Capítulo 31: Pelea a muerte con cuchillos.
La situación pintaba chunga chunga. Un mínimo de 100 guerreros de distintas especies con aspecto de lo más sanguinario se reunía en la plaza de la aldea donde Caballo de Espadas, Sota de Espadas, Caballo de Oros y Sota de Oros acababan de asistir a la misa del Señor. Y preguntaban por los primos Varyia. Y llevaban cuchillos jamoneros.
Ante la situación, Caballo de Oros no pudo hacer otra cosa que desmayarse. Sota de Oros está a punto, pero se corta un poco.
Caballo de Espadas: Sota de Oros, llévate a Caballo de Oros adentro de la iglesia. Nosotros podemos encargarnos de esto.
Sota de Oros: Eee... Vale...
Y hace lo propio.
Después de esto sucede la verdadera purga. Infinidad de guerreros, unos más experimentados que otros, se lanzan sobre Caballo de Espadas y Sota de Espadas con sed de sangre. Ambos consiguen zafarse de los primeros que se les abalanzan sin mucho problema. Son bastante más diestros con la espada que lo que aparentan ser los cien mercenarios de la plaza. Además, los mercenarios no solo se lanzan contra los primos del Reino de Espadas, sino que también se pelean entre ellos.
Por lo que parece, solo uno se puede llevar el "botín" y no están compinchados entre sí, por lo menos todos ellos.
Uno: ¡¡Tonto el último!!
Vuelan los cuchillos, vuelan las patadas y vuelan las h*stias como panes. "Esto me recuerda a las rebajas de la herrería", piensa Caballo de Espadas. "Qué recuerdos cuando ponían cajas con los escudos de oferta y todo el mundo se tiraba a ver qué pillaba". La pelea no debía tener mucho nivel, porque a Caballo de Espadas le da tiempo a pensar en sus cosas entre movimiento y movimiento.
Sota de Espadas: ¡Cuidado, Caballo de Espadas!
Caballo de Espadas esquiva a un mercenario con un cuchillo jamonero de grandes dimensiones. Por poco no lo cuenta por estar pensando en los 8 días de oro del herrero de la Capital de Espadas. Menos mal que la advertencia de su prima le hizo ponerse las pilas. A partir de ese momento, la batalla sube su nivel y empiezan a hablarse palabras mayores. Estocadas y golpes críticos con doquier hacen que la plaza se convierta en una auténtica carnicería. Hay sangre por todos los lados y ya empiezan a verse los primeros mercenarios derrotados por los suelos.
No obstante, el cansancio empieza a apretar también a los guerreros del Reino de Espadas, que serán espadachines experimentados, pero también necesitan un descansito después de un trote. Y trotes se habían dado mucho en todo lo que llevaban de viaje. "No he podido ni descansar desde lo de ayer", piensa Sota de Espadas, que aún no está del todo recuperada de la pelea contra Sol y Luna. Caballo de Espadas no tiene mucha energía tampoco, pero por otras cosas como haberse pasado despierto toda la noche pensando en lo que sea que hubiesen hecho Sota de Espadas y Sota de Copas en el baño de la taberna.
Los mercenarios, como no podía ser de otra forma, tratan de aprovecharse de las debilidades de los primos Varyia, que cada vez quedan más a la vista. Eso sí, los mercenarios, que ya no son 100, tienen otra debilidad muy grande, y es que también se pelean entre ellos. Es difícil alcanzar a Sota de Espadas y Caballo de Espadas porque hay numerosos matones con cuchillos jamoneros frente a ellos que te atacan como intentes acercarte más a ellos. Nadie quiere perder su sitio en su camino a la gloria, salvo algunos que están más rezagados que otros.
Mercenario 1: Yo no voy a pelearme con los que hay delante, ¿pa qué? Espero mi turno, ya me llegará, a este paso.
Otro que está a su lado asiente.
Mercenario 2: Sí, además, nos hacen el trabajo sucio.
