Parte única
Hola, hola!
Ali viene con otra aportación a este fandom! jejeje Vaya, he escrito demasiado para MDZS gracias a la actividad de la Multiweek xD No me arrepiento! Son ideas que tenía ahí arrumbadas y al fin están viendo la luz del día uwu
Al inicio esto iba a ser fluff, PERO el lado Dark de los hermanos Lan me pudo más, amigos. Es una verdad innegable lol
Ah~ Es uno de los OS más largos que he escrito para esta Multiweek y usando el omegaverse que tanto adoro *lanza corazones*
Sin más, a leer!
ADVERTENCIAS:
-AU!Canon-Divergence
-Omegaverse
-Alfa!Lan Zhan
-Alfa!Lan Xichen
-Omega!Wei Ying
-Dinámicas Alfa/Omega no tradicionales
-Smut explícito
-Trío
-Manipulación
-Dark!Gemelos Jade
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Los Gemelos Jade escondían un secreto al mundo de cultivo. Un secreto que rompía todos los preceptos y reglas que impartía la Secta Lan de Gusu. De enterarse su tío Qiren, seguramente los castigaría cruelmente y los separaría para siempre.
—A-Zhan, espe- ¡Ah!
En el Jingshi, la residencia ocupada por el estoico Lan Zhan, nombre de cortesía Lan Wangji, se encontraban ambos hermanos en una situación impúdica. Ellos eran alfas respetados, reconocidos por sus increíbles hazañas a tan corta edad, sin embargo, entre las paredes del Jingshi y Hanshi ellos dejaban atrás al amable ZeWu-Jun y al perfecto Lan Wangji, para pasar a ser A-Huan y A-Zhan.
Aunque el jade de mirada fría era tres años menor y se había presentado como alfa hace relativamente poco tiempo, consiguió doblegar al alfa soltero más codiciado del mundo de cultivo solo con su aroma. Lan Zhan no tuvo temor alguno de retirar la cinta de su cabeza enfrente de su hermano mayor. Todos sabían lo que eso implicaba, lo que sucedería después y el joven de obstinada personalidad decidió reclamar a la única familia que le quedaba. A ojos de Lan Zhan nadie merecía a Lan Huan, a su A-Huan.
—Le-lento, didi, ve más lento...
—No.
—¡Ah!
Por años se cuestionó si aquel sentimiento de oscuras raíces algún día lo mataría. No sabía con certeza el instante que las muñecas de su hermano mayor le parecieron tentadoras, o que su aroma a lavanda le fuera casi un elixir prohibido. Lan Zhan ocultó por cuatro años el deseo que danzaba en su mirada. Aprovechó ser conocido como alguien estoico, indiferente y carente de emociones para alejar a todos aquellos que lo vieron como un prospecto. Se juró no mirar a nadie más que su hermano de ojos cálidos y sonrisa delicada.
No obstante, sabía que su amor era de esos que todo el mundo señalaba, por lo que, también tuvo que aprender a esconder su corazón de su amado hermano. Aunque no esperó caer en las garras de los celos al ver a Nie MingJue tan cerca de Lan Huan, y que aquello desencadenara su presentación.
A los catorce años vivió su primer celo alfa y lo disfrutó tanto.
Lan Huan, nombre de cortesía Lan XiChen, lo pasó con él y le retiró la cinta. Ese lado despiadado, cruel y posesivo fue liberado y Lan Zhan subyugó a su hermano sin dificultad.
Resultó ser que las feromonas del segundo jade eran tan fuertes como para someter a otro de su misma casta.
Un alfa dominante, eso es lo que era Lan Zhan. Una bendición y maldición, pues tales alfas requerían de un mínimo de dos compañeros para satisfacerse.
Era por ello por lo que Lan Huan ahora sufría cada que era tomado por su hermanito de ojos cual oro.
—Piedad, didi, A-Zhan...
Las embestidas brutales hacían temblar a un Lan Huan desnudo, con las caderas alzadas, las piernas abiertas para acomodar al menor y las muñecas atadas a la cabecera de la cama. Los sonidos del sexo eran contenidos por los talismanes privados colocados en los cuatro puntos del Jingshi. La sensación de ser descubiertos solo excitaba al futuro líder de secta. Su hermano de quince años parecía empecinado en recordarle a quién le pertenecía.
Lan Huan no se lo diría, pero amaba ver el fuego de los celos en esos ojos claros. Intencionalmente había permitido que MingJue-xiong lo tomase de los hombros cuando vio de soslayo que su didi estaba cerca. Una mirada fue suficiente para hacerle saber su destino; sus caderas le dolerían al día siguiente, de su entrada escurriría la semilla y marcas de dedos y dientes cubrirían su piel por debajo de las túnicas. Y lo deseó tanto que se excusó con Shufu, alegando que WangJi le había pedido consejo y como buen hermano mayor lo escucharía.
"Los Lan no mienten" era lo que todos decían. Lo que no sabían era que sí podían. Los hermanos aprendieron a hacerlo para salvaguardar su relación. Ambos lamentaban no poder enlazarse dado que el alfa de Lan Zhan requería a un omega para activar el instinto primitivo. Lo cierto es que, enlazados o no, se consideraban una pareja.
—Mío —gruñó el hermano menor. Se enterró hasta la base, arrancándole un grito al otro—. Mi A-Huan. Mío.
Lan Huan tembló de pies a cabeza, su entrada apretó el trozo de carne con un nudo expandiendo sus paredes y el nudo en su pene pedía a gritos liberar la semilla acumulada.
—A-Zhan, por favor...
