Capítulo 15: Cita (1/2)
Pov's Dipper
Gracias al problema de Astaroth, Bill y yo apenas tenemos tiempo juntos. No es que necesite con locura su presencia, pero es extraño. Estaba acostumbrado a tener a Bill pegado a mi como un chicle los últimos días que se me hace muy inusual el no sentir sus abrazos sorpresa a mi y también, sus besos robados.
Pero esto no significa necesariamente que no lo vea. Las últimas horas hemos estado en el salón de reuniones planificando el como encontrar al demonio que robó a Astaroth.
- Recuerdo haber encontrado su rastro por estos lugares- Astaroth señaló con su dedo varios lugares en el mapa.
- ¿Por aquí no encontraste nada?- Bill señaló un lugar sobre el mapa. Sabía que se refería a la Cabaña del Misterio.
- No se que tienes ahí, pero no recuerdo haber encontrado algo- dijo Astaroth riendo.
Bill torció el gesto en disgusto.
- Mandaré a grupos de mis pesadillas a esos lugares. ¿Son sólo estos?- señaló nuevamente los seis lugares y Astaroth asintió. Conformé Bill los tocaba, una luz roja aparecía en ellos. Algo raro es que era un mapa en papel, no uno holográfico como los que Bill acostumbra usar.
- L-Los mandaré a llamar- tartamudeó Will, saliendo de la sala corriendo.
- ¿Y después qué?- preguntó Astaroth.
- Buscaremos pistas. Si no encontramos ninguna, al menos mis pesadillas reconocerán parte de su presencia y así podremos encontrar su paradero- respondió Bill sin despegar su vista del mapa.
- Gravity Falls es grande y el bosque no es una excepción
Bill soltó una carcajada y alzó su vista hacia Astaroth.
- Gravity Falls es mio y su bosque también. Conozco todo como la palma de mi mano, incluyendo la mínima parte que no es mía- señaló en donde está la cabaña y sus alrededores- No me subestimes, Astaroth
El pelinegro sonrió con picardia.
- No es eso, Dorito, tranqui
Escuchamos el sonido de pisadas en multitud afuera. Segundos después, las pesadillas élite de Bill entraron a la habitación.
Sin perder un segundo, Bill explicó el plan. Asignó los grupos y a donde iban a ir. Al parecer todos entendieron a la perfección el plan. Saldrían hoy al caer el sol. La hora límite seria a medianoche, con un cuarto de hora como tolerancia.
- Cambiando de tema... ¿No hay noticias sobre la Cabaña?- preguntó Bill, posando toda su atención a los monstruos asignados a esa misión.
No puedo mentir diciendo que el tema de la Cabaña ya es algo efímero y sin importancia para mi, porque no es así. No evité dar un respingo al escuchar ese tema. Aun me sigo preocupando, sin importar mucho que hayan hecho. A fin de cuentas, son mi familia, son parte de mi sangre. Además, me afecta mas el hecho de que estemos a dos semanas de que sea mi cumpleaños. Seria el primer cumpleaños que tendría lejos de mi hermana. Y el solo pensar eso, me quita las ganas de celebrarlo.
- Ya no han salido, señor- respondió uno.
- Tendrán que salir en algún momento. Se acabarán su alimento y no les quedará de otra que salir a buscar- sé que Bill iba a decir algo más, pero guardó silencio. No era necesario que lo dijera, pero todos sabíamos que una de las razones por las que saldrían es por ir a buscarme.
Hace poco, me enteré que mi tío Ford había accedido a salir. No se que lo impulsó a dejar a un lado su gran paranoia, pero supongo que debió ser algo que le dolió de alguna forma... Y seguramente esa razón era yo. Lo sé porque al estar cara a cara con las pesadillas, mi familia lo primero que exigieron es saber por mi y tenerme a su lado. Además, la carta de Mabel me mostró lo mismo.
- Seguimos alerta, señor- aseguró la misma pesadilla- Si ocurre algún cambio, se lo haremos saber inmediatamente
- Bien. Pueden retirarse
Todos acataron la orden de Bill al instante. Will se salió junto las pesadillas. Astaroth se excusó con que tenía hambre. Así que Bill y yo nos quedamos solos.
Justo cuando yo también me iba a ir a dirección a mi habitación, Bill me habló.
- No hemos tenido tiempo para estar juntos, ¿no es así, Sweet darling?- me dijo con una sonrisa. Escuché el suelo de madera crujir bajo su peso al acercarse a mí. No me moví de mi lugar, sólo me giré sobre mis talones, permitiendo que lo viera a los ojos- ¿Me extrañaste?
