Relato 6 ≠ Enfermedad

Nadie lo había creído posible pero estaba pasando. Zero estaba preocupado en la recámara del hunter de estela azul, ambos terminaban de cerrar una tela donde guardaron una serie de alimentos y a la vez, tomaban un frasco de medicina y una cuchara. Cruzaron miradas y suspiraron a la vez. Salieron de allí en silencio, mirando ocasionalmente lo que traían el uno y el otro. Hasta que finalmente entraron por la puerta sigilosamente, él estaba arropado hasta el cuello, sin moverse y respirando por la boca. Ambos se acercaron, se asomaron con cuidado y dejaron las cosas en el escritorio.

- Axl... - llamó el rubio en un murmulló, acercandose a donde se encontraba la cara de su pequeño. Apartó la manta y lo encontró dormido. Sonrió y plantó un beso en la punta de la nariz, despertándolo.- Te venimos a cuidar.

- No... - volteó la cabeza y se intentó volvera dormir.

- Al menos, toma tu medicina.- el niño se sentó.

- No sé que tiene Lifesaver contra mi pero eso que les dio sabe horrible.

X se acercó al hunter carmesí y le pasó el jarabe junto a la cuchara. Se sentó junto a Axl y el rubio lleno la cuchara. La reacción de hubter azul marino ante aquello fue cubrirse la boca con ambas manos; ya sabiendo lo que tenía que hacer, el ojiesmeralda las apartó pero aún así, el niño evadía aquello que intentaba entrar en su boca. El hunter de estela azul sostuvó las manos con una de las suyas e intentaba desviar el rostro del pelirrojo con tal de que el hunter carmesí terminara con aquella situación.

- Axl...

- ¡No quiero!.

X tomó el último recurso y, ya con el anterior aceptación del rubio, le pellizcó una costilla. Axl gritó por la molestia, más que por el dolor en sí y el rubio no perdió tiempo en hacer entrar la cuchara en su boca; en cuanto el jarabe estuvó en la boca del niño y la cuchara había salido con la misma velocidad que entró, los adultos habían puesto ambas manos en su boca, ya había antesesores de que el niño lo escupía y perdían parte de la medicina. Escucharon a el chiquillo tragar y lo dejaron; el ojiazul dejó las cosas nuevamente en el escritorio para sentarse junto a sus compañeros.

- Papá... - hizo berrinche Axl mirandolo.

- Dijiste que querías seguir durmiendo. Ya no necesitas nada más, adelante.- arrulló su padre, el niño volvió a la almohada y a su suave manta, cerrando sus ojos.

Zero acarició con sus dedos el rostro del pequeño hasta que éste cayó profundamente dormido. Y así, el ojiesmeralda lo arropó nuevamente. Se alejaron, salieron de la recámara y se quedaron un rato mirando desde la puerta.

- Míralo.- le insitó el blondo.

- Es un problemático.

- Quizás...

- Pero adorable. Ni enfermo se le quita esa actitud suya.

- Entonces es un enfermo adorable.- concluyó Zero cerrando la puerta y alejandose con X por los pasillos para volver a lo suyo.- Buena idea la del pellizco.

- ¿En serio? Gracias, yo... ¡Ay!.- chilló X, el ojiazul había tomado un trozo del brazo de su compañero y lo había apretado entre sus dedos.- ¡Zero!.

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