Capítulo 20: Resacón.

El ruido de gemidos cercanos que traspasan la pared despierta a Sota de Copas. Antes de abrir sus ojos, se percata de que no está en una habitación conocida. Su piel desnuda roza con las sábanas de suave algodón de alta calidad que visten las grandes camas de invitados del Feudo de Uvunu.

Voz: Ahhh aahhhh, sigue, sigue, no pares.

Otra voz: Sigo, sigo, no paro.

"Menudo resacón que llevo", piensa Sota de Copas. Los de la habitación de al lado se estaban dando un buen festín, pero no puede pensar mucho en ello. Pese a la resaca, consigue abrir sus ojos legañosos y, efectivamente, confirma que no está en una habitación conocida. Hasta ahí llegaba. Lo que no se podía esperar de ninguna forma es que a su lado, en la misma cama, bajo las mismas sábanas de suave algodón de alta calidad se encontraba Sota de Bastos. El susto que se lleva es considerable. Que no pegue un alarido es un auténtico milagro.

"¿¿¿¿¡QUÉ!????", es lo primero que se le pasa por la cabeza. "¿Qué hace este tío aquí? ¿O qué hago yo aquí con este tío?", es lo segundo que se le pasa por la cabeza. No se acuerda de nada de lo que pasó anoche aparte de que bebió mucho. Y de que Sota de Bastos también bebió mucho, porque hicieron una especie de torneo de aguantar bebiendo o lo que sea. Y en qué momento. Ahora estaba en pelotas en una cama con Sota de Bastos.

Después de un rato tratando de asimilar dónde se encontraba, piensa en frío. "Vamos a ver, pero esto no quiere decir nada". Igual no se habían acostado, igual solo estaban ahí durmiendo o pasando el rato. Cosas más raras se han visto. Pensando en frío y con toda la tensión del momento, la tensión de no saber qué ha pasado, levanta ligeramente las sábanas para ver qué hay debajo, con cuidado de no despertar a Sota de Bastos, que duerme plácidamente.

El resultado de la operación resulta devastador. "No, no, no, no puede ser, no puede ser". Sota de Copas se encontraba en el peor de los escenarios. Sota de Bastos estaba completamente desnudo. "¿Qué hago ahora? Esto solo puede significar una cosa... Este tipo y yo... En pelotas... En una cama... Hemos tenido que fornicar seguro. ¿En qué momento? ¡En qué momento! Al menos podía acordarme...", piensa. Demasiadas emociones se pasaban por su mente, y ninguna buena. No solo se había acostado con uno de sus compañeros de viaje, frente al cual no sentía ninguna clase de atracción, sino que no se acordaba y no podía opinar sobre la experiencia.

No puede asimilar la situación. ¿Por qué tuvo que beber esa noche? ¿Por qué se pasó tanto con el alcohol? Trata de recordar, pero no lo consigue. Lo único que le queda es calmarse. Pero no puede, los pensamientos brotan como un torbellino en su mente. No puede parar de preguntarse qué ha pasado y por qué. Y los gemidos que se oyen desde la habitación de al lado no ayudan mucho. Tiene la cabeza como un bombo.

Voz: Ahhh, ahhhhh, cuánto duras.

Otra voz: Nsgh...

"Así no puedo concentrarme. A ver, piensa, Sota de Copas, piensa, ¿qué pasó anoche? Bebiste alcohol del malo y del bueno en la fiesta... Hiciste una pelea de beber con Sota de Bastos... Ibas ganando la pelea... ¿Y después? PIENSA, PIENSA, ¿qué pasó?", pero pensar no le llevaba a ninguna parte. Entre tanto, ya que estaba ahí, le picó la curiosidad. Sota de Copas volvió a levantar las sábanas y miró a Sota de Bastos.