Yo sólo atiné a asentir, sintiendo mis mejillas arder.
Bill rió y me abrazó de las caderas.
- Yo también te extrañe, mi lindo Pine tree- juntó sus labios con los míos. Sentí como mordía sutilmente mi labio inferior.
Nos separamos antes de lo que a mi me hubiese gustado. Solté un gruñido en señal de protesta.
- Tengamos otra cita- me susurró, juntando su frente con la mía.
- ¿No estás muy ocupado?- pregunté.
- Dejaré a mi hermano al mando. Necesitamos un tiempo a solas y tranquilos. Entonces, ¿qué dices?
Guardé silencio un momento. Aunque estoy más que consiente que hay cuestiones mas importantes que una cita, el hecho de estar otra vez más en una segunda cita con Bill se ve mucho más agradable que estar haciendo planes contra la Cabaña y contra un demonio que apenas se de el.
- Esta bien- le respondí, sonriendole. Un destello de emoción apareció en los ojos ámbar de Bill y su abrazó me estrujó más.
Besó mi nariz y después mis labios.
- Mañana. Al medio día. Te veo en el jardín de Will, cerca del limite de la barrera... ¿De acuerdo?- dijo, desbordando emoción por cada poro de su cuerpo, haciéndome reír.
- De acuerdo. ¿Qué vamos a hacer?
- Va a ser una sorpresa, pequeño Pino- volvió a besar mi nariz.
Salimos los dos juntos de la sala de reuniones y nos dirigimos a mi habitación. Bill pasó su brazo sobre mis hombros, acercándome a el. Nuestro camino fue en silencio, pero no fue nada incómodo. Teníamos todo el tiempo del mundo para decirnos lo que quisiéramos.
Cuando llegamos afuera de mi habitación, Bill me acorraló en la pared mas cercana.
- Te veré hasta mañana, Pine tree. Te traerán la cena a tu habitación- besó mi mejilla y se separó de mi. Abrió la puerta de mi habitación y me permitió el paso. Cuando estuve adentro, cerró suavemente la puerta, dejándome solo.
*~*~*
Admito que me desperté tarde. Casi me da un infarto al ver que faltaban quince minutos para la hora acordada.
Entre rápidamente al baño y me di una ducha rápida. Cuando salí, faltaban menos de cinco minutos.
Maldije para mis adentros. No debí quedarme hasta tarde despierto, de no ser así, no estaría en esta situación. Odio mis malas decisiones.
Me alegré de haber escogido desde ayer un conjunto que vestir, al menos no me tardaría en escoger algo. Sé que me parezco a una chica en su primera cita, mi hermana se comportaba de la misma forma, pero le doy mucha importancia a mi aspecto.
Para cuando estaba ya vestido, ya eran las doce en punto.
- No puede ser- murmuré. Arreglé mi cabello como pude y salí disparado fuera de mi habitación.
Corrí hacia el jardín de Will, cerca del limite de la barrera. Era de esperarse que Bill ya se encontrara ahí.
- ¡Lo siento!- me disculpé al llegar a su lado.
- ¿Te quedaste dormido, bello durmiente?- me preguntó, haciéndome sonrojar.
Yo asentí, agachando la mirada. Bill comenzó a reír y tomó mi mentón, haciendo que lo viese a los ojos.
- No importa. ¿Nos vamos?- preguntó.
- Sí
Caminamos hacia la barrera y la cruzamos . Al instante, sentí una brisa de aire helado cuando estábamos en medio de la barrera de invisibilidad. Cuando estuvimos del otro lado, atrás de mi ya no había ni rastro del castillo de Bill.
Sentí a Bill agarrarme de la mano y yo no me negué al contacto.
- Pronto será tu cumpleaños- Bill empezó la platica con algo que me hizo ruborizar- ¿Qué quieres de regalo?
- Emm- guardé silencio para pensar.
Creo que ya había quedado en claro que olvidé por completo mi cumpleaños. Realmente, no le tomó demasiada importancia. Es solo un año más vivo y un año que me hace mas viejo. Pero a las personas a mi alrededor si les importa, y, al parecer, Bill no es la excepción.
- ¿Y bien?- preguntó Bill, impaciente.
Una idea llegó a mi cabeza, pero no era una de las mejores. Me encantaría ver un momento a mi hermana, al menos para entregarle algun obsequio, pero no era lo más coherente. Bill tiene una gran rivalidad hacia la Cabaña. Y justo en la Cabaña se encuentra mi hermana. Jamas le pediría tal cosa a Bill.
