Capítulo 12: El Lamento de la Lujuria.
Después de derrotar al falso Lamento de la Mentira, Caballo de Copas, Caballo de Bastos y Sota de Bastos consiguen salir de la parte oscura y creepy del bosque. Todo se ve mucho más claro después de salir de la parte oscura y creepy del bosque. No cruzan muchas palabras entre ellos, tampoco tienen mucho que hablar, hasta que alguien habla.
Caballo de Bastos: No sabía que supieras usar la magia.
Caballo de Copas: Sí, bueno, un poco...
"Supongo que no pasará nada porque diga esto".
Caballo de Copas: Estoy aprendiendo magia. De por sí no tengo mucho poder mágico innato, pero bueno, se hace lo que se puede. Mi objetivo es estudiar y aprender hasta que pueda ser un buen mago.
Caballo de Bastos: De todos modos estuviste bastante bien. Nos salvaste el pellejo jajaja.
Caballo de Copas: Bueno. No fue nada. Es lo que tenía que haber hecho. Al fin y al cabo también me salvé a mí mismo.
Caballo de Bastos: Pero la cagamos un montón. Nos fiamos de cualquiera.
Caballo de Copas: Sí, la verdad es que no sois muy listos jajaja.
Caballo de Bastos: La verdad es que no. Para qué mentir.
Caballo de Copas: Bueno, tenéis otras cosas. Sois increíblemente fuertes, y demás. Os tengo un poco de envidia.
Caballo de Bastos: ¿De verdad? Buah, tío, pues muchas gracias. Sabemos que somos los p*tos amos, pero la verdad, que te lo digan halaga mucho, jejeje. ¿A que sí, Sota de Bastos?
...
Caballo de Bastos: J*der, Sota de Bastos, no dices nada...
...
Caballo de Bastos se gira.
Caballo de Bastos: ¿Sota de Bastos?
Sota de Bastos no está.
Caballo de Bastos: Pero si estaba aquí hace un rato.
Caballo de Copas: ¿Dónde se ha metido?
Miran por todas partes. No hay ni rastro de Sota de Bastos. Pero, después de retroceder levemente sobre sus pasos, encuentran rastro de algo que no es Sota de Bastos pero puede tener que ver con su desaparición. Un cartel de color rosa rodeado por corazones rojos marca la entrada de un camino infestado de blanca niebla. El cartel reza "Lamento de la Lujuria. Te chupa el alma y lo que es el alma".
Caballo de Bastos pone muy mala cara.
Caballo de Bastos: No... No puede ser...
Caballo de Copas: ¿Crees que se ha ido por aquí? La verdad es que yo lo haría... Si hubiera visto este cartel en su momento...
Caballo de Bastos: Tú no lo entiendes... Él no puede...
Caballo de Copas: A ver, no sé qué clase de relación tendréis vosotros dos, pero está en su derecho. No es por nada, pero tú tuviste ya ese tipo de contacto con el feíto de Oros... Y él, aunque no quiera reconocerlo, también tuvo más que palabras conmigo en la cueva de las tentaciones.
Caballo de Bastos: He dicho que no lo entiendes. Él no ha podido ir por allí por su propio pie... Sea como sea, tenemos que ir enseguida.
Y sale corriendo por el camino que abre el cartel, dejando a su caballo atrás, lo que no sabemos si es muy buena idea. Caballo de Copas le sigue también dejando a su caballo atrás. No se vaticina nada bueno de esto.
Caballo de Copas: ¡Espera! ¿Por qué corres tanto? ¿Tú también quieres que el Lamento de la Lujuria te chupe el alma y lo que no es el alma?
Caballo de Bastos: Cállate. No tenemos tiempo que perder...
Caballo de Copas: Uy, tienes prisa y todo... No sabía que tenías unos impulsos tan fuertes... Jejeje.
Caballo de Bastos: Cállate y date prisa. Sota de Bastos está en peligro.
Flechas en forma de corazón guían un camino empañado por la niebla. Una niebla que es cada vez más espesa y que tiene un olor agradable.
Caballo de Copas: Este sitio huele bien.
Caballo de Bastos: M*erda, m*erda, m*erda... Reconozco muy bien este olor. Es olor a afrodisiaco de nenúfares rojos...