"Pues no está nada mal dotado", piensa. Y entonces se percata de algo. "El cinturón de castidad mágico, ¿cómo no me di cuenta antes?". En efecto, Sota de Bastos tenía un cinturón de castidad mágico, confirmado por las palabras de Caballo de Bastos en su momento y por la vista de Sota de Copas ahora mismo. Por un momento, un rayo de esperanza ilumina a Sota de Copas. "Igual no ha pasado nada, claro, con eso es un poco difícil...". Pero poco le dura. "No, qué va, hay muchas otras formas de tener contacto sexual en las que no hace falta usar su bubujiji... Además, en su momento le quité la maldición, así que ahora puede literalmente hacer alguna cosa... ... ... ¡¡No te imagines cosas!!". Entonces, Sota de Copas ve algo en la habitación que le hace pensar.

El basto de Sota de Bastos (en el buen sentido) se erige apoyado en la pared de la abitación. Un escalofrío recorre todo el cuerpo de Sota de Copas. "¿Y si...?", está horrorizada. Lo mira con pavor. Se quedó helade. "No, no, no, es imposible... O sea... Me habría desgarrado por dentro...". Pero la sombra de la duda queda en su subconsciente.

Entonces, Sota de Bastos se mueve ligeramente. Sota de Copas se percata de que puede despertarse en cualquier momento y encontrarla ahí. ¿Y qué puede hacer? Existe una posibilidad de que se acuerde de qué es lo que ha pasado, pero también existe una posibilidad de que no sepa nada. En el caso de que no supiera nada, lo ideal sería que no la encontrara en la habitación, lo que sería similar a que nada hubiera pasado. Tenía que marcharse de ahí en cuanto pudiera, sin hacer mucho ruido y sin que nadie la pillara al salir.


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Caballo de Espadas amanece al lado de Sota de Espadas. Lo primero que ve al despertarse son sus rizos rubios. Cree que sigue soñando.

Sota de Espadas: ¿Ya estás despierto?

Caballo de Espadas: ¿Estoy despierto? ¿Esto es un sueño?

Sota de Espadas pasa su mano por delante de los ojos de Caballo de Espadas varias veces.

Sota de Espadas: ¿Hola?

Caballo de Espadas se percata de que sí está despierto.

Caballo de Espadas: Ah, sí... Hola, Sota de Espadas... Buenos días...

Sota de Espadas: Te quedaste dormido.

Está en el mirador donde perdió la consciencia esa misma noche. Recuerda que Sota de Espadas lo proclamó "su hermano" y se desanima. En ese momento tuvo una especie de desconexión con la esfera terrenal y empezó a recordar sus tiempos antiguos, remontándose incluso a cuando era un espermatozoide. "Ahora recuerdo todo", piensa. Se quedó dormido por el shock y debe llevar ahí en el mirador toda la noche. Y Sota de Espadas se quedó a su lado.

Caballo de Espadas: ¿Has estado aquí todo este tiempo?

Sota de Espadas: Claro.

Caballo de Espadas: Pero...

Sota de Espadas: No te iba a dejar aquí solo.

Caballo de Espadas se sonroja. Por algún motivo eso le hace muy feliz.

Caballo de Espadas: Muchas gracias, no sé qué decir.

Sota de Espadas: No tienes que decir nada, tú siempre te quedas a vigilar por las noches. Porque un día te quedes dormido no pasa nada.

Caballo de Espadas: Supongo que llevaba mucho tiempo sin dormir.

Sota de Espadas: Aunque quizás no hayas descansado mucho. No sé, este suelo no parece muy cómodo. Y te has dormido sentado.

Caballo de Espadas: Estoy bien, pero tú querrás descansar... Y, otra cosa, ¿me he quedado dormido así sin más?

Sota de Espadas: Sí, no sé, parecías estar muy cansado. Te quedaste en trance.

"No parece que haya dicho nada raro", piensa, mientras suelta una especie de suspiro de alivio.

Sota de Espadas: Bueno, vamos ya al castillo. No vamos a quedarnos aquí todo el día. Ya es un poco tarde...

