- Me duele. - dijo Axl haciendo una adorable mueca de dolor al momento que una navegadora le daba un pellizco en la mejilla, sin querer soltarlo. - Sueltame.

- No puedo, aaaawi eres tan tierno. - canturreó ella, Luego otras tres navegadoras (amigas de la primera) se acercaron y rodearon al pequeño hunter.mientras ella soltaba su mejilla. - Chicas, solo mirenlo.

- Lo sé.- exclamó una de ellas sin poder aguntar la pequeña emoción apretandole suavemete la nariz al pelirrojo para soltarla rápidamente.

- Aaaaaww a mis brazos, pequeña lindura.- dijo otra dandole un gustoso abrazo, pero rápido para luego separarse. - ¿Como es que eres así?.

- ¿Así cómo?.- dijo evidentemente confundido el chiquillo pero con una clara inocencia.

- Aaaaawww.- arrullarón al inosono las cuatro navegadoras.

El chico de la cicatriz se encontró rodeado de muchas operadoras que lo único que hacian era maravillarse con la ternura del pequeño. El niño solo sonreía tímidamente haciendolo aún más adorable a la vista, la inocencia tenía cautivadas a todas, lo alagaban, le hacian pequeñas caricias en sus mejillas y se limitaban a tocarle la punta de la nariz. El único problema era que cierta reploid, en cierto lugar se dio cuenta de esta cierta situación: Cinnamon. No es que ella fuera una chica celosa pero sabía cuando su pareja se metía en un apuro, trató de llegar a él pero aún así las operadoras no la dejaban; así que, dabas las circunstancias, fue a buscar ayuda de mayor tamaño.

En unos cuantos segundos, las navegadoras fueron abriendo paso a un relajado reploid que no perdía el paso por nada del mundo, el brazo de ese reploid llegó a hasta ambos hombros del idolatrado niño llevandoselo fuera de la prisión de reploids encantadas.

- ¿Se supone que te tengo que dar las gracias, no?.- dijo con evidente inocencia alzando la mirada hasta el mayor. El ojiazul lo miró y le sonrió.

- Tienes el poderoso don de la ternura, por suerte, esa ternura la cuido yo... No me agradezcas.