Y acelera.
Caballo de Copas: J*der, no sé por qué tienes tanta prisa. Si querías fornicar solo tenías que decírmelo... Yo estaba dispuesto...
Caballo de Bastos: ¡¡¡J*der!!! ¡¡¡Cállate la p*ta boca!!! Esto es serio, j*der. Sota de Bastos no puede fornicar, j*der.
Caballo de Copas: ¿Qué?
Caballo de Bastos: Ya está. J*der. Te lo dije. No quería, pero, j*der, qué p*to pesado.
Caballo de Copas: Pero... Eso no es posible... Él y yo...
Caballo de Bastos: J*der, te dije que era imposible que hubierais hecho nada. J*der, y seguías y sigues con lo mismo. Sota de Bastos no puede fornicar porque tiene un cinturón de castidad mágico.
Caballo de Copas: ¿Cómo?
Caballo de Bastos: Sí. Es un cinturón de castidad que no le permite fornicar y no le puede quitar nadie más que la persona que se lo puso, que también le impuso una maldición...
Caballo de Copas está flipando.
Caballo de Bastos: Una terrible maldición...
Caballo de Copas: Pero aun así... Aunque tenga ese cinturón... Hay otras maneras...
Caballo de Bastos: No... No he terminado... La maldición... Sota de Bastos no puede fornicar, porque si tiene cualquier clase de contacto sexual... Morirá irremediablemente...
Caballo de Copas: ¿¿¿Qué???
Caballo de Bastos: Por eso tenemos que encontrarlo YA. Antes de que suceda una desgracia. Si ha llegado hasta aquí, cualquier cosa terrible puede pasar...
Caballo de Copas: Es que estoy flipando... O sea... ¿Vosotros no...? Ya sabes... ¿No habéis...?
Caballo de Bastos: No. No tenemos ese tipo de relación.
Caballo de Copas: Pues yo pensaba que...
Caballo de Bastos: No. Y date un poco más de prisa. No hay tiempo que perder.
Pero, entonces, sucede lo que nadie se esperaba. De tanta prisa que lleva, Caballo de Bastos no se fija por dónde va, así que acaba cayendo a una especie de lago cubierto por nenúfares y blanca niebla.
Caballo de Bastos: ¡¡¡!!!
Parece que le cuesta moverse.
Caballo de Bastos: J*der, esto es como si fuera un p*to pantano. No puedo salir de aquí...
Caballo de Copas: ¿¿¿Estás bien??? Voy a sacarte, espera.
Caballo de Copas se acerca con toda la buena intención a sacar del lago a Caballo de Bastos, al que el agua pantanosa le impide moverse con comodidad. En un breve intento por rescatarlo, Caballo de Copas acaba cayendo también.
Caballo de Copas: ¡Mierda! Yo también me he caído.
Entonces, sin que apenas le de tiempo a reaccionar, Caballo de Copas se sonroja.
Caballo de Copas: ¿Qué me pasa? ¿Qué es esta excitación? No puedo pensar con claridad... Tengo muchas ganas de fornicar...
Se gira hacia Caballo de Bastos. También tiene la misma expresión de lujuria.
Caballo de Bastos: C...Caballo de Copas...
Caballo de Copas: ¿Tú también?
Caballo de Bastos asiente.
Caballo de Copas: Podemos... Ya sabes... No aguanto más, Caballo de Bastos... Hazme tuyo.
Caballo de Bastos se baja las mallas.
Caballo de Copas se sorprende al ver lo que ve.
Caballo de Copas: Así que no eres solo una cara bonita. También tienes buen bubujiji.
"Es colosal", piensa.
Caballo de Bastos se acerca a Caballo de Copas. Antes de pasar a palabras mayores, le mete mano un poco. Caballo de Copas se pone totalmente rojo y le empiezan a dar los sudores fríos, los sudores calientes y todo tipo de sudores imaginables.
Caballo de Copas: Mmmmm... Ahhhh... Mmmmm... Sí... Sí... Ngggg...
