Capítulo 36: Lágrimas



¿Podemos recuperarnos?

¿Podemos superar esto?

¿Estamos muy sumergidos en la noche para ver el día?

¿Estamos muy fríos por dentro para sentir la flama?

¿Podemos empezar de nuevo?



Pov's Dipper


Podría respirar con tranquilidad.

Podría ya no sentir angustia.

Podría sonreír sin tristeza detrás.

Podría dormir sin algun mal sueño despertándome.

Podría volver a amar con intensidad.

Podría volver a vivir...



El despedirme de Bill significó la ruptura de lo que pude haber dejado pendiente. Y como un fantasma, sólo estaría en paz si arreglo lo que deje sin hacer...

Pero, si ya lo hice... ¿Por qué me siento de esta forma? ¿Por qué siento que algo me falta? Me tan siento incompleto que es abrumador.


Y lo peor es que nuevos recuerdos me atormentan al cerrar mis ojos..


El crujido que surgió de Equidna cuando hice que se golpeara contra un árbol suena cada minuto en mis oídos. Sé que un humano estaría ya muerto, pero las pesadillas son diferentes. Y tengo la esperanza de que Equidna esté bien...

Pero, siendo sincero, el recuerdo que más me atormenta son los gritos de Bill, implorando que no lo deje.


No tengo nada que me pueda asegurar si era verdad o mentira, y no quiero darle muchas vueltas al asunto, ya que empiezo a cuestionar mis decisiones. Empiezo a preguntarme si realmente el dejarlo estuvo bien. Si realmente todo esto fue un malentendido, un escenario ilusorio creado por mis miedos.

Pero, aun después de recordar lo reales que se escucharon sus alaridos, recuerdo que es un gran mentiroso y que sabe engañar con alarmante facilidad.



Oh, por favor, que alguien me ayude...



Su caricia la seguía sintiendo, tanto que opacó los besos que Pacifica me dio en la mejilla cuando regresamos. Opacó el fuerte abrazo que Wendy me dio, diciéndome que era muy valiente.

Sólo tuve la noción de agradecer y sonreirles, aun sintiendo la mano de Bill acariciar mi mejilla con sutileza y cuidado, como si me tratase de un espejismo y él debía tener cuidado para que no me desvaneciera.


Quiero pedir a lo que sea olvidarle. Quiero dar lo que sea para sacarlo de mi mente. Pero no quiero, tengo fobia a hacerlo. Quizá sea masoquista al querer a mi demonio en vivo recuerdo, aun después de lo que me ha hecho.


Él fue la mejor y peor cosa que pude haber vivido. Y no sé si sería capaz de olvidarlo... no sé si quisiera olvidarlo, realmente.


Esperare, al menos, a que alguien venga a sacar de mi alma a mi demonio. A alguien al que pueda amar con más intensidad que con lo que hice con Bill.


Creo que sólo es cuestión de tiempo a que supere esta etapa. Y lo único que me queda es tener paciencia...

- Bill estará mucho mas alerta de lo normal- habló Marchosias- Y quizás, ya no podramos salir...

- Nos faltan dos elementos, ¿no? Podrías decirnos que buscamos, nos dividiremos y así será más fácil- sugirió mi tío Ford, pero Marchosias se negó al instante.

- El fuego y el viento. Pero estos pueden ser el que respiramos y el que podemos crear con cualquier cosa, sin embargo, para que tengan efecto tienen que ser en un lugar específico. En pocas palabras, es el lugar de invocación el que nos falta por encontrar- habló Marchosias- Desgraciadamente, no tengo ni una mínima idea de donde pueda estar...

- Aún así, Bill puede seguir afuera esperando a que salgamos- habló Ford, cerrando los puños en impotencia.

- Quizá- susurró Marchosias, bajando la mirada- Pero hay que intentarlo al menos... ¿no?


- Esta vez iré yo. Ford se va a quedar- habló Stan, rompiendo el incómodo silencio que se había instalado entre nosotros.

- ¿Qué te pasa?- le gritó Ford, enojado- No voy a perderme de información valiosa...

- Y yo no voy a perderte a ti- le gritó Stan- No me quedaré tranquilo sabiendo que ese demonio imbécil esta acechando a nuestra familia. Ya está dicho, y no quiero discutir... por cierto, Dipper tampoco va


Todos esperaron por mi reacción, hasta un furioso Ford. Quizá, estaban expectantes a que volviera a explotar de furia como la vez anterior.


Les mandé una sonrisa.

- Está bien- le dije a mi tío Ford- Me quedaré a arreglar los víveres

- ¿Seguro?- me preguntó mi hermana- ¿No quisieras ver el ritual?

