Capítulo 58
-Ouch.-Se quejó.
-Deja de moverte.-Ordenó el hombre mayor intentando atravesar su piel nuevamente con la fina aguja metálica.-Vas a hacerte mas daño.
-¿Que dijiste que era?.-Le preguntó al muchacho de anteojos que estaba a su lado. Dió un vistazo a su alrededor, la gente de aquella cantina miraba atentamente la escena. Su cubrió parte del rostro con una mano, se sentía muy avergonzada de tener todas esas miradas encima.
-Es el sastre del pueblo.-Respondió él intentando no bajar la mirada de sus ojos.
-Ah.-Dijo riendo.-Yo también soy el desastre de mi pueblo.
-Desastre no, sastre.
-¿Que es un sastre?.-Preguntó apretando el brazo del chico y respirando hondo, su herida había comenzado a sangrar nuevamente. Cada pinchazo de aquella aguja se sentía como una puñalada.
-Es quien me hizo este traje.-Respondió un hombre de una mesa aledaña.-Confecciona prendas de vestir.
-Bueno, supongo que entonces si sabe lo que esta haciendo con esa aguja, ¿no es así?.
-Tengo que admitir que se veía mas fácil en mi imaginación.-Respondió el ''médico de turno''.
-Lo importante era que quitara la bala.-Alargó la mano sobre la mesa.-Y lo hizo.-Tomó el pequeño proyectil.-Una nueve milímetros, ¡joder!.-Lo devolvió a su lugar.-Aún esta caliente.-Le sonrió al chico orgullosa de haber sobrevivido a un disparo como ese.
-Semiautomática.-Dijo el sastre.-Las balas de una nueve milímetros viajan a una velocidad impresionante, ¿Desde que distancia te disparó?.
-Estaba en frente a mi.
-¿¡Qué!?.
-¡La bala tendría que haberte atravesado de lado a lado!.
-¿Ah si?.-Preguntó con aún más emoción en el tono de su voz, se sentía completamente orgullosa de no haber muerto.-Bueno, supongo que mi Den Den Mushi suavizo un poco el impacto.-Curvó sus labios en una mueca desganada.
-De todos modos.-Habló el hombre cortando el hilo y finalizando de saturar el agujero del vientre de (Tn).-Tuviste mucha suerte, me sorprende incluso que sigas consciente.
-¿Que le digo?.-Se puso de pie, tomó su mochila y la abrió.-Soy un hueso difícil de roer.-Buscó en su interior unas pomadas.-Muchas gracias señor catre.
-Es sastre.-Respondió el hombre con indignación.
-Si, eso.-Tomó una de eucalipto y menta para aliviar los dolores musculares, la destapó y se la esparció por las manos.
-Aún no comprendo.-Habló el chico de anteojos.-¿Por que te dispararon?.
-¿Haz escuchado hablar de Puño de Fuego Ace?.-Preguntó ella masajeándose con las yema de los dedos la zona afectada de su cuerpo.
-S-si.-Tartamudeó no pudiendo evitar verle los pechos, la chica estaba en sostén tan cómoda como si estuviera en su propia casa.-Era el hijo del Rey de los piratas.
-Y no solo eso.-Tapó el tarro y lo mandó a la mochila, quitó unas vendas.-Era el comandante de la segunda división de los piratas de Barbablanca.-La desenrrolló y comenzó a vendarse el vientre.
-¿Y que hay con él?.
Un grupo de personas ingresaron al lugar, tomaron asiento en una de las mesas cercanas. (Tn) se apresuró en terminar para poder colocarse la remera de una vez. Tenía la mirada de todos en aquel lugar sobre ella, era la única mujer después de las camareras en aquella cantina.
-Disculpen.-Una de las camareras se a cerco a ella.-Si no van a ordenar, temo que tendré que pedirles que se retiren.
El hombre y el chico asintieron con la cabeza dispuestos a irse, el sastre tomó su kit de costura y comenzó a guardar los hilos.
-Hey.-La ojigris los detuvo.-Quédense a tomar algo conmigo, yo invito.
-No hace falta señorita.-Comentó el hombre, la verdad era que se sentía incómodo estando a altas horas de la noche en un lugar lleno de piratas.
-Vamos, por favor.-Insistió.-Es lo mínimo que puedo hacer, ahora podría estar muriendo desangrada.-Tomó su camiseta y empleando la menor movilidad posible se la colocó aguantando el dolor de su vientre.-A parte, aún no termino de comentarles como es que me dispararon.
-Es verdad abuelo.-El muchacho tomó asiento.-Será solo un rato, regresaremos pronto.
