Capítulo #20

- ¿A tu apartamento?- Pregunté .

- Sí ¿Qué pensabas? ¿Qué vivía con mis padres o debajo de un puente?- Bromeó.

- Claro que no - Dije. Apoyé mi cabeza en el asiento y cerré mis ojos - solo no quiero ser una molestia.

-no lo eres . oye ¿Por qué llorabas? - Preguntó. Yo abrí mis ojos y lo miré.

-No estaba llorando ¿Qué te hace pensar eso? - comenté.

- Tu nariz esta roja al igual que tus ojos, además, cuando te encontré estabas llorando - relató .

- Había tropesado - Mentí.

- Mientes - Afirmó.

- No miento, Stephen - Dije apunto de que se quebrara mi voz- No preguntes más...

-Me preocupo por ti - Se defendió.

-No lo hagas - hablé.

-No es algo que yo pueda controlar - Dijo. Luego se cernió un cilenció incomodo.

-¿Por qué vamos a tu apartamento?- Pregunté.

-Estoy exausto y hambriento, te llevaré más tarde ¿No hay problema?- preguntó . Se podía notar que estaba cansado , tenía una cara larga .

- Creo que no - dije con duda en mi voz.

Luego de unos diez minutos Stephen estacionó en un edificio de unos veinte pisos, desde afuera se podía preciar que era un lugar lujoso y moderno.

-vamos - Dijo Stephen.

- bien...- Respondí.

Salí del auto y seguí a Stephen. Ingresamos al edificio, todo estaba impecable y deslumbrante, subimos al elevador y él presionó el botón que nos llevaria al piso numero 19.

-¿Sabes? Mientras conducía no podía hacer esto...- Me tomó desprevenida su acción, pensé que teclearia su teléfono. Sentí su mano fria en mi mentón e hizo que le mirara, me sentí avergonzada. Luego sentí sus labios sobre los mios.
Un segundo, un minuto o quizás una hora, no lo se, el tiempo pareció cogelarse o quizás hacerce eterno, solo éramos nosotros en aquel silencioso ascesor. no fue tan fugaz como el viento de otoño, pero si poseia la misma belleza , la misma pasión y alegría que uno sentía al contemplar el colorido otoño . El sonido del ascensor que indicaba que habiamos llegado a nuestro piso provocó que nos separaramos, inmediatamente me ruborizé. Entramos al departamento, era enorme y poseia tonalidades blancas, grises y negras.
En donde me encontraba se podía observar perfectamente una amplia y lujosa cocina, parecía salida de una revista, la cocina estaba junto a una acogedora sala de estar. A pesar de que antes había venido había sido muy rápido y no me había fijado bien de las cosas.

- ¿Te gusta? - preguntó Stephen. yo asentí energicamente lo que produjo que riera - Me voy a dar una ducha, mi habitación está por acá, puedes tomar lo que quieras de mi armario.

- Gracias -Dije. me acerqué a él para darle un beso en la mejilla pero volteó el rostro haciendo que le propinara un beso en los labios- Eres un tramposo.

- Es que me encantas - Se excusó.

-Mejor ve a quitarte esa ropa mojada, te resfriaras- Le aconsejé.

-Mejor me la quitaré aquí - Acercó y sususurró en mi oido - Tú podría ayudarme a hacerlo.

- Y ya salió tu faceta pervertia, no tienes remedio, hablo encerio debes ir y darte un baño - reí. Sus bromas terminarán matandome.

-Si me besas primero - Dijo.

- Solo si te das el baño- Dije.

- Si me besas - Dijo.

-¿Enserio estamos discutiendo esto? - pregunté .

-Eres tú la terca, yo solo quiero un simple beso.

- Está bién - Besé su mejilla.

-¿Qué? Yo quiero uno de verdad - hizo una mueca revelando su desilusión.

- Tú dijiste un simple beso, no especificaste nada, así que un trato es un trato.

-Está bien, pero recuerda: yo siempre obtengo lo que quiero - respondió.

- ya veremos.

Entramos a su cuarto y él se dirigió al baño y yo a su armario. Encontré una camisa blanca en una percha y la tomé, no encontré ningun pantalon que me quedadara,supuse que la camisa me cubriría lo necesario, se le veía bastante grande.

Estoy paranoica. he mirado hacia la puerta del baño más de diez veces, ¿ Y si Stephen entra y me vé en ropa interior? Que vergüenza.

Sacudo mi cabeza para desacerme de esos pensamientos y procedo a desvestirme, tomo la ropa mojada y la dejo en un rincón, tomo la camisa y comienzo a abrochar los botones.

-Te ves bién - Escuché su voz. voltié y vi que solo llevaba puesta una toalla en su cintura.

-¡esto no es una playa nudista! Vístete - Desvié la mirada.

-Estoy bien así. tengo ropa interior puesta si eso es lo que te preocupa - rió y se recostó en la cama - ven - palmeó el colchón.

-Estoy bien aquí.
La incomodidad me consumía, miré disimuladamente por la habitación en busca de un lugar donde sentarme.

-Vamos, no soy un degenerado- Rió- estoy cansado y necesito algo que abrazar.

- Está bien, creo.
Resignada, me recosté a su lado y él me envolvió en su calido abrazo.

- Por cierto, me gusta tu ropa interior de ositos - dijo riendo a carcajadas.

- ¡¿Que clase de persona dice esas cosas?! - comenté . Intentando retener una carcajada.

-Un pervertido - dijo en broma.

-Me siento tan pequeña entre tus brazos -Comencé a dibujar con mis dedos todos los tatujes de su torso.

- Lo eres - Dijo.

-Sabes...antes que nada podrías dejar de hacer eso, me estas haciendo cosquillas - tomó mi mano para que parara.

- Está bien, continúa.

-No soy muy romantico, ni bueno en estas cosas y mucho menos quiero darte una mala impresión al precipitarme, pero quiero que estes conmigo - Confesó.

-Estoy contigo ahora.

-Me refiero a salir, como una pareja genérica.

- Yo desearía que fuese así, pero es inapropiado - Argumenté.

-¿Inapropiado según quién? - Preguntó.

-Mis padres - respondí .

- lamento no poder darte el tipo de relación que mereces, sin embargo ellos no tienen porqué saberlo- susurró .

- No podría pedirte algo así, no es como si tú fueses algo malo.

- creeme no me importa, porque sé que sería muy feliz si aceptaras estar conmigo- Respondió.

Miré sus ojos por unos segundos, solo pude verlo a él, nunca he sabido descifrar la malicie en la gente. Pero si alguna vez estuvieron en esos ojos: nunca la vi.

- Estoy atemorizada porque sientan que los estoy desafiando...

- Quisiera convencerte, tengo millones de palabras para hacerlo -pero es algo que sólo tú puedes decidir.

No sabía en lo que me estaba metiendo, aún así deseaba que fuese la desición correcta. Aquel chico me apretujó aún más, si eso era posible y besó mi mejilla dulcemente mientras yo inconscientemente bostezaba.

- Duerme si eso deseas, te levantaré cuando vaya a llevarte - Susurró, si mano pasó a acariciar mi cabello.

Aunque él no lo supiera, eso era lo que realmente necesitaba , no ropa seca o que alguién me acogiera en su hogar, yo necesitaba un abrazo que me hiciese olvidar las crueles palabras de mí hermana. Aquellas palabras habían calado en lo más profundo de mi corazón, viniendo de quien más apreciaba y confiaba.

EDITADO

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top