Capítulo 31: Pesadilla
Pov's Dipper
Las pesadillas son la representación de tus propios miedos.
Como los sueños son deseos que el corazón más anhela.
Y los sueños pueden llenar tu ser de amor y felicidad, esperando a que, en un futuro, éstos se vuelvan realidad.
Pero, las pesadillas sólo logran alimentar tus miedos y meter en tu mente inseguridad y paranoia. Lo único que esperas es que no salga a la realidad, que sólo sea un mal sueño del que te puedes despertar en cualquier momento.
Al escuchar el rápido latir de mi corazón en mis oídos y sentir mi pecho subir y bajar en pánico, deseé con toda mi alma que esto fuese parte de la peor pesadilla de mi vida.
Y no importaba cuanto me ordenara despertar o que tan fuerte me pellizcara, no parecía ser un sueño.
Era la maldita realidad...
El frío viento pegaba a mi cara, revolviendo mi cabello y erizando mi piel. Mis lágrimas brotaban en silenciosos lamentos.
Mis pulmones dolían a causa del gélido aire. Las piedras del suelo se clavaban en mis pies.
Pero eso no me importaba, puesto que sólo tenía una palabra en mente...
Huir
El cielo seguía azabache, por lo que me era imposible distinguir que camino seguía. Fue algo estúpido de mi parte salir precipitadamente del castillo de Bill, pero no hubiera podido soportar un minuto más a su lado.
Apoyé mi espalda en un tronco de un árbol tan alto que mi vista no alcanzaba a ver su copa.
Cerré un momento mis ojos, mientras sentía las últimas lágrimas caer de mis ojos.
Sin agua, comida o algo con que alumbrar, no creo llegar muy lejos. Así que me tengo que apurar... Aunque, siendo sincero, no sé si quiero avanzar.
No entiendo como Mabel puede soportar que sus relacionen fallen. Probablemente yo le sea superior en varios aspectos, pero ella es la más fuerte, ella no se queda estancada como yo cuando todo parece de cabeza.
Me deslicé lentamente hacían el suelo, y cuando estuve ahí, abracé mis piernas y escondí mi rostro. Los recuerdos me invadieron como el más cruel veneno, y todos giraban entorno al demonio de ojos ámbar, quien era tan hermoso como la crueldad que albergaba.
Recordé cuando me llevó hacia su castillo en brazos después de haber escapado de la Cabaña. Me sentía tan protegido que no quería que acabara ese momento.
Mi mente divagó hacia el día en que me había dado cuenta que me había enamorado de Bill. Recuerdo que me sentía desesperado ante esa sensación, temiendo por no ser correspondido... Sin duda hubiese sido menos doloroso que ahora.
Reviví nuestro primer error juntos, donde con un sólo impulso de mi curiosidad hice estallar una bomba entre Bill y yo. Esa vez fue muy dolorosa, pero eso parecía un pellizco a lo que siento ahora en cada fibra de mi ser.
Cada recuerdo que tenía con Bill era hermoso. Envuelto en sus brazos y escuchando cada susurro lleno de amor, me sentía tan amado que podría guardar ese amor por varias vidas futuras... .
No sé cuanto tiempo estuve sentado atormentándome en mis recuerdos, pero al levantar mi rostro vi que la negrura se había disipado un poco y las estrellas volvían a iluminar con resplandor el cielo. Creo que sólo bastaría con una hora y media para que amaneciera, así que tenía que darme prisa para que ningún aliado de Bill me encontrase.
Me puse en pie y comencé a caminar pesadamente por los arboles. Me abracé a mi mismo para cubrirme un poco del frió que colaba hasta mis huesos. Ningún camino parecía ser conocido para mi mente, pero no paré.
El bosque era silencioso, hasta cierto punto relajante. Los colores a mi alrededor eran azul y verdes oscuros, con pequeñas gotas de rocío que brillaban bajo la luz de las estrellas.
- ¡Dipper!
Mi cuerpo se llenó con terror al escuchar la voz que más amaba y que ahora más duele en mis entrañas. Mis temblorosas piernas emprendieron una rápida carrera. Maldije para mis adentros al demonio que probablemente me seguía. Mi mejilla comenzó a arder cuando choque con una delgada rama. Sentí algo cálido caer por mi mejilla hasta mi boca, donde pude probar el sabor acre de la sangre.
- Maldita sea, Dipper, para- volví a escuchar su hermosa voz,tan bella como la de una letal rosa con veneno en sus espinas.
Y mi brazo fue tomado por alguien a mi espalda, haciéndome caer al frío suelo.