El hombre con la mano algo temblorosa, hizo hacia atrás una silla y tomó asiento.
-Tráiganos cerveza, por favor.-La mesera asintió y se volteó a tomarle el pedido a la mesa contigua. -Bien.-Miró hacia sus acompañantes con una sonrisa.-¿en que me quedé?.
-Ace.
-Ah si.-Se acomodó en la silla dejando reposar su espalda por completo, en una posición en la que su vientre se mantuviera extendido y no le generara dolor.-Dijeron que era una una decepción de pirata.-Paseó la vista por el lugar, la gente ya había vuelto a sus asuntos, o al menos, la gran mayoría, uno de los recién llegados la miraba fijamente.-Esos sucios bandidos estaban insultándolo.-Le mantuvo la mirada fija al pelirrojo hasta que regresó la camarera con las bebidas. Le agradeció y continuó.-Me pareció un acto demasiado bajo y repugnante, ¡Ah!.-Tomó la jarra de cerveza.-Si hubieran oído lo que yo, les aseguró que también los habrían querido matar.-Le dió un largo sorbo, tragó y dejó escapar un suspiro.
-¿Tenías relación con él?.-Preguntó el chico con cierta emoción en el tono de su voz, su abuelo, al contrario, se mantenía serio mientras bebía, no hablaba.
-¿Con Ace?.-Separó el vidrió de sus labios.-Nos íbamos a casar.-Se llevó una mano a la mejilla para sentir el propio calor de las mismas, cerró los ojos con anhelo.-Sólo que él no lo sabía.
-No lo conocías.-Murmuró él con una gota de sudor bajándole la frente.
-Niña.-Habló el viejo.-Aclárame una cosa, ¿Que hacía alguien como tu en un lugar tan peligroso como un pub pirata?.
-Oh, casi lo olvido.-metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y quitó un trozo de papel, lo desdobló enseñándoles a ambas personas el dibujo de Law.-Estaba buscando a este hombre, ¿Lo han visto?.
-¿Quien?.-Los hombres no podían identificar a la supuesta persona que estaba dibujada allí.
-Es Tralfagar Law.-Su rostro mostraba indignación, según ella el dibujo le había quedado idéntico.-El cirujano de la muerte.
-¿Eres cazarecompensas?.-Todos a su alrededor voltearon a ver a la chica con el ceño fruncido, hasta la música dejó de sonar, ella le dedicó una mirada asesina al muchacho.
-No.-Su tono de voz era molesto.-Nada de eso, solo trabajo para alguien.-Miro a su alrededor y elevó la voz.-¡Sólo busco a Tralfagar Law!, ¡No me interesa ninguno de ustedes!.-Todos regresaron a sus asuntos, el acordeón volvió a sonar. Cerró los ojos y se llevó la jarra nuevamente a los labios.
-¿Y para quien trabajas entonces?.
-Donquixote Doflamingo.-Le dió un sorbo largo a su bebida.-¡Ah!, ¡Que buena es la cerveza de aquí!.-Abrió los ojos.-¿Uh?, ¿A donde se fueron?.-Los hombres que habían estado junto a ella habían desaparecido súbitamente, notó las puertas vaivén de la salida moverse con violencia, los sujetos habían escapado.-Ni adiós.-Se terminó el último sorbo de su bebida y procedió a atacar las de los demás.
''¡Ja!, ¡Les doy miedo!'' pensó orgullosa ''El temible corazón de Doffy''
Una cosa llegó a la otra, y acabó pidiéndose otra jarra de cerveza y un pollo entero para ella sola. Sorpendentemente se lo acabó sin chistar.
-Ah.-Habló para si misma.-¡Que bien!.-Suspiró.-¡Ya recargue energías, me siento como nueva!.-Levantó su mano llamando a una camarera, esta se acercó con una sonrisa, la habían tratado muy bien, y eso en parte se debía a que creían que tal vez continuaría consumiendo.-¿Me traes la cuenta por favor?.-Le pidió amablemente, la chica asintió y se fue directo al mostrador.
Ella recostó sus codos sobre la mesa, dejando reposar sus antebrazos sobre la madera. Jugaba a titubear con sus dedos sobre la superficie, dió un vistazo rápido a su panorama y sus ojos fueron a parar nuevamente con el hombre que estaba sentado en la mesa de enfrente.
El color naranja de estos era tan atrapante, como una llama de fuego, que le quemaba el rostro haciendo que sus mejillas se tornaran rojas y ardieran del nerviosismo.