Mercenario 1: Ahora no están muy desgastados y pueden derrotar fácilmente a sus rivales. Nos conviene esperar mientras se desgastan peleando contra el resto. Cuando nos toque estarán ya muy cansados.
Pero hay tanta gente que podían pasar horas y horas.
Y a medida que pasaba el tiempo la situación era más demoledora. La plaza del pueblo se había convertido en un mar de sangre y Caballo de Espadas y Sota de Espadas ya no se libraban de sufrir sus primeros cortes. A pesar de ello, estaban acostumbrados al campo de batalla y podían seguir luchando si las heridas no eran muy profundas, así que a ello continuaban.
El tiempo sigue pasando y siguen saliendo mercenarios con cuchillos.
Caballo de Espadas: No se acaban.
Están exhaustos. Y los mercenarios se están aprovechando de ello. Cada vez tienen más cortes y sus movimientos se van haciendo más lentos. No parecen ya luchadores de primer nivel, la verdad. Hasta los mercenarios rezagados que se estaban esperando al final se acercan al ver la bajada del nivel de dificultad. Unos setenta mercenarios permanecen aún en combate. Y la cosa parece que no se acaba aún, como ha dicho Caballo de Espadas. Cuando derrotan a uno, sale otro más, y así hasta la eternidad.
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En la posada otro gallo canta. Todos los presentes en la habitación compartida habían dormido a pata suelta, menos Sota de Copas, que se durmió más tarde por haber estado dándole al coco por lo del beso.
Sota de Copas: Uaaahhh... Buenos días, vaya horas...
Caballo de Copas: Qué bien he dormido, chica, he tenido dulces sueños que no veas. Espero que tú también, aunque hayas tenido que aguantar a ese mastuerzo al lado...
Sota de Copas: He hecho lo que he podido. No he dormido todo lo que me hubiera gustado, pero en fin, es lo que hay.
Caballo de Bastos. Mastuerzo lo serás tú.
Sota de Bastos, en el suelo, se estira y se despereza, a la par que bosteza.
Sota de Bastos: Uaaaaahhhhh... J*der, he dormido a pata suelta...
Sota de Copas: ¿Sí? ¿Has estado cómodo en el suelo?
Caballo de Bastos: Es un hombre sencillo.
Caballo de Copas: Sí que sabe adaptarse a las situaciones y a las adversidades. Es, sin duda, una persona admirable y un fuerte caballero como los de antes, de esos que ya no quedan en nuestros días.
Sota de Copas asiente.
Sota de Copas: Hasta te ha dejado dormir en una cama entera para ti, te quejarás...
Caballo de Copas: Bueno, no me hubiera importado compartirla con él, la verdad.
Caballo de Bastos: Creo que a él sí le habría importado.
Caballo de Copas: Es que nadie ha pedido tu opinión.
Sota de Copas: En fin, habrá que ir a recoger al resto a la iglesia, que si no se nos hace tarde y nos queda un largo camino por recorrer.
Caballo de Copas: Qué bien hablas, reina.
Cuando llegan a la plaza del pueblo, enfrente de la iglesia, se encuentran lo que menos se esperaban encontrar: una encarnizada batalla con cuchillos y espadas en la que se están derramando litros de sangre. Casi un centenar de guerreros armados hasta las trancas atacan en grupo a Caballo de Espadas y Sota de Espadas, que ya a duras penas pueden defenderse.
Sota de Bastos: ¿Pero qué c*jones está pasando aquí?
Caballo de Bastos: Un duelo a muerte con cuchillos.
Sota de Bastos: ¿Duelo a muerte con cuchillos?
Caballo de Copas: No sé qué será eso.
Sota de Copas: ¿Duelo a muerte con cuchillos?
Caballo de Copas: ¿Qué es lo que piensan hacer?
Sota de Copas: He estado en peleas con otras pandillas y nunca había visto o escuchado algo así. Nunca. Yo creo que están peleando con cuchillos.
El ambiente se hace mucho más pesado. Estaba claro que estaban peleando con cuchillos y además, por lo que se veía, estaba corriendo la sangre. Caballo de Espadas y Sota de Espadas están muy perjudicados.