El mencionado mordió su hombro a la vez que se retraía un poco y volver a embestir sin sacar el nudo, volviendo todo más intenso.
—T-tuyo, soy tuyo, didi, mi amado didi... ¡¡Ah!! —Una mano de dedos largos apretó el nudo. Un orgasmo manchó sábanas enredadas, le puso en blanco la mente y un grito de éxtasis resonó en la habitación.
Cuando el placer comenzó a esfumarse, A-Huan se halló con las muñecas libres, recostado de lado y una tela húmeda limpiaba su cuerpo, exceptuando su entrada. Lan Zhan se había colocado una túnica limpia y la cinta alrededor de la frente.
Lan Huan sonrió con cariño, tiró de las mangas para así besar a su hermano. Los labios eran suaves, los restos del aceite usado para dilatarlo seguían ahí junto con la primera eyaculación de la noche. Al separarse, el mayor ronroneó gustoso y emanó su aroma para hacerle saber lo satisfecho que se encontraba. La reacción fue inmediata: pupilas se expandieron y el miembro empezó a endurecerse.
—Pronto será el toque de queda, A-Zhan —anunció Lan Huan. El mencionado enterró el rostro en el cuello de su hermano, ahí donde las glándulas de emparejamiento continuaban erróneamente intactas y el aroma no tenía la mezcla de los dos; sándalo y lavanda.
Lan Huan rio por la actitud infantil.
—Tampoco puedes marcarme —susurró con melancolía al saber que, si Shufu olfateaba la mezcla de ambos aromas, los reprendería—. En unas semanas comenzarán las clases...
—Mn.
Habían acordado que aprovecharían dicha temporada para buscar a un omega con el cual casarse. No era de extrañar que dos alfas contrajeran nupcias con uno, pues algunos omegas resultaban ser lo bastante fértiles como para soportar el celo de dos alfas. El único problema era que Lan Zhan carecía del tacto para hablar con otros, por consiguiente, cortejar sería algo complicado. No obstante, Lan Huan había hecho una lista mental de los requisitos que el omega debía cumplir para poder desposarlo.
Lo que ninguno imaginó es que caerían bajo los encantos de un omega ruidoso, alegre, travieso, fuerte y amante de romper las reglas (un ser libre). Ambos resintieron la restricción de la cinta, la cual suprimió sus deseos de aparearse, de reclamar, de poseer.
"La cinta es muy importante para los Lan" era lo que todos sabían, mas desconocían la realidad detrás.
La cinta podía parecer un pedazo de tela cualquiera, inusualmente resistente y larga. Sin embargo, esta pasaba por un ritual especial para fungir como una restricción de los instintos primitivos de los Lan. El clan, especialmente aquellos nacidos en la familia principal, contaban con un lado indómito. En los alfas acentuaban la naturaleza de preñar, ser posesivos, de reclamar y ser agresivos. En los omegas los volvía lo más cercano a un hulijing, además de sumamente fértiles. Los betas únicamente eran capaces de distinguir los aromas, cosas que los betas comunes no.
Xichen ahora comprendía por completo a su hermano menor, lo difícil que era contenerse y no romper con la fachada que todos conocían.
Wei Ying, nombre de cortesía Wei WuXian, se volvió el objeto de sus deseos. Los gemelos pasaron varias noches copulando cuales bestias y gimiendo el nombre del omega cual mantra.
—Lo quiero, gege —confesó Lan Zhan una de esas noches, estrechando el torso del otro en un acto desesperado de demostrar lo que sentía.
—Yo igual, A-Zhan. Yo igual.
Entonces se les ocurrió una idea: manipularían al joven de sonrisa brillante. Tomarían ventaja de la atención que ponía en Lan Zhan para beber té juntos. Mezclarían en el líquido gotas inodoras de gencianas para volverlo más susceptible a sus aromas. Tratarían de alejarlo poco a poco de sus amigos, distrayéndolo con trivialidades y solicitudes inocentes. Lan Xichen sería el que lo dirigiría de forma sutil, haciendo uso de lo aprendido para tratar situaciones políticas. Si en ocasiones lo marcaban con sus aromas, era un accidente o lo atribuían al incienso que encendían en los lugares que compartían.
Pronto el primer discípulo de la Secta Jiang de Yungmeng, comenzó a sentirse muy cómodo con ellos al punto de confesar sus más grandes secretos.
Los hermanos Lan se indignaron al saber la situación tan precaria en la que vivía su omega con aquella secta de túnicas lila. No, el blanco le sentaría bien, resaltaría sus facciones y el contraste con su piel sería un deleite.
Un día pensaron que lo perderían cuando una trifulca ocurrió con el heredero Jin, pero lograron salvar la situación. No obstante, inesperadamente Wei Ying se desmayó. En la enfermería la sanadora dijo:
—Su qi se está comportando de forma extraña. Creo que su siguiente celo omega será uno difícil.
—¿Celo omega? —inquirió un Jiang Cheng estupefacto, como si esta fuera la primera vez que supiera que su shixiong era...—. ¿Wei WuXian es un omega?
Oh.
Esto volvía todo más conveniente.
—Jiang-gonzi —llamó Xichen con rostro preocupado—, ¿usted no sabía?
Una mirada bastó para confirmarlo. Los hermanos Lan se miraron entre sí. El té había conseguido anular los supresores. Si bien habían notado que el aroma de Wei Ying era demasiado tenue para un omega, supieron de inmediato la casta del joven y lo que probablemente les impedía disfrutar de tan exquisita fragancia. Era dulzón como el tanghulu.
