antes de acabar la frase. Tenía mucho sueño. A su lado se acuesta Caballo de Oros, que cae dormido en el acto.

Caballo de Copas se pone en pijama en una de las camas que hay enfrente de estos.

Caballo de Bastos: Uaaaah, qué p*to sueño que me ha entrao.

Y cae al suelo. Literalmente, cayendo. Y montando un gran estruendo. Se ha dormido.

Caballo de Copas: Pero vamos a ver.

Sota de Bastos: ¡J*der, Caballo de Bastos! ¿Estás bien? Uaaah...

Caballo de Espadas está con el pijama puesto y tapado.

Caballo de Espadas: Simplemente tiene sueño y se ha dormido. Uaaaahhh...

Y se duerme.

Sota de Bastos: Uaaah, tienes razón.

Y se duerme.

Caballo de Copas tiene los ojos como platos. Además, Caballo de Bastos se había quedado dormido justo a su lado, lo que le resultaba todavía más molestos. "Lo que faltaba, nochecita en casa de la viejarrona y con el pesado impresentable este al lado", piensa, mientras intenta cerrar los ojos para dormirse como el resto y que se pase la noche lo más rápido posible.


----


En la otra habitación, Sota de Espadas no puede pensar en otra cosa que en el hecho de que en toda la noche Caballo de Espadas no le ha dirigido la palabra. "Ya se está convirtiendo en algo normal, pero aun así... Es algo difícil de asimilar". Se acuesta en su sábana sin decir absolutamente palabra y se coloca mirando hacia el lado en el que no está Sota de Copas. Sota de Copas se queda mirando hacia su espalda, pensando en romper el hielo y a la vez en si eso sería desconsiderado.

"¿Qué estará pensando? Podría descubrirlo, pero no quiero leerle la mente. A ella no. Aun así, descifrar sus pensamientos es más difícil de lo que una se puede esperar. ¿Cuáles son tus preocupaciones? ¿Cuáles son los problemas que te desvelan? ¿Qué es lo que te ocurre?", piensa Sota de Copas, sin saber cómo hacer para abrir el corazón de su compañera de sábanas. "Aun así, no tengo derecho a inmiscuirme en sus cosas. Igual que yo no sé qué se pasa por su cabeza, ella no sabe mi secreto. No soy nadie para querer saber nada de ella cuando me le presento con un cuerpo falso y sin nombrar mi verdadera identidad. ¿Qué diría si supiera quién soy? ¿Qué diría si descubriera que soy una enemiga de su Reino? ¿Qué diría si se enterara de que mis pies no son así?"

Sota de Copas observa la espalda de Sota de Espadas y se fija en sus lunares, que nunca había mirado con tanto detenimiento. Los recorre con la punta del dedo.

Sota de Copas: Tus lunares forman la Osa Mayor.

Sota de Espadas se da la vuelta y, sin mediar palabra, besa apasionadamente a Sota de Copas, que se rinde ante los labios de la espadachina, que proyectaba su frustración vital en ello. No quiere pensar más, quiere escapar de su vida, de todo lo que la estaba preocupando en los últimos días. Solo en los brazos de Sota de Copas puede hacerlo. Sota de Copas, mientras tanto, decide también no pensar más en lo que sea que tuviera Sota de Espadas en su cabeza para rendirse a la pasión en sus brazos y en sus labios. Ninguna de las dos dice una palabra.


----


La Señora Angustias lo tiene todo preparado. Coge un cuchillo jamonero que tiene debajo de su almohada. "Ya tienen que haberse dormido", piensa, levantándose de forma mecánica.

Señora Angustias: Misifú, no hagas ruido.

Y toma el pasillo de la casa para dirigirse a la habitación de Sota de Espadas y Sota de Copas. Al acercarse a la puerta escucha algo que en ninguno de los escenarios posibles pensaba escuchar.

Sota de Copas: N... Nyaaaa... Mmmmm...

No se cree lo que está pasando. Un sudor frío recorre todo su cuerpo. Cuchillo en mano, decide acercarse más a la puerta para saber si estaba completamente segura de lo que estaba sucediendo.

Sota de Copas: Mmmmm... Nsghhh... Aaaaahhh... Mmmmmm... Nyaaaaa...

"¿Pero qué c*jones es esto? ¡Están fornicando! ¡En mi casa! Grrr... Esto no me lo esperaba para nada... ¿Qué c*jones? ¿Cómo pueden tener el valor de ponerse a fornicar en MI casa?". Aprieta el cuchillo con fuerza. "¿Qué clase de personas son? ¿Qué clase de educación tienen? Me voy a cagar en sus p*tos m*ertos? ¿Y cómo c*ño no se han dormido todavía? ¿Qué c*jones?".

Sota de Copas: Mmmmmm... Nsghhh... Nsghhhh... OHHHHHH...