Era corpulento, de apariencia extravagante. Sus rasgos eran muy bien definidos, nariz puntiaguda, pómulos pronunciados, rostro ovalado y de mandíbula marcada, una mandíbula que le daba un toque varonil único. No contaba con cejas y eso era mucho mas curioso, hacía que toda su atención se centrase en esos ojos tan peculiares.
''Me gusta el color de su cabello'' Pensó ''Nunca había visto a alguien con el cabello así'' paseo la mirada de sus ojos a sus labios ''¿Usa maquillaje?'' se preguntó notando el color oscuro de estos ''Tal vez es porque es muy pálido, deben resaltarle más'' continuó bajando por su cuerpo, notó una gran cicatriz en su pecho ''Tiene una igual en su rostro, eso le habrá dolido muchísimo'' levantó su brazo y apoyo su codo sobre la madera, dejo su mejilla reposar en su mano ''¿Como se habrá hecho eso?''
-¿Que miras?.
Su respiración falló, su codo se resbaló de la mesa. Dió un respingo en su lugar y miró hacía otro lado ignorándolo por completo, actuando como si en realidad había estado observando el lugar. El resto de los acompañantes del hombre voltearon para verla.
''Actúa normal, no pasó nada'' Sus mejillas estaban del color del cabello del muchacho ''solo mantente tranquila, no hagas nada estúpido'' comenzó a sudar a montones, sus ojos daban vueltas en todas direcciones evitando contacto con la mesa de enfrente ''¿que es lo que quieren?'' los escuchaba murmurar cosas, se ponía cada vez mas nerviosa con tanto cuchicheo ''¿Por que no dejan de mirar hacia aquí?'' Se comenzaba a molestar, resopló mirando hacia abajo, se miraba las manos.
En eso se acercó la camarera y le dejó la cuenta ''Bien, tranquila (Tn) solo pagas y te largas de aquí como una campeona. Nunca mas volverás a ver a ese hermoso chico de cabello rojo.'' Tomó el papel y miró el el valor, era bastante elevado, hizo una mueca de disgusto, le habían dolido los bolsillos ''Bueno, supongo que de ahora en mas tendré que ser mas cuidadosa con la manera en que invierto el dinero'' tomó su mochila y buscó su monedero ''Se me va todo el dinero en estos recuerditos'' pensó apartando los adornos y metiendo la mano hasta el fondo de aquella bolsa de tela ''que raro'' No lograba encontrar su dinero ''¿Lo habre guardado en otro bolsillo?''
Al cabo de unos minutos de incesable búsqueda, el pánico se apoderó de ella por completo.
Le habían robado.
''¡Fue el viejo!'' apretó los dientes con furia, quería gritar, quería patear, quiera ir a buscar a ese sucio sastre y bordarle el trasero a patadas ''¡Por eso quería irse tan rápido!'' Dejó caer su cabeza sobre la mesa, sentía ganas de llorar por la impotencia, no podía hacer nada y habían pasado horas desde que él se había marchado, ya no había manera de seguirle el rastro.
-Señorita.-la voz de la camarera la hizo enderezarse, su rostro era de pánico puro, ¿Como le explicaba que no iba a poder pagarle los mil berries?.-¿Se encuentra bien?.
-S-si solo no me siento muy bien, me gustaría pasar al baño.
-Claro, déjeme que le cobro primero la cuenta así le voy preparando su cambio para cuando regrese.
-Ah, si bueno con respecto a eso.-Notó que el tipo de enfrente aún no le quitaba la mirada de encima.-estoy compartiendo la cuenta con mi amigo de allí al frente.-Señaló sutilmente por debajo de la mesa al pelirrojo.-No cabíamos mas en esa mesa y como son unos idiotas no me dejaron sentarme con ellos, querían hablar de cosas de hombres.-Se recostó en el respaldar cruzándose de brazos con aires de despreocupación, estaba metiéndose en el papel.-Ya sabe usted, chicas con grandes senos, comparando el tamaño de sus penes, caballos y esas cosas.
-Oh, ya veo-Habló la mujer sin saber exactamente que contestar.-¿Entonces le traigo la cuenta de ellos también?.
(Tn) Tragó saliva.
-Oh déjeme que lo consulto con ellos, ¿Puede regresar en cinco minutos por favor?.
-Claro desde luego.
La camarera se retiró dejando a (Tn) sola, ella estaba con el estomago hecho una mezcladora industrial. Lo sentía tenso, burbujeante, estaba realmente nerviosa.