—No, ZeWu-Jun, no tenía conocimiento de esto —replicó el joven Jiang completamente estupefacto, mirando constantemente en dirección a un Wei WuXian dormido.
—Entiendo. —Xichen fingió meditarlo unos segundos—. Me temo que esto es un tema que debo discutir con Shufu dado que, en el Receso de las Nubes, los omegas no pueden compartir habitaciones con otras castas.
—Pero, él hasta el momento no había...
Xichen alzó la mano con rostro solemne—. Comprendo su situación, sin embargo, usted sabe la importancia de las reglas para nuestro clan. Le pido que, de igual forma, entienda nuestra posición.
Es así como, Xichen, fue con la noticia con su tío quien mandó a preparar una habitación para el omega junto con los demás de su casta que llegaron con los estudiantes. Todo mejoró a su favor cuando la sanadora informó del estado del omega: había estado bajo supresores por tanto tiempo que su cuerpo que este celo sería uno severo, por lo que debía ser enclaustrado para no alterar al resto.
—Disculpe, sanadora Lan Yang —habló Xichen emulando a alguien preocupado y con algo de culpa.
—¿Sí, ZeWu-Jun?
—¿Sabe qué pudo detonar este repentino despertar?
—Pudieron ser varios factores, pero, por lo general, puede desencadenarse por beber las gotas de esencia de gencianas o por estar cerca de un alfa dominante.
Xichen desvió la mirada frente al tío Qiren a propósito.
—Xichen. —Él sonrió internamente—. Tú sabes algo.
—Ah, mis disculpas, Shufu, sanadora Lan Yang, pero creo saber lo que pudo suceder.
—¿Lo sabe, ZeWu-Jun?
—Recientemente, WangJi y yo hemos pasado bastante tiempo junto a Wei-gonzi, mas desconocíamos que era un omega. Y, como recordarán, WangJi, se presentó como alfa hace poco más de un año. Pero él se presentó como uno dominante. —Dejó que el silencio perdurara por unos segundos antes de continuar—: Acepto cualquier castigo por haber ocultado esta información. Solo les pido que comprendan que lo hice como un gege que respondió a la solicitud de su didi para mantenerlo en secreto.
—¡Xichen! ¡¿Cómo pudieron esconder tan valiosa información?! —exclamó su tío con rostro completamente rojo de lo enfadado que estaba.
—Lo lamento mucho, Shufu.
—Esto podría explicar perfectamente la situación —intervino la sanadora con un suspiro—. ¿Cuánto tiempo tiene que han convivido con el joven maestro?
—Una semana después de que llegara... Desde entonces
—Necesitamos a WangJi en esto —sentenció el líder interino que mandó a traer el segundo jade con un discípulo.
Al llegar al Yashi, WangJi saludó a todos como de costumbre y tomó asiento a un costado de su hermano; el único espacio disponible.
—WangJi, ¿cómo pudiste ocultarnos que eres un alfa dominante? —cuestionó Qiren con el entrecejo fruncido.
El menor tan solo bajó la mirada en un acto de estar avergonzado de su actuar.
—¿Sabes lo que tu indisciplina ha causado? Es debido a ti que Wei WuXian ha caído en tan precaria situación.
Lan Zhan alzó la mirada y miró a su hermano para confirmar lo que acababa de escuchar. (Aunque ya sabía la respuesta. Ambos siempre supieron de las consecuencias y eso solo lo alentó a seguir.)
—WangJi, al parecer, estar expuesto a tu aroma por mucho tiempo causó que los supresores de Wei-gonzi dejaran de funcionar y su casta fuera revelada.
—FengMian me va a escuchar —habló Qiren con indignación.
—Shufu, no creo que sea conveniente. Por lo visto, Jiang-gonzi tampoco tenía conocimiento de la casta de su shixiong.
Qiren entrecerró los ojos—. ¿No sabía?
—Él confesó su desconocimiento —afirmó la sanadora—. Su rostro palideció cuando anuncié lo que aquejaba al joven maestro.
—Lo cual puede significar que nadie en la Secta Jiang sabía de su condición o fuera un secreto reservado para los líderes de secta.
—Lo que me preocupa son las dosis que pudieron darle y el tiempo —comentó Lan Yang—. Su qi estaba muy alterado y fue difícil de estabilizarlo. Normalmente a los omegas se les da un año de ajuste para después suministrarles los supresores, si al joven maestro le comenzaron a dar tan pronto se presentó... Necesitamos tenerlo en observación y enclaustrado.
—Muy bien —habló Qiren—, lo tendremos en observación. De cualquier manera, tenemos que notificar al líder de Secta Jiang sobre la situación. En tanto, ustedes, recibirán cien golpes con las tablas y copiar dos veces las reglas del clan.
Los hermanos asintieron y fueron a realizar los castigos después de asegurarse que Wei Ying fuese llevado a la habitación destinada para él. El lugar en el cual estaría encerrado por mucho tiempo.
El dolor de los golpes les fue indiferente al saber que tendrían para ellos el Manantial Frío. Todos pensarían que estarían reflexionando y sanando sus heridas, completamente alejado de la realidad. Lan Huan fue follado por los dedos expertos de su hermano por debajo del agua mientras se fundían en un beso pecaminoso.
Los días pasaron y el líder de Secta Jiang se presentó en Receso de las Nubes. Shufu lo atendió y le explicó que no podía llevarse a Wei WuXian sino hasta que se recuperara. Los sanadores se turnaban para observarlo, pues seguía inconsciente y con claros signos de un pre-celo.
"Los Lan son pacientes", decían todos y era cierto. Una muestra de ello eran los gemelos, quienes estaban seguros de que, en cuanto, el celo llegara al joven de ojos grises cual acero pediría por ellos.
