Capítulo 30: Sol y Luna.
La cena seguía avanzando. La taberna estaba abarrotada, se notaba que era una aldea con mucha vida. La gente hablaba alto y había un buen escándalo, pero eso le daba ambientillo. Entonces, llega un momento en el que Sota de Espadas se levanta de su silla, quedando Caballo de Espadas alarmado.
Sota de Espadas: Voy a ir al baño.
Caballo de Espadas se levanta de su asiento preocupado.
Caballo de Espadas: Pero no puedes ir sola, es peligroso. Dada la situación...
Caballo de Espadas mira a Sota de Copas.
"¿Qué pasa? ¿Ahora quieres que vaya con ella?", le pregunta la hechicera por telepatía. Caballo de Espadas pone mala cara durante unos segundos. "¿Es que acaso hay otro remedio?", responde. En efecto, miró a Sota de Copas para que se ofreciera a ir con ella. Caballo de Espadas no puede iniciar la telepatía si no la inicia Sota de Copas antes, de ahí la mirada. "En fin, tendré que hacértelo, ya que no olvido mis promesas", responde Sota de Copas a la vez que se levanta de su asiento.
Sota de Copas: Te acompaño.
Sota de Espadas se sonroja.
Mientras se levantan y se dirigen al baño, varias mesas más al fondo de la mesa en la que todos están sentados, dos muchachas jóvenes las observan. Una tiene el pelo negro y lleva ropas oscuras. Otra tiene el pelo platino y lleva ropa blanca.
Luna: Se está moviendo, Sol.
Sol: Parece que va al baño. Es nuestro momento...
Luna: Espera, espera, espera, la acompaña la otra muchacha del grupo...
Sol: Tenemos que ir ahora, no tenemos otra oportunidad. Hay que aprovechar que en el baño no llamaríamos la atención. Además, en todo caso seremos dos contra dos, nos las apañaremos.
Luna: Están entrando en el baño. Corre, levanta, antes de que vuelvan con el grupo. No tenemos tiempo que perder, las pillaremos con sorpresa cuando salgan del cubículo...
Disimuladamente, Sol y Luna se levantan y se dirigen hacia el baño. No levantan muchas sospechas entre los allí presentes. Lo lógico en una taberna es que la gente vaya al baño, al fin y al cabo.
Cuando las muchachas misteriosas llegan a los aseos, no hay nadie, o al menos eso parece a simple vista. En la sala hay dos cubículos con orinales dentro. Uno está abierto y vacío.
Luna, murmurando: Falta una...
Sol: Espera... Creo que están en el mismo cubículo... Igualmente esperaremos a que salgan...
Luna asiente.
Y el tiempo pasa y nadie sale del cubículo. Luna y Sol esperan religiosamente a que sus objetivos salgan del baño. Hasta que se empiezan a hartar.
Luna: ¿Cuándo piensan salir?
Sol: Tsk...
Siguen esperando en posición de batalla, por si las moscas, no deberían tardar mucho. Entonces, escuchan las primeras señales de vida provenientes del cubículo.
Sota de Copas: Nsghhh... Nya... ...
Sota de Espadas: ¿Te gusta esto?
Sol: ........................................................
Luna: .........................................................
Sota de Copas: S...sí... Nyyyyaaaa...
Sol: ¿Qué es esto?
Sota de Copas: P...pero... Hacer esto aquí... Es un poco vergonzoso... U...uwu...
Sota de Espadas: Déjate llevar...
Sota de Copas: Nsghhhhhhh... Ahhhh... Nyyyaaaa...
Las sospechosas visitantes que están expectantes fuera del cubículo se quedan sin palabras. Es la primera vez en su vida que se encuentran con algo así. No saben muy bien cómo reaccionar ante la situación y se miran sin saber tampoco qué decir.
Sol: Pero...
Luna: ¿Qué es exactamente lo que está pasando?
Sol se sonroja.
Luna también.
El show sigue, mientras Sol y Luna esperan que alguien salga de ahí. Pero la cosa se estaba alargando demasiado.
Sol: Estoy perdiendo la paciencia.
Sota de Copas: Nsgh... Mmmmmm... Ioioio...
Luna: Pero...
Sota de Espadas: Mmm...
Sota de Copas: Me vengo... Me vengo...
Sol: Pero...
Sota de Copas: NYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
Sol y Luna se sonrojan.
Al cabo de unos momentos, Sota de Copas y Sota de Espadas salen del baño como si tal cosa. Frente a ellas se encuentran a Sol y Luna.
Sota de Copas: ¿V...Ves como podía haber gente?