Caballo de Espadas: Tienes razón. Supongo que nos darán de comer, y tú tendrás que dormir algo.

Sota de Espadas: Si es por eso no te preocupes, pero sí.

Y suben a sus aposentos en el Castillo de Uvunu. Caballo de Espadas acompaña a Sota de Espadas a la puerta de su habitación.

Sota de Espadas: No tenías por qué acompañarme hasta aquí.

Caballo de Espadas: No es nada jejej. Buenas noches, o días, no sé.

Sota de Espadas: Gracias, Caballo de Espadas. Descansa tú también, que ahí fuera no habrás dormido bien.

Caballo de Espadas: Lo intentaré. Hasta luego u uwu...

Sota de Espadas cierra la puerta de la habitación. Caballo de Espadas se queda solo en el pasillo medio embobado. Antes de marchar a su habitación suelta un ligero suspiro de pesar, como es costumbre en él. Las cosas del amor no correspondido. Entonces, se abre una puerta. Caballo de Espadas levanta la vista. Es la puerta de la habitación de Sota de Bastos.



Las miradas de Caballo de Espadas y Sota de Copas se cruzan por un momento. "Mierda, me han pillado y justo me tenía que pillar este", piensa Sota de Copas. Desde luego, esta no estaba siendo su mejor mañana. Caballo de Espadas no dice nada, aunque en sus ojos se puede ver la desaprobación, a pesar de que esto sea lo común en su mirada cuando se trata de Sota de Copas.

Sota de Copas: No me mires así.

Caballo de Espadas: No te miro de ninguna forma.

Sota de Copas: Te juro que te lo puedo explicar... O no, no puedo explicarlo... Bueno, no te tengo que explicar nada, qué c*jones.

Caballo de Espadas: A mí no me tienes que explicar nada. Por suerte, no soy nada tuyo ni tengo nada que ver contigo.

Sota de Copas: En fin, bueno, hasta más ver.

"Justo, de todas las personas que hay en el mundo, me tengo que encontrar con este tipo. Y encima me ve saliendo de la habitación del otro... En fin, sea lo que sea, tengo que descubrir si ha pasado algo entre Sota de Bastos y yo. No me puedo quedar de brazos cruzados sobre todo cuando estoy yo implicada", piensa. Y sigue pensando, mientras mira a cámara. "Como inciso diré, para el lector, que no puedo leerle la mente a Sota de Bastos porque cuando le curé no lo hice directamente, sino que el hechizo lo lancé sobre la poción, que sé que muchos os lo estaréis preguntando".

Caballo de Espadas sigue parado ahí.

Sota de Copas: ¿No vas a ninguna parte?

Caballo de Espadas: No te importa.

Sota de Copas: Pff, qué chico más desagradable.

Y va a meterse en su habitación, pero entonces los gemidos que provienen de la habitación de Caballo de Bastos resuenan más fuerte. Se están moviendo hasta las paredes. Se produce un silencio incómodo entre Caballo de Espadas y Sota de Copas. 

Voz: Ahhhhhh, ¡¡¡sí!!! ¡¡¡sí!!!

Caballo de Bastos: Ufff... Ya me queda poco...

Voz: Nghhhh... Llevamos aquí... ¿6 horas? Más vale...

Caballo de Espadas: ...

Sota de Copas: ...

Caballo de Espadas: ...

Sota de Copas: ...

Caballo de Espadas: Bueno, hasta luego.

Sota de Copas: Eh, sí, hasta luego...

Sota de Copas entra a su habitación entre todo el griterío. Dentro encuentra la paz, relativamente, porque los gemidos se oyen todavía dentro. "Qué gente más escandalosa", piensa, aunque se queda un rato escuchando atentamente. Hasta que se acaba cansando. Entonces empieza a pensar. "A ver, anoche había más gente. Alguien tiene que saber por dónde van los tiros... A ver... Anoche estaba con Sota de Bastos bebiendo, pero también estaban los Cayetanos... Y Caballo de Copas". Una luz ilumina a Sota de Copas. También estaba Caballo de Copas, y Caballo de Copas se entera de todo, porque no hay nadie más cotilla que Caballo de Copas. Algo tenía que saber. Además tenía suficiente confianza con Caballo de Copas.

