Los caminantes nos rodeaban, y había dejado mi bolso con las pocas armas que nos quedaban en casa.

Algo parecido a un pequeño e extraño sonido salió de mis labios, gemí con miedo al ver a los caminantes cerca nuestro, maldije por no haber pensado en este tipo de probabilidades, comencé a buscar soluciones para escapar, lo primero que se me viniera a la mente.

—¿Cómo demonios llegáremos a dónde sea qué conseguiste el refugio? —Mason intento guardar la calma mientras apuntaba a los caminantes.

Pero estaba el contra de que el ruido nos haría perder.

Mason tenía armas, Shawn y Cirus igual, incluyendo a la chillona de Riley, lo pensé unos segundos y tuve la idea.

—Esperen, ustedes tienen armas... ¡¿Por qué no las usan?! —en como su estupidez siguiera iba a perder la paciencia, ellos se miraron y como sí algo hiciese clic en sus cabezas asintieron.

—Bien, a patear traseros. —Cirus se posicionó frente a mi y fue el primero en empezar a matar a los caminantes que se habían acercado dejando atrás a los ¿14? Que habían. 

Tome una gran bocanada de aire y saqué la navaja que había guardado en mi bota, miré en frente de mi y sonreí cuando un caminante se acercó.

Los chicos se alarmaron con la cercanía y empezaron a gritar mi nombre, los ignoré y le clavé la navaja en la cabeza recordando de nuevo a mi madre muerta, el monstruo cayó frente a mis ojos y saqué la navaja con agilidad.

La adrenalina corría por mis venas justo ahora.

Seguimos haciéndonos camino entre tanta plaga para así poder legar a la casa, pero una botella se entrometió en mi camino y no lo pensé mucho cuando miré hacía atrás, el ruido cercano iba a distraerlos.

La tome entre mis manos y cuando encontré otra botella la lancé hacía atrás calculando que cayera en un sitio que hiciera más ruido, el último ruido de la segunda botella los hizo correr hasta un auto y otros a un bote de pintura.

—¡Corran! —grite al ver a los que no se distrajeron seguir detrás de nosotros, llegamos a la casa a tiempo y tiraron casi los carritos de la farmacia en el suelo, cerré la puerta apenas entramos y los chicos me ayudaron a trancar la puerta con unos sofás, luego las ventanas las hicieron imposibles de pasar con objetos y muebles.

—Bien hecho, Nevahe. —Mason palmeó mi hombro y sólo asentí.

Busque a Sasha con la mirada pero no estaba, su melena roja no se asomaba por ningún lado, cuando subí a la segunda planta encontré cuatro habitaciones que ya había revisado antes.

Volví a revisarlas una por una hasta que llegué a la cuarta, y la vi en la cama.

—¿Todo bien? —pregunté y la vi levantarse mientras se refregaba los ojos.

—Bueno, sí caemos en cuenta que estamos en un maldito apocalipsis zombie, donde no volveremos a ver a nuestras familias... pues bien. —la ironía en su voz fue tan palpable que me removí un poco en mi lugar.

—Comprendo que es una pregunta totalmente estupida, sí era lo que querías hacerme ver, pero los chicos están abajo. —ella salió de la habitación dejándome sola.

Me acerqué a la ventana y vi el nuevo mundo donde estábamos viviendo, sobreviviendo mejor dicho, ya no quedaba nada de lo que alguna vez fue.

Salí de la habitación y bajé las escaleras, pensé en cómo podríamos terminar con esto, pero ninguna solución llegaba a mi mente.

Los demás me miraron esperando que dijera algo.

—Nos vamos a dividir las habitaciones, las parejas en una sola habitación, por lo tanto, Mason y el palo sin nombre en una sola habitación, Shawn y Riley en la otra, y los demás en las habitaciones restantes. —ordenó Sasha.

—Vamos entonces. —respondí y poco a poco fuimos a dormir. 

Por lo menos descansaríamos algo, o eso creo.

*********

Cabe añadir que este capítulo fue escrito en la madrugada cuando claramente me estaba muriendo de sueño, jaja, eran como las cuatro de la mañana y bueno, quedo igual un poco corto también.

En fin;
Nos leemos luego.

🖤🧬🖤

Capítulo escrito el 28 de diciembre del 2017.

Actualizado en 2019.