Sota de Espadas: Pero estabas de acuerdo...
Sota de Copas: Ya... Pero espero que no lleven aquí mucho rato...
Van a proseguir su camino, pero entonces sucede algo que no se esperan para nada. Luna saca siete alfileres de su ropa y los lanza contra Sota de Espadas y Sota de Copas a gran velocidad, de una manera que pillaría por sorpresa hasta a la persona con mejores reflejos de los Cuatro Reinos de Naipes. Los alfileres alcanzan de lleno a Sota de Copas, pero Sota de Espadas consigue esquivarlo, mostrándole al mundo una vez más que es un prodigio del combate y el precio de su cabeza es por algo.
Los alfileres no buscaban hacer daño ni atacar órganos vitales. Simplemente los utilizaron para inmovilizar totalmente a sus rivales. De este modo, cada alfiler pinchaba una parte de las ropas de Sota de Copas con la pared del baño, de tal manera que esta queda totalmente inmovilizada en todas sus extremidades. Dos alfileres pinchan cada pata de su pantalón corto a la pared. Un alfiler en cada manga de su camisa inmoviliza sus brazos, quedando en una especie de postura de crucifixión.
Apenas les da tiempo a reflexionar qué está pasando.
Sota de Copas: ¿Pero qué c*jones?
Sota de Espadas: ¿QUIÉNES SOIS?
Luna: Veo que has esquivado mis alfileres. Eres buena...
Sota de Espadas: ¿Por quién me tomas?
Luna empieza a echar alfileres a lo bestia, mientras Sol se retira a un lado. Sota de Espadas consigue bloquearlos todos en cuestión de segundos utilizando su espada. Sus reflejos están por encima de la velocidad de la luz. Sota de Copas observa toda la situación atónita desde su "cómoda" posición.
Sota de Copas: J*der, vaya cabreo llevan. Sabía que en este país les molestaban estas cosas, ya sabes, lo de hacer cosas +18 en el baño y en general, pero esto ya es pasarse un poquito.
Sol: ¿Pero esta qué c*ño dice?
Luna: Cállate la boca, payasa, esto no va contigo.
Sota de Espadas sigue esquivando alfileres, pero le da tiempo a razonar ante la situación que le está tocando vivir.
Sota de Espadas: Así que venís a por mí. Me lo temía. Esto está lleno de cazarrecompensas.
Sota de Copas suelta un suspiro de alivio.
Sota de Copas: Menos mal que no ha sido por lo de antes...
Sol: Ahora también es por lo de antes. Esas cosas no se hacen en un baño público. Un poco de decoro, maleducadas.
Sota de Copas: Vaya.
Sigue la pelea un rato con los alfileres, pero no va a ninguna parte. Sota de Espadas los bloquea todos sin ningún problema con la espada, aunque a duras penas le cuesta avanzar contra sus contrincantes. El ataque con alfileres solo le permite defenderse. "Están jugando a la extenuación. Con todo esto solo pretenden cansarme mientras me mantienen alejada de ellas", piensa. "¿Y la otra? Aún no ha hecho nada..."
Sota de Copas observa todo mientras se siente impotente por no poder hacer nada. "Mierda. Estar inmovilizada de pies y de brazos no es moco de pavo. Sin utilizar los brazos no puedo hacer gran cantidad de hechizos... Quizás podría hacer el h*stia p*ta j*der y poco más... Alguna barrera simple que no serviría para nada, tal vez, o algo con lo que solo necesitara chasquear los dedos sin hacer más movimiento... ¿Pero qué puede servir? Una barrera simple está claro que para nada, simplemente defendería de los ataques, pero lo que importa ahora es atacarlas a ellas. Y la comunicación telepática... Imposible... No estoy en el radio para comunicarme con Caballo de Copas y Caballo de Espadas... Quizás si se acercaran a mear al baño de tíos al estar más cerca...", reflexiona, puesto a que no le queda nada más por hacer.
Lo más impactante de toda la pelea sucede cuando Sol hace su primera aparición en batalla. Luna saca sus míticos alfileres, que parecen inagotables, y entonces Sol los apunta con un brazo a gran velocidad.
Sol: Ignición.
Las puntas de los alfileres se prenden y Luna los lanza contra Sota de Espadas, que no puede esquivarlos. La velocidad es la misma, pero las llamas la distraen, lo que le hace muy difícil bloquearlos con su espada, además de que se prendería su espada y lo que no es su espada si los alfileres ígneos llegaran a tocarla. Que se queme la tela de su ropa es fácil, y que se prenda su espada es posible al ser fuego mágico. Lo único que puede hacer es tirarse al suelo con la esperanza de que ninguno de los alfileres de fuego la alcancen.
