Capítulo 34: Odio y esperanza


No puedo dormir

Porque pensamientos devoran

Pensamientos de ti me consumen

Pov's Dipper



El otoño es la estación más hermosa de todas.

Las hojas caen al compás del viento, bailando entre las ramas. El aire anuncia en susurros el invierno junto con una fría brisa. 


Y aún después del Raromagedon, el otoño no ha perdido su hermosa naturaleza.  El verlo en su apogeo hace calamar un poco el dolor que se ha plantado en mi corazón. 


Mabel nos ha hecho varios suéteres y bufandas por dos razones: para soportar el frío que se comienza a sentir y que pronto se empezaran a hacer expediciones.



- Dipper, ¿estás bien?- me preguntó Soos, quien había salido de la Cabaña y se sentó al lado de mí en los escalones del porche. 

- Sí, creo- respondí, con una sutil sonrisa. 

- Te conozco lo suficiente como para saber que estas preocupado por el hecho de que Bill pueda alejarte de nosotros- sentí una amistosa palmada en mi espalda- Déjame decirte que si eso sucede será sobre nuestro cadáver


Posé la mirada en mi amigo y le agradecí, ampliando mi sonrisa. 



No era necesaria su empatía...



Han pasado varios días después de acordar el nuevo y definitivo plan. Hubo aceptación ante este nuevo plan, aunque hubo algunas inconformidades. 

Aunque el nuevo plan no tenía mi mente ocupada como para evitar pensar en cosas innecesarias, o más bien, seres innecesarios.


Intento cada día poder olvidar a Bill. 

Intento hacer a ese demonio un mal recuerdo y una mala decisión. 


Wendy y yo hablamos con McGucket sobre el arma borra-memoria. El viejo inventor nos prometió que sí la volvería a hacer, pero que no sabía cuanto se tardaría. Aún así, no me quedé estancado en mi depresión, ya que tomé el consejo de Wendy de intentar avanzar aunque duela mucho. Ella, Soos y mi hermana me han ayudado a distraerme del daño que Bill me ha hecho. 



- Hola

Posé mi mirada hacia el demonio de ojos cobalto que había salido de la Cabaña. Su mirada, a diferencia de los demás demonios que conozco, era cobalto y llena de tristeza e inteligencia. 

- ¿Los interrumpo?- preguntó. 

- No, para nada- respondí. Él se sentó al lado de nosotros con una gracia que un ser humano jamás podría tener. Sus pisadas no tenían sonido alguno, razón por la que a muchos nos asustaba con su casi repentina aparición en alguna estancia. 

- Estaba hablando con tus tíos- comenzó a hablar Marchosias, viéndome a los ojos- Y saben lo de tu naturaleza... Y creemos que lo mejor es que aprendas a utilizarla para que puedas defenderte de Bill


Un nudo se formó en mi garganta al recordar que Bill había ansiado tanto que supiera utilizar mi naturaleza para su propio beneficio, sin importarle mis sentimientos, poniendo como pretexto mi seguridad. Bajé la mirada y miré fijamente hacia algun punto fijo en el suelo lleno de hojas de tonos naranjas y amarillos, y así evitar las lágrimas que se acumulaban escapar de mis ojos. 


Sentí la mano de Marchosias posarse en mis manos, las cuales estaban cerradas en un puño. El único que hacía eso era Will, ya que su tranquilidad se transmitía de alguna forma a quien lo tocaba. Al parecer, el mismo efecto recaía en Marchosias. 


- Sólo si quieres. No te obligaremos a nada- me dijo suavemente. 


No estoy seguro si esa es una habilidad que él tiene, pero las emociones que se agolpaban en mi interior comenzaban a calmarse, evitándome el llorar. 


- Ya he aprendido a utilizar parte de ella- respondí, alzando mi mirada hacia sus ojos cobalto- Astaroth me enseñó


Se quedó callado, aún mirándome a los ojos. Sus ojos parecían cambiar a azul índigo mientras hacia una mueca que me fue difícil de descifrar. 

- Así que Astaroth, ¿eh?- murmuró. 

- Sí, ¿por?- pregunté, extrañado. 

- Por nada- volvió a recobrar compostura, sonriendo ampliamente y viendo el tono azul cobalto retornar a sus ojos- ¿Podrías mostrarme lo que sabes hacer?


Miré hacia en frente y me concentre. Sentí el tirón de siempre en mi estómago, sólo que con un poco más de intensidad.