"No lo aguanto más. No lo aguanto más. Que esta tipa sea una criminal de guerra, vale, ¿pero que se ponga a fornicar en mi p*ta casa? Se va a enterar, se va a enterar". La rabia domina el cuerpo de la Señora Angustias, que se encuentra pegada a la puerta de la habitación de Sota de Espadas y Sota de Copas esperando al momento en el que entrar a desfogar su furia interna. "Como no se duerman... ¿Cómo c*jones no se duermen? Grrrr... Y encima se ponen a fornicar EN MI CASA. EN MI CASA. ¿Qué es esto? ¿Un picadero? ¿Se están riendo en mi cara?"

Y los gemidos siguen, la cosa no tiene fin. La Señora Angustias no puede dejar de rabiar. Su tensión sube a unos límites no muy recomendables para una persona mayor. Ha entrado en bucle con la fornicación.


----


En la otra habitación, Caballo de Copas observa el techo mugroso con los ojos como platos. "No me puedo dormir", piensa. Todos los acontecimientos le tenían en vilo, lo de quedarse en casa de una vieja había sido demasiado disgusto para él como para poder conciliar el sueño. Además estaba Caballo de Bastos a su lado cubierto solamente con unas mallas que dejaban muy poco a la imaginación. "¿Cuánto le medirá?", piensa, aunque niega con la cabeza con decepción sobre sí mismo. "¿Pero qué hago pensando en esto? ¡Me la suda cuánto le pueda medir! Ya he visto que es una abominación que me partiría en dos... ¿Qué hago pensando en que me partiría en dos? Eso no tiene que importarme NADA", divaga al perder toda esperanza de caer en los brazos de Morfeo.

"Paso. Me voy", concluye mientras se levanta como si de una exhalación se tratase. En pijama, sale de la habitación para darse una vuelta. O al menos eso es lo que quería hacer hasta que se encontró con la Señora Angustias en medio del pasillo. No pudo ver qué estaba haciendo, en cuestión de segundos se volvió a meter en la habitación para quedarse junto a la puerta. "Uf, creo que no me ha visto. Lo que me faltaba encontrarme con la p*ta vieja ahora", piensa mientras suspira. Pero la curiosidad le pica demasiado como para dejarlo pasar. Disimuladamente, saca la cabecita por la puerta para ver qué está pasando.

"¿¿¿Pero qué???" Contiene muy hábilmente el grito que iba a salir de su boca al ver que la Señora Angustias tiene un cuchillo jamonero entre sus manos. "¿Qué hace en la puerta de Sota de Copas con un cuchillo jamonero? Está como escuchando. Qué p*ta grima. Tengo que hacer algo... Pero si me pilla me m*ta la vieja psicópata". Ante esta situación, ¿qué es lo que debe hacer? ¿Avisar a los demás? ¿Atacar? ¿Salir corriendo y no volver nunca? Si avisa al resto no le creerían y encima montaría un escándalo y sería peor. Mientras piensa en lo que puede hacer, se queda observando a la Señora Angustias en la penumbra cuidándose de que no le descubra.


----


Mientras tanto, Sota de Espadas y Sota de Copas se rinden a la pasión nocturna, sin que ninguna palabra se cruce entre ellas más allá de los gemidos que atormentan a la Señora Angustias al otro lado de la puerta. En ningún momento Sota de Espadas chupa los pies de Sota de Copas, lo que extraña a esta, que a la vez disfruta del lado más pasional de su compañera. Después de llegar en varias ocasiones al clímax, Sota de Espadas se duerme en medio del acto.

Sota de Espadas: Zzzzzz.

Sota de Copas no dice nada y la coloca en postura cómoda (dentro de lo cómodo que puede ser dormir en el suelo de la casa de la Señora Angustias) y la tapa con la mantita. Ella se queda sentada, recostada sobre la pared.


----


La Señora Angustias ya está a punto de caer también en los brazos de Morfeo, cuando se da cuenta de que los gemidos han parado. "¿Ya han acabado?". Pega más la oreja a la puerta para asegurarse. "¡Han acabado! Ya era hora. Es mi momento, tengo que prepararme". Agarra fuerte el cuchillo jamonero. Le entran los sudores fríos. Después de tanto tiempo le estaba dando miedo. "¿Pero cómo me puedo asustar ahora? He hecho esto miles de veces, tengo 82 años de experiencia en la materia... ¿Es porque han estado fornicando? ¿Tanto miedo me da que forniquen? No puede ser. Se acabó. Voy a entrar allí y darle un cuchillazo en el pescuezo a esa desagradecida pervertida que se pone a fornicar en casas ajenas... Además, tienen que estar dormidas ya, es lo lógico con tanto somnífero que han tomado. Venga, vamos allá". 

La Señora Angustias abre la puerta.

Desde su puerta, Caballo de Copas se alarma y sale corriendo para evitar lo que sea que fuera a ocurrir.

Pero, cuando la Señora Angustias entra a la habitación se encuentra con que Sota de Copas está completamente despierta, recostada sobre la pared, con la ropa hecha un desastre, mirando hacia la puerta y apuntando hacia ella con la mano en alto.

Señora Angustias: ¿¿PERO QUÉ??