Sota de Copas: ¡Barrera!
Una barrera mágica se interpone entre Sota de Espadas y los alfileres de fuego mágico que no había logrado esquivar, manteniendo protegida a la espadachina.
Sol: ¿Pero que esta tía sabe hacer magia?
Sota de Copas: Eso debería decir yo de ti. Tenías bien escondido tu poder mágico, enhorabuena, no lo había percibido hasta que has utilizado la ignición.
Sol: ¿Percibir mi poder mágico? ¿Pero tú quién eres?
Sota de Copas: Pues alguien con el suficiente poder para poder percibir el de los demás. Tampoco es la gran cosa.
Luna: ¿La ataco?
Sota de Copas: No te servirá de nada. Puedo hacer otra barrera.
Sol: ¿Dos barreras a la vez? ¿Pero quién es esta tía?
Sota de Copas: Tampoco es para tanto. Tú, con un nivel aproximado de 51, como puedo percibir, también podrías hacer dos barreras simples a la vez si te lo propusieras.
"Un poder mágico de 51, eso creo que es mucho", piensa Sota de Espadas.
Sol: La verdad es que nunca me lo he propuesto.
Sota de Copas: Pues no sabes lo que te pierdes. La verdad es que sienta muy bien hacer una barrera de vez en cuando.
Sol: No sé en qué contexto podría hacer una barrera. No las necesito. Soy fuerte, en batalla no me hacen falta, creo que las barreras son de cobardes.
Sota de Copas: Ya, la verdad es que a mí tampoco me gusta mucho usarlas en batalla, pero ahora, ya ves, no queda otra. Lo que digo es que hay muchos usos en la vida diaria que no se pueden dejar de lado. Por ejemplo, cuando vas de fiesta y se te acercan babosos, pues es muy útil.
Sol: No lo había pensado...
Sota de Espadas: ¿Pero se puede saber por qué estáis de charleta?
Sota de Copas: Perdón, es que veo a gente que también usa la magia y no puedo evitar darles consejos... En fin, podemos proseguir la batalla. Agradecería que me soltarais.
Luna: ¡Los c*jones!
Sol: Viendo que puedes ser una persona fuerte, pues la verdad es que no.
Sota de Copas: Ah, pero la barrera es de cobardes...
Sota de Espadas abandona su barrera.
Sota de Espadas: Pues yo estoy preparada para continuar peleando. Venga, venid, venid con la cara destapada.
"Esta chica tiene un poder mágico de 51. Si bien no sé si estoy en lo cierto, su magia se tiene que agotar en algún momento. De hecho, la charleta de ahora le ha venido muy bien para reponer magia, según tengo entendido, por eso no puedo dejar ni que descanse un minuto. Es la hora de hacer que agote su poder de 51", piensa Sota de Espadas.
Sota de Copas: Ten cuidado.
Sota de Espadas: Creo que ya sé cómo va la cosa.
Luna tira unas cuantas agujas, sin que previamente Sol les eche su magia de fuego. Sota de Espadas las bloquea rápidamente. Al estar ya acostumbrada a los movimientos de las agujas de Luna, que suelen ser siempre los mismos, consigue avanzar ligeramente. "Así que, como me esperaba, la otra chica está ahorrando magia a toda costa", piensa.
Sol quema las siguientes agujas, que son bloqueadas por una barrera simple instantánea que crea Sota de Copas para dos segundos. "¿Cuánto poder mágico gasta la ignición?", piensa Sota de Espadas. El siguiente ataque va sin fuego otra vez. "Está ahorrando y aprovechando para reponer poco a poco", concluye Sota de Espadas. Al siguiente ataque con fuego, Sota de Copas vuelve a hacer una barrera.
Sol: Grrrrr...
"Esta tipa me está molestando mucho con sus barreritas de m*erda", piensa Sol.
"Bien, moléstate, estás molesta", piensa Sota de Copas.
Después del rutinario ataque de Luna, Sol vuelve a quemar otra tanda de agujas, haciendo Sota de Copas lo propio con su magia.
Sota de Copas: Barrera.
Sol está demasiado harta.
Sol: MUTEAR.
Los labios de Sota de Copas se quedan pegados, sin que pueda ya decir ninguna palabra. Sota de Copas sonríe. "Bien, lo que quería", piensa. Sol está exhausta. Ha usado ya mucha magia, y se le nota en la mirada y en su postura: tiene la típica postura de necesitar un descansito después de un buen trote.