Y así fue.
Una tarde en la que ellos estaban bebiendo té con Shufu en el Yashi, apareció Lan Yang con una expresión complicada.
—¿Qué sucede, Lan Yang?
—El celo del joven maestro se ha presentado.
Qiren asintió aliviado.
—Pero, está pidiendo la presencia del segundo maestro Lan y... ZeWu-Jun.
Por segundos nadie habló. Lan Zhan y Lan Huan se esforzaron en esconder la felicidad y mostrarse asombrados por la noticia.
—¿No será que se confundió, sanadora Lan Yang? —inquirió Xichen con una sonrisa forzada.
—No. Explícitamente está pidiendo por ambos, ZeWu-Jun.
—Oh... Eso es...
—¡Inaudito! —espetó Lan Qiren—. ¿Cómo puede estar...? ¡Ese Wei WuXian es un sinvergüenza!
—Lamento mucho informarle, Lan-xiansheng, pero el joven maestro los está solicitando con su voz de omega.
Ah, ¿no era eso más encantador?
Cuando un omega entraba en celo y pedía por un alfa en específico con su voz de omega, eso significaba que solo a él aceptaría. Es decir, era una señal indiscutible de que una boda tendría que efectuarse con prontitud. Normalmente se celebraría después del celo omega, sin embargo, Wei Ying estaba en una situación delicada. Su cuerpo estaba liberando todos los celos acumulados hasta ese momento y, de no ser atendido correctamente, al ser un cultivador se desataría una desviación de Qi que podría matarlo. Por ende, los alfas que estaba llamando, debían ayudarlo para poder estabilizarlo.
Realizarían cultivación dual.
—No podemos esperar más tiempo —aseveró Lan Yang—. Mientras hablamos, el joven maestro seguramente estará en las primeras facetas de una desviación de Qi.
—Shufu... —habló WangJi con mirada determinada. Se inclinó frente al hombre mayor—. Le pido me permita asistir a Wei Ying.
—¡WangJi!
—Shufu, quiero casarme con Wei Ying —replicó al alzar la cabeza y retar con la mirada a su tío.
—¡Tonterías! ¡No voy a permitir que contraigas nupcias con ese Wei WuXian!
De repente, WangJi desplegó su dominio y un gruñido emergió de su pecho. Shufu había olvidado lo impredecibles que podían ser los alfas dominantes. Le había negado un posible omega y, de no ser por la cinta, era un hecho que WangJi se habría abalanzado al otro alfa.
Con elegancia, el segundo jade se puso de pie y miró a la sanadora.
—Por favor, lléveme con Wei Ying.
—Claro, segundo maestro.
—¡WangJi!
—¿Xiongzhang?
Ambos hermanos se miraron, fingiendo que Lan Zhan pedía la ayuda del mayor.
—Iré contigo, WangJi. Espero nos disculpe, Shufu.
Así los dos abandonaron el Yashi y fueron guiados hasta el dormitorio del omega. Afuera estaban unos sanadores con las túnicas hechas jirones. Vaya, Wei Ying había entrado en un estado salvaje.
—Casi nos mata —anunció uno.
—Muchas gracias por su labor. WangJi y yo nos encargaremos a partir de aquí. —Sonrió gentil Xichen antes de adentrarse y cerrar el dormitorio. Activó un talismán de privacidad y respiró del aroma dulzón.
—Wei Ying.
Al girarse, Lan Huan vio en la cama a un feroz omega que miraba atento a Lan Zhan. Gruñidos de advertencia resonaron en el lugar.
—Didi, emana tu aroma para que te reconozca.
—Mn. Gege también debería hacerlo.
Lan Huan sonrió, besó la mejilla del otro antes de ir a la parte trasera de la habitación y activar una matriz de cancelación de ruido. Mientras su hermano liberaba su aroma, Lan Huan limpió un poco el área. Wei Ying había luchado.
—¡Lan Zhan! —exclamó el omega cuando percibió el característico aroma a sándalo. De inmediato, abandonó la cama y se abalanzó sobre él. Ronroneó gustoso, restregando su rostro en la glándula de emparejamiento del jade.
—Wei Ying. —Lan Zhan estrechó entre sus brazos al otro.
El primer jade se acercó y al instante Wei Ying giró la cabeza para verlo. Sus ojos parecían dos lunas de lo brillantes que eran.
—¡ZeWu-Jun! —El mencionado sonrió enternecido al ver cómo el omega se removía en los brazos para ir a él y replicar la misma acción que con su didi—. ¡Vinieron!
—Mn.
—Claro que vendríamos, A-Ying —respondió Lan Huan. El muchacho alzó el rostro al escuchar el mote cariñoso. Sus mejillas se asemejaron a las fresas maduras de lo rojas que estaban—. Siempre vendremos si nuestro omega nos lo pide —ronroneó a la vez que marcaba con su aroma al otro.
—¿Soy su omega? —musitó casi en un trance el menor. Estaba respondiendo a ambos alfas y sus atenciones.
—Nuestro —afirmó Lan Zhan. Habían encasillado al muchacho quien parecía estar cayendo en una posible desviación de Qi. Eso no podía ser.
—Didi, necesitamos estabilizarlo primero.
—Mn.
Cada uno tomó una muñeca y comenzaron a transferir lentamente energía espiritual, a la par que lo mimaban. En ningún momento dejaron de emanar sus aromas, haciéndole saber que estaban con él y estaba seguro.
Tardaron medio shichen en estabilizarlo, sin embargo, como recompensa obtuvieron a un dócil Wei Ying a quien recostaron en la cama que fungiría como un nido provisional.