"Madre mía... Qué manos tiene este tío... Esto sí que no me lo esperaba nada. J*der, esto no lo he vivido yo en la vida. Sólo se vive una vez. YOLO. Si he vivido tanto tiempo ha sido para contar esto... ¿Y esta sensibilidad? J*der, entre que estoy sensible y este tío es buenísimo voy a perder la cabeza", piensa.
Caballo de Copas: Mmmm... Sí... Ahhhhhhh...
Caballo de Bastos: ¿Te gusta?
Caballo de Copas: S... sí... Ya puedes... Ya sabes... Y...
Caballo de Bastos asiente y procede a la acción. Caballo de Copas se estremece y suelta un grito.
Caballo de Bastos: Nghhhh...
Caballo de Copas: OOOOOFFF SÍ... SÍ SÍ SÍ.
Caballo de Bastos: Nsgh...
Caballo de Copas: Más rápido... Ahhhh... Ahhhhhhhh... Mmmmmm...
"El mejor polvo de mi vida... Hay que fastidiarse. Y yo pensando que el que era bueno en la cama era su compañero. La vida te da sorpresas... Mmmmmmmm..."
Caballo de Bastos: Ufff...
Caballo de Copas: Me vengo, me vengoooo...
Caballo de Bastos: ¿Puedes... seguir?
Caballo de Copas: S... sí... Todo lo que quieras. Y azótame, por favor, azótame.
"Ya que estamos".
Caballo de Bastos le azota. Parece que sin emplear toda su fuerza.
Caballo de Copas: ¡¡¡Ahhhhhh!!! ¡¡Más fuerte!! Mmmmmmm...
Caballo de Bastos le azota más fuerte. Y así se están un buen rato. Caballo de Copas está disfrutando como nunca. Y parece que esto no tiene fin. Caballo de Bastos aún no llegaba al clímax y parece que la cosa iba para rato.
Caballo de Bastos: Lo que quieras que haga, dilo.
Caballo de Copas: Mmmmm... Estoy muy bien así... Tú sigue... Un poco más rápido... Eres muy bueno...
Caballo de Bastos: Muchas gracias... Me lo dicen muy a menudo.
Caballo de Copas: Mmmmmmm...
Y el tiempo pasa. Caballo de Copas logra llegar al clímax en siete ocasiones. Entre tanto que pasa el tiempo, sus pensamientos empiezan a aflorar. La cosa por momentos se va haciendo más monótona y el paso de los segundos, los minutos e incluso las horas empieza a pesar.
"No me puedo quejar, estoy teniendo el polvo de mi vida. Este tío es muy bueno... Mmmm... ¿Cuántas veces me he venido ya? ¿Siete? ¿Ocho veces? He perdido la cuenta ya... Y esta sensibilidad... Esto sí que es raro. ¿Y si es todo un efecto secundario de la poción de cambio de cuerpo que me dio Sota de Copas? Pues si es así le voy a pedir tres chupitos más, j*der... Esto es... Mmmm... ¿Y este tío no dura muchísimo? ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?", divaga Caballo de Copas.
Al percatarse del paso del tiempo, Caballo de Copas se gira para ver a Caballo de Bastos. Lo que ve es algo que no se esperaba de ningún modo.
Caballo de Bastos: Zzzzzzzzzzzzzz...
Caballo de Copas: ¡No me j*das que se ha dormido!
Caballo de Bastos tiene los ojos cerrados y hasta ronca.
Caballo de Copas: ¿Puede hasta dormido? ¿Pero qué es est...
Entonces, una presencia misteriosa hace acto de presencia en el lago de la pasión, flotando sobre las espesas y aromáticas aguas y dejándose ver entre la niebla. Se trata de una bella elfa ataviada con hojas y nenúfares que hacen las veces de vestimenta y tapan lo que tienen que tapar. Eso sí, también cuenta con varias joyas que hacen que tenga un aspecto más imponente. Una diadema de flores adorna su pelo y lo sujeta en una alta y larga coleta.
Elfa: Jjijiji. Hola.
Caballo de Copas: ¿Quién eres tú?
Elfa: Soy la señora de esta laguna. El Lamento de la Lujuria, para quien no me conozca. Estáis en mi territorio, aunque creo que ya os habréis dado cuenta. Jijiji. ¿Os lo habéis pasado bien? Veo que sí, porque he recolectado mucha energía lasciva jiji. Gracias.