Todo se ralentizo a mi alrededor, mientras me adentraba entre cada objeto, ser y elemento del universo. Recordé que Astaroth me había hablado de la posibilidad de tomar control de alguno de los cuatro elementos existentes. Sin embargo, jamás lo había puesto en práctica. 


Hasta hoy...


Sentí cada célula de mi ser unirse con el viento, sintiéndome liviano y capaz de viajar a cualquier lado. Mi voluntad se hizo una con la brisa y su energía se convirtió en la mía.


Hice el elemento del viento mío, haciéndolo recorrer el suelo y levantando las hojas caídas, creando un hermoso escenario de tonos rojos y naranjas.



Rompí la conexión que hice con el elemento después de unos segundos. El cansancio invadió mi cuerpo cuando me vi abandonado por el viento. Marchosias me detuvo de caer hacia el piso del porche.


Él se veía impresionado, al igual que Soos.


- ¡Eso fue impresionante, Dipper!- exclamó Soos con una gran sonrisa. 


Marchosias me apoyó en una columna del porche para evitar que me volviera a caer. 

- Jamás había presenciado a un ser humano con tanto poder- me dijo Marchosias, sin perder su sonrisa. 

- Lo mismo me decía Astaroth y Will... y Bill- respondí ante su alago. 

Marchosias hizo una mueca y me dio una palmada en el hombro. 



Justo en ese momento, mi tío Ford nos llamó a una de las muchas reuniones que tenemos en la semana. 

Marchosias me hizo apoyarme sobre él cuando me fallaron los piernas al intentar ponerme en pie. En el camino hacia la sala de reuniones, Marchosias rompió el silencio que se había instalado entre nosotros. 

- No te obligaré a nada, Dipper, pero lo mejor para ti será que aprendas a utilizar tu naturaleza... puedes llegar a grandes cosas- me dijo Marchosias con una sonrisa- Astaroth es un buen maestro, pero se llega a guardar cosas para él mismo, porque no soporta que su pupilo lo supere

- Pareciera que lo conoces mucho- le dije. 

- Pues es así, lo conozco lo suficiente para haber tomado su poder más importante- respondió, sin perder su sonrisa- Aunque a veces me arrepiento de haberlo hecho...


Lo miré anonadado, alzando una ceja. Él se percató de mi incertidumbre, y sonrió de una forma nerviosa que no iba con su mirada certera de siempre.

- Creo que no soporto pensar en que Astaroth me odie a muerte- soltó una pequeña risa nerviosa. 

- ¿Y sabes que creo?- hablé- Que no entiendo el porqué. Deberías hablar de eso de vez en cuando... 


Él sonrió ampliamente. 

- Esa curiosidad algún día te va a matar- me dijo, con leve diversión en sus palabras- Hablaré algun día de esto con tus tíos, y si quieres contigo. Pero aún no... Además, eso ya quedó en el pasado.

- Oh- fue lo único que alcancé a decir.


Al fin llegamos a la sala de reuniones, dónde los únicos que no estaban eramos nosotros. Tomamos nuestros asientos y mi tío Ford no esperó más para hablar. 


- La espera ya ha sido suficiente- dijo, tomando una vista panorámica de todos los que estaban reunidos- Comenzaremos a salir a buscar todo lo necesario para la ceremonia. Marchosias, te agradecería si nos hablaras sobre que buscamos. 


- Se necesita de los cuatro elementos para invocar a un ángel... Y lo primero es la tierra, pero la que necesitamos está en el mismo lugar donde se encuentra el elemento de agua- habló Marchosias- Hay un mito que habla sobre las lagrimas de todos los omnipotentes: Sólo bastaba con una lagrima para hacer un hermoso lago de agua cristalina, la cual estaba llena de energía y poder, sin importar que esos dos últimos fueran buenos o malos. Y estoy seguro que aquí, en Gravity Falls, hay un lago parecido... 


- Puede ser el lago dónde nos encontramos con Marmando- exclamó con emoción Mabel- No está tan lejos


Marchosias negó con la cabeza. 

- Cuando estuve ahí, no sentí nada. Además, es muy grande para serlo- respondió Marchosias- Jamás he visto un lago como esos, pero dicen que es un espejo del universo, y que en el fondo se ven estrellas y galaxias



Casi salté de mi asiento al reconocer la descripción. 

Bill me había llevado a ese lugar, en una de nuestras muchas citas. Cuando estuvimos sentados hombro con hombro a la orilla del lago, no me cabía duda de que eso era mágico, algo fuera de lo que antes creía realidad. 


