Capítulo 62

Se encontraba en su habitación, sentado en el escritorio, con la luz veladora encendida y una taza de café humeante junto a una gran pila de papeles. Tenía frente a él un libro abierto sobre neurología aplicada. Su cabeza descansaba sobre su mano, inclinada hacia un lado. 

Estaba inmóvil, su tórax subía y bajaba lentamente, tenía la respiración muy tranquila. Su mano reposaba sobre su rodilla, sentía la textura de sus jeans bajo el tacto de sus dedos aunque no apretaba el agarre, simplemente se dejaba estar.

Había leído la misma oración al rededor de unas cincuenta veces, no lograba concentrarse. Él estaba ahí, su mente estaba en otro lado.

¿Por que no podía concentrarse?, ¿Por que le era tan difícil hacer que su mente no divagase?.

Uno creería que podría ser por algún factor exterior, algo que lo molestara mientras intentaba centrarse en el texto.

Pero no, esa era la cuestión, no había nada que lo molestara, nada que interrumpiera su tranquilidad.

No había nadie que lo sacara de quicio. 

La ultima semana había sido extrañamente tranquila. Su habitación estaba ordenada, su cama estaba tendida. Su café no estaba quemado, la ropa tenia su color original, no había tenido trabajo extra en la enfermería, había tenido tiempo de sobra para estar en paz y disfrutar de una placida lectura.

Pero no había podido darse ese exquisito tiempo para dejar su mente reposar en conocimiento y alejarlo de toda realidad que lo rodeaba.

Lo intentaba, no podía.

Cada vez que tenía un momento a solas, su mente caía un bucle de pensamientos que lo hacían escarbar hasta el mas pequeño rincón de su ser, sacando a la luz sus emociones, sentimientos y deseos mas profundos.

Oía a la distancia el sonido sordo de las turbinas, el sonido del océano rodeando por completo el submarino, absorbiéndolo, incorporándolo como parte del ecosistema.

Había mucho silencio, demasiado.

Y ese silencio solo le hacia notar a cada rato la ausencia, su ausencia.

Llamaron a la puerta. Dio un respingo en su lugar, chocando con el codo una de las pilas de pequeños anotadores y hojas que tenía en uno de los extremos del mueble, cayeron al suelo.

-Law.-Oyó la voz de Penguin.-¿Puedo pasar?.

Law se refregó los ojos con la mano que tenia libre a la vez que daba un suspiro pesado, intentando alejar de su mente los recuerdos de esa persona que lo hacía sentir tan solo, tan angustiado.

Tan vacío.

Su amigo ingreso sin recibir respuesta ni permiso, camino hasta la cama y se sentó sobre ella. Inclinó su pecho hacia adelante y dejo sus antebrazos reposar sobre sus rodillas, entrelazo sus manos. Law se devolvió a su posición anterior.

-¿Como estás?

Recibió una mirada indiferente como respuesta, ni siquiera se digno a mirarlo directamente, simplemente movió sus ojos hasta el rabillo de estos para poder decirle con la mirada ''¿Que estupidez acabas de preguntar?''.

-Bien.-Continuó, aceptando el golpe bajo.-¿Quieres hablar?.

El ojigris le mantuvo la mirada unos segundos, rodeó los ojos dejándolos en blanco y volvió la vista a su libro.

-¿Has dormido bien últimamente?, te notamos bastante...¿fatigado?.-Buscó la palabra correcta para expresarse. La realidad es que todas las palabras que se le ocurrían encajaban, solo que no podía decirlas porque estaba intentando tener algo de tacto.-Como muy apagado.

Law pasó la página, pretendiendo que leía y que no lo estaba escuchando.

-Habrá onigiris para la cena, ¿Hoy cenarás con nosotros?.-Él negó con la cabeza. Penguin suspiró profundamente se llevó el dedo pulgar e indice al puente de la nariz, realmente frustrado.