''¿Como carajos se me ocurre?'' Pensó poniéndose de pie ''¿Que se supone que voy a hacer ahora?'' se colgó la mochila en la espalda, giró sobre sus talones, quedando de frente a la mesa del pelirrojo ''Debo pensar alguna manera de que la camarera crea que él pagará por mis comida'' Inhaló aire llenando sus pulmones, se acomodó el cabello y exhaló.
-Hey.-Dijo con una sonrisa forzada. Apoyó su mano sobre la mesa de los hombres, utilizándola como apoyo para el lateral de su cuerpo.-¿Que tal?.-Se dirigió al chico con una voz dulce y seductora.
-¿Te conozco?.-Respondió él de manera tajante.
''¡Mierda!'' intento mantener su expresión serena ''No salió como esperaba, se supone que debía seguirme la corriente'' se rió intentando disimular su movida errante.
-No, me temo que no.-Acarició su abrigo, era suave y cálido.-De todos modos, no te preocupes.-Se inclinó hacia él con una sonrisa ladina.-Solo quería pasar a decirte que me gustan tus gafas.-Acto seguido le dió un beso en la cabeza.
Los chicos de aquella mesa la miraban boquiabiertos, lo que estaba sucediendo no se lo había esperado ninguno de ellos.
-G-gracias.-Respondió él con un una mueca feliz en sus labios. La voz gruesa de ese hombre le provocaba escalofríos a (Tn).
-No es nada, guapo.-Se enderezó y se acomodó la mochila, sutilmente vió que la camarera observaba la escena, una sonrisa aún mas amplia se dibujo en su rostro. ''Debo hacer que se vea mas natural''.-Por cierto, ¿Como te llamas?.
-¿No sabes quien soy?.-Preguntó.
-Eh...-Vió a la mujer comenzar a acercarse.-Si.-Devolvió la mirada a él con una sonrisa forzada. Había comenzado a sudar desesperación por los poros.-El amor de mi vida.-Le dió unas palmaditas en el hombro y rodeó la mesa directo a la salida.-¡Adiós!.-Habló en voz alta agitando su mano rápido, los pasos que daba eran apurados y torpes se le notaba a kilómetros el temor en su cuerpo.
''¡Bien!, ¡lo hice!'' Miraba la puerta con ansias, como si poner un pie fuera de ese lugar fuera llegar al cielo ''Sin duda, la maestra del engaño''.
-¿Qué?.-Oyó la voz de su supuesto amor, el corazón se le detuvo al instante, sus piernas comenzaron a temblar, su cuerpo le pedía a gritos que corriera pero su mente estaba en blanco. Volteó sobre su hombro y vió a la camarera mirarla con el ceño fruncido, acto seguido el colorado le clavó la mirada.-¡Hey!.-Como si esa hubiera sido la palabra mágica, sus piernas se activaron nuevamente pero las mismas le fallaron debido a la adrenalina de querer correr devuelta hasta Dressrosa y pedirle a Doffy que la salve de la furia de aquel sujeto. Cayó de cara al suelo estampándose la cara en la madera vieja.
Antes de que se pudiera poner de pie, fue levantada del suelo con mochila y todo.
-H-Hola.-Dijo mirando de cerca el rostro pálido del individuo. Él la estaba matando con la mirada.-¿Cielito?
-¿Tienes idea de con quien te has metido?.
''Esta no la voy a ganar siendo romántica, se acabó el juego''
-No, ¿Acaso sabes tú con quien te has metido?.
-Soy Eutass Kid, capitán de los piratas de Kid.
-Nunca oí hablar de ti.-Comentó con una expresión de desinterés en el rostro.-Yo soy (Tn) y como estuviste incomodándome toda la noche con tus miradas pervertidas, ahora debes pagar mi comida.
-¿Perdona mocosa?.-La tomó del cuello de la camiseta.-¿Como te atreves a dirigirte a mi de esa manera?.
-Recién cuando te eché los gajos no pareciste enojarte por la manera que tenía de hablarte.-enarcó una ceja y sonrió de lado con burla.
-Mira el único motivo por el cual no te patearé el trasero es porque podría matarte y esta noche no tengo el ánimo suficiente como para ir asesinando niños por ahí.
-¿A quien le dices niño?.-Se zafó de su agarre y se puso de puntas de pie para poder estar a la altura de su cara.-¡Soy una mujer idiota!.-Sentía la adrenalina de su cuerpo, sentía su cuerpo temblar queriendo golpearle la cara.-¡No me gusta que me subestimen!, ¡Si quieres pelear vayamos afuera y arreglemos esto como dios manda!.