"Aunque Caballo de Copas... Igual si se entera de que me he acostado con Sota de Bastos me mata o algo. Justo tenía que ser con ese... Pffff... Eso si no me ha retirado la palabra ya o lo que sea...", piensa. "Sea como sea, de perdidos al río". Sota de Copas decide ir a la habitación de Caballo de Copas a enfrentarse a la realidad y a preguntar lo que sea. "Pero antes, voy a mirar a través de la puerta a ver si el otro se ha ido, que no me apetece encontrarme ahí con él otra vez".

Sota de Copas: ¡H*stia p*ta j*der!

Después del breve hechizo, las venas que rodean los ojos de Sota de Copas se hinchan y sus ojos se ponen blancos. Ya puede ver a través de la puerta.

Sota de Copas: J*der, sigue ahí.

Caballo de Espadas se pasa un buen rato mirando a la nada en soledad. Todo indica a que está inmerso en sus pensamientos. Aunque por fin llega el momento en el que se va a su habitación. Sota de Copas puede salir de su habitación sin tener que encontrarse a nadie por los pasillos.

Cuando llega a la habitación de Caballo de Copas llama a la puerta. Toc toc toc. Pero este no responde. "Mierda, ¿qué estará haciendo?", piensa. Aunque no le importa mucho, porque hay un hechizo para todo.

Sota de Copas: Alohomora.

Se abre la puerta.

Caballo de Copas está ahí sentado en la cama, con unas ojeras que le llegan hasta los tobillos, mientras se muerde las uñas.

Sota de Copas: Uy, creía que estarías haciendo algo, pero ya veo que no.

Caballo de Copas: ¿Qué haces aquí?

Sota de Copas: Pues hacerte una visitita.

Caballo de Copas: No me haces una visitita si no quieres nada. ¿Qué quieres?

Sota de Copas: Uy, qué borde que estás hoy. ¿Has dormido mal? ¿Qué te pasa?

Caballo de Copas: No he pegado ojo.

Sota de Copas: ¿Y eso?

Caballo de Copas: Por los gemidos...

"¿¿¿¿Por los gemidos???? No me digas que... ¿Y si se refiere a...? Además a mí se me oye mucho..."

Sota de Copas: ¿Qué gemidos?

Caballo de Copas mira mal.

"Mierda, mierda, me está mirando mal".

Caballo de Copas: Pues los de quien sea que esté f*rnicando con Caballo de Bastos. ¿O es que no los oyes?

Sota de Copas suspira.

Sota de Copas: A ya.

Caballo de Copas: ¿Por qué ese alivio?

Sota de Copas: Nada, nada... Oye, ¿sabes qué hice anoche?

Caballo de Copas: Pues no sé, la verdad, bebiste mucho. Hiciste una pelea de a ver quién bebe más con Sota de Bastos y seguíais y seguíais y yo ya me harté un poco y me fui a dar una vuelta por el castillo.

Sota de Copas: ¿Y no hubo nada raro?

Caballo de Copas: Pues no que yo sepa. No sé, no estoy pendiente de todo lo que haces, chica.

Sota de Copas: ¿Y de Sota de Bastos no estás pendiente?

Caballo de Copas: Bueno, esa es otra cosa... Pero la verdad es que no me noticeaba nada y me estaba poniendo malo, así que me fui. Estaba muy pesadito con el duelo ese de beber o lo que sea.

Sota de Copas: ¿Y en el castillo después no viste nada?

Caballo de Copas: J*der, cuánto misterio, ¿qué es lo que quieres saber? No me gustan estos secretitos.