Luna tira sus agujas con fuerza, sin que Sol se inmute. Sota de Espadas las esquiva todas y se acerca. Además, esta vez ha tirado menos agujas que antes, parece que se le están agotando. La siguiente ocasión, Sol no usa su magia.
Sota de Espadas: Así que ya se te ha agotado.
Sol no dice nada y Luna sigue a lo suyo. Hasta que deja de seguir a lo suyo.
Luna: Mierda.
Sol: ¿Qué pasa, Luna?
Luna: No contaba con esto.
Parece que ya no le quedan agujas.
En esos segundos de conversación en los que no han hecho ningún ataque, Sota de Espadas logra acercarse a ellas, dándoles un tiempo para mentalizarse de lo que iba a ocurrir a continuación.
Sota de Espadas: ¿Y ahora qué?
Luna: ...
Sol: ...
Después de esto les da una paliza que no se les olvidaría en su vida. Ambas quedan inconscientes en el suelo del cuarto de baño de la taberna, que está bastante sucio, como cualquiera se podría imaginar. Al fin y al cabo, es el suelo de un cuarto de baño en una taberna medieval, lo raro sería que no lo estuviera.
Sota de Copas: Bueno, pues ya he recobrado la voz.
Parece que el efecto del hechizo de muteo no podía durar mucho debido a la cantidad de poder que le restaba a Sol al momento de conjurarlo.
Sota de Espadas se acerca a Sota de Copas y la libera de los alfileres que la inmovilizan. Sota de Copas se sonroja.
Sota de Espadas: ¿Estás bien?
Sota de Copas: S...sí... U...uwu...
Entonces, Sota de Copas se da cuenta de que Sota de Espadas tiene un rasguño en la cara. La sangre cae ligeramente sobre su ropa. Sota de Copas mira la herida con expresión apesadumbrada.
Sota de Espadas: No es nada.
Sota de Copas: Aun así te quedará marca...
Durante unos segundos, Sota de Copas piensa en lo que va a hacer a continuación. ¿Curarle la herida a Sota de Espadas o no curársela? En su mente no para de retumbar la idea de que si le cura las heridas a Sota de Espadas iba poder entrar en sus pensamientos siempre que lo quisiera. ¿Acaso no era eso lo que había querido desde que la conocía? Pero en esos momentos se daba cuenta que de verdad no quería eso. Nada volvería a ser lo mismo desde el momento en el que la leyera la mente, ¿pero acaso podía no hacer nada estando en sus manos curar el rostro de Sota de Espadas?
Sota de Copas posa la palma de la mano sobre la mejilla de Sota de Espadas, donde tiene el corte, y pronuncia las palabras mágicas.
Sota de Copas: Curar.
Una luz brota de la mano de la hechicera y, en cuestión de segundos, la herida desaparece. Sota de Espadas se toca la mejilla. No hay nada. Sorprendida, mira a Sota de Copas, que sigue con su expresión de pesadumbre. El corazón de Sota de Espadas empieza a latir con rapidez. Sota de Copas se sonroja una vez más. Entonces, sucede lo que pide la situación. Sota de Espadas besa a Sota de Copas en los labios.
En cuestión de segundos, Sota de Espadas se retira.
Sota de Espadas: P...perdón.
Sota de Copas está completamente roja y no sabe bien qué decir. "¡Me ha besado! ¡Me ha besado". Realmente, se sentía como si acabara de regresar a la lejana adolescencia. Sota de Espadas se acerca a donde están los cuerpos inconscientes de Sol y Luna y se queda mirándolas un momento.
Sota de Espadas: Me lo imaginaba.
Sota de Espadas coge el pin de la Sociedad de Cazarrecompensas que lleva cada una de ellas.
Sota de Copas: Se veía venir...
Sota de Espadas se guarda los dos pines.
Sota de Espadas: Volvamos. Y no digamos nada.
Sota de Copas: ¿?
Sota de Espadas: No quiero que se entere de todo esto mi primo. Se preocupa mucho.
Sin más conversación, vuelven a donde está el grupo, que las recibe entre bromas sobre lo mucho que han tardado. El que más bromea es Caballo de Copas. Mientras tanto, Caballo de Espadas no disimula bien la rabia que le provoca toda esa situación. ¿Por qué habían tardado tanto? ¿Qué habían estado haciendo? Se esperaba lo peor de entre todas las cosas que podían pasar en un baño, y en parte no se equivocaba, aunque ignoraba completamente cómo acabó desenvolviéndose la cosa. Mientras, se arrepentía de haber pedido a Sota de Copas que acompañara a su prima.
