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NADA PERSONAL
Llegue al restaurante donde mi esposo y yo íbamos a celebrar nuestro aniversario número cuatro. Lo busque con la mirada, pero supuse que aún no había llegado. Avance por el lugar, buscando una mesa para dos y que estuviera ubicada en un buen lugar, hasta que lo vi...
Llevaba el cabello negro y estaba más corto de lo que nunca lo uso, había dejado ese estilo emo del que tanto lo molestaba, un abrigo de lana y pantalones negros. Miraba a su copa mientras esperaba a alguien, lo suponía porque miro el reloj que cargaba en su muñeca. Mi corazón se alegró, pero no había amor como pensé que sentiría si lo volvía a ver. Apreté mis puños en un debate interno, ¿Sería bueno acercarme?
Camine con paso inseguro, sin saber cómo llamar su atención cuando llegue a su lado, aunque no fue necesario porque él levanto la mirada rápidamente. Estoy más que seguro que pensó que ya había llegado la persona que esperaba. Sonreí cuando se enfocó en mi rostro, con el ceño fruncido.
— Supongo que no soy la persona que esperabas, pero puedo acerté compañía mientras la esperas.
— ¿Park Chanyeol? —estaba sorprendido hasta la médula.
— El mismo... —me senté en frente cuando me hizo señas de que lo hiciera—. Hola, ¿tanto tiempo no? ¿Siete años?
— Ocho —sonrió jugando con el menú.
— Sigues igual que siempre —le alague y asintió.
— Tu igual.
— Kyungsoo —no, ya no dolía decir su nombre y seguí—: ¿Cómo ha ido tu vida? ¿Cuándo regresaste de Estados Unidos?
— Hace unos meses —asentí sin saber que más decir—. ¿Y a ti?
— Bien, es decir... —alce mi mano para que vea el anillo—. Me case.
— Felicidades —lo decía de todo corazón porque así era él—. Siempre creíste que no ibas a encontrar a alguien después de mí...
— Si, te amaba mucho.
— Yo siempre pensé que ibas a encontrar a alguien que pudiera quedarse a tu lado. No yo, yo no podía...
— Me hubiera gustado que fueras tú, pero las cosas se dieron de esta forma.
— Y están mejor así, ¿no crees? Yo ni siquiera quería casarme y tú si, encontraste alguien que estuviera seguro acerca de eso. ¿Cómo es? Yo nunca fui tu tipo.
— ¿Qué dices? —reímos—. Tú eras mi tipo.
— Eso no me dijiste cuando nos conocimos... —dijo fingiendo estar ofendido.
— Es... es muy contrario a ti —explique.
— ¿Vienes solo?
— Estoy esperando al igual que tú. Hoy es mi aniversario con mi esposo.
— Uh...
Nos quedamos en silencio y me ofreció vino, yo negué, porque no quería tomar nada. La persona que Kyungsoo estaba esperando parecía que no iba a llegar, y mi esposo de igual manera. — ¿Cómo te fue en Estados Unidos?
— Bien, aunque el idioma aún era muy difícil para mí.
— Amaba tu acento cuando hablabas inglés.
— Lo sé, me lo repetías siempre —dijo sonriendo y llevo la copa de vino hasta sus labios—. Me especialice en cardiología.
— Cumpliste tu sueño.
— Pero tuve que renunciar a ti —eso, esa era la estaca que seguía clavada en mi corazón—. Son precios que debemos pagar...
— El tuyo fue uno muy caro.
— Lo siento, pero no me arrepiento de haberme ido...
Lo sabía y al comienzo cuando él tenía solo días de haberse ido, me dolía, pero ahora no. Supongo que todo dejaba de doler con el tiempo; decir su nombre, verle a la cara, tocar el tema de nuestro rompimiento.
— Esta bien, yo no podía ser tan egoísta como para retenerte por mucho tiempo.
— Si lo hubieras sido no me hubiera molestado o bueno, en el fondo hubiera amado que lo hicieras —nos estábamos metiendo en senderos peligrosos, llenos de espinas. Miro su reloj—. ¿Por qué no ordenamos?
— Prometí comer con mi esposo.
— Oh, lo olvidaba...
— ¿A quién estas esperando?
— A mi jefe, me cito aquí... pero aun no llega.
— ¿No tienes pareja?
— No, no podía porque estaba metido de cabeza en mis estudios.
— ¿Y ahora buscaras una?
— Probablemente, no lo sé. Recién termine mi especialización, quiero estabilizarme.
— Ahhh...
— ¿Y tú? ¿Estudiaste lo que querías?
— Si —también mire el reloj de mi muñeca. Estaba demorando demasiado—. Es demasiado tarde...