Sota de Copas: Nada, nada, es que simplemente me interesa saber lo que hace la gente...

Caballo de Copas: Pues no, no vi nada, me metí en la habitación y después llegó Caballo de Bastos a la suya con más gente y debieron seguir con la orgía, porque desde entonces ha habido un escándalo ahí... Desde entonces no pude oír nada más... Solo golpes, gemidos, embestidas... Qué desagradable... Creo que se han cargado algún mueble... En fin, mucha grimita, no pegué ojo.

Sota de Copas: Qué raro que te den grima esas cosas a ti.

Caballo de Copas: ¿Por qué lo dices?

Sota de Copas: No sé, si siempre hablas de lo mismo.

Caballo de Copas: Me da grima Caballo de Bastos. Y mira que antes me parecía que tenía un pase, pero cada vez me da más asquito... Tanto fornicar... Le van a salir ladillas.

Sota de Copas: Ya, bueno, ea, me voy.

Caballo de Copas: ¿Pero no venías a hacerme una visita?

"No puedo perder más tiempo, tengo que preguntar a Caballo de Bastos, que igual sabe algo de cuando llegó a la habitación, otro día hablamos".

Sota de Copas: Sí, pero me he acordado de que tengo que hacer una cosa.

Caballo de Copas: Ah, las cosas de la gente ocupada.

Sota de Copas sale de allí sin haber sacado nada en claro aparte de que Caballo de Bastos se había cargado algún mueble, por lo menos en la percepción de Caballo de Copas. Lo interesante es que Caballo de Bastos llegó a la habitación desde la orgía en algún momento, y para ir desde la orgía hasta las habitaciones tenía que haber pasado por la fiesta, donde se supone que estaban bebiendo. Porque deberían estar bebiendo, si Caballo de Copas no oyó nada antes de que llegara Caballo de Bastos a su habitación. Y si no estaban bebiendo en ese momento, podría tener indicios de algo, aunque no se sabe de que.

"Veamos, la cronología de los hechos... Estábamos bebiendo en la fiesta... Allí estaba Caballo de Copas. Y también los Cayetanos. Caballo de Copas se fue al castillo antes, se dio una vuelta y se metió en su habitación. Allí no oyó nada hasta que llegó Caballo de Bastos a su habitación con más gente. Y desde ese momento no oyó nada más por los gemidos", divaga de camino a la habitación de Caballo de Bastos. A medida que se acerca, los gemidos aumentan de volumen.

Cuando llega a la puerta, Sota de Copas no se lo piensa dos veces.

Sota de Copas: Alohomora.

La puerta se abre de par en par. Lo que se encuentra allí es desolador.

Sobre un colchón tendido sobre las patas rotas de lo que algún día fue una cama, Caballo de Bastos fornica con una muchacha del pueblo a lo hard s*x.

Chavala: AHHH SÍ SÍ SÍ QUÉ BUENO, PAPI...

Caballo de Bastos: Nghhh... Nghhhh... ¿Te gusta?

Chavala: ¡¡Sí!! ¿Cuánto llevamos ya?

Caballo de Bastos: No sé, mucho...

Parece que no se han dado cuenta de que Sota de Copas ha entrado en la sala.

Sota de Copas: Ejem.

Caballo de Bastos gira su cabeza y se encuentra con que tiene visita.

Caballo de Bastos: Ah, hola.

Sota de Copas: Holiwis.

Caballo de Bastos: Disculpa, ahora mismo no te puedo atender, espérame fuera un rato.

Sota de Copas: Vale.

Y sale de la habitación. Se queda esperando un buen rato. Los minutos pasan, pero no le debía quedar mucho para acabar, porque en menos tiempo de lo esperado, la chavala con la que estaba Caballo de Bastos fornicando sale de la habitación.

Chavala: Buenos días.

Sota de Copas: Buenos días.

