Capítulo 8
El rubor de Law se seco de inmediato al escucharla llamandolo por ese nombre, "Doffy". La chica estaba alucinando a causa de la fiebre, que seguramente habia aumentado.
-Vuelve a la habitacion, (Tn)-ya.-Dijo de mala gana.
Su oponente estaba completamente embobado, no apartaba la vista del cuerpo de la chica.
-¿Por que te fuiste?.-Pregunto ella con una mueca triste.-¿Hice algo mal que ya no quieres dormir conmigo?.-Se le pusieron las mejillas rojas y se apeno.-¿Acaso me eche unos pestilentes mientras dormiamos?.-Sus ojos se cristalizaron de la vergüenza.
Una gota de sudor bajo por la frente de ambos hombres, Law espabilo y aprovecho para noquear a su oponente.
-Regresa ya mismo a la habitación.-Suspiro y se agachó a revisar el saco del hombre que yacia en el suelo.-En seguida ire.
El rostro de (Tn) se iluminó y se acercó hasta Law a una gran velocidad. Se agachó frente a él en cuclillas. Law la miro fastidiado, ¿Que no oyó que se fuera a su habitación?.
-No te demores.-Dijo ella a la vez que le daba un beso en la mejilla.
Law se quedo inmóvil, su rostro era de completo terror, no sabía como reaccionar. Elevó la vista y lo que vio no le ayudo, tenía una vista desde abajo de la chica picandole un ojo con una sonrisa de lo mas tierna. Bajo la vista por todo su cuerpo y escondio la mirada bajo la gorra.
-Vete de una vez.-Le dijo enfadado.
Ella se fue a la habitación con una sonrisa en los labios.
Law continuó hurgando entre la ropa del capitán buscando algo de valor. ¡Que sensación mas rara la que sentia en su cuerpo!, estaba completamente fuera de si, no reaccionaba incluso a lo que tenía frente a él, se le habia olvidado hasta lo que estaba buscando.
Desde una de las solapas del abrigo del hombre sonó un den den mushi, Law, aún perplejo, lo tomo sin más y respondió.
-Hola.-Dijo bajo.
-¿Capitán?.
-Esta inconciente, ven a buscarlo. Pasillo principal, a dos puertas de la cocina.-Dijo y colgó la llamada, guardo el den den mushi y se sento recostando la espalda contra la pared.
Tenia el estómago entumecido y sentía como un sudor frío bañaba su rostro.
"¿me habre enfermado?" pensó "¿Tan de repente?" y si, no tenía tanto sentido haberse enfermado de golpe.
Dos miembros de la tripulación se hicieron presentes en el pasillo, uno iba cargando a un hombre con la cara magullada y el otro se agachó a tomar a su capitán para llevarselo.
-Gracias por su piedad, señor tralfagar.-Dijo este último haciendo una reverencia.
Law no dijo nada, aún se sentia raro.
Los hombres desaparecieron y Law se asomó a la cubierta para comprobar que el barco se alejaba. Volvió a buscar las hierbas que había ocultado y se dirigió nuevamente al barco.
Una vez frente a la puerta de la chica, la golpeó por si acaso, tal vez estuviera sin ropa, nuevamente sintió una sensación rara en el estómago.
Al no recibir respuesta, entró, se encontró con la chica sentada con las rodillas pegadas al pecho sobre la cama, tenía las mejillas rojas al igual que los ojos, y se tapaba los oídos con las manos. Law no pudo evitar preocuparse.
-¿Cómo te sientes?.-fue lo único que pudo decir.
-Me duele la cabeza.-Sollozo.-Los bombardeos no cesan.-Law abrió los ojos sorprendido, las alucinaciones estaban siendo de otro nivel.-No encuentro a mi familia.-bajo la mirada y dejó escapar lágrimas.-Espero que estén a salvo, con vida.
Law se sentó en la cama a una distancia considerable de la chica, no sabía como actuar ante esa situación, (Tn) estaba sufriendo alucinaciones bastante feas, estaba desenterrando esas emociones que ocultaba todo el tiempo bajo una máscara sonriente.
-Recuestate y descansa, te prepare un medicamento.-Se levantó de la cama dispuesto a salir pero a sólo unos pasos de la puerta se detuvo en seco, el llanto ahogado de la chica le rompía el corazón.
Volteo nuevamente a verla, se veia indefensa, débil, enferma, se veía torturada, estaba rota.
Dio unos pasos hasta ella y le acaricio el cabello, eso sólo hizo que ella llorara mas aún. Alarmado, quito la mano sin saber que hacer, tenía miedo de hacerla llorar más. Y fue cuando pensó, llorar no esta mal, llorar es una manera de vaciar el alma, de purificar el corazón, él no sabia hace cuento la chica venía conteniendo ese dolor en su pecho, ¿Esta era la primera vez que se quebrada de este modo?, Law trataba de evitar el llanto a toda costa pero comprendió que esa era su forma de ser, no la de (Tn) así que si queria llorar, que lo hiciera.
Se acomodo en la cama detrás de ella, apoyando la espalda en la pared dejó un hueco entre sus piernas y la atrajo hacia él, ella se aferró a su camiseta ocultando el rostro y rompió aún mas en llanto. Él noto que temblaba así que los cubrió a los dos con una manta.
Law estaba muy incómodo, no se movía, simplemente la abrazaba, se quedó estático mirando hacia el frente, sin moverse, simplemente estando allí, sintiendose extraño y ajeno a la situación.
-Perdón.-soltó (Tn) con apenas un hilo de voz. Law agachó un poco el rostro para oírla mejor.-Te estoy ensuciando la camiseta.
Una mueca de asco se hizo presente en el rostro de Law, no dijo nada.
-Gracias por estar aquí, no quería estar sola.
El chico ya sabia por donde venía la cosa, apretó los labios tratando de ocultar su enfado, se estaba preparando para escuchar aquel nombre.
-Gracias Law.-Dijo ella.-Gracias por no irte. No quería que te fueras.
El susodicho se quedó estatico, ¿Le estaba agradeciendo a él?, ¿era consciente de quien era?. Sin darse cuenta aferró un poco mas ese agarre que mantenía con (Tn). Tal vez habia oído mal, no podia ser cierto.
-¿C-como dices?.-Dijo cerca de su oído.-¿No querias que me vaya?.
La chica se mantenía cabizbaja, su respiración dificultosa se oia. Law llevo una de sus manos al rostro de (Tn) para tomarla del mentón y hacerla que lo mire.
Sorpresa, estaba dormida. Con los ojos aún humedos por llorar y los labios semiabiertos, la camisa se le había bajado un poco sobre el hombro izquierdo, el cuál estaba pegado al pecho de Law, y dejaba ver un poco de su clavícula y el comienzo de uno de sus pechos. Desvió la mirada de allí y regresó a su rostro, tenia las mejillas rojas, no sabía si a causa de la fiebre o de haber estado llorando, como sea, le daba un toque inocente que le gustaba en cierto modo. Luego de haberse detenido unos segundos en esos labios rosados, volvió a la realidad y su rostro se endureció de nuevo. La acostó en la cama sin cuidado y se dirigió a la cocina a preparar la infusión mientras se comenzaba a cuestionar a él mismo por su actitud con la chica. De manera irracional su odio crecía hacia Doflamingo.
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