— ¿Por qué no llamas a tu esposo?
Me golpee mentalmente, porque eso no parecía una opción hasta que Kyungsoo lo propuso. Saque mi teléfono del abrigo que cargaba y marque su número, esperando a los tres toques para que contestara.
— ¿Dónde estás?
«— Atrapado en el tráfico —bufo—. Hubo un accidente y hay una enorme fila de autos que no se mueven.»
— ¿Y si no alcanzas a llegar?
«— Lo siento, Chan... Estoy arruinando nuestro aniversario.»
— ¿Vas a poder llegar?
«— No lo sé —escuche como golpeaba el volante con frustración—. Si en una hora no llego, vete.»
— Una hora es mucho.
«— Por favor~.»
— Estoy muriendo de hambre —sé que ahora mismo está rodando los ojos.
«— Es nuestra cena.»
— Pero no estas llegando.
«— Chanyeol...»
— Te esperare, una hora, ¿vale? Si en una hora no estas, vete directamente a casa.
«— Te amo.»
— Yo te amo más.
Colgamos al mismo tiempo y Kyungsoo llamo a un mesero, pidiendo un vino y el postre. — Aun puedes comer el plato fuerte con tu esposo.
Sonrió con esos labios acorazonados que poseía y yo también sonreí. En el pasado cuando él reía yo lo hacía, cuando él lloraba yo también, cuando él era feliz yo igual. Nos trajeron el vino y el postre. Kyungsoo sirvió por los dos y le agradecí. — Mi jefe no va a llegar, estoy seguro.
— Que mal que te haya dejado plantado.
— No me importa, la verdad.
— Al menos estoy contigo, haciéndote compañía.
— Si, tu compañía es mil veces mejor que la suya. Tu eres mil veces mejor que él —trague incomodo—. Como que me gustaba un poco mi jefe, pero es un idiota.
— Siempre te gustan los idiotas.
— Como tú.
— Exactamente.
— No hablemos de esto, por favor. Es un poco incómodo —soltó una risa entre dientes—. Somos ex's, esto no es normal.
— Entonces somos unos ex's muy goals, porque apuesto que nadie podría haber manejado una situación como esta como nosotros lo hicimos.
— Ay, cállate —pidió mientras limpiaba sus labios—. Es que ya no te amo.
Fingí dolor en el pecho.
— ¡Auch!
— Tonto —sonreí.
— Tampoco te amo, es decir, siempre te tendré aprecio porque eres alguien increíble. Pero... no es lo mismo.
— Lo sé, me pasa igual.
Comimos el postre en silencio y ya se había pasado media hora. — ¿Pedimos el plato fuerte? No creo que mi esposo llegue.
— Espera un poco más...
— Kyungsoo--
— Debes de aprender a esperar —corrió la mirada al decirlo.
Espere tal como me dijo.
— ¿Te quedaras de forma definitiva en Seúl?
— Es lo más probable.
— Espero que nos volvamos a encontrar.
— No sé, Seúl es un pañuelo, es lo más probable, ¿no?
— Me alegra tanto poder verte una vez más.
— A mi igual, siempre me pregunte como estarías viviendo. Si habías cambiado o seguías igual, supongo que este reencuentro aclaro todas mis dudas.
— Sigues siendo increíble.
— Y tu un tonto.
— ¿Gracias?
— De nada.
Y mi esposo llego luego de unos minutos antes de que se cumpliera la hora, me senté en la mesa que había elegido anteriormente e intente no girar la cabeza para ver a Kyungsoo. No sabía si se retiró él primero o fui yo, porque en ningún momento lo mire, en ningún momento tuve el valor de voltear y verlo solo, porque no quería que estuviera solo. Era alguien demasiado hermoso como para sufrir la soledad y su frio que te hace doler hasta los huesos.
Y sé que cuando salga del restaurante, probablemente nunca lo pueda volver a ver. Pero estaba feliz de haber podido verlo una vez más luego de tanto tiempo, de haberlo visto sonreír y ser feliz al igual que yo, aunque sea por un momento. Entre nosotros ya no podía haber nada personal, pero contrario a lo que siempre creí, eso no me mataba. Podía respirar con normalidad y es que ya no amaba más a Do Kyungsoo.
***
Inspirada en la canción "Nada Personal" de Juan Pablo Vega.
Yo nunca me inspiro con cosas en español, la dvd, además que casi no escucho música en español. Pero, esta me gusto mucho y la escribi mientras viajaba porque me acorde de la canción. Espero que les haya gustado, no sé si les vaya a llegar el mensaje que quiero dar, but wenoooo, gRACIAS POR HABER LEÍDO ❤😚✨.
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