Cuando se va de allí, Sota de Copas espera a que Caballo de Bastos se ponga algo de ropa o lo que sea, pensando bien. No espera mucho rato. La puerta de la habitación se abre, Caballo de Bastos aparece solamente tapado por una toalla que le cubre de cintura para abajo.

Caballo de Bastos: Pasa ya, si quieres.

Sota de Copas: No he venido a fornicar.

Caballo de Bastos: Ya lo imaginaba.

Sota de Copas pasa. La habitación está patas arriba.

Sota de Copas: Tienes esto hecho un desastre.

Caballo de Bastos: Ya, bueno, ya sabes... ¿Qué quieres?

Sota de Copas: Te quería preguntar una cosa.

Caballo de Bastos: Di.

Sota de Copas: ¿Me viste anoche más tarde de que te fueras a la orgía? Quiero decir... Cuando volvías de la orgía, ¿me encontraste en la fiesta?

Caballo de Bastos: No lo sé, no me paré a mirar mucho... Iba a mis cosas... Ya sabes, cosas de orgías.

Sota de Copas: Verás, te lo voy a decir directamente. Esta mañana me he despertado desnuda. En la cama de Sota de Bastos.

Caballo de Bastos: ¿Qué?

Sota de Copas: Él también estaba desnudo.

Caballo de Bastos se queda perplejo, no tiene palabras. Esto sí que no se lo esperaba. Después de unos segundos de conmoción, recupera la conciencia.

Caballo de Bastos: Habrá sido un error, seguro que no has mirado bien.

Sota de Copas: Te aseguro que he mirado bien. Tiene un lunar en la ingle.

Caballo de Bastos: No me des pruebas, no le he visto la ingle.

Sota de Copas: Creía que habíais vivido mucho juntos.

Caballo de Bastos: Nunca me he fijado en su ingle, j*der.

Sota de Copas: Ya... Bueno, el hecho es que he amanecido en su cama. ¿Tú qué opinas? ¿Ha habido tema que te quemas?

Caballo de Bastos: Hmmmm... Déjame pensar... Siendo Sota de Bastos yo diría que no, pero, claro, me lo pones así...

Sota de Copas: Intenta recordar, ¿no viste nada al volver de la orgía?

Caballo de Bastos intenta recordar, ahonda en sus pensamientos, recuerda hasta aquellos momentos en los que solo era un espermatozoide. Pero no logra recordar nada que haya visto esa noche. No estaba pendiente de nada aparte de seguir la fiesta en su habitación.

Caballo de Bastos: Veamos... Estuvimos bailando y esas cosas que se hacen en las fiestas, pero entonces me harté y pensé que ya era hora de fornicar un poco, así que me fui a la orgía. Después estuve en la orgía a saber cuánto tiempo. Recuerdo que la gente se cansaba y se iba, la cosa se alargaba mucho. Al cabo de dos horas solo quedábamos unos valientes. Aun así duramos un rato más. Pero se fue yendo todo el mundo hasta que la orgía se quedó vacía. Solo quedamos dos, la chica que viste hace un momento y yo. El ambiente no era el mismo de antes, así que la invité a subir a mi habitación. Y en el camino a la habitación... ... ... Iba tan apresurado pensando en las ganas que tenía de llegar que no reparé en nada de lo que vi. Puede que siguierais de fiesta... Puede que no... En las habitaciones no vi nada raro... Todo estaba como lo dejamos cuando bajamos a la fiesta.

Sota de Copas: Me guardo esta información por si me puede valer más tarde. Gracias, Caballo de Bastos, aunque no me hayas aclarado nada.

Caballo de Bastos: De todos modos, no creo que Sota de Bastos haya hecho nada. Desde el retiro espiritual te aseguro que es un santo varón... No ha hecho nada sexual, salvo lo que sea que hiciera en el Bosque de los Lamentos, y te aseguro que será por el lago ese o lo que sea. Además, tú no eres una elfa.

Sota de Copas: También hizo BDSM con Caballo de Copas.

Caballo de Bastos: No hizo BDSM con Caballo de Copas.