- Seguro, creo que he tenido suficiente con todo lo que sucedió la ultima vez...

Agaché mi mirada hacía mi regazo. No podía evitar horrorizarme al saber que había probabilidades de haber matado a un ser. No importaba lo mal que me hubiese tratado, ella no merecía una muerte así. Quiera o no, es una muy buena estratega. 

Pero no sólo la culpa me hace retroceder para ir, también está el hecho de que no quiero volver a ver a Bill. Una despedida es el fin de todo. Y siento que volverlo a ver me causaría volver a empezar tormentos y anhelos.


- Te entendemos, Dipper... Tienes nuestro apoyo en esto, ¿lo sabes, verdad?- me dijo Marchosias con una sonrisa. Yo le devolví la sonrisa y sentí a Wendy posar su mano en la mía.

- Yo iré otra vez, ¿puedo?- preguntó Wendy. Al instante recibió un asentimiento de parte de Marchosias.

- Y yo quiero ir. Si Ford no va, al menos que vaya un científico para mantener registro de lo que pase- dijo McGucket, a lo que Ford le agradeció, aún enojado.

- Falta uno para completar el grupo... ¿Quién más?- preguntó Stan.

Soos levantó la mano tímidamente.

- No tengo mucho que perder y quisiera salir un poco- dijo, con certeza y sin titubeos.

- Saldremos en tres días, para prepararnos adecuadamente y para no darle tiempo a Bill, aunque parezca que ya es muy tarde... y quienes vayan, preparen su mente ante la invocación, porque no es algo que todos puedan superar- Marchosias decía todo barriendo a los presentes con la mirada- Además, hay altas probabilidades de encontrarnos con las tropas de Bill, ya que aunque tengamos las salvaguardas, ellos saben si salimos o no...

Después de eso, el silencio que se puso entre nosotros marcó el final de la reunión. Todos salimos lentamente de la sala y en eso, Pacifica se situó a mi lado.

- Has sido muy valiente Dipper- me dijo, mostrándome un brillo en sus ojos de cariño- Siempre lo has sido, desde que te conocí

- Gracias, Pacifica. Es muy amable de tu parte

- Todos deberían darse cuenta de eso, ¿no crees? Eres alguien muy valioso para todos y no lo digo porque hubieses estado con Bill... sino porque muchos dependemos de ti... o al menos yo lo hago ¿Te he contado la verdadera razón por la que Bill me quería matar?

- Ehh, no... no lo has hecho- comencé a ponerme nervioso al ver el giro extraño que había tomado nuestra conversación. Subimos hacia la planta superior donde todos los sobrevivientes estaban. Pacifica me llevó hacia la bodega de víveres, donde Pacifica hacía sus deberes diarios.

- Sabes que Bill es muy envidioso y que detesta compartir lo que piensa que es suyo, ¿verdad?- me preguntó, mientras comenzaba a tomar de las latas y revisaba su caducidad. Las que ya no servían, las tiraba a la basura o las guardaba para los seres que comían cosas podridas.

- Claro que si, aparte de ser un traicionero- respondí, secundando su acción de revisar los víveres.

- Pues el creía que tu le pertenecías, aun sin estar a su lado. Pero nadie nace con el nombre de otro ser grabado y quería decírselo a la cara... pero no se lo dije por miedo. Sin embargo, él lee la mente y en una ocasión, cuando estaba hablando, junto con otros, con él, Bill se dio cuenta de eso y de otra cosa. Desde ahí comenzó la tortura... hasta que ya no pude más y salí corriendo de ahí

Mientras me hablaba de eso, sus movimientos comenzaron a ser automáticos al sumirse en sus pensamientos.


- Lo siento mucho, Pacifica...- me sentí estúpido al instante, ya que eso no iba a cambiar el pasado.

- Oh Dipper- ella rió y ese sonido fue uno de los mas lindos que había escuchado en el Raromagedon, exceptuando a Bill tocando el piano, pero está de más decir que ya no quiero recordar nada de él- Eres muy listo, pero estas siendo un poco lento en estos asuntos... ¿Aún no te has dado cuenta?

- Eh, no- desvíe la mirada de la de Pacifica. Ella volvió a reír.

- Tendré que ser más obvia, entonces- sentí su pequeña mano en mi nuca. Sentí un escalofrío recorrer mi espina. Estaba acostumbrado a sentir las manos grandes y de dedos largos de Bill en mi nuca que sentir unas manos pequeñas y de dedos delicados me hizo sentir extraño.


Pacifica atrajo mi rostro hacia el suyo. Justo cuando nuestras narices se estuvieron rosando había caído en cuenta de lo que estaba pasando, pero muy tarde.