Caballo de Espadas: Creo que no puedo más, Sota de Espadas...
Sota de Espadas: Aunque muramos aquí... Habremos muerto con honor...
Caballo de Espadas: Antes de morir... Me gustaría confesarte algo...
Caballo de Copas: ¡Parece que están hablando!
Caballo de Bastos: Creo que son sus estrategias de batalla...
Caballo de Espadas: Yo... Sota de Espadas... Llevo mucho tiempo queriéndote decir esto... He esperado tanto que al final ha llegado el momento de nuestra muerte... Aun así... Tengo que confesártelo...
Sota de Espadas: ¡Espera, Caballo de Espadas! ¡Mira hacia allí!
Caballo de Espadas consigue apartar la vista durante dos segundos del campo de batalla para observar que sus compañeros de viaje habían llegado y estaban observando la batalla como quien se ve una película de sobremesa.
Caballo de Espadas: ¡Son el resto! ¡Han venido!
Desde la lejanía...
Sota de Copas: Caballo de Copas, ¿cuánto poder mágico puedes canalizar ahora mismo?
Caballo de Copas: Eeemmm... Pues como 30, más o menos. ¿Por qué? ¿Qué vas a hacer?
Sota de Copas: Vale, escúchame. Acércate a donde están Sota de Espadas y Caballo de Espadas, avísales que se junten a ti y crea una barrera de poder 25 en torno a vosotros.
Caballo de Copas: ¿Pero? ¿Qué vas a hacer? No querrás...
Sota de Copas: Haz lo que te digo.
Caballo de Copas: Pero eso...
Sota de Copas: Hazlo. Nada de peros.
Caballo de Copas se adentra en el campo de batalla para acercarse a Sota de Espadas y Caballo de Espadas. Sota de Copas dirige su mirada a Caballo de Bastos y Sota de Bastos.
Sota de Copas: Vosotros dos colocaos detrás de mí.
Los dos de Bastos le hacen caso, ¿qué otra cosa podían hacer ante esa situación? Aparte que no les apetecía hacer nada.
Caballo de Copas entra como si tal cosa en medio de la batalla. Los mercenarios de por allí se le quedan mirando como un poco mal, pero Caballo de Copas les devuelve la mirada.
Un mercenario: ¿Pero este quién se ha creído que es?
Otro mercenario: Ponte a la cola, hombre.
Otro: Menudo caradura.
Caballo de Copas: Quien se fue a Sevilla perdió su silla.
Un mercenario: ¡Nadie se fue a Sevilla!
Caballo de Copas: En fin, hola, parejita de tortolitos incestuosos, ya he llegado para salvaros el pellejo.
Sota de Espadas: ...Hola.
Caballo de Espadas: ¡No somos incestuosos!
Caballo de Copas: Tienes razón, me he pasado un poco llamándooslo a los dos... En fin, agarraos a mí y no os separéis. Tengo que hacer una cosa.
Caballo de Espadas: ¿Por qué nos tenemos que agarrar a ti?
Sota de Espadas: No le pongas pegas, Caballo de Espadas, ¿qué otra cosa podríamos hacer?
Hacen lo que Caballo de Copas les dice.
Caballo de Copas: ¡¡Barrera mágica!!
Una barrera de considerable grosor y dimensiones cubre a modo de cúpula a Caballo de Copas junto a los dos primos más buscados de Naipes. Se nota que se estaba gastando bien el poder mágico.
Desde la distancia, Sota de Copas observa todo lo que está pasando, expectante por llegar a su momento. Sota de Bastos y Caballo de Bastos miran sin decir nada. Entonces, Sota de Copas da un paso adelante y pronuncia una serie de palabras que no podemos reproducir con letras conocidas. Mientras pronuncia el hechizo, sus ojos se vuelven totalmente blancos y su cabello ondea hacia el cielo. La cosa se estaba poniendo seria, y los de Bastos estaban ac*jonados al verlo todo. La atmósfera se hace muy pesada. El cielo se oscurece. Los mercenarios y el resto de personas de allí presentes paran lo que están haciendo, la situación lo merecía. Todo indica que va a pasar algo grave aquí y ahora.