Sota de Copas: ¿Y tú qué sabes? A veces creemos que conocemos a las personas y no las conocemos de verdad. Te sorprenderían los misterios que albergan las mentes humanas. Yo ya he visto cada cosa...

Caballo de Bastos: Te aseguro que la vida me ha dado muchas sorpresas, pero Sota de Bastos ninguna.

Sota de Copas: En fin, gracias, Caballo de Bastos, adiós. Y ordena esto un poco.

Sota de Copas sale de allí, sin un rumbo fijo, aunque para las horas que son, debe quedar poco para que sirvan la comida, aunque nadie les ha avisado. En estas, Sota de Copas baja las escaleras para ir al salón, porque no tiene nada mejor que hacer. Entonces ve algo que llama mucho su atención. En medio de las escaleras hay una pota descomunal, una pota que tienes que ir muy ciego para no haber visto.

"Todo estaba como lo dejamos cuando fuimos a la fiesta. Eso dijo Caballo de Bastos. Y esta pota la tiene que haber visto al subir, porque vaya pota... Y es algo de lo que no te olvidas tan facilmente... Madre mía qué pedazo de pota", piensa. Y sigue pensando. "Si no ha visto esto es que no estaba cuando ha subido... ¡Esta pota tiene que ser mía o de Sota de Bastos! Aunque, después de saber esto, me quedo igual que antes...".


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Sota de Bastos amanece al mediodía. Está un poco mareado y aún tiene sueño, a pesar de que sentía que había dormido bastante. Tenía una buena resaca. A pesar de todo, recuerda bastante de lo que vivió ayer. "J*der, me lo pasé de p*ta madre anoche", piensa. Aunque tiene ciertas lagunas. No recuerda todo lo que ha pasado, pero en general tiene una idea a grandes rasgos de que se lo pasó de p*ta madre. Comió chuletón de cordero, bebió, bailó, volvió a beber y tuvo un duelo de p*ta madre con Sota de Copas.

"Jajaja, peazo de noche", sonríe mientras recuerda los mejores momentos. Se lo pasó muy bien y va recordando y se va riendo. "Jjajaja, j*der, la de p*tas cervezas que nos bebimos". Lo recuerda todo con ternura, se nota que pasó una buena noche. Y es que, por lo menos para Sota de Bastos, todo fue una noche de alcohol y diversión. Nada más allá. Nada especial. No hizo nada fuera de lo común. Y acostarse con gente no está dentro de lo común para él. O, al menos, hasta ahí alcanzan sus recuerdos.

"En fin, a comer que me suenan las tripas". Sota de Bastos asume que les van a dar de comer hoy también y decide bajar al salón del día anterior. Evidentemente, después de haberse vestido.

Cuando baja, se encuentra con Sota de Copas.


Sota de Copas está sentada en una de las sillas del gran salón de Uvunu, como esperando a que le traigan de comer o algo. Esperaba que la gente fuera a ir bajando, pero lo que no esperaba era que el primero de todos fuese Sota de Bastos. Lo único que puede hacer es sonrojarse. "¿Por qué tú el primero?".

La mirada de Sota de Bastos se ilumina. Hay una sonrisa en su cara. Por algo está muy contento, ¿pero por qué? Sota de Copas está de los nervios y eso que acaba de llegar. "J*der, ¿por qué pone esa cara? Me c*go en mi vida".

Sota de Bastos: ¡Hola! Buenos días. Jaja, lo de anoche estuvo de p*ta madre.

"MIERDA. ¿Cómo que lo de anoche estuvo de p*ta madre? ¿Estás confirmando lo que creo que estás confirmando? J*der, ya no hay otra, ya está bastante claro, ¿no?". Sota de Copas no sabe dónde meterse. Se pone muy nerviosa. No solo no se acuerda de nada, sino que parece que Sota de Bastos está confirmando lo que no quiere que le confirmen, y no solo se queda ahí, sino que lo comenta. 

Sota de Copas: Jaja, sí, si tú lo dices...

Sota de Bastos: Fue la p*ta h*stia. Jaja, nos lo pasamos de p*ta madre. No conocía esta faceta de ti...

"Claro que no la conocías".

Sota de Copas: Pues ya ves, la vida te da sorpresas.

Sota de Bastos: Jaja, supongo que es lo que pasa porque no nos conocíamos en esas circunstancias, claro, no habíamos tenido la oportunidad.

"Claro que no lol".

Sota de Copas: Tampoco es que sea algo que se haga a la mínima oportunidad...

Sota de Bastos: ¿No? J*der, pues podríamos repetir, me lo pasé de p*ta madre. Estuvo genial.ç

"¿Repetir? LOS C*JONES".

Sota de Copas: Bueno, bueno, repetir... Te estás apresurando mucho... No diría yo de ir tan rápido, yo diría de ir más bien lento... Lento como una tortuga... Como una tortuga a la que le faltan las dos patas y está encerrada en un hoyo del que no se puede mover ni un centímetro, ni un milímetro...

Sota de Bastos: Bueno, tú tómate el tiempo que quieras, no te voy a presionar.

"Qué detalle".

Sota de Copas no dice nada más. Se forma un silencio, pero Sota de Bastos intenta romper el hielo.

Sota de Bastos: ¿Sabes? Después de lo de ayer creo que deberíamos ser amigos, tú y yo nos llevaríamos de p*ta madre.

Sota de Copas: ¿Sí?

Sota de Bastos: Creo que tenemos gustos compatibles. J*der, nos gustan las mismas cosas.

"¿Qué son las mismas cosas? ¿Sadomasoquismo? ¿Bondage? ¿Que me chupen los pies? A mí me gustan muchas cosas, que se aclare".

Sota de Copas: Ya... Supongo.

Sota de Bastos: Y, eso, uwu, que me lo pasé muy bien...

Sota de Copas no dice nada. Vuelve a hacerse un silencio incómodo, pero parece que Sota de Bastos no quiere que se formen silencios incómodos, porque intenta sacar conversación por cualquier medio.

Sota de Bastos: ¿Y dormiste bien esta noche?

Sota de Copas: Supongo, dormí a pata suelta.

Sota de Bastos: Jaja, normal, estábamos cansados después del trote que nos dimos.

"Claramente está confirmadísimo. Está hablando de que nos dimos un TROTE".

Sota de Copas: Sí, un descansito, porque nos hemos dado un trote...

Sota de Bastos: Uffff... Lo recuerdo y me emociono. De las mejores noches de mi p*ta vida. J*der, los pelos como escarpias.

"Gracias, supongo, aunque no me acuerde de nada".

Sota de Copas: Ajá.

Se vuelve a hacer un silencio incómodo. Se puede cortar el silencio con un cuchillo. Pero Sota de Bastos sigue intentando romper el hielo.

Sota de Bastos: Pero al final gané yo, eh.

Sota de Copas: Un momento, ¿qué?

¿Cómo que ganó él? ¿Estaban jugando a algo? ¿Qué clase de jueguecitos raros experimentaron esa noche? O eso o que simplemente esté hablando del duelo de beber. ¿Lo había malinterpretado todo? ¿No habían hecho nada más que pasar una noche de p*ta madre con la cerveza? La incertidumbre volvía a cernirse sobre Sota de Copas. Pero, entonces, ¿cómo había llegado a la situación en la que estaba desnuda en la cama de Sota de Bastos? No quedaba otra que coger el toro por los cuernos.

Sota de Copas: A ver, Sota de Bastos.

Se pone seria. Sota de Bastos se asusta.

Sota de Copas: ¿Tú y yo nos acostamos esta noche?

En medio del silencio, la puerta del salón acababa de abrirse, el resto de sus compañeros de viaje habían llegado a comer. Y sus caras son un poema.

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