—Yo sé, A-Zhan —susurró Lan Huan por encima de la cabeza del omega que descansaba entre ellos—. Después de que se case con nosotros le daremos una habitación para anidar. Le compraremos las mejores sedas.
—Mn.
Lan Huan sonrió e inició un beso amoroso con el otro. Estuvieron así por un tiempo hasta que sintieron movimiento entre ellos. Al dirigir una mirada al ser que deseaban pudieron ver una expresión curiosa y abierta.
El primer jade le regaló una sonrisa sincera a la espera de algún comentario.
—¿Ustedes se aman?
—Así es.
—¿Y ustedes me... amarán, también?
El temor no le sentaba bien al muchacho. Él debía sonreír radiante y libre.
Lan Huan acarició la mejilla del otro con ternura.
—A-Ying, ya te amamos.
—¿En serio?
—Mn.
Wei Ying los miró por largos segundos antes de gimotear y que el aroma de lubricante llenara sus fosas nasales. Un omega fértil y fuerte. No habían elegido mal.
—A-Huan. —La tensión en el cuerpo del segundo jade le hizo saber lo que pedía: que retirara la cinta, que lo dejase reclamar al omega. En un parpadeo, Lan Zhan se abalanzó sobre el omega una vez la tela cayó de su frente.
Wei Ying gimió en medio de un beso apasionado, intentando seguirle el ritmo al alfa. Por su parte, Lan Huan retiró su propia cinta. La sensación como si de fuego recorriera su cuerpo le hizo saber todo lo que había suprimido la cinta sagrada.
Su mente comenzó a nublarse, dejando dos pensamientos claros: el de preñar y enlazarse con los dos hombres que estaban a unas cuantas prendas de estar desnudos. No quería quedarse atrás.
—Lan Zhan —jadeó Wei Ying con ojos entrecerrados y sin aliento. El nombrado gruñó y con frustración frotó sus caderas contra las ajenas, arrancándole un gemido—. Huan-ge...
Wei Ying no debió llamarlo así a la ligera.
Con solo los pantalones puestos, Lan Huan se acercó al febril omega contra el que se frotaba su hermano. Los labios de Lan Zhan repartían besos abiertos sobre una de las glándulas de emparejamiento.
—Repite eso, A-Ying —susurró de forma seductora el alfa mayor.
—Huan-ge... —gimió ante una succión sonora en su cuello.
El primer jade sonrió y decidió probar él mismo los labios hinchados del menor. Con tal distracción, este ignoró por completo que sus pantalones le fueran retirados. Lan Zhan abrió las piernas tonificadas el discípulo de Yungmeng lentamente, bebiendo de la visión que era la entrepierna del omega.
Los omegas varones nacían carentes de un pene.
En medio de las piernas de Wei Ying había una vulva con una fina capa de vellos que cubrían solo el pubis y la parte del clítoris. De la vagina emergía el lubricante de aspecto viscoso y ligeramente blancuzco. Lan Zhan sintió su pene endurecerse aún más al caer en cuenta de que estaban por reclamar la virginidad de su omega.
Las ansias de probar los jugos de Wei Ying hicieron que acercara su rostro a la entrepierna. El calor y el aroma penetrante solo alimentaron su lujuria.
—¡Ngh!
Lan Huan rompió el beso para ver qué fue lo que sorprendió a su omega. Al ver a su didi con el rostro perdido entre los muslos del omega, sonrió ampliamente y ronroneó gustoso.
—Tranquilo, A-Ying —calmó con tono sereno, acariciando suavemente un pezón con la punta de sus dedos—. A-Zhan te hará sentir bien, ¿mmm? ¿No lo sientes? ¿Su lengua lamiendo cada pliegue como si fuera el mejor manjar? ¿Cómo bebe de tu delicioso lubricante? ¿O cómo respira tu aroma y juega con ese delicado botón?
—¡Aah!
—¿No percibes cómo esa misma lengua intenta abrirse paso en tu interior?
Wei Ying se aferró a las sábanas. Lan Huan tuvo que aplicar un poco de fuerza para evitar que se removiera de más. Quería ver qué tanto soportaría la habilidosa lengua de su hermano... y la suya. Con sensualidad tomó un pezón erecto entre sus dientes y con delicadeza tiró de él.
—¡Aah! ¡Huan-ge! ¡Lan Zhan!
El segundo jade se aferró a los muslos del menor, sin dar tregua a sus atenciones. Anhelaba hacer venir a Wei Ying solo con su lengua, así como lo hacía con A-Huan.
—¡Lan Zhan! P-para... espe-espe... ¡Aaah!
Ojalá pudiesen inmortalizar la expresión de Wei Ying. Ni siquiera la más hermosa de las doncellas sería capaz de superarlo.
—Po-por favor, Lan Zhan... Er-Gege...
El mencionado seguía lamiendo con ahínco, a pesar de la hipersensibilidad del omega.
Lágrimas se derramaron cuando el segundo orgasmo llegó y solo entonces Lan Zhan se alejó. El mayor de los tres se irguió y besó al segundo jade, probando los restos del lubricante de Wei Ying. Gimió al saborear el néctar combinado con la saliva de su didi. Una combinación única.
—A-Zhan —jadeó—, tómalo. Reclámalo, por favor —suplicó con temblores en el cuerpo ante la expectativa de lo que aquello implicaba.
Estaba al alcance de sus dedos por fin enlazarse con su hermano, de portar en su glándula la marca de que le pertenecía en toda regla y, por ende, nadie más podría tomarlo. Además de que también podría encajar sus colmillos en una de las glándulas del omega, del chico que logró crearse un espacio en sus corazones egoístas.