''Trata de entenderlo'' pensó ''Esta pasando por un momento difícil, tiene el corazón salado''

-Estamos próximos a una isla tropical.-Comentó con una sonrisa optimista.-Fhüg.-El doctor tensó la mandíbula, cerró los ojos con fuerza y tragó saliva.-Pensábamos hacer una parada allí, llevamos toda una semana entera sin emerger, necesitamos algo de aire fresco y estirar las piernas sobre tierra firme, ¿Que te parece si vamos por unas cervezas con Shachi y Bepo como en los viejos tiempos?, Oí que la comida de alli es...

-¿Necesitas algo?.-Lo interrumpió. Él abrió la boca para responder pero el ojigris fue mas rápido.-Tienen mi autorización para emerger, si eso es lo que quieren.-Pasó de página, aún con los ojos cerrados, los recuerdos sobre sus días en esa isla lo estaban atormentando; daban vueltas dentro de su mente sin control, como un montón de murciélagos.-Ahora, por favor.-Volteó sobre su hombro para verlo a los ojos.-Vete, quiero estar solo.

Regresó su mirada al frente. El muchacho se quedó pasmado un segundo por la actitud tan arisca de su amigo. Si, era consciente de que no era la persona mas amigable del mundo pero jamas había sido tan cretino como lo estaba siendo ahora.

Se puso de pie y le dio una última mirada a su capitán, se guardo las manos en los bolsillos y camino rumbo a la puerta.

-Buenas noches, capitán.-Tomó el pomo de la puerta y aguardo a recibir una respuesta.

Aguardo, no recibió respuesta alguna. Apretó con fuerza la perilla y dio una gran bocanada de aire. Se armó de valor y soltó la puerta.

-¿Por cuanto tiempo estarás así?.-Preguntó con la rabia escapándosele entre las palabras.-¿Por cuanto tiempo mas estarás siendo un completo idiota?.

El doctor ni se imnutó, continuó con lo suyo como si su amigo no estuviera ahí.

-¿Planeas hacer algo o solo vas a seguir llorando todas las noches por (Tn) como un fracasado?.

-No hables de ella.

-¿Por que?.-Giró sobre sus talones y comenzó a avanzar nuevamente en su dirección.-¿Por que pones esa maldita regla de que no hablemos de ella?.

-Simplemente no lo hagas.

-Te molesta escuchar su nombre, ¿Por que?, ¿Te recuerda que no fuiste lo suficientemente hombre como para evitar que se vaya?.-Law cerró violentamente el libro y volteó para encararlo.-¿En serio pretendes que me quede de brazos cruzados mientras te veo todos los dias con esa expresión de rancio amargado en el rostro?.

-Ocupate de tus asuntos.

-Cretino.-Escupió molesto.-Idiota, ¡deja de ser tan patético y haz algo al respecto!.-Se quitó la gorra de un tirón intentando descargar su ira en apretar la prenda antes que cometer una locura, tenía ganas de abofetearlo.-¡La amabas!, ¿Por que la dejaste ir?.

-Penguin, sal de mi habitación.-Ordenó con la voz prepotente. Él también estaba siendo consumido por la furia, pero no contra su amigo, sino contra si mismo, porque el chico que tenía en frente le estaba diciendo la verdad.

-¡La extrañas!, ¿Crees que no nos damos cuenta?, ¡No lavas esa polera porque aún conserva su aroma!.-Señalo la manga de polera negra y amarilla que se asomaba por debajo de su almohada.

-Sal.

-¡No me voy de aquí!, ¡no me moveré de este puto lugar si no es contigo!.

-Es una orden.

-¡Déjame ayudarte estúpido!, ¡no aguanto mas verte así!.

-Estoy mejor que nunca, retírate.

-¿¡Es que no escuchas!?, ¡joder!.-Tiró la gorra al suelo, se sentía impotente.

-Parece que tu eres el que tiene un problema, ¿Que te ha hecho esa pobre gorra?.-Comentó con burla y volteó nuevamente hacía su escritorio.-Cierra la puerta sin golpearla al salir, por favor.