Sus ojos ámbar, fijos sobre mí, brillaban en la oscuridad. Su cabello estaba alborotado y tuve que contenerme de pasar mi mano sobre sus rizos dorados para acomodarselo. En vez de eso, me revolví, intentando alejarme de su cuerpo que me aprisionaba contra el frío suelo.
- Basta, Dipper- me susurró y acaricio mi mejilla.
- No me toques- le exigí- Jamás me vuelvas a tocar, maldito demonio bastardo
- ¿Qué intentas hacer? Will dijo que te estabas yendo a mitad de la noche...- una mueca de desaprobación invadió su perfecto rostro- ¿Acaso intentabas traicionarme?
Una risa torturada brotó de mi garganta.
- Yo jamás te traicionaría, no soy como tú- respondí con la voz entrecortada gracias al nudo de emociones que comenzaba a formarse dolorosamente en mi garganta.
Su rostro volvió a cambiar de expresión.
- ¿A qué te refieres, Dipper? No comprendo
- Ya Bill, es suficiente- exclamé, mientras sentía una lágrima caer por mi mejilla. Al parecer, aún no se habían agotado como lo había pensado- Ya lo sé todo, no es necesario que sigas encubriendo tus sucias mentiras. Ya no es necesario que sigas fingiendo que me amas y que velas por mi seguridad
- ¿Fingir? Dipper, creo que tuviste una pesadilla
- Yo también lo creí, Bill- más lágrimas comenzaron a brotar de mis mejillas, convinandose con la sangre que brotaba de la herida de mi mejilla- Te escuché en tu reunión de hoy... Hablabas con Astaroth sobre mí y mi naturaleza. Decían que Potestatem es la mejor herramienta que habías podido encontrar...
- ¿Crees que te estoy utilizando?
Y esa simple pregunta, hizo que la bomba de sentimientos detonara en mi interior.
- ¡No lo creo, Cipher, lo sé!- grité, revolviéndome más para zafarme de su agarre- ¡Te odio!
Bill no dijo una palabra más, se centro en aún mantenerme controlado y en no alejarme de él.
- ¡Te amé ciegamente y te dí todo lo que pude porque supuse que lo mismo hacías conmigo!- mis lagrimas convirtieron mis palabras en sollozos- ¡Pensé que amabas!
- ¡CLARO QUE TE AMO, ESTÚPIDO HUMANO!- me gritó, claramente enojado- Esto es un jodido malentendido de mierda
Él bajó su cabeza a mi cuello y me besó. Me removí con violencia, mientras gritaba que me soltara.
Volvió a levantar su cabeza hacia mis labios y los besó, seguramente para callarme.
Sus labios no habían cambiado ya que me seguían haciendo subir a las nubes. Pero no dejaría mi voluntad caer en su red de mentiras.
Comencé a patalear en un vano intento de dejarme libre de su agarre.
- Tranquilo, Pine tree- me susurró al oído- No hay necesidad de que te pongas así. Todo lo que dices no tiene ni pies ni cabeza
Él me besó de nueva cuenta y bajó sus besos hacia mi barbilla y mi clavícula.
- Nunca sería capaz de traicionarte- me susurró, su suave aliento sabor a menta mandándome suaves descargas por mi nuca.
Gemí al sentir la mano de Bill acariciar mi entrepierna.
- No, Bill. Basta- exclamé, forcejeando con el demonio encima de mí. Mis mano estaban atrapadas en su agarre y mi torso inmovilizado por sus dos rodillas.
- Vámonos al castillo, te enfermarás- susurró con la voz ronca.
- Jamás volveré ahí, suéltame- exigí, mientras Bill me cargaba entre sus brazos. Maldije la diferencia de fuerzas y de poder que hay entre nosotros.
- My sweet darling- cantó Bill mientra caminaba lentamente, sin inmutarse por mis forcejeos- Tienes una gran imaginación, y eso me encanta de ti. Cuando lleguemos al castillo, te juro que te explicaré todo lo que quieras...
- ¿Y qué me garantiza que no me digas mentiras?- pregunté, con el ceño fruncido.
- No tiene que haber algo que te lo garanticé mas que mi palabra
Fruncí el ceño y la furia comenzó a invadir mi cuerpo entero, pero no dije nada.
Mi mente comenzó a trabajar con rapidez al idear alguna ruta de escape. El bosque parecía comenzar a iluminarse más al brillar con intensidad las estrellas, y gracias a eso, pude ver mejor y distinguir las siluetas.