Lan Zhan hizo caer su palma sobre la nalga del Lan mayor con un sonido obsceno y el gimoteo patético del otro.
—Preséntate —ordenó con mirada fiera.
Lan Huan se colocó encima de un Wei Ying que los había estado observando todo el tiempo. No imaginó que le excitaría ver a los jades interactuar de tal manera. Todos sabían quiénes eran, los solteros más guapos y que parecían deidades encarnadas. Alfas respetables, de reputaciones impolutas y provenientes de una buena estirpe. Wei Ying no era más que el hijo de un sirviente, un omega al que obligaron suprimir su naturaleza para no avergonzar a la secta, a Jiang Cheng quien era un alfa. ¿Cómo es que un omega podía superar a un alfa?
Madam Yu le había dejado en claro su lugar y le obligó en beber grandes cantidades de supresores para ocultarle al mundo quién era.
Muchas veces soñó con encontrar a su pareja en una cacería nocturna o en el mercado. No le importaba la casta o primer género, lo único que pedía a los dioses era hallar a alguien que lo quisiera por quien era.
Entonces llegó al Receso de las Nubes y el destino le presentó a un alfa de belleza singular, ojos como el oro y una fuerza que rivalizaba con la él. Más tarde, el hermano de ese alfa lo trató con amabilidad genuina. Luego comenzó a pasar las tardes con ambos, apreciando el trato y la calidez que le hacían sentir. Por primera vez no se sentía juzgado o que tuviese que estar alerta todo el tiempo. Los aromas de lavanda y sándalo se volvieron sus favoritos. Cada que salía con Jiang Cheng y Nie Huaisang al Pueblo de Caiyi, era común que él se detuviera en puestos de peines u horquillas a admirar los objetos, pensando que ninguno estaba a la altura de la elegancia que desprendían los hermanos Lan. Así que, terminaba sin comprar alguno.
Todo había estado normal hasta que su cuerpo empezó a comportarse extraño. Le era difícil dormir por las noches, sintiendo que algo quemaba sus entrañas; en su vientre. Sus cambios de humor irritaban a Jiang Cheng, volviendo más complicado todo. Solo encontraba paz cuando estaba con alguno de los jades, lo cual le hizo pensar que quizás estaba volviéndose dependiente de ellos, y eso no podía ser.
El rechazo a las invitaciones de pasar la tarde con los jades se quedaba atorado en su garganta y...
Jin ZiXuan tuvo que insultar a su shijie.
Todo explotó.
Todo se volvió confuso.
Todo se llenó de oscuridad.
Cuando despertó lo primero que pensó fue en los alfas, en ojos dorados y cobre, en lavanda y sándalo. Los llamó. Los necesitaba, pero ellos no respondieron.
¿Cómo iban a querer a un omega que ocultaba su casta?
¿Cómo iban a querer a un omega defectuoso como él?
Madam Yu tenía razón, él...
—A-Ying —jadeó Lan Huan, trayéndolo de vuelta.
Los cabellos del mayor caían cual cortina a un costado, su rostro estaba demasiado cerca como para observar las pupilas dilatadas y la ternura dirigida a él.
—Huan-ge.
El beso entre ambos causó que la excitación acrecentara. Lan Zhan escuchaba cómo sus amados compartían tal gesto mientras él retiraba los pantalones de su gege y tener a la vista los dos lugares que le pertenecían; uno lo marcaría por primera vez.
A-Huan le había suplicado el tomar a Wei Ying y así cumplir con la promesa que se hicieron tiempo atrás.
Falanges endurecidas por el uso de la espada y tocar el guqin palparon la vulva. Un jadeo fue ahogado y lubricante emergió del orificio vaginal. Los dedos se empaparon antes de llevarlo a la entrada de A-Huan. Embadurnó el anillo que se abría un poco, invitándolo a entrar; pero eso sería después.
Con presteza, usando ambas manos, dilató los dos orificios cálidos. Las carnes tiernas, suaves y acogedoras recibieron sus dedos. Los gemidos roncos, caderas moviéndose y los aromas emanados, casi lo marean.
—Er-Gege... piedad...
—A-Zhan, por favor...
Debía ser un pecado escucharlos gemir así de lascivos.
—Wei Ying, preséntate —ordenó. Retiró sus falanges húmedas. Los otros dos se quejaron, pero intercambiaron lugares: A-Huan se recostó en la cama con las piernas abiertas para permitir que el omega se acomodara. Los pechos de ambos se tocaron, pezones sensibles se rozaron y los dos gimieron por lo bajo.
Lan Zhan vio las dos cintas desperdigadas, las tomó y ató las muñecas de ellos. Unas con su cinta y las otras con la de A-Huan.
—Míos —gruñó con la voz característica de un alfa dominante, sometiendo a los dos hombres a su merced.
—Er-Gege, por favor... ¡Ah!
De una estocada, entró a la vagina dilatada. Las caderas de Wei Ying chocaron con el perineo de Lan Huan quien gruñó y comenzó a marcar hombros redondeados. Como segundo alfa, debía esperar a que el dominante mordiera al omega primero.
Las estocadas de su didi eran violentas. Wei Ying temblaba y sus caderas seguían golpeando el perineo, frustrando en demasía a Lan Huan.
—Huan-ge...
—¿Quieres tomarme, A-Ying? —inquirió con una sonrisa seductora. Apretó las manos del omega, aprovechando que estaban atados—. ¿Quieres montarme? ¿Mmm?