Sota de Copas: Maldad oscura infinita.
Dentro de toda esa confusión y oscuridad, los cuerpos de los mercenarios empiezan a retocerse y a sufrir grandes daños de la nada. Empiezan a brotar ríos de sangre de sus cuerpos, mientras caen al suelo. Uno a uno van perdiendo la consciencia mientras se desangran a chorros como si de fuentes se tratase.
Caballo de Copas: Qué grandioso espectáculo.
Caballo de Espadas: ¿Pero qué es esto?
Caballo de Copas: La maldad oscura infinita.
Caballo de Espadas: ¿La maldad oscura infinita?
Sota de Espadas: No sé qué será eso.
Caballo de Copas: Pues la maldad oscura infinita.
En menos de un abrir y cerrar de ojos, ninguno de los mercenarios de la plaza se tiene en pie. El suelo está cubierto de la sangre y los cuerpos de los mercenarios. El cielo empieza a aclararse, la tormenta sangrienta había empezado a escampar. Sota de Copas cierra los ojos y, acto seguido, cae tendida al suelo. Sota de Bastos intenta amortiguar el golpe como puede.
Sota de Espadas: ¡Sota de Copas!
Sota de Espadas deja la barrera corriendo hacia Sota de Copas, que está completamente inconsciente. Sota de Bastos la sujeta en sus brazos.
Sota de Espadas: ¿Qué te pasa? ¡Sota de Copas! ¡Responde!
Caballo de Espadas se encuentra todavía en la lejanía con Caballo de Copas.
Caballo de Espadas: ¿Se puede saber qué pasa? ¿Están todos muertos? ¿Qué ha pasado aquí?
Caballo de Copas: Sota de Copas ha utilizado la maldad oscura infinita.
Caballo de Espadas: ¿Pero eso qué significa?
Caballo de Copas no responde a Caballo de Espadas directamente y pasa a dirigirse a donde se encuentra Sota de Copas sin conocimiento. Al llegar allí se arrodilla, quedando a la altura de Sota de Espadas y Sota de Bastos, que están con el cuerpo de la hechicera.
Caballo de Copas: Como he dicho, ha utilizado la maldad oscura infinita.
Sota de Espadas: ¿¿Se va a recuperar??
Caballo de Copas: Claro que se va a recuperar. Ahora mismo acaba de gastar la totalidad de su poder mágico de un solo hechizo y ha perdido toda su energía. Esto es totalmente normal.
Caballo de Espadas: ¿Qué?
Caballo de Copas: Como lo oyes. En su cabeza sonaba espectacular... Utilizar un hechizo de nivel 100 para salvaros de todos esos pringadetes... En fin, las cosas que se hacen por amor o lo que sea...
Sota de Espadas se sonroja.
Sota de Espadas: Pero... ¿Ha hecho eso para salvarme?
Caballo de Copas asiente.
Sota de Bastos: ¿Nivel 100 de poder mágico? ¿Pero eso no es la h*stia de poder?
Caballo de Copas: Supongo que no vale la pena ocultarlo más. Sota de Copas es poderosa, con este hechizo ya ha quedado patente. La maldad oscura infinita es un hechizo muy fuerte, y más si lo usas en su máximo nivel como ha hecho ella. Solo pueden usarlo unas pocas personas, que son las que tienen un 100 de poder. Un hechizo que necesita tanto poder... Es muy peligroso, porque al gastarlo todo de una vez pasan cosas... Como perder toda la energía y desmayarse... Va a tardar en recuperarse. No solo tiene que recuperar su poder mágico, que es lo más fácil de todo, sino que se tiene que recuperar del shock que es para el cuerpo hacer un hechizo así...
Caballo de Bastos: ¿Pero por qué c*jones ha hecho ese hechizo?