Un recuerdo comenzó a invadir mi mente. Se situó en el día de mi cumpleaños, a primera hora. Estábamos Bill, Astaroth y yo caminando hacia la Cabaña del Misterio. Pensé que los nervios habían opacado mi curiosidad y que, gracias a eso, no había visto nada de mi alrededor. Al parecer, fue todo lo contrario.
Recordé el tramo que los demonios y yo habíamos recorrido, inmersos en la tensión.
Comencé a dirigir mi vista hacia todas direcciones, lo más discretamente que pude.
No estoy seguro si era mi mente que volvia a jugar conmigo de una forma desagradable, pero creo que comencé a ver un camino en diagonal a mí idéntico al de mis recuerdos.
Dirigí mi vista a Bill de nueva cuenta. Tenía que encontrar una forma de escapar de él.
Ya no puedo estar ni un minuto más cerca de él, sabiendo que sus mentiras pueden reflejarse de cualquier modo. No me interesa que se justifique diciéndome que son imaginaciones mías, porque estoy seguro que eso es parte de sus sucios juegos.
Los recuerdos volvieron a invadirme con mayor intensidad. Sin embargo, en vez de invadir mi ser con una fría punzada de tristeza y traición, fue con una ardiente flama de furia y odio. Seguramente, eso fue el causante de que mi naturaleza se manifestara abruptamente y con violencia.
Y de un momento a otro, yo estaba lejos de los brazos de Bill y el demonio estaba siendo lanzado por los aires hasta chocar de espaldas contra un árbol. Por primera vez, Bill había perdido la compostura y se veía desorientado. Jamás hubiera pensado que ese golpe hubiera afectado a Bill, pero fuera malo o no, me daba ventaja.
No esperé a asegurarme que Bill estuviera bien. Me levanté y comencé a correr como jamás lo había hecho. Seguí el camino que mi mente reconocía.
Mi garganta ardía y mis extremidades dolían. Cada bocanada de aire que daba ardía en mis pulmones. Mi vista se desenfocaba y mis oídos parecían escuchar bajo el agua.
Astaroth me había dicho que al utilizar una gran parte de la naturaleza sin haber tenido el entrenamiento necesario haría que colapsara. Y creo que tenía razón.
Tenía que llegar a algun lugar seguro. Y la Cabaña era la única opción, ya que esta tenía salvaguardas que mantenía alejados a los demonios y pesadillas.
Perdí la cuenta de las veces que me había tropezado con las ramas. Tenía varios cortes y golpes en mis manos y brazos a los pocos minutos. La desorientación comenzaba a aumentar, cuestionando a mi mente si ese era el camino correcto o si ya nos habíamos ido a otro lugar. Lograba alejar lo suficiente esos pensamientos para evitar darme por vencido.
Jamás dirigí hacia atrás mi vista. Si acaso tenía a Bill pisando mis talones, no lo quería saber. Conociéndome, me rendiría si viera poca distancia separándonos.
Volví a tropezar con estruendo, sintiendo un insoportable dolor crecer en mi talón izquierdo. Sentí un cosquilleo correr por toda mi pierna. Escuché pisadas tras de mí, unas apresuradas. Era obvio que era cuestión de un par de minutos que él me alcanzara.
Intenté pararme apoyándome del tronco más cercano que tenía. Ahogué un grito de dolor al intentar apoyarme en mis dos pies. El dolor fue tan intenso que me hizo volver a caer al suelo.
Comencé a sentir la frustración crecer en mi ser al reconocer un letrero que indicaba que la Cabaña del Misterio se encontraba muy cerca. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos. Las lágrimas que había logrado esconder volvieron a aparecer repentinamente. Maldije varias veces hasta darme cuenta que todo eso estaba siendo absurdo. Era estúpido que me pusiera a llorar como un niño chiquito después de haber llegado tan lejos.
Me puse de pie con dificultad, pero no volví a derrumbarme. Cojeé lo más rápido que pude, ahogando los gritos de dolor que desgarraban mi garganta.
Fue suficiente pensar en la traición de Bill para seguir. Si no llegaba, Bill me encontraría y me llevaría de nuevo con él, en un lugar dónde el ambiente estaba hecho de mentiras. Preferiría morir a volver con él.
Intenté pertenecer al lado de Bill, pero fui un completo imbécil al sólo pensármelo.
Yo sólo pertenezco a un lugar... Y ese es al lado de mi hermana.
Probablemente me han torturado en la Cabaña, y jamás lo voy a olvidar, de eso estoy seguro. Pero mi hermana se encuentra ahí y lo único que creo ser capaz es decirle a ella todo lo que ha pasado en estos últimos meses, con la única esperanza de que ella me entienda.
Y les tengo un poco de rencor a los de la Cabaña por no haberme ayudado en momentos de agonía, y creo estar en todo mi derecho por odiarlos. Pero, si el arrepentimiento de mi tío era verdadero, seguramente podría perdonarlos...
Siendo sincero, no estoy seguro de lo que me depara el destino en mi futuro. Sin embargo... no quiero pensar ahora en eso.
Tengo que llegar a la Cabaña...
Tengo que llegar al lado de mi familia...
Tengo que llegar al lado de mi hermana...
Escuché al demonio que me había destrozado, gritar mi nombre a pocos pasos atrás de mí.
Las lágrimas que caían de mis ojos brotaban a cada paso que daba, mientras ya no comenzaba a sentir varias de mis extremidades.
Y probablemente sólo me estaba esforzando en vano. Quizá el demonio de ojos ámbar al que tanto amé va a atraparme. Y seré objetivo de su furia.
Suspiré al ver la Cabaña del Misterio asomarse entre las hojas. Su fachada de madera tan desgastada me era familiar como mi nombre, y era algo que mis ojos más deseaban ver.
- Dipper, amor, suficiente- sentí unos largos dedos envolver mi muñeca- Regresemos...
No respondí, sólo me resistí. Solté alaridos de dolor y frustración mientras sentía a Bill tomar de mis caderas y querer alzarme del suelo.
Armé el valor suficiente para verte.
Tu rostro, siempre pintado en una mueca burlona o de superioridad, estaba incrustado de dolor. Tu aura, llena de poder, estaba débil. Pero tus ojos ámbar seguían refulgiendo en la oscuridad.
Y como siempre, me olvido de los detalles importantes...
Las salvaguardas...
Te hacían más débil... ¿No es así, Bill?
¿Tanta es tu sed de poder que, para conseguir una herramienta, arriesgas tu vida? Eres un ser de lo más despreciable.
Y un simple empujón y puñetazo en la cara logró hacerte perder el equilibrio y dejarme en el suelo.
Me apoyé en los arboles y corrí lo más rápido que pude, con el dolor de mi tobillo creciendo cada vez más.
Dí un suspiro lleno de alivio al tener la Cabaña a pocos pasos de mí. Sólo un esfuerzo más bastaría para llegar.
La puerta de la Cabaña se abrió con estrépito y de ahí salieron mi familia y amigos. El dolor de mi tobillo explotó en todo mi ser, invadiendo cada extremidad y haciéndome caer, agonizante. Mis párpados comenzaron a cerrarse a voluntad propia sin importar mis vanos intentos de seguir consciente.
Mi tío Ford tenía un arma en sus manos y lo vi correr hacía el hermoso demonio de ojos dorados, quien tenía un hilillo de sangre caer de sus labios, a los que amé besar.
Ford le gritó algo que no llegué a entender. Vi sobre mí los rostros preocupados de mi tío Stan, de Wendy y de mi hermana. Sus gritos eran susurros que no lograba percibir.
Volví a dirigir la mirada hacia ti, Bill Cipher... quizá por ultima vez. Grabé en mi mente como un doloroso tatuaje todos tus rasgos. Tu nariz afilada, tus labios que tienen sabor a menta y que encajaban perfectamente con los míos. Tu alborotado cabello dorado en el que pasaba mis manos para tratar de peinarlo. En tu esbelta figura. En tus ágiles movimientos, tan fluidos, fuertes y delicados como el viento. Y tus hermosos ojos ámbar, que tanto amaba y que ahora, me duelen como una navaja clavada en mi corazón.
Cerré mis ojos y me dejé llevar por la amable y fría oscuridad...
•~•~•
Hola, estrellitas!!! La Tierra les dice hola!!! ♥♥ (⌒▽⌒)
Pues con este capítulo anunció el final de la segunda etapa-arco del fanfic, lo que significa que el próximo capítulo será el inicio de la tercera y última. Creo que la etapa final es la más cortita.
Yo estoy emocionada, la verdad.
¿Qué les pareció el capítulo, estrellitas? En estos últimos capítulos si me sentí mal por Dipper, soy mala gente ;-;
Me costo sangre la imagen del principio, y acuarelas :v...
¡Muchas gracias por sus votos y comentarios! Me encanta leerlos y me alegran el dia
Y también a las estrellitas nuevas debo agradecerles!!
En fin... Mejor me voy antes de que alguien me mate :'v
Mushos abrazos ashfixiantesh y beshos baboshos!!!
Pd. No me he olvidado de tí, Diana... ve este capitulo como un pequeño regalo antes del frantastico ;)
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