Después de todo eso, vino la noche, que pasó sin mucho problema. En la habitación de la "multitud", Sota de Bastos volvió al suelo para no causar problemas entre sus acompañantes. En ese momento, Caballo de Copas sintió como que le daban la mano y que él debía cogerse el brazo, así que, sin preguntar a los demás, se metió en una cama y se colocó de manera que no dejaba espacio a nadie más a grito de "¡Pues toda la cama para mí!". Sota de Copas y Caballo de Bastos no tuvieron más remedio que dormir juntos, aunque no pasó nada fuera de lo común. Entre los ronquidos de Caballo de Bastos, Sota de Copas pensaba en todo lo que había ocurrido en el baño.
"Me ha besado... Aún no me lo puedo creer. Ha sido tan repentino", pensó. Y siguió dándole a los pensamientos durante toda la noche. Aquello que ocurrió en el baño le pareció muy impactante. Había besado a muchas personas. Había sido besada por muchas personas. Pero ese beso, de algún modo, hizo que su corazón latiera como cuando era joven. Y el beso no fue lo único que ocurrió. Evidentemente, lo que pasó dentro del cubículo no había tenido más significado que lo de otras veces, pero todo lo de después de la batalla... Desde el momento de la curación todo fue demasiado intenso. "La curación... Ahora tengo acceso a su mente", piensa. "Pero, aun así, justo ahora que puedo saber todo lo que se le pasa por la cabeza, no quiero hacerlo". Algo había cambiado en Sota de Copas. Toda aquella curiosidad que tenía por los pensamientos y las inquietudes de Sota de Espadas seguía estando ahí, pero, a pesar de eso, sentía que no podía cometer tal intromisión en su privacidad. En ese momento supo que quizás sus sentimientos se habían hecho mucho más fuertes de lo que pensaba.
Al día siguiente había misa. Caballo de Espadas, Sota de Espadas, Sota de Oros y Caballo de Oros madrugaron para el importante evento que tenían en la casa del Señor. A las 11 de la mañana, la plaza de la aldea ya estaba llena de gente, pero muchas de esas personas no tenían pinta de ir a misa. Algunos de ellos se quedaban mirando a los visitantes de tierras lejanas. El trayecto que comprendía toda la plaza estuvo repleto de miradas indiscretas que hacían que más de uno de ellos se sintiera incómodo.
Sota de Oros: ¿P...por qué nos miran? Iugh...
Caballo de Oros: ...¿Es porque soy feo?
Caballo de Espadas: No lo creo. Somos forasteros aquí, la gente de este pueblo no nos conoce y seguro que no están acostumbrados a ver caras extrañas.
Sota de Oros: Sí, será eso...
Sin hablar más, entran en la iglesia. Allí pasan una hora bastante larga de sus vidas. Durante todo ese tiempo, la plaza se va llenando más y más de gente. Gente con pinta cada vez más sospechosa. Y todos estaban mirando con los ojos fijados en la puerta de la iglesia. La plaza del pueblo se va llenando de personas con aspecto sospechoso como si de palomas con hambre de migas de pan se tratara. Algunos se miran entre ellos durante segundos. Otros se echan miradas asesinas entre sí. Lo que sí está claro es que el ambiente era muy tenso.
Después de toda la misa, los cuatro forasteros salen de la iglesia sin reparar mucho a su alrededor. Ya han olvidado aquello de lo que charlaron justo antes de entrar. Caballo de Espadas piensa en lo que ha pasado dentro de la iglesia "una vez más que no confieso mis pecados ante el Señor... ¿Cómo podría hacerlo? Me merecería el peor de los infiernos por hereje... Aun así, con todo el tiempo que llevaba sin venir y no he podido hacerlo... Y cada vez acumulo más pecados a mis espaldas. ¿Cómo podré entrar en la iglesia la próxima vez?" . Mientras tanto, el resto habla de cosas banales de la vida.
Sota de Oros: ¡Me ha encantado! ¡Hacía mucho que no venía a misa! ¡Los pelos como escarpias!
Caballo de Oros: Ya te digo. O sea, cuando hemos cantado el alabaré alabaré... Se me ha saltado alguna lagrimilla.
Entonces, levantan la vista y se dan cuenta de todo lo que tienen frente a sus ojos: como mínimo, un centenar de personas con pinta de mercenarios y armados hasta los dientes los miran con ojos de sed de sangre. Algunos les apuntan con cuchillos jamoneros.
Uno de ellos: Así que vosotros sois los famosos primos Varyia.
Caballo de Oros se desmaya en el acto.
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