Capítulo 1: Convivencia ¿complicada?

-Punto de vista de Choromatsu-

Aquel día, me desperté sin demasiadas ganas, pero igualmente madrugué. Llamé a mis hermanos y desayunamos todos juntos. El tema de conversación me resultaba algo aburrido, ya que no tenía donde formar parte.

-Recordad llevar un buen número de mudas, chicos.- comentó mamá mientras miraba a los demás. Los Matsuno habíamos organizado un viaje familiar de unas tres semanas, todo parecía perfecto, pero resultó pillar uno de los días en los que tenía pensado ir a un concierto de Nya-chan y ni loco me lo iba a perder.

-Don't worry, mommie. Ayer lo preparamos todo contigo.- respondió Karamatsu con su sonrisa confiada y ese aire tan brillante que siempre traía consigo.

-Ugh...- suspiró Ichimatsu mientras comía de sus cereales. Ah, él tampoco iba a aquel viaje por tener, supuestamente, asuntos por atender en alguno de esos días. Así que estaríamos solos él y yo. Mamá no dejo salir ninguna queja ya que necesitaba a alguien que se quedase con la casa, con lo cuál así lo hicimos.

-Choromatsu-nissan, Ichimatsu-nissan, ¿seguro que no queréis venir?- sonrió ampliamente, como siempre, Jyushimatsu. Yo negué con la cabeza y bostecé.

-No puedo, Jyushi, ahorré mucho para ese concierto- sonreí sin demasiadas ganas a lo que Osomatsu bufó.

-Que estupidez...Mamá, yo no tengo ganas de ir con vosotros.- suspiró pesadamente mientras me miraba de reojo. Mamá frunció el ceño.

-Pero lo tuyo es por pereza, así que tú te vienes, cariño.- puso sus brazos en jarras a lo que Todomatsu rió levemente.

-Además, hay que tener valor para dejar a Osomatsu-nissan sólo con la casa.- recibió una mirada fulminante del de rojo pero no le importó demasiado.

A las dos horas, todos tenían sus maletas listas y se disponían a salir por la puerta, listos para encaminarse a sus dos semanas de vacaciones y ... em..."paz". Aunque bueno, todos sabemos que los que en realidad tendrían paz seríamos nosotros dos. Tal vez demasiada.

Ichimatsu y yo nos despedimos de mamá y los demás con la mano desde la puerta. En cuanto los perdimos de vista, bajé mi mano con aburrimiento y quedé en silencio, dirigiendo mi mirada hasta mi hermano, que ya se marchaba. Suspiré y cerré la puerta con cuidado. Me dirigí al salón y agarré la revista que anteriormente estaba leyendo, mientras Ichi jugaba despreocupadamente con su gato.

Me quedé algo hipnotizado al ver cómo sonreía plácidamente solo ante los felinos y rara vez ante nosotros. Parecía tan frío y distante a veces. Comencé a fijarme atentamente en su rostro feliz, quedándome con todo detalle, desde sus ojos serenos hasta su cabello levemente despeinado. ¿Qué estaría pasando por su cabeza...? ¿Es verdad que adora la soledad tanto como dice? ¿No se sentirá sólo en su interior...? Mi mirada quedó mas descaradamente flechada hacia el de la sudadera morada. Me frustraba no poder leerle como a los demás. No podía saber qué necesitaba o qué pensaba.

-¿Acaso tengo algo en la cara?- preguntó con un tono tajante haciéndome volver a mi mundo de golpe. Sentí la sangre subir hasta mis mejillas gracias a la vergüenza. Me había pillado mirándole sin escrúpulo alguno, lo cuál me incomodó e hizo que me pusiera un poco nervioso.

-N-No, lo siento. Siento haberte incomodado.- sonreí forzosamente, bajando la mirada y jugueteando con mis dedos. Noté cómo se levantaba con su gatito entre sus brazos y se acercaba a mí, para después sentarse a mi lado.

-Te sientes solo ¿es eso?- dijo en un tono un poco más suave y un brillo de leve preocupación en sus ojos ¿¡Cómo es él justamente quien hace ese tipo de pregunta?!

-E-Estoy bien, Ichimatsu, de verdad, no te preocupes.- agité mis manos con algo de vergüenza ante su pregunta. Él se encogió de hombros y siguió atendiendo a su mascota esta vez a mi lado. Yo le miré desconcertado ante su amabilidad repentina.

-¿Y tú, Ichimatsu?- pregunté sin pensármelo dos veces, causando que se sorprendiera durante unos segundos pero que luego me mirara como siempre.- ¿Tú nunca te has sentido solo?

-No.- respondió simplemente, mientras acariciaba su gato una vez más.- Amistades son algo que no necesito, es una estupidez porque...

-...Todos pueden traicionarnos.- terminé su frase con algo de entonación interrogativa al final, mientras me levantaba, dejando la revista sobre la mesa. Los ojos de mi hermano quedaron como platos y me miró perplejo sin poder articular casi una palabra.

-¿C-Cómo lo has...?- preguntó en un murmuro, apenas con aliento mientras sus ojos me seguían, viendo como me dirigía a la puerta.