—S-Sí... ¡Ah!
Lan Zhan rugió. Los había escuchado y, al parecer, le gustaba la idea.
—Para eso... ¡Ngh! Tendremos que comprarte un falo de jade, A-Ying. ¿Qué dices? Un extremo en tu lindo agujero y el otro en el mío.
—¡Ah! ¡Lan Zhan!
La embestida fue profunda. El dominante estaba imaginando todo.
—¿Te gustaría que me presente para ti, A-Ying? ¿Escucharme gemir como una cortesana?
—...Sí...
—¿O quizás prefieras usar tus dedos? ¿Tu lengua?
—Todas... ¡Ngh! ¡Er-Gege!
Lan Zhan había ingresado el nudo, vaciando su semilla en un útero fértil. Sus colmillos abrieron la carne suave de una de las glándulas. Sin pensarlo dos veces, el primer jade estiró el cuello para morder la otra, llegando al clímax por la presión de los abdómenes en su nudo.
Wei Ying perdió la noción de dónde se encontraba, lo único que resonaba en su cabeza eran las palabras de Huan-ge, la sensación placentera de ser mordido por dos alfas como eran los hermanos Lan.
Al abrir los ojos lo primero que vio fue el pecho de Huan-ge, a su espalda percibió el calor de Lan Zhan que seguía adentro de él. En el enlace que se estaba formando pudo percibir el abrumador afecto de los hermanos que había entre ellos y... hacia él.
—¿Wei Ying?
—¿A-Ying? ¿Amor mío?
¿Cómo podían sentir eso por él? ¿Cómo podían llamarlo tan dulcemente?
—Shhh...
Los alfas ronronearon para calmar a su omega. Estaba pasando por una transición difícil, podían percibirlo. No obstante, estaba extasiados de por fin olfatear sus aromas entremezclados; lavanda, sándalo y el dulce olor del tanghulu.
—No me dejen. No me abandonen... por favor. Seré un buen omega, yo...
Lan Huan lo acalló con un beso tierno, a la vez que el segundo Lan depositaba besos en los hombros.
Odiaban ver a su lindo pajarito llorar. Wei Ying era un ave que volaba libre por los cielos, que trinaba hermoso y poseía plumas resplandecientes. Él nunca debería estar triste.
(Tuvieron que alejar el pensamiento de diezmar una secta con el emblema de un loto. No querían asustarlo.)
—Nunca, A-Ying —juró Lan Huan tras romper el beso—. Tú eres nuestro omega, ahora. —Wei Ying asintió—. Serás la madre de nuestros cachorros, ¿no te gustaría eso?
—Quiero ser mamá...
—Y serás una excelente, ¿verdad, A-Zhan?
—Mn. Wei Ying será la mejor madre.
El chico ronroneó y sonrió un poco.
—Eso quiere decir que... ustedes quieren...
—Mhm, queremos casarnos contigo. —Mejillas se tiñeron de rojo. Tan lindo—. Por eso nos enlazamos. Nadie te apartará de nuestro lado, A-Ying.
—¿Sientes nuestro amor, Wei Ying?
Los Lan transmitieron ese sentimiento a través del enlace.
—Sí...
Lan Huan sonrió con afecto—. Siempre que tengas dudas, recurre al lazo, ¿sí? —Besó la frente ajena y llevó su zurda a la entrepierna. Rozó el clítoris, percibiendo el temblor en el cuerpo del menor.
—Huan-ge... Lan Zhan sigue dentro.
—Lo sé, A-Ying.
Labios abusados fueron reclamados una vez más. El primer jade continuó acariciando el área e incluso donde estaba enterrado su hermano. Faltaba poco para que se bajara el nudo y sería su turno.
Lan Zhan los observaba atento, estremeciéndose cada que su gege tocaba la base de su pene.
Un gemido agudo se escuchó de Wei Ying. Lan Huan había bajado hasta la vulva, repartiendo lamidas en la unión de ambos. Los besos húmedos excitaron a alfa y omega, era un acto íntimo y que solo le permitirían al mayor. Un beso para los dos hombres que amaba.
El nudo bajó, un pene salió, pero otro ingresó en cuanto Wei Ying fue colocado debajo de la gran complexión de Xichen.
—¡Huan-ge!
Él era más intenso, más posesivo. Retiraba lentamente su miembro para luego ingresar con una estocada poderosa. Wei Ying sentía que el aire le era sacado cada vez.
La semilla de Lan Zhan se escapaba entre cada arremetida. Lan Huan recogió una poca y lamió sus dedos, saboreando la combinación de A-Zhan y A-Ying.
Ver a sus dos amores unirse, solo excitó a Lan Zhan.
Lan Huan, al percibir la lujuria de su hermano, tomó las rodillas de Wei Ying y las llevó por encima de los hombros. Puso a prueba su flexibilidad y sonrió satisfecho al comprobar que podía mantener una posición como era estar casi doblado por la mitad.
—A-Ying, espero estés preparado —advirtió al sentir a Lan Zhan detrás de él, listo para follarlo.
—¿Eh? ¡Uf!
Como siempre, Lan Zhan tomó las riendas del ritmo. El joven de ojos grises sentía que el aire se el iba a cada arremetida.
—¡Ah! ¡A-Zhan, ahí! ¡Sí!
¿Alguien le creería a Wei Ying si le decía al mundo lo pervertido y desvergonzado que era el amable Lan Xichen?
No. Nadie más que ellos debían saberlo.
—¡Aaah! ¡Huan-ge, espera!