-Mira, pequeña.-Colocó su mano metálica sobre su cabeza, haciendo que devolviera su estatura a la normal.-Llegué en el momento justo para presenciar ese espectáculo tuyo de enseñarle los senos a todo el mundo, se que estás herida no seria un victoria del todo limpia si ya estas débil.
-¡No estoy débil!.-Intento darle un puñetazo pero no alcanzó a golpearlo, mas bien el esfuerzo que hizo le provocó dolor sobre su herida.
Kid volteó a sus nakamas y les asintió con la cabeza, haciéndoles saber que se quedarán tranquilos.
Tomó a la chica por la mochila y la arrastró fuera del lugar, sus amigos se quedaron dentro terminando de beber. La soltó haciendo que la chica se tambalease en su lugar.
-Bien.-Dejó su equipaje a un lado. Se puso en posición de batalla.-Adelante, dame lo mejor que tienes.
-No voy a pelear contigo, eres unas mocosa.-Se mantuvo de pie frente a ella con los brazos cruzados, su expresión era seria.
-¡Vamos!.-Se mantenía en guardia.-¡No seas cobarde!.
-¿Por que hiciste eso?.-Preguntó.
-¿Hacer que?.
-Irte sin pagar.
-Me robaron el viejo y el otro bobo.-Su voz se iba calmando, ya no era un manojo de rabia.-Me distraje un segundo y se llevaron todo mi dinero.
-¿estas lejos de casa cierto?.
-Eso no es de tu incumbencia, depravado.
-¿depravado?.-soltó una risa.-Como sea, toma.-Le aventó una pequeña bolsa marrón.
-¿Que es esto?.-La tomo con la punta de los dedos, examinándola por fuera.
-Hay al menos unos mil berries, regresa a tu casa antes de que te maten, el mundo no es lugar para que una niña como tu ande sola.-Se dispuso a volver a entrar al restaurante, (Tn) le aventó la bolsa de dinero a la nuca.
-¡No quiero tu caridad!.
El chico volteó a mirarla con un odio inexplicable en sus ojos, sus labios se torcieron en una mueca de disgusto.
-Vete al diablo.-Soltó entre dientes, antes de matarla intento voltear para entrar peor ella se le prendió del brazo.
-¡No me subestimes!.-Gritó.-¡No soy una niña!, ¡Soy una mujer fuerte!.
-Suéltame.
-¡Pelea!.
-Suelta...¡Ah!.-(Tn) le clavó los dientes en el brazo, le estaba mordiendo.-¡Suéltame!.-Sacudió su brazo intentando despegarla.
-¡Pelea, cobarde!.-Hablo con dificultad sin despegarse de la mordida.
-¡Ya!, ¡Aléjate!.-Sacudió su brazo con fuerza haciendo que ella volara contra la pared de la cantina.
-Ay, ay, ay...
-¿¡Por que hiciste eso, idiota!?.-Preguntó con rabia, se miró el brazo y vió sus dientes marcados en su pálida piel.-¿Estás loca?.
-¡Cómo duele!.-Dijo sobándose la cabeza, los ojos se le empañaron al instante.
Él ablandó su gesto, vió su camiseta mancharse de sangre donde había sido herida anteriormente, no pudo evitar sentirse mal.
-Oye.-Se puso de cuclillas frente a ella.-¿Estás bien?.
-Por supuesto que si, idiota.-Respondió entre sollozos.
-Estás llorando.
-Lloro de la risa, golpeas como un bebé.
-Deja de hacer el ridículo y ve a tu casa de una vez, tu madre debe estar preocupada.-Ella ocultó su rostro aún mas, dejó sus ojos clavados en el suelo. el pelirrojo entendió porque lo hacía, o al menos, lo supuso.
Antes de que pudiera decir algo, oyó pasos que venían en su dirección. Levantó la mirada.
-La marina.-Advirtió a la chica. Ella se puso de pie de un salto.
-¡Maldita sea!.-Se colgó la mochila, hizo una mueca de dolor que no paso de percibida por Kid. Lo miró con el rostro empapado de lágrimas.-¡Te salvó la campana esta vez Skip!
-¿Debo tomar eso como una insinuación de que volveremos a vernos?.-Preguntó ignorando el hecho de que había dicho mal su nombre.
-Te patearé esa linda carita.-Se agachó a recoger la bolsa de tela con dinero.-Y te devolveré tu apestoso dinero.
-Permite darte algo más entonces, pequeña rata.-Quito un trozo de papel de su bolsillo y se lo entregó.-Nos vemos, mocosa insolente.
-Hasta la próxima, pervertido acosador.
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