- Yo...- murmuré, alzando la mirada de mi regazo- Yo recuerdo haber ido a un lago idéntico del que hablas. Bill me llevó ahí. 

- ¿Recuerdas dónde estaba?- preguntó mi tío Ford. 

Negué con la cabeza después de pensar en algo que me sirviera como referencia para llegar ahí. 


Marchosias me sonrió, compadeciéndome, algo diferente a las expresiones de los demás, que eran de expectación. 


Fruncí los labios al ver a todos, hasta a mi hermana, esperando algo de mí. El que haya estado con Bill no significa que sepa todo lo de Gravity Falls. Quisiera que comprendieran eso de alguna u otra forma. Creo que el único que puede entender eso es Marchosisas, por ser un demonio y por haber tenido algún tipo de relación con uno de los aliados más poderosos de Bill. 


- Yo podría rastrear el lago. Así que creo que yo tengo la obligación de ir- dijo Marchosias viendo a todos con su mirada cobalto, con  una sonrisa de tristeza y gentileza- Quisiera que fuéramos cinco... ¿Quién quiere ser voluntario?


Mi tío Ford no dudó ni un minuto en volverse voluntario.

Después, Wendy alzó la mano. Todos sabíamos que a Wendy le encanta salir al exterior, porque significa darle uso a su ballesta. 


Mabel me dio un codazo, llamando mi atención. 

- ¿Quieres ir?- me preguntó en un susurro, mostrándome una sonrisa. 

- ¿Tu quieres ir?- pregunté en voz baja y ella asintió. 

- Sería genial que fuéramos juntos. Ya sabes, gemelos misterio... Pero entenderé si no quieres ir... 



Mi corazón comenzó a latir con estrépito desde que me preguntó si quería ir. Dudé, sí, y más de lo que debí, pero asentí, aceptando el participar. 


El que mi hermana me haya pedido tal cosa significa que confía lo suficiente en mí como para tener la certeza de que no me iré. Y eso, hizo que la alegría y esperanza comenzara a ganar terreno invadido por la melancolía y desesperación.


Mabel alzó la mano con euforia, casi parándose de su asiento. 

- Dipper y yo queremos ir- exclamó, emocionada- ¡El retorno de Los Gemelos Misterio ha comenzado!



Sin embargo, mi hermana y yo fuimos los únicos emocionados por esto. Los rostros de todos los presentes en la sala se surcaron de negación. 


- ¿Estás seguro, Dipper? Te vuelvo a recordar que hay probabilidades de encontrarnos con los aliados de Bill- habló Ford. 

Fruncí los labios, evitando gritar de la frustración. 


- Puedo soportar encontrarme con Bill...- la furia comenzó a invadir mis poros- O si piensan que los llegaré a traicionar, les aseguro que no lo voy a hacer. Suficiente daño me ha hecho Bill como para desear volver con él


Sin entender el porqué, la furia que estuve guardando para mí desde que llegué salio a flote. 

- ¡Quieren que olvide a Bill, pero parece que realmente quieren que me siga sumergiendo en desesperación!- exclamé. Cerré mis puños con fuerza hasta tornar mis nudillos blancos y cerré los ojos con fuerza. 


Tras mis parpados se mostraron recuerdos de lo miserable que me he sentido, lo cual ha sido la mayoría del tiempo. Todos parecen tratarme como un fenómeno, como algo raro que han encontrado. Ellos no entienden lo que sentí por Bill, y jamás lo harán. Si desconocen el sufrimiento que siento en cada célula de mi ser a cada segundo, no deberían de verme con lástima, ellos no lo tienen permitido por no sentir lo mismo. 


Maldigo el momento en el que me entregué a Bill sin oportunidad de alejarme de él. El amarlo con intensidad me ha ligado a él con una cadena que recorre mis extremidades y que quema mi alma a cada segundo. 

El amor que Bill fingió y la lástima de mi familia me hizo sumergir mis sentimientos en odio y desesperanza. 


Y por un segundo, el amor que inundaba mi alma fue reemplazado por un profundo odio que era imposible para mi cuerpo soportar.

Y cuando ese odio parecía hacerme explotar, mi ser encontró una forma de liberarlo. Y se fue tan abruptamente que me dejó flotando en la nada, con probabilidades de perderme.