-¡Vete al carajo, Law!.-Gritó completamente fuera de sus cabales.-¡Eso es una maldita mentira y lo sabes!.

-Creo que se te olvida con quien estas hablando.-Se levantó de la silla y camino hacía él para escoltarlo a la salida.

-Se supone que con mi amigo pero no parece que no se encuentre aquí, solo esta este imbécil que me trata como si fuera un extraño.

Law lo tomó de la solapa del traje y jaló de él en dirección a la puerta. Penguin se zafó de su agarre.

-¿En serio vas a comportarte así?.

-¡Sal de una maldita vez!.

-¡Obligame!.

Lo tomó nuevamente del traje y él comenzó a forcejear para librarse. 

-¡Volvamos por ella!.-Le gritó empujándolo hacía atrás, cayendo sobre el en el suelo.-Si tanto la quieres, ¿Por que no evitaste que se fuera?.

El ojigris colocó su pie sobre el pecho de su nakama y le devolvió el empujón, sacándoselo de encima y haciéndolo caer cerca del escritorio.

-No quiero pelear, hazme el maldito favor de salir de mi habitación y dejarme solo.

Penguin alargó la mano y tomó un papel que le llamó la atención, uno de los muchos que habían caído anteriormente al suelo. Lo observó detenidamente y luego subió la mirada hacia su capitán.

-Es increíble lo ingrato que puedes llegar a ser a veces.-Se puso de pie ayudándose con su mano libre sujeta a la silla.-Intento ayudarte, me preocupo por ti.-Sintió su labio inferior arder, se tocó la zona con las yemas de sus dedos, compró que se lo había mordido el mismo con la caída.-No solo yo, todos lo hacemos.-Tomó su gorra del suelo.-No nos gusta verte así, derrotado.-Sacudió la gorra contra su pierna para limpiarla.-Apuesto que a ella tampoco le gustaría verte así.-Se colocó la gorra.-Estuvo mucho tiempo intentando encontrarte.-Le estampo el papel que había recogido del suelo contra el pecho.-Y tu no estas haciendo ni el mínimo esfuerzo por encontrarla.-Lo rodeó y se encaminó a la puerta. Law tomó el papel y lo miró, era el dibujo que (Tn) había hecho de él.-No creo en las casualidades, tampoco en la suerte.-Comentó abriendo la puerta.-Pero tenías algo bueno ahí, algo por lo cual luchar.-Se detuvo antes de salir.-No lo supiste cuidar como se debía, a eso me refiero con que eres un ingrato.-Dio un suspiro y se acomodó la gorra bien antes de despedirse.-Aunque insisto en que no todo esta perdido, esta a tiempo de recuperar su tesoro, capitán.

La puerta se cerró, el sonido de los pasos de su nakama alejándose se hicieron cada vez más lejanos hasta que volvió a quedar solo en el silencio de aquella habitación. El océano volvió a hablarle, las turbinas volvieron a susurrar en la lejanía.

Se dejó caer en la cama, boca abajo. Ocultó su rostro en la almohada, se mantuvo así unos minutos.

''Que mierda'' Pensó ''Solo quiero que todo esto acabe'' Volteó su rostro y clavo los ojos en la puerta de su armario ''¿Cuando va a terminar?'' la imagen de (Tn) caminando por todos lados usando su polera se le hizo presente en la imaginación como si fuera un fantasma ''¿Cuando vas a desaparecer de mi mente?'' levantó la mano que colgaba fuera de la cama y miró nuevamente el dibujo ''¿Tendría que haberme despedido bien para poder olvidarte?'' un nudo se le generó en la garganta, recordó el momento en que ella le pidió un beso de despedida y el se negó ''La deje ahí para como una tonta'' respirar se le estaba complicando ''Esos ojos, me miró con esos ojos, estaba triste'' la vena de su frente se hincho, estaba conteniéndose para no quebrar ''La herí, la hice sentir fatal'' 

Llamaron a la puerta nuevamente.