Al sentir sus labios posarse contra los míos, muchas descargas recorrieron todo mi cuerpo. La abracé sutilmente y ella rodeó mi cuello con sus brazos.



Sus labios sabían a un empalagoso caramelo que hizo mis sentidos despertar. Ella tomó ventaja de mi sorpresa y profundizó el beso. Yo la abracé más mientras ella me hacía agachar más. 


Las delicadas y pequeñas manos parecieron ser manos grandes y de dedos delgados. 

El sabor caramelo del beso pareció ser sabor menta. 

Quien me besaba parecía convertirse en un demonio. 


Me separé abruptamente de ella, empujándola por los hombros. 


- ¡¿Dipper?! ¿Hice algo mal?- preguntó, con el rostro dolido. 

- No... nada- respondí mientras acariciaba mi frente al sentirme mareado- Lo siento, tengo que irme


Salí a paso rápido de la pieza, sintiéndome más confundido de lo normal. Corrí hacía el ático, el único lugar solo que podía haber. 



En mi camino, me encontré con Wendy, quien tenía nuevos hematomas y arañazos a causa de la última excursión. 

- Hey, oye- me paró en seco tomando de mi mano- ¿Qué te pasa? Parece que viste un muerto

- Nada, sólo...- respondí, con voz entrecortada- Sólo no me siento muy bien

- ¿Y vas a ir al ático para sentirte mejor?

- Supongo...


Ella me vio con el ceño fruncido, estudiando mis gestos, intentando descifrar que era lo que me pasaba. 


Aunque era muy obvio el origen de mis tormentos. 


- Creo que ya es hora de que mates al fantasma de Bill que llevas adentro- y después de decir eso, soltó mi mano y se alejó de mí a pasos tranquilos. 


Subí hacia el ático y vi hacia la ventana. Me quedé sumido en mis pensamientos observando ningún punto fijo del bosque. 



Esperaba encontrar a alguien que quitara a Bill de mi mente, que lograra opacar el amor que sentí por el demonio, por el que moriría y al que extraño con todo el dolor de mi alma. Sin embargo, ahora que Pacifica puede ser mi única esperanza para rehacer mi vida, comienzo a retroceder de mi plan inicial. 

El recordar el beso con Pacifica hace mis entrañas retorcer, y estoy seguro que no son mariposas en el estomago. 

Es como si estuviera traicionando algo. Como si amar a alguien ajeno a Bill fuera incorrecto. 



Me reproché al fijarme de la estupidez que había pensado. Yo no pertenezco a Bill ni a nadie...



- Lamento si te hice sentir incómodo- escuché a mis espaldas una tímida disculpa, haciéndome dirigir mi mirada hacia la entrada del ático. 

- No te preocupes, Pacífica. Yo fui el que no actuó prudentemente- respondí, sonriendole. Ella se sentó a mi lado y nos quedamos así en un incómodo silencio. 


Los dos miramos hacia el tranquilo y mortal bosque, donde hay letales pero hermosos seres. 


- Yo- Pacífica rompió el silencio que se había instalado entre nosotros- En serio que quisiera que hubiera algo entre nosotros... pero sé que aún no estás recuperado de lo de Bill y entenderé que no quieras entrar en algún romance aún...

- Tienes razón- dije, y tomé su mano. Lo que estaría a punto de hacer quizá sea un paso adelante. Quizá me arrepentiría al instante. Sin embargo, de alguna u otra forma valdría la pena. Tragué saliva y obligué a las palabras salir, haciendo arder mi garganta como si cada sílaba fuera veneno- Pero podríamos intentarlo, ¿no crees?



Su rostro adquirió un brillo de alegría y me abrazó con fuerza. Yo, como pude, le correspondí el abrazo. 


- ¿No te causa conflicto?- le pregunté. 

- ¿El qué?

- Que haya tenido una relación con Bill... 

Ella alzó su rostro hacía mí y amplió su sonrisa.

- Hay cosas que hacemos que son un error. Y estoy segura que el haberte enamorado de él lo es- sentí una temerosa mano acariciar mi mejilla.

- Gracias- le susurré y después de eso, nos quedamos callados. 


Probablemente Pacifica era mi remedio para esta catástrofe. La idea de poder amar a otro ser que no fuera un demonio iluminó mi brumosa mente. 


Al fin, después de una larga espera, la esperanza que tanto anhelaba relucía como una estrella sobre mí.


Mi alma comenzaba a respirar con tranquilidad al ver una oportunidad de volver a comenzar relucir al horizonte. 



Podre olvidarlo de una vez por todas. 



Los tres días pasaron como un abrir y cerrar de ojos.