-Aquel día que perdimos a tu querido gato.- empecé, girándome hacia él desde el marco de la puerta.- Tomé nota de todo lo que podías sentir.- terminé con una sonrisa algo tímida mientras salía, sintiendo su mirada perpleja detrás de mí. Me dirigí a la cocina para coger algo de dinero y hacer la compra.

El resto de la mañana pasó relativamente normal. Para ser sinceros, algo incómoda. Después de todo, no sabía qué podría hablar con él que no fuera sobre gatos... Realmente no nos entendíamos demasiado pero, por alguna razón, su simple compañía me reconfortaba y tranquilizaba. Si hubiera sido algún problemático como Osomatsu o alguien nervioso como Jyushi, probablemente hubiera pasado el día algo más estresado pero...con Ichimatsu...con él era diferente. Aunque tampoco estuvimos todo el día juntos, ya que él salió varias veces a alimentar a un par de gatos callejeros.

Ya eran las once y media de la noche. Me pasé el día leyendo diferentes revistas sobre empleos, además de algún que otro manga, como es obvio, y en aquel momento seguía echándole algunas ojeadas desganadas a un catálogo de una tienda que había encontrado por ahí. Bostecé algo cansado además de aburrido, pero dirigí una vaga mirada hacia mi hermano, que veía una película en el televisor. Prefería que nos acostáramos a la misma vez, para así asegurarme de que tampoco se la pasara desvelado toda la noche, pero realmente los párpados me pesaban.

-...- Ichimatsu dirigió su mirada hacia mí con curiosidad ante mis continuos bostezos y cabezadas, algo de lo que no me dí cuenta en ningún momento hasta que me pareció que apagaba la televisión y que se acercaba a mí.- ¿Estás cansado?- preguntó con voz suave mientras colocaba una manta con la que anteriormente se había estado cubriendo sobre mis hombros. Yo le miré algo confuso ¿Ichimatsu siempre ha sido así de atento? Es decir, yo a veces cuando lo veo con Karamatsu, temo por mi vida...Aunque siempre he creído que tiene su lado tierno detrás de toda su frialdad, ya que sí que le había visto cuidando muy bien de Jyushi.

Esta vez el perplejo era yo, sentía todo mi pecho cálido y revoltoso ante nuestra cercanía, además de la sangre subir a mis mejillas de nuevo.

-Gracias...- le miré casi sin parpadear, aún sorprendido.- Puedo aguantar un poco más si quieres terminar aquella película.- sonreí en un gesto amable, pero este negó con la cabeza.

-Da igual, vamos...- se levantó de nuevo y fue al cuarto. Yo solo doblé aquella manta y le seguí.

-¿Puedes...?

-Coloca el futón, Choro. A mí me da pereza.- me cortó el de la sudadera morada a lo que yo fruncí el ceño. Después de unos minutos de discusión, finalmente fuimos a dormir.

Ambos nos situamos en nuestros respectivos lugares, que estaban bastante alejados por la falta de personas. Hacía frío y , debo admitir, que era muy cálido cuando estábamos todos pero...ahora que solo había huecos vacíos, la corriente me molestaba.

-Hey, Ichimatsu...- llamé en un susurro por si ya se había dormido. El de pelo despeinado se giró a verme desde su lugar con una mirada interrogativa.- Puedo...¿Puedo acercarme un poco?- pregunté no demasiado seguro, mientras me removía entre las sábanas.- Es que hace un poco de frío.

-Claro...Ven.- murmuró en un bostezo mientras se acercaba un poco y yo hacía lo mismo, quedando hombro con hombro junto a él.-¿Mejor?

-S-Sí, gracias.-murmuré entre leves risitas mientras me colocaba de lado y me acurrucaba un poco junto a su pecho.- ¿Te importa si hago esto...?- Ichimatsu me miró con sus mejillas algo subidas de tono y una expresión ligeramente sorprendida.

-N-No...Tranquilo. Buenas noches...- respondió algo inseguro y me rodeó con sus brazos con la misma inseguridad en su acción. Era muy extraño en ninguno de nosotros el tener contacto tan íntimo a esta edad pero... aprovechando que no estaría Oso para burlarse, no quise quedarme callado. Mis mejillas también estaban algo calientes por lo infantil de mi petición pero...al acercarme al pecho de mi hermano menor pude notar sus acelerados latidos y, distraído por estos y cubierto por el calor del abrazo, caí en un profundo sueño que necesitaba desde hacía ya un par de días.

-Buenas noches, Ichi.

-------------------

Bueno, aquí está la primera parte de esta historia IchiChoro que escribiremos @almutime y yo, turnándonos por un capítulo cada una. Lo más normal será que ella narre los capítulos narrados desde el punto de vista de Ichi, y yo los del punto de vista de Choro, como este ^^ Esta pareja no es muy conocida por lo que tampoco hay muchas historias con ella pero, espero que le deis una oportunidad los que no la conocéis y que la disfrutéis los que sí que la conocéis por la "falta de material" x"D Gracias por su atención y esperamos que les haya gustado :3

-Givin y Almutime-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top