-Capitán.-Habló Bepo.-¿Puedo pasar?.

-Adelante.-Habló con dolor, la angustia de su garganta le raspaba al hablar.

-Capitán, estaba haciendo limpieza en el lavadero y estaban entre las toallas, solo quería preguntarle que quiere hacer con esto.

-¿Con que?.-Giró su cabeza en su dirección. Su corazón se comprimió.

-Se que no quiere saber nada de ella, pero no se que hacer, ¿Lo tiró?.

Bepo sujetaba entre sus manos la chaqueta tan característica de (Tn) y un vestido negro que reconoció a la perfección.

Law tragó fuerte, intentando armarse de valor. Los recuerdos de la noche en la que ella vestía esa prenda, sus rostro iluminado tenuemente por la luz del lugar, su risa, sus manos acariciándole el cabello, el rubor de sus mejillas al tomarla de la cintura.

''Como la amo'' pensó ''Maldita sea, cómo la necesito''.

-L-lo siento capitán, no debí molestar.-Contestó el osito retirándose de la habitación.

-¡Espera!.-Gritó deteniéndolo, se incorporó en la cama. El llamado retrocedió sobre sus pasos.-Dámelos.

-¿E-esta seguro?.

-Por favor.-Sus ojos comenzaron a humedecerse.-Dámelos.

-¿Capitán que le sucede?.-Preguntó acercándose preocupado a la cama. Le tendió las prendas.

En cuanto sus dedos tocaron la tela de aquel sedoso vestido, y el perfume tan característico de la chica ingreso por sus fosas nasales, supo que había cometido un error.

No pudo contenerse, se quebró.

-¿¡C-capitán!?.-Bepo no sabía que hacer, era la primera vez que lo veía en ese estado tan delicado.

Tan roto.

-¿Que sucede?.-Shachi se asomó por la puerta. Al ver a Law sentando en el borde de la cama, con Bepo acariciándole el hombro, cubriéndose el rostro con el vestido de (Tn) supo inmediatamente lo frágil que estaba la situación.-Capitán...

Penguin pasó por el pasillo con los brazos cargados con una bolsa de ropa sucia, se detuvo en el marco de la puerta con un semblante preocupado, se sintió culpable.

-Hey Law, amigo.-Habló Shachi de cuclillas frente a él.-¿Que...?.

-La extraño.-Lo interrumpió, el llanto era notable en el tono de su voz.-Me hace falta.-Se descubrió el rostro, dejando a la vista sus ojos enrojecidos y su mejillas húmedas.-La necesito aquí conmigo.

-Hey, llorón.-Habló su amigo desde la puerta, llamando su atención.-¿Y que estas esperando para ir a buscarla?.

-No se en donde esta.-Respondió devolviendo la mirada hacía sus manos.

-Eso crees porque eres un mentecato. Pero gracias al cielo, tienes a alguien que piensa en todo.-El ojigris lo miró confundido, no entendía de que estaba hablando.-Bepo, ve a la cabina de navegación en un segundo estaré ahí. Shachi.-Llamó la atención del pelirrojo.-Ve a lavar mi ropa.-Le arrojó la bolsa.

-¿Que?, ¿Por que?.

-Porque yo tengo que ir a buscar la vivre card de (Tn) a mi habitación, el papanatas de aquí debe dejar de llorar y volver a ser el capitán de esta nave y tu eres un inútil, por descarte te toca lavar la ropa, vamos.

El chico a regañadientes salió de la habitación con la bolsa de ropa y solo quedaron Penguin y Law.

-¿Vivre card?.-Preguntó.

-Así es.-Respondió tomando asiento a su lado.-Si tu no ibas por ella pues...-Recibió un mirada asesina.-¡Era broma, era broma!.

-Gracias.-Murmuró Law con una sonrisa dibujada en su rostro.

-No hay por...

El sonido de una llamada entrante en el Den Den Mushi de Law lo interrumpió.


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