Les hicimos tomar más precauciones de las que tomamos anteriormente, ahora que sabemos que las pesadillas pueden aparecer en cualquier momento. Llevaron los suficientes víveres para tres días por recomendación de Marchosias, quien cada día se sumergía en los preparativos de esa invocación. 


A la mañana del día acordado, a primera hora, estaba ayudando junto con mi hermana, mi tío Ford y Pacifica a quienes iban a ir al ritual. 

Mi hermana y yo ayudábamos a Soos y a Wendy en la tienda de regalos. 


- ¿Y hasta cuando pensabas decírnoslo, Dipper?- me preguntó Wendy con una sonrisa pícara y una ceja alzada. 

- ¿ A qué te refieres?- pregunté,  aún ayudando a Soos a ajustar las correas de su mochila a sus brazos. 

- Lo mismo preguntó, hermano- dijo Soos, viéndome sobre su hombro. 

- Sobre tú y Pacífica- habló Mabel, con una sonrisa brillante y burlona, que pocas veces he visto. 

- Ah- murmuré- Fue hace unos pocos días... no sé si funcione

- Es bueno que hayas empezado a salir con ella. Así podrías intentar superar a Bill- me dijo Wendy con una sonrisa. 


Vi de reojo a Mabel y a Soos, quienes se miraban el uno al otro con una mirada incómoda, pero no dijeron nada. 



Cuando al fin terminé la ardua tarea de ajustar la mochila de Soos a sus anchos brazos y espalda, y Mabel terminara de ayudar a Wendy a preparar su ballesta, nos dirigimos hacia afuera de la Cabaña. Una vez reunidos nos despedimos y los acompañamos hacía el limite de las salvaguardas. No quisimos hacerlo con muchos sentimentalismos, ya que hacerlo así significaría dar por hecho que algo malo pasaría.



Y con el corazón en la garganta los vimos partir, corriendo entre los árboles y esperando a que no se toparan con ningún ser que no fuera bienvenido. 



Pacifica acarició mi hombro en señal de apoyo. 


- Estarán bien, ya verás- me susurró. 

- Eso espero- le respondí, tomando de su mano y entrelazando nuestros dedos. 


Después de ver por un largo rato hacia el camino por donde se habían ido, decidimos regresar a la Cabaña. 


- No estés con esa mala cara- me habló Pacifica antes de entrar a la Cabaña- Si piensas mal, les darás mala suerte

- ¿Acaso lees mentes?- pregunté, con una sonrisa. 

- Quisiera, pero no

Reí y ella me secundó.

- Ya en serio, todo estará bien... pronto acabara toda esta locura y la vida que antes teníamos regresará

Ella se paró en frente de mí y se paró en las puntas de sus pies. Abrazó mi cuello y me besó por un largo rato. La abracé y la acerqué un poco más a mí.


Pero, al igual que todas las veces que la besaba o la abraza, sentí en mi interior algo romperse y un sentimiento de culpa invadirme. Era como si mi cuerpo rechazara el amarla, o (al menos) intentar amarla.



Una lágrima cayó en mi hombro.



- ¿Ya no te sientes incómodo?- me preguntó con una sonrisa después de romper el beso.

- Comienzo a acostumbrarme- le mentí, besando su frente.



Varias lágrimas cayeron sobre nosotros.



Alcé mi vista hacia el cielo junto con Pacífica.


No eran lagrimas, era lluvia. Frías gotas de agua caían por primera vez en meses, algo que nos sorprendió. 

Bill es el que controla el clima, y es obvio que pueda ordenar el que llueva o el que esté soleado si se le pegaba la gana.



Pero el detesta la lluvia...



¿Qué tramas, Bill?


•~•~•


Hola, estrellitas!!! La Tierra les dice hola!!! ♥♥ (⌒▽⌒)

Wuuu, Dipcifica!! Siii!! *le lanzan pasteles con ladrillos adentro :'v*


Okey, debería parar de hacer estos capítulos, mi seguridad está en peligro :'v


Este estupidelo capi me costo como si hiciera un examen. Creo que el Dipcifica no es para mí (?

Pero el siguiente capítulo vendrá más rápido de lo que esperamos...


La cancioncilla de inspiración es otra de Ruelle (no me juzguen por amarla), con el nombre de Recover (alguien vio el ultimo episodio de Shadowhunters? Amo a Magnus despechado <3)


¿Alguien quiere unirse al ejercito de estrellitas? Pues ya saben, pasenme su Whatsappo, que no secuestro. Mandan puro Billdip eztos men.


Ahoraaa siii!! Sha me largo alv :'v


Mushos abrasos ashfixiantesh y beshos baboshotesh DIPCIFICOS!!! WUUUUU


*Hushe sensualmente*


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