Caballo de Copas: Supongo que para salvar a Sota de Espadas sin tener que matar a los mercenarios... Con cualquier otro hechizo que requiriese menos poder también hubiera conseguido salvarla, pero, claro, nada garantiza que no se pierda alguna que otra vida por ahí... Ya sabes.
Caballo de Espadas observa seriamente toda la escena sin decir nada. "¿Está ahora así... por salvar a Sota de Espadas?", piensa. No se lo esperaba para nada. Sabía que le había prometido que protegería a Sota de Espadas, pero, primero, no creía que se lo fuera a tomar en serio y, segundo, acababa de poner en peligro su salud y ahora estaba en una situación lamentable. No puede evitar sentir un profundo pesar en su corazón. "¿Y yo qué soy capaz de hacer?". Se sentía en una absoluta situación de inferioridad al lado de Sota de Copas, pero, a la vez, se alegraba de que apreciara de verdad a su prima. Tan de verdad como para arriesgarse por ella. Caballo de Espadas empieza a creer que Sota de Copas a lo mejor no era una persona tan terrible como pensaba. "Además ha conservado las vidas de los mercenarios". Se sentía triste y alegre a la vez. Alguien aparte de él ayudaba a Sota de Espadas, pero frente a ese alguien él jamás tendría ninguna oportunidad.
Sota de Espadas: ¿Y qué podemos hacer ahora? Todo esto es serio.
Caballo de Copas: Lo que yo haría es marcharnos de aquí. Hay muchos cazarrecompensas detrás de vuestras cabezas... No podemos quedarnos aquí más tiempo.
Sota de Bastos asiente.
Caballo de Espadas: Creo que también es la mejor opción. Ya nos tienen la pista cogida.
Sota de Espadas: Siento poneros en esta situación...
Caballo de Espadas: No me importa estar en esta situación si significa estar a tu lado.
Caballo de Copas hace gestos de vomitar.
Sota de Espadas: Id a por vuestros caballos y vámonos... Os espero aquí con Sota de Copas. Sota de Bastos, ¿tú te quedas también esperando?
Sota de Bastos: Claro.
Sota de Espadas: Entonces id al establo de la posada, si pasa algo sabré defenderme. Rápido.
Caballo de Copas mira hacia Caballo de Bastos, que había estado desaparecido durante la práctica totalidad de la conversación. Está recogiendo cosas de los cuerpos inconscientes de los cien mercenarios.
Caballo de Copas: ¿Pero se puede saber qué haces?
Caballo de Bastos: Pues quitarles los pins de la Sociedad de Cazarrecompensas. Mientras no tengan el pin, no podrán realizar nuevas misiones como miembros de la Sociedad a no ser que su superior les vuelva a encomendar un nuevo pin. Esto nos hace ganar tiempo. Además, si se funden se puede sacar un dinerito.
Sota de Espadas: Como era de esperar, la Sociedad de Recompensas.
"Entonces hice bien en quitarles los suyos a las chicas del baño", piensa.
Los Cayetanos del Reino de Oros salen de la iglesia sacando sus cabecitas por la puerta, junto con otras personas que se resguardaron allí cuando empezó la cosa a ponerse seria.
Sota de Oros: ¿Ya se ha arreglado todo?
Caballo de Oros: ¡¡¡Arghhhhh!!! ¿Pero qué es esto?
Se quedan espantados al ver toda la situación de la plaza.
Caballo de Espadas: Es una larga historia. Vamos a por nuestros caballos y nos marchamos de aquí. Por esta gente no os preocupéis, solo están inconscientes y un poco sucios.
Después de esta conversación, Caballo de Espadas, Caballo de Copas, Caballo de Bastos y los de Oros salen hacia los establos de la posada para recoger a sus caballos y emprender de nuevo su viaje hacia el Reino de Bastos. La cosa no estaba como para entretenerse más tiempo en aquella aldea donde ya habían acaparado demasiada atención. Pero, posiblemente, la aventura no había hecho más que comenzar, una vez más.
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