El nombrado tomó ventaja de que Lan Zhan se había detenido para mover sus caderas con ahínco. El placer era indescriptible. Por un lado, estaba el interior húmedo de Wei Ying y, por el otro, la fricción del Lan Zhan.
—¡Sí! ¡Así!
Gruñidos casi bestiales envolvieron los oídos de Wei Ying. La imagen de Huan-ge persiguiendo el placer, usando a Lan Zhan y él, la pintaría después para no olvidarla.
—A-Huan...
—Márcame, A-Zhan, ¡márcame como tuyo!
Un grito silencioso. Lan Zhan anudó a su hermano mientras lo marcaba. Wei Ying fue anudado por segunda vez. Semilla fresca llenó su útero.
Lan Huan gimoteó patéticamente mientras su didi se enterraba más profundo en él y por consiguiente lo empujaba en las entrañas del omega.
—A-Zhan... —lloriqueó, ocultando su rostro en el cuello herido de Wei Ying.
Al fin había sido marcado.
Al fin podía lucir la mordida de su didi.
Al fin estaba unido a sus dos personas amadas.
Wei Ying percibió todo a través del enlace y todas las dudas se despejaron. Se sintió importante, un tesoro perdido que, por fin, había sido encontrado.
Aún era muy temprano para decir las palabras, pero sabía que en un futuro les diría abiertamente que los amaba.
Los tres se acomodaron lo mejor posible en la diminuta cama. Mientras esperaban a que los nudos bajaran, los alfas endulzaron el oído de un receptivo omega, de su omega, su Wei Ying.
Desconocían la duración del celo de Wei Ying, pero estaban empeñados en llenar tanto su vientre que pusieron a prueba su resistencia. Susurraron promesa de amor, lo adoraron por completo y fortalecieron el enlace.
Para el último día del celo, Lan Qiren casi tiene una desviación de Qi al saber que los tres se habían enlazado. Lan Huan le dijo a Wei Ying que nadie sabía de la relación que él y Lan Zhan tenían, por lo que...
—Huan-ge, yo entiendo —musitó el chico con una sonrisa cariñosa que fue devorada por labios ya conocidos.
Los tres dieron una versión de la unión usando la poca información que se tenía de los alfas dominantes.
Noticias y rumores se esparcieron como pólvora por el mundo de cultivo.
"Los gemelos jade se han enlazado con un omega fuera de matrimonio" decían las malas lenguas. No obstante, también se corrió el rumor de "Lan WangJi, el segundo jade, es un alfa dominante"; una advertencia para todo aquel que osara hacer algo contra sus amantes.
El líder de Secta Jiang, junto con sus hijos, estuvieron en contra del matrimonio de los Lan con Wei Ying, mas solo fue cosa de que Lan WangJi desplegara su dominio para hacerles callar. Nadie podía negarle nada y nadie lo intentaría, pues olvidaría toda regla y desataría su furia.
Wei Ying en varias ocasiones se cuestionó si todo no era demasiado rápido, si estaba haciendo lo correcto...
En todo momento el lazo le repetía que era amado, que era deseado.
Sin estar totalmente seguro de dónde surgió cierta aversión a la familia Jiang, Wei Ying decidió abandonar la secta que le impedía ser feliz, que le ponía trabas para ir a los brazos de sus amados alfas, los padres de sus cachorros. Porque sí, quedó preñado y su instinto le gritaba ir a anidar en las guaridas de sus alfas.
Lan Zhan y Lan Huan sonrieron triunfantes cuando su lindo pajarito regresó de una reunión con la familia Jiang con la noticia de que los había abandonado. (Obviamente, le mostraron a su omega una expresión triste y maquillaron su lazo para que concordaran.)
La felicidad genuina de enterarse de que serían padres les hizo ignorar todo decoro y devorar a su chico radiante en el área donde estaban los conejos que les regaló. Les importó poco si los escuchaban reclamar al joven que ahora vestía túnicas blancas con motivos plateados, un signo en los Lan de que estaba en gestación.
La boda se efectuó cuando Wei Ying ya contaba con tres meses y medio de embarazo. Eso no les impidió follarlo en la noche de bodas. Con el paso de las semanas, los hermanos se dieron cuenta lo perfecto que era su ahora Lan-furen. Se acostumbraron a tenerlo cerca, a olfatear su aroma en cada rincón del Jingshi o Hanshi, en ver vestigios de él en todo Recesos de las Nubes. En su risa melodiosa, en su imagen de una madre gestante completamente feliz.
Xichen se encargó de acallar a los ancianos que hablaban mal de su amante. WangJi incrementó los rumores de ser alguien despiadado con cualquiera que le hiciera daño a su omega.
En Recesos de las Nubes, los discípulos veían maravillados cómo se suavizaban las expresiones de los jades por aquel omega de vientre abultado y que rompía las reglas a cada tanto.
¿La razón de su deslumbramiento? Era porque los discípulos de la Secta Lan de Gusu sabían un secreto de los jades y es que ellos nacieron del hielo y la nieve. Y se volvieron la tempestad helada que solo fue aplacada por el aleteo de un ave libre.
~°*†*°~+~°*†*°~
¿Y bien? ¿Qué les pareció?
Yo amé escribir este OS, sí que sí *baile de la felicidad* No sé, como que recientemente me llaman las relaciones poliamorosas *pensanding*
Además, aprovecho que aún sigue la llama para este fandom en mí. Ya saben, ser multifandom te trae de un lado pa' otro :'D
Pero no teman! Cuando salgan ideas, pos acá me verán de nuevo por estos lares de MXTX OwO
Muchas gracias por leer y espero les haya gustado!
Nos leemos~
Cuídense~
AliPon fuera~*~*
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