Caballo de Copas llega y, desde atrás de la Señora Angustias, observa toda la situación.

Sota de Copas: Mantente quieta, no hagas ningún movimiento en falso.

Señora Angustias: ¿Pero cómo? ¡¡¡¿¿¿CÓMO???!!!

Sota de Copas sonríe. Caballo de Copas no sabe muy bien qué está pasando.

Señora Angustias: ¿¿¿Cómo es posible que estés despierta??? Tú...

Sota de Copas, apartando la vista hacia Sota de Espadas: He hecho lo posible para mantenerla despierta, pero al final no ha sido posible...

Señora Angustias: ¿Pero qué? Grrrr...

Sota de Copas: Tengo un sexto sentido con las personas. Cuando alguien tiene buenas intenciones puedo verlo. Cuando tiene malas intenciones también. Desde el primer momento supe que planeabas algo raro, así que...

Abre la boca y saca algo pequeño de entre sus muelas.

Sota de Copas: Esto es una minibolsita con un hechizo mágico. Puedo guardar aquí todo lo que sea, sin que aumente su tamaño. No me fiaba nada de nada, así que coloqué esta bolsita mágica en mi muela y fui introduciendo toda la comida, que, por cierto, estaba bastante mala, en ella. Suponía que algo nos habría echado. No he ingerido absolutamente nada de su potaje. Supongo que llevaría alguna clase de somnífero, por lo que veo.

Señora Angustias: Grrrrr... ¿Pero cómo?

Sota de Copas: Obviamente, por estas tierras, hay que andarse con cuatro ojos. Cualquier persona, hasta la anciana aparentemente más inocente puede estar en la Sociedad de Cazarrecompensas. Y parece que no me confundía.

La Señora Angustias rabia. No tiene palabras ante todo lo que estaba ocurriendo. Tampoco podía moverse, Sota de Copas despedía un enorme poder mágico y mantenía su mano apuntando hacia ella.

Caballo de Copas: ¡Sabía que esta vieja hedionda tenía gato encerrado!

Misifú: Miau.

Señora Angustias: Grrrr.

Supuso que en cualquier momento Sota de Copas la iba a matar. ¿Qué podía hacer ante eso? Pensó en lanzarse contra ella cuchillo en mano. Estaba decidida a ello. ¿Qué otra cosa podía hacer? Pero no pudo. En ese momento, un gran dolor se apoderó de la parte izquierda de su cuerpo.

Señora Angustias: Ahhh... Ahhhhh... Due... Le...

Caballo de Copas no sabe qué está pasando. Sota de Copas mantiene el brazo en alto, esperando que la Señora Angustias no se acercara, pero no parecía que fuera a hacerlo. La mujer se desplomó sobre el suelo y quedó tendida boca arriba con los ojos abiertos, sin emanar ninguna clase de sonido de su cuerpo.

Caballo de Copas: ¿¿Qué le has hecho??

Sota de Copas: ¿Yo? Nada. Parece que le ha dado un infarto. Ya tenía una edad.

Sota de Copas se acerca a la Señora Angustias y le toma el pulso.

Sota de Copas: Sí, parece que le ha dado un infarto.

Ante el barullo, Sota de Espadas empieza a despertarse, extrañada de toda la situación que tiene a su alrededor.

Sota de Espadas: ¿Qué pasa? ¿Qué hace Caballo de Copas aquí? ¿Y la Señora Angustias? ¿Por qué está en el suelo?

Sota de Copas: Es una larga historia.


En lo que tarda Sota de Copas en contarle toda la historia a Sota de Espadas, el resto llegan a la habitación, alarmados del estruendo que se había producido cuando la Señora Angustias se había desplomado. La escena es desoladora. Sota de Copas tiene que explicar todo a los allí presentes, que no tienen palabras. En esa situación no tenían otra cosa que hacer que marcharse. No podían quedarse allí con el cadáver de la anciana.

Tocó reanudar el viaje de madrugada. Serían sobre las cuatro o las cinco.

Caballo de Oros: Nunca he madrugado tanto... Qué horror...

Caballo de Espadas: Mirándolo por el lado bueno, podríamos estar muertos.

Sota de Espadas camina junto a Sota de Copas. No dice nada. Solo piensa en todo lo que pasó por la noche antes del incidente Angustias. "Al final desahogué todas mis frustraciones en los brazos de Sota de Copas... Fue una buena noche, pero no puedo dejar de pensar en ello...", divaga mientras el resto bosteza. Sota de Copas camina a su lado y le sonríe.

Sota de Copas: No te rayes. La casa era una m*erda.

Sota de Espadas no dice nada.

Sota de Copas: El suelo daba pena y las paredes llenas de grietas y bichos. En fin, podía haber tenido la casa en mejores condiciones. No digo que fuera un hotel de cinco estrellas, pero qué menos que que no hubiera humedades. Lo dicho, la casa una m*erda. Le pongo una estrella.

Y siguen caminando, a la deriva hacia el siguiente lugar a donde los llevase el camino.

Caballo de Copas: Zzzzz. Tengo sueño.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top