Caballo de Copas: Pues sí. Nos lo hemos pasado bien. Gracias por preguntar. Y ahora, dinos qué quieres de nosotros.
Lamento de la Lujuria: ¿Yo? Ya nada. He obtenido de vosotros todo lo que quería. No soy como otros lamentos. Yo no mato a mis visitantes, amo a todo el mundo y no quiero que nadie muera. Sólo me alimento de vuestra energía lasciva a través de este lago. El lago de la perversión, que es donde estáis ahora mismo, ocupa el 90% de mis condominios e incentiva vuestros deseos, aumentando vuestra excitación en un 100%. Mientras mantenéis relaciones en el lago, a través de sus aguas mágicas absorbo vuestra energía lasciva y me alimento para seguir viviendo.
Caballo de Copas: A ya.
Lamento de la Lujuria: Pero no quiero que la gente que venga aquí muera. Y vosotros lleváis mucho tiempo en el lago... Ese chico que está contigo dura mucho, es increíble. Yo misma me he quedado sorprendida. Por eso he venido.
Caballo de Copas: ¿Qué quieres decir?
Lamento de la Lujuria: Verás. Normalmente la gente que viene aquí echa uno y se va. Pero, en este caso, esto está durando demasiado. Si estáis aquí mucho tiempo, el lago puede absorber toda vuestra energía y acabaréis muriendo. De hecho el chico que está contigo está dormido... Eso es que el lago le ha succionado gran parte de su energía. Tenéis que salir ya, o las consecuencias serán fatales.
Caballo de Copas: Pero no hay quién salga de aquí. Este agua es muy pantanosa.
Lamento de la Lujuria: Bueno. Os sacaré yo con mi poder. No te preocupes por ello. Preocúpate mejor por tu compañero. Ha perdido ya mucha energía...
El Lamento de la Lujuria, con un simple movimiento de mano, hace que Caballo de Copas y Caballo de Bastos (una vez separados) salgan del lago, colocándolos en una de sus orillas. Caballo de Bastos está dormido y tumbado en el suelo. Parece que no se está enterando de nada.
Caballo de Copas le da unos golpecitos en la cara.
Caballo de Copas: Eh... Despierta, Caballo de Bastos. ¡Despierta!
No despierta.
Caballo de Copas: ¡Oye! ¡Responde! ¿Se va a despertar? ¿Cuándo va a hacerlo?
Lamento de la Lujuria: Por lo que veo, ha perdido mucha energía. Pero no pasa nada. En unos minutos se recuperará. He llegado a tiempo, así que estará bien.
Caballo de Copas suspira de alivio.
Caballo de Copas: Menos mal.
Lamento de la Lujuria: ¿Es tu pareja?
Caballo de Copas se sonroja.
Caballo de Copas: ¿Eh? ¡No! Emm... O sea... ¡Ojalá!
Lamento de la Lujuria: Así que lo habéis hecho aquí por primera vez, según tu reacción.
Caballo de Copas: Sí...
Lamento de la Lujuria: Vaya, y por tu expresión te ha gustado.
Caballo de Copas: Sí... ¿Y por qué haces tantas preguntas? ¿Qué es esto? ¿Un test de compatibilidad?
Lamento de la Lujuria: Ah, esto es con fines estadísticos. No te preocupes.
Caballo de Copas: ...
Lamento de la Lujuria: Una pena que no pueda preguntar a tu compañero... Me gustaría saber su opinión.
Caballo de Copas: Bueno, cuando despierte...
Lamento de la Lujuria: Em... Bueno... Verás... Es que cuando despierte... Verás... Cómo te lo digo...
Caballo de Copas: ¿Eh?
Lamento de la Lujuria: Verás. Tu compañero ha llegado ya a dormirse. Eso quiere decir que el lago le ha succionado gran parte de su energía.
Caballo de Copas: Ajá, ya lo habías dicho...
Lamento de la Lujuria: Lo que pasa es que cuando llegan a perder ese nivel de energía... Verás... no recuerdan nada de lo que ha ocurrido aquí.
Caballo de Copas: ¿¿¿¿QUÉ????
Lamento de la Lujuria: Lo lamento, pero las cosas son así.