- ¡Dipper, suficiente!- el gritó de Marchosias me trajo a la realidad, haciendo caer sobre mis hombros los casi asfixiantes sentimientos que hacen mi cabeza doler. 

Abrí mis ojos, con la vista borrosa. Al enfocar mi visión, mi corazón dio un vuelco al encontrarme con los rostros asustados de mi familia.


Oh, no... 



¿Qué he hecho?



Había grietas en el lugar dónde estaba parado. Varias cosas de materiales frágiles se habían quebrado, o algunas sólo tenía trozos caídos. 


El demonio de ojos cobalto caminó hacia mí y me tomó de los hombros. Su agarre era fuerte y firme, haciéndome caer en cuenta de lo grave que pudo haber sido. 

- L-lo siento- balbuceé. Mi cabeza comenzó a dar vueltas. Mi campo de visión se convirtió en una vorágine de colores. Mis piernas fallaron, haciéndome tropezar. Marchosias me sentó de nuevo en mi silla y no regreso a su asiento, como si temiera que algo parecido volviera a pasar. 


Evité la mirada de todos, aún sabiendo que sus miradas estaban fijas en mí, temerosos y expectantes. 



- Acompáñame afuera, Dipper- me pidió Marchosias, aunque sonó más a una orden. Su rostro, por lo general tranquilo y distante, era severo. 

Y sólo basto que yo asintiera para que él volviera a levantarme de mi asiento. Me apoyó en él y salimos de la habitación. 



- Tienes que aprender a controlarte, Dipper- Marchosias rompió el silencio cuando salimos al porche- Ya despertaste tu naturaleza. Y tienes mucho poder. Sólo basta una emoción fuerte para que salga a flote... Hubo suerte que sólo se rompieran cosas irrelevantes. Pero pudo ser peor, pudiste herir a alguien.

- Yo no sabía que esto iba a pasar- mi voz pareció un gemido de algun animal lastimado- No sé que pasó... Mi vida está de cabeza, y no sé como superarlo. 

- Tienes que superar a Bill- habló con firmeza Marchosias- Su recuerdo te está pudriendo, Dipper. Y al final, quedarás como un cascarón vació. Y yo preferiría matarte a verte así, sin importarme lo que me digan o digas... 


Sentí mis mejillas humedecer a causa de las cascadas de melancolía que brotaban de mis ojos. 


Mi alma parecía salir a borbotones en mis lagrimas, junto con mis esperanzas y mis sentimientos. 



- No sé que hacer, Marchosias, ya no encuentro alguna luz que pueda guiarme en el camino oscuro que dejó Bill. Me siento encerrado en una jaula, me siento sin menos libertad a como sentía cuando vivía con él- solté un suspiro entrecortado- Ese maldito demonio me quitó mi vida... quitó sentido a todo


Marchosias tomó de mi rostro con ambas manos y me hizo alzar mi vista hacia él. 



- No eres el único que ha sufrido de esta forma, Dipper. No eres el único que ya no quiere seguir. No eres el único que quiere ser cobarde. Créeme, no eres el único en este Raromagedon que ha perdido algo. No sólo en el Raromagedon, en toda la eternidad- sus ojos cobalto parecían viejos, soportando recuerdos, esperanzas y desgracias- Muchos han perdido a sus padres. A sus hijos. A sus amantes. O a sus hermanos. ¿Crees que Mabel no lloró por ti? ¿Crees que tus tíos no se frustraban al no encontrarte? ¿Crees que Ford no pasó noches en vela atormentándose con el hecho de que fue el causante de tu huida? Por Dios, Dipper, no seas egoísta. Y entiendo que te sientas sin salida, y que quieres tirarte por la borda y así terminar todo.

Él suspiró con pesadez, mientras que el brillo de melancolía que sus ojos mostraban se intensificaba, como el cielo de invierno. 

- Lo entiendo porque yo sentí la misma desesperación- habló, con tristeza tatuada en cada silaba- Cuando caí al Infierno, me sentí el ser más despreciable y sucio que podría existir. Busqué cualquier forma de regresar al hermoso reino de los cielos, tanto que llegué a enloquecer. El escuchar los murmullos de los demonios, burlándose ante mi inocencia y mis anhelos, me hacían desear ya no existir más... Cuando una lastimada alma está al borde de la destrucción, siempre habrá quien la sostenga y le enseñe a volver a caminar; Ese "quien" fue Astaroth... y sé que tu tendrás a quien te ayude a superar esto.