- Ya no pude ver una serie con todo esto del nuevo Raromagedon. Me gustaría tenerla en DVD- dije, esperando que no hubiese leído mis pensamientos. Aunque su expresión me decía lo contrario a lo que yo quería.
- Creo que tengo una idea de que serie. ¿Es de la que siempre hablas, no es así?- asentí y el me mostró una sonrisa- De acuerdo
Le devolví la sonrisa y metí la mano que tenía libre en el bolsillo de mi pantalón.
- ¿A donde vamos?
- Primero a que desayunemos. No quisiera que te desmayaras o algo por el estilo
Caminamos unos metros más en el bosque. Hablamos de cosas triviales y nos reíamos de cosas sin sentido, creando una conversación muy absurda, estúpida y divertida.
- ¿Que vamos a desayunar? ¿Doritos con jugo de naranja?- pregunté, riéndome.
- No seria mala idea... Pero creó que no es buen desayuno para un adolescente en crecimiento
- Oye, suenas a mi madre hace cuatro años- le reproché, dándole un golpe en el pecho.
- Aw, eso hace cosquillas- fruncí el ceño y el solo amplio mas su sonrisa- Me preocupó por ti, eso es todo. En fin, hay una pesadilla que, no tengo idea como, sabe cocinar y lo hace demasiado bien. Se apropió de la cafetería del pueblo y ahí vamos a ir...
- ¿Después, a donde vamos a ir?
- Es una SOR-PRE-SA- después de deletrear eso, formó una sonrisa que con solo verla, hizo derretirme. Tuve que poner toda mi fuerza de voluntad para evitar lanzarme a el. No se si es su "encanto natural" o esta lanzándome un hechizo. Estoy seguro que es la última opción.
Me siento tan tranquilo...
Después de varias risas, bromas y tonterías, llegamos a lo que alguna vez fue un pueblo normal. Habían varias casas y locales en ruinas, pero unos estaban muy bien conservados y hasta renovados. Habían pesadillas andando libremente por las calles y algunos en familia, algo que creía imposible. Pero habían también humanos y muchos conocidos. Estaba Aguaclara, quien al verme me saludó e hizo reverencia a Bill. Todos le hacían reverencia cuando estaban cerca de el, y Bill estaba encantado con eso.
- Presumido- le dije, dándole un codazo en las costillas, que, al igual que con mi puñetazo, no pareció afectarle.
- No lo voy a negar- dijo, encogiéndose de hombros.
Vi al padre de Wendy. Antes de irme con Bill, la pelirroja me contó que ya no tenía muy buena relación con sus padres y les dijo mas de un insulto. Supongo que esto tiene relación.
- ¿Robbie?- pregunté al aire al ver a un chico pelinegro, con más piercings de los que recordaba y vistiendo una muy familiar chamarra negra con un corazón en medio.
Robbie alzó un poco su vista de la pantalla de su celular al escuchar mi voz.
- ¿Qué hay niño?- me saludó como antes solía hacerlo. Iba a agregar algo mas (seguramente se iba a burlar de algo) pero reparó en Bill y todo su ego se esfumó. Hizo una reverencia- Mis disculpas, señor Bill, no lo había notado
Bill hizo un movimiento con la mano, quitándole importancia. Seguimos caminando hacia la cafetería, dejando a Robbie atrás.
- No sabía que tu y el emo eran amigos- dijo Bill.
- No es mi amigo, es un idiota que usa maquillaje
Bill soltó una carcajada y apretó mi mejilla.
- Eres adorable, como un gatito- me dijo, haciéndome ruborizar.
- Cállate Bill
Finalmente llegamos a la cafetería. Había cambiado la fachada a un color vino y los marcos de las ventanas eran dorados. Al entrar, las paredes interiores eran del mismo color de la fachada solo que unos tonos mas blanco. Al vernos, todos los monstruos y humanos se pararon de sus asientos como señal de respeto a Bill, quien levantó su mano en señal de permiso para que se sentaran.
- Hagan como si no estuviera aquí- dijo.
Nos sentamos hasta una mesa del fondo y en seguida, salio de la cocina una pesadilla que, de no ser por su piel morada y escamosa, pasaría desapercibido como un humano.
- Pensé que era una broma y no ibas a venir- su voz parecía un siseo, como una serpiente- Creo que me equivoqué. Así que... El chico que tenemos aquí es el famoso Dipper
- Así es. Dipper, él es Grootslang- Bill lo presentó y yo lo saludé con un gesto y formando una sonrisa que seguramente me salio tímida.
- Mucho gusto, lindo Dipper. No es por presumir, pero soy considerado uno de los mejores cocineros en muchos universos- de sus manos aparecieron dos menús y nos los entregó- Vuelvo en cinco minutos- Grootslang se dirigió a otra mesa.