Caballo de Copas: Entonces... ¿Me estás diciendo que no va a recordar nada del polvazo que hemos tenido?
El Lamento de la Lujuria asiente.
Caballo de Copas: ¡¡¡PERO ESTO NO ES JUSTO!!! ¡¡¡Por una vez que tengo una experiencia así!!! ¡¡Ahora no puedo comentar nada porque me van a tomar por loco!! ¡¡Y esta vez con motivos!! ¡¡¡¡No es justo!!!!
Lamento de la Lujuria: Es lo que hay. Yo no le puedo hacer ya nada.
Caballo de Copas: O sea, que ahora he vivido el mejor polvo de mi vida y la persona con la que lo he hecho es como si no hubiera vivido de nada. Esto tiene que ser coña. No puede ser posible. ¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mí? Ahora me tengo que callar esta experiencia que he vivido... ¡¡Esto no es justo!! ¡¡¡Por este polvo mi opinión sobre esta persona había cambiado por completo!!! ¿Y para qué? Para nada. ¿Sabes qué? Este chico de aquí se había convertido en mi crush después de esto. ¿Y ahora qué? No le puedo decir nada de esto porque para él es como si no hubiese pasado...
Lamento de la Lujuria: Entonces, entiendo que me pones una baja puntuación... Vaya...
Caballo de Copas: ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué? ¿Cómo voy a poder mirarlo a la cara? ¿Cómo voy a poder mirarlo a la cara después de haber visto lo que tiene ahí abajo? ¿Cómo voy a poder mirarlo a la cara sin recordar estos minutos y horas de desenfrenada pasión? ¡No sabes cómo me ha hecho sentir! No voy a poder mirarle nunca con los mismos ojos.
El Lamento de la Lujuria arquea los hombros.
Lamento de la Lujuria: Qué se le va a hacer.
Caballo de Copas: ¿Qué voy a hacer ahora? No puedo sacármelo de la mente. Olvidarlo no es tan fácil. Y más con este pedazo de polvazo. ¿Cómo mirarle a los ojos conociendo esta parte de él? ¿No se puede hacer nada?
Lamento de la Lujuria: Bueno, hay una cosa que puedo hacer...
Caballo de Copas mira al Lamento de la Lujuria, atento ante lo que acaba de decir.
Lamento de la Lujuria: Puedo borrarte a ti también la memoria.
Caballo de Copas: ¿Cómo?
Lamento de la Lujuria: Sería solo sobre lo que ha ocurrido en el lago. Te dormirías, te despertarías y sería como si nada hubiese pasado.
Caballo de Copas se queda callado, pensativo.
Caballo de Copas: Vale.
Lamento de la Lujuria: ¿Seguro? Perderás todos tus recuerdos sobre la experiencia que has vivido. Todos.
Caballo de Copas: He dicho que vale. Es mejor no recordar nada que recordarlo y que sea como si no hubiese pasado. Haz lo que tengas que hacer.
Lamento de la Lujuria: Bueno, si estás tan seguro...
El Lamento de la Lujuria pone su mano en la frente de Caballo de Copas, quedando este dormido en la orilla del lago, junto a Caballo de Bastos. La proyección corporal del espíritu se evapora con la niebla.
Caballo de Copas y Caballo de Bastos despiertan a la vez.
Caballo de Bastos: ¿Qué hacemos aquí en el suelo? Venga, hay que darse prisa, no podemos quedarnos aquí.
Caballo de Copas: Sí, no sé qué hacemos aquí, pero Sota de Bastos nos está esperando. No podemos perder ni un minuto.
No tienen ni idea de que han pasado horas. La situación les parece un poco rara, pero no lo piensan mucho y empiezan a correr como estaban haciendo antes de caer al lago.
Caballo de Copas: Cuidado, hay un lago. No podemos caernos.
Caballo de Bastos: Vamos a rodearlo.
El lago se extiende por una gran superficie y no tiene una forma que deje verlo de forma completa a los ojos de sus visitantes. A simple vista no se visualiza en su plenitud. Su forma hace que existan recovecos más o menos ocultos entre juncos, árboles, rocas y otros caprichos de la geografía. Para no caer al lago, Caballo de Bastos y Caballo de Copas empiezan a tener más cuidado al momento de tener que cruzar estrechos caminos que llevan a la parte oculta del lago.