Bajé la mirada hacia mis manos, las cuales aún tenían un fulgor morado a causa del incidente de hace unos momentos.


- ¿Crees que pueda encontrar alguien que curé mi alma?- pregunté.

- No lo sé- respondió- Pero deberías intentarlo...


Nos quedamos en silencio un rato, escuchando el viento cantar entre las hojas.

- ¿No te sientes mal?- pregunté- ¿Al haber robado algo a Astaroth?...

- Sí, cada día y noche. Pensará que soy un mal agradecido... pero es por el bien de la humanidad

- Quizá... aunque no lo será si Bill gana


Él quedó en silencio de nueva cuenta.

- Espero que no. No soportaría ver a Astaroth a la cara- respondió  en un suspiro lleno de tristeza- A veces cuestionó mis decisiones.


Terminamos la conversación, aunque no entramos de nueva cuenta a la Cabaña.

Alcé la vista hacia el inmenso cielo. El color de éste había cambiado, dejando como un recuerdo el brillante celeste. Aún así, sigue siendo hermoso. Me preguntó si lo hermoso de cada elemento y ser es equivalente a la crueldad guardada en su interior. Si entre más hermoso, más cruel es. 



Justo como Bill...



- Hey, chicos- habló una suave voz detrás de nosotros. Giré mi cabeza para encontrarme con mi hermana- Entren, les dará un resfriado. El viento de otoño es helado

- Claro, gracias por preocuparte- Marchosias se puso de pie y caminó  hacia el interior de la Cabaña.

Mabel se sentó  a mi lado y tomó mi mano.

- ¿Estás mejor?- me preguntó.

- Sí- respondí, viéndola con una sonrisa- Seguramente te asusté, lo siento

- No te disculpes, fue nuestra a culpa a fin de cuentas- habló- Sabemos lo fuerte que estas siendo, y queremos que sigas adelante... pero te ponemos obstáculos. Mientras tú y Marchosias hablaban, decidieron que sí podíamos ir los dos. Con la condición de que fueras precavido


Le devolví la sonrisa.


- Claro que lo haré, Mabel. Tenlo por seguro- le respondí. Y después, todo fue silencio. 



Wendy se nos unió minutos después. Se sentó a mi lado y nos sonrió. El viento de otoño alborotó nuestro cabello, acariciando nuestra alma con fríos y gentiles lamentos. 




Quizá falta aún mucho por soportar. 

Quizá la cuenta regresiva que tiene mi vida está en sus últimos segundos. 

Quizá nadie quiera soportar mis tristes recuerdos. Mucho menos intentar quitarlos de mi ser.

Quizá hay quien me ame lo suficiente para opacar la decepción que el demonio marcó en mí. 



Aunque, sin importar que tan solo o acompañado esté, intentaré desenterrar mi alma de los sueños rotos y esperanzas desvanecidas de las que estuve sepultado todo este tiempo. 



~•~•


Hola, estrellitas!!! La Tierra les dice hola!!! ♥♥ (⌒▽⌒)

Wuu no me tardé tanto :D Cumplí mi promesa... 

Okey, lo últimos capítulos han sido sobre la depresión de Dipper y sé que se puede volver un poco tedioso y repetitivo, pero prometo que en el que sigue las cosas se pondrán interesantes... 


Y sé que también quieren un capítulo donde narre Bill, pero no, aún no. Aunque créanme, si lo leen, sí que me van a buscar y me van a matar lentamente... :'v

Lo de los ángeles me lo medio inventé, aunque me base en alquimia y varios relatos (cofcofcazadoresdesombrascofcof) para crear esto... 

Y puse la canción de Ruelle, War of Hearts!!! Amó esta canción, me la pasé cantando cuando estaba revisando el cap. Es la versión acústica, la versión que más duele cuando lees el libro de La Ciudad de las Almas perdidas en el final ;-; *No lo supero, lo siento :'v Pinshi Cassandra Clare*


Este capítulo me gusto porque Marchosias comenzó a darnos un poco de su pasado, y habla sobre Astaroth... no sé ustedes, pero siento que algo nos esconden estos idiotas ;v 


Muchas gracias por sus comentarios y votos, estrellitas sensuales, lamento lo de hace unas horas... me equivoqué de botón xdxd


Mushos abrashos ashfixiantesh y beshos baboshos!!!! ♥♥


Pd: Estaba pensando en esto (y aún no estoy muy segura) pero... ¿Quieren que creemos un grupo de WhatsApp? :3

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