Leí todo lo que contenía la carta y evité perder el apetito. Ya sabía que las pesadillas eran completamente diferentes a los humanos en sus costumbres y en su alimentación. Aun así, es un asco lo que comen. ¿Sopa de uñas? No gracias ¿Ojos en su jugo? Gracias, pero estoy a dieta de ojos ¿Pelo de ogro a la boloñesa? Paso, no me gusta la comida italiana.
Al final, encontré una malteada de chocolate que era normal y unos waffles con arándanos muy normales. Bill dijo que ese era un desayuno muy normal y aburrido.
- No voy a comer de desayuno cabello de ogro, que asco- le respondí, frunciendo el ceño.
- Son una exquisitez, te lo aseguro
- Ugh, que asco
Bill sonrió enternecido. Odio que no me tomé en serio.
Grootslang regresó y nos tomó la orden. Me recomendó la especialidad de la casa, que eran unos burritos con relleno de pulgar de gigante. Lo único que logró fue darme arcadas, pero las contuve y le agradecí, negándome al platillo. Bill pidió algo igual de desagradable.
- No te ves bien... ¿Quieres regresar?- me preguntó Bill, con una mueca de verdadera preocupación.
Iba a responderle que quería largarme de ahí, pero no lo hice. Bill planeó esto para mí y no quiero arruinarlo. Probablemente él vio romántico el traerme a desayunar aquí y lo hizó con buena intención. No quiero romper este momento en donde pareciese que no tenia problemas.
- No, estoy bien. Solo me sorprendieron los platillos, eso es todo- respondí con una sonrisa.
Él me vio expectante por un momento, pero al final le resto importancia. Vio mas interesante recostarse en la mesa y tomar mi mano, entrelazando nuestros dedos.
- Cuéntame de ti- me dijo, sin quitar su vista de mis dedos.
- Ya lo sabes todo- dije, avergonzándome al ver las miradas de todos los presentes posarse sobre nosotros.
- No todo. Háblame de como te va en la escuela
- Pues tengo buenas calificaciones- Bill me interrumpió.
- Eso ya lo se, Pine tree. Cuéntame de tus amigos
Lo ultimo me dejo callado. Nunca fui muy popular en la escuela a diferencia de mi hermana, quien era el centro de atención.
- Me enfocaba en sacar buenas calificaciones, no en tener amigos... El año pasado conocí a Wirt. Tenía un hermano menor, Greg y tiene una rana, Jason Fuderberker
- Una rana tiene un nombre de humano- dijo Bill extrañado- Raro
- Lo se- reí- Greg era adorable
- ¿Es normal que me ponga celoso por un niño con una rana?- preguntó el rubio, frunciendo levemente el ceño.
Reí más fuerte, acatando la atención de los demás, haciéndome callar. ¿Lo malo de venir con Bill? Que todos le prestaban atención a su amo y a los que estuviesen cerca de su amo.
- Tengo una idea- dijo de la nada Bill, viendo de reojo a los que nos miraban a detalle. Soltó mi mano y cubrió los costados de mi rostro.
- Bill.. ¿qué haces?- pregunté, sonrojado- Nos están viendo
- Ese es el punto- y sin previo aviso, junto sus labios con los míos.
No me separé. No por el hecho de la diferencia de fuerza, Bill sería amable separándose al ver que estaba sintiéndome incomodo.
Probablemente era imposible ocultarlo ante los aliados de Cipher, porque ya lo sabían. Ellos conocen los verdaderos sentimientos de Bill, pero desconocen los míos.
Yo quise ocultarlos.
Sé que Bill sería capaz de torturar hasta la muerte a quien me falté el respeto, así que no debería sentirme mal por algun susurro llamándome Maricón.
Admiraba a los chicos y chicas que caminaban por el instituto tomados de la mano con su pareja, que casualmente eran del mismo sexo. Admiraba la valentía que tenían al mostrar realmente quienes eran, mostrando cuanto amaban a la persona que tenían a su lado. Tenían el valor de ser ellos mismos, sin importar los estúpidos insultos que caían sobre ellos.
Abracé el cuello de Bill, profundizando el beso. Si mis compañeros de escuela no tenían miedo por expresar sus sentimientos a quien aman... ¿Por qué yo si debería? Es absurdo.
Las miradas de todos estaban encima de nosotros. No me importa que sean de ternura o de desaprobación, porque lo único que hago es demostrar al mundo entero el amor que le tengo a Bill...
Ya no quiero esconder mis sentimientos...
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