Una vez consiguen llegar, encuentran aquello que menos querían ver: el cuerpo tumbado de Sota de Bastos se encuentra en la orilla del río. Puede ser cualquier cosa. Con la mayor prisa posible, llegan hasta allí. Caballo de Bastos está totalmente asustado y desesperado. Cuando alcanza a su compañero, intenta despertarlo con suaves manotazos en su cara. No se despierta.
Caballo de Bastos: ¡¡Despierta, Sota de Bastos!! ¡¡Estoy aquí!! ¡¡Despierta!!
Pero no despierta.
Caballo de Bastos: ¡¡¡Despierta ya!!! ¡¡J*der!! No me dejes aquí. Despierta de una p*ta vez.
Le pega más fuerte. Tampoco despierta.
Las lágrimas empiezan a brotar de los ojos de Caballo de Bastos.
Caballo de Bastos: No me dejes aquí...
Caballo de Copas se acerca. Sin decir ninguna palabra, pone su mano en el cuello de Sota de Bastos.
Caballo de Copas: Aún está vivo.
Caballo de Bastos cambia de cara. Una nueva esperanza se abre camino.
Caballo de Bastos: Puedes hacer algo, ¿no?
Caballo de Copas: Lo siento... Pero yo no puedo... No soy mago, soy aprendiz de mago. Y además mi poder mágico aún no se ha repuesto desde lo de antes. Y aunque se hubiera repuesto, no tengo el suficiente poder para hacer curas complicadas.
Caballo de Bastos: Pero...
Caballo de Copas: Yo también quiero que se salve, es mi crush, ¿sabes? No puedo dejar de pensar en la noche de sadomasoquismo extremo que tuvimos y no me gusta nada tener que imaginarme que no vamos a tener otra más... Pero no tengo el poder suficiente... Ojalá pudiera hacer algo...
Caballo de Bastos: ¿Ni siquiera vas a intentar nada? J*der... Pues yo no me pienso quedar con los brazos cruzados... Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para salvarte, Sota de Bastos.
Caballo de Bastos acerca sus labios a los de Sota de Bastos.
Caballo de Copas: Sabía que te gustaba.
Caballo de Bastos empieza a hacerle la respiración boca a boca.
Caballo de Bastos: Aguanta, Sota de Bastos, voy a salvarte.
Caballo de Bastos empieza las compresiones torácicas para completar la RCP. El cuerpo de Sota de Bastos no responde.
Caballo de Copas: Creo que eso no funciona contra las maldiciones, eh.
Caballo de Bastos, llorando y desesperado: ¿Y entonces qué hago?
Caballo de Copas: Intentaré algo, pero no sé si funcionará.
Caballo de Copas se acerca y pone su mano en el pecho de Sota de Bastos.
Caballo de Copas: Purificar.
No pasa nada.
Caballo de Copas: Purificar.
No pasa nada.
Caballo de Copas: Purificar.
Caballo de Bastos: ¿Ya?
Caballo de Copas: Como me imaginaba. Esto no vale para nada.
Caballo de Bastos: ????
Caballo de Copas: Mi magia no es suficiente. Y esto no tengo ni idea de hacerlo. Ni siquiera sé si esta palabra vale para esto. Simplemente se lo vi hacer alguna vez a mi maestra...
Caballo de Bastos: ¿Tu maestra?
Caballo de Copas: Es la única que puede hacer algo.
Caballo de Bastos: ¿Pero cómo? ¿Cómo vamos a encontrarla? Estamos perdidos en este p*to bosque.
Caballo de Copas: No tiene que estar muy lejos.
Caballo de Bastos: ¿Tu maestra es...?
Caballo de Copas: Vamos, coge a Sota de Bastos. Tenemos que ponernos en marcha.
Caballo de Bastos se echa a Sota de Bastos sobre sus espaldas.
Caballo de Copas: No tenemos tiempo que perder. Vamos a fuera de este sitio. Tenemos que rodear el pantano y con mucho cuidado.
Como pueden, rodean el pantano, intentando salir por donde han entrado. Una vez rodean el pantano, se guían por las señales de corazón que les enseñaron el camino al lamento de la lujuria, pero en dirección contraria.
Caballo de Copas: Por aquí deberíamos ir bien. ¿No pesa mucho?
Caballo de Bastos. No pasa nada. Soy fuerte.
Entonces, oyen unas voces familiares al final del camino.
Sota de Copas: Pues sí que hay que andar hasta llegar al Lamento de la Lujuria ese. Una pena, quería que me succionara el alma y lo que no es el alma.
Sota de Espadas, susurrando: Yo te puedo succionar lo que no es el alma...
Caballo de Espadas: ...
Sota de Copas: Shhhhh... Nos van a escuchar...
Sota de Espadas: Perdón, creía que no me oían.
Caballo de Espadas empieza a ir más rápido que el resto.
Caballo de Espadas: Grrrr grrrr grrrrr...
Sota de Copas: Espera, que te vas a perder.
Entonces...
Caballo de Copas: ¡¡¡Eh!!! ¡¡¡Están los demás!!! ¡Lo sabía! Sabía que eran sus voces.
Caballo de Bastos tiende a Sota de Bastos en el suelo.
Caballo de Bastos se sienta a su lado.
Caballo de Bastos: Ella puede ayudarlo, ¿no es así?
Caballo de Copas: Sí. Así es.
Caballo de Copas empieza a hacer señas.
Caballo de Copas: ¡¡¡EH!!! ¡¡¡ESTAMOS AQUÍ!! ¡¡VENID!!
Sota de Copas: ¡Anda! Si es mi amiguito.
Caballo de Espadas llega a donde están Caballo de Copas y Caballo de Bastos antes que el resto.
Caballo de Espadas: ¿Qué ha pasado?
Caballo de Bastos: Está muriéndose. Necesitamos ayuda. Por favor...
Cuando llegan todos, también están los caballos (literal) de Caballo de Copas y Caballo de Bastos...
Caballo de Copas: Anda, si también venís con nuestros caballos...
Caballo (literal) de Copas: Hiiii.
Caballo (literal) de Bastos, con preocupación: Hiii...
Caballo de Copas: Sota de Copas... Ven... Necesitamos tu ayuda.
Sota de Copas, haciéndose la tonta: ¿Yo?
Caballo de Copas: Sí, tú. Sabes que puedes hacer algo. Y no empieces con tonterías, esto es cuestión de vida o muerte. Este chico está verdaderamente mal. Tienes que hacer algo.
Sota de Copas no dice nada y se acerca a Sota de Bastos.
Caballo de Bastos: ¿Harás algo por él?
Sota de Copas no dice nada y pone su mano en el pecho de Sota de Bastos. Pone una cara muy seria mientras que lo hace. Después de un rato, levanta la mirada hacia el resto de los allí presentes.
Sota de Copas: Está muy mal. No le queda mucho tiempo de vida. Una pena, era muy jóven.
Caballo de Copas se encara con Sota de Copas.
Caballo de Copas: ¿Se puede saber qué dices? Sabes de sobra que puedes hacer algo. ¿No quieres que te descubran? A la mierda todo. Hay una persona que se está muriendo. ¿Qué es el anonimato al lado de una vida humana? ¡¡Sabes que puedes hacer algo!! ¡¡Hazlo!!
Llora.
Caballo de Copas: ¡¡Se está muriendo!! ¡¡Por favor!! ¡¡Me ha salvado la vida!! Tienes que hacer algo.
Sota de Copas suspira y vuelve a poner su mano sobre el pecho de Sota de Bastos, mientras cierra los ojos. Al cabo de un rato.
Sota de Copas: Este chico está maldito. Y tiene que ser una maldición muy fuerte. Se la ha tenido que echar alguien con un poder mágico abrumador. Está al borde de la muerte... Pero no puedo hacer nada si no sé qué tipo de maldición es.
Caballo de Bastos: Pues una p*ta maldición, j*der, lo que sea.
Sota de Copas: Verás, es que el contrahechizo o antídoto no es el mismo para todas las maldiciones. Necesito algo más de información para hacer algo.
Caballo de Bastos: Entonces